Afirmar una y otra vez que “ella no va a declarar la guerra a los narcotraficantes como Calderón” ya parece necedad o postura ideológica incompatible con el estado de derecho que está obligada a preservar. Perdiendo todos los días un poco más el control del país, cosa que parece no importarle mucho a la presidenta, la sangre de ciudadanos inocentes -y otros no tanto- corre como arroyos a lo largo y ancho del territorio nacional, pretendiendo absurda e irresponsablemente resolverlo con saliva como lo hacía su jefe.
En una semana asesinaron en Michoacán a Bernardo Bravo, líder de los productores de limón, a Carlos Manzo, presidente municipal de Uruapan, así como a Alejandro Torres Mora, sobrino del valiente Hipólito Mora, quien también fuera asesinado en 2023. De lo que se desprende que en el México de la 4-T las únicas voces que pueden hablar son las del ‘gobierno’ de MORENA y la de las BANDAS CRIMINALES. Toda disidencia y voz contraria pidiendo justicia es silenciada por las balas.
Claudia Sheinbaum olvida que protestó cumplir y hacer cumplir la ley; protesta que implica en primerísimo orden someterse ella, y someter a todos los ciudadanos. ¡A TODOS!: INCLUYENDO A LAS BANDAS DE DELINCUENTES al imperio de la ley. No es algo opcional, como tampoco retórica, es su deber.
Después de siete años en que asesinos y delincuentes de todo tamaño y ralea han derramado más sangre quizá que en la Revolución Mexicana de 1910 (en la que murió un millón de personas; la mayoría de enfermedad, hambre y pobreza), se debe recordar que tan sólo durante el sexenio terrorífico de Andrés Manuel López Obrador 250,000 personas fueron asesinadas, más otras 806,000 muertas a consecuencia directa de la pandemia, así como decenas de miles más por falta de atención médica (entre otros más de 3,000 niños con cáncer muertos por falta de medicinas).
En un año de gobierno de Sheinbaum no se sabe con exactitud el número de asesinados (pero se sabrá, téngalo por seguro) debido básicamente a su forma de contabilizar los delitos. Ante su incapacidad manifiesta para resolver el gravísimo problema, que lejos de mejorar empeora, la presidenta ha caído en las mañas de su maistro tabasqueño, manipulando y maquillando las cifras. Sin embargo, la realidad les abofetea en el rostro un día y otro también, mostrando ante los mexicanos un México sufriente y bañado en sangre, un México controlado por las bandas criminales a las que el gobierno protege hasta lo irracional, al tiempo que desampara a los ciudadanos que protesto cuidar.
Poder de fuego para combatir y derrotarles sí lo tienen. Tareas de inteligencia también (contando además con el apoyo del gobierno de Estados Unidos que posee toda la información que requieran). El pasado día 3 de este mes, las fuerzas armadas en Navolato, Sinaloa, abatieron a 13 delincuentes que se les enfrentaron y detuvo a otros tres. Así que si no usan la fuerza del Estado es porque no quieren, y si no quieren, la pregunta obligada es… ¿Por qué no? Qué negociaciones hizo el criminal de Macuspana con ellos (que lo es, sus muchos delitos claman por justicia ante los mexicanos).
Billones de pesos tirados, perdidos, o robados del erario público y este bribón (y sus cómplices) protegidos por su sucesora ¿Por eso quería que fuera ella la presidenta? Así como repite Sheinbaum que “México no es piñata de nadIe”, tampoco es botín de nadie. Los mexicanos estamos cansados, hartos de tanta violencia, de tanto asesino suelto e impune. De pagar impuestos a un estado que no le devuelve al ciudadano nada a cambio y, permite, además, que BANDAS DE CRIMINALES POR TODO EL PAÍS COBREN OTRO IMPUESTO (EXTORSIÓN) sumiendo a todos en la esclavitud, el dolor, y el estrés o angustia permanente.
No se equivoque, presidenta Claudia Sheinbaum: ¡LA LEY SÍ ES LA LEY! Si para el delincuente que le antecedió no lo es, se entiende, transita del lado opuesto del estado de derecho (por eso DESTRUYÓ EL PODER JUDICIAL, para dejar de cumplir la ley). México, sin embargo, es un país de leyes e instituciones públicas para protección de sus ciudadanos (y visitantes). Sólo en el orden y en el imperio de la ley puede haber futuro para una sociedad y país, y los mexicanos eso deseamos. Y eso usted y su gobierno están obligados a concedernos. No es opcional.
¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!
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