La famosa canción cuyo título es utilizado para el tema de hoy, nada tiene que ver con nuestra realidad actual. En la época de Jorge Negrete y por varios lustros después el título era una realidad. México era un país lindo y querido, en ascenso continuo al progreso y el bienestar de los mexicanos. Luego vendría la docena trágica (Echeverría-López Portillo) que sumiría al país en la bancarrota a través de préstamos exorbitantes cuyos intereses todavía son parte de nuestra difícil condición económica.
Y para no repetir los altibajos desde entonces a la fecha (de Miguel de la Madrid a Enrique Peña Nieto); situamos nuestro comentario en el sexenio de López Obrador, que como se sabe por los lectores de esta columna, es considerado el peor presidente de la historia nacional. Un psicópata que engañó a multitudes haciéndose pasar por quien no es ni nunca ha sido jamás.
Un hombre malvado que se dedicó a destruir el país, a acabar con la corrupción con mentiras cotidianas, pero alentando la misma con su familia, allegados y mafiosos de MORENA en general. Incapaz de resolver los muchos y graves problemas nacionales, se dedicó a inventar una realidad todas las mañanas, engañando a millones de bobos que no se tomaron la molestia siquiera de cerciorarse de lo que escuchaban, pues como escribiera la finada Ikram Antaki: “las mentiras matan”.
¿Qué tiene de lindo un país, cuando se encuentra abatido en sangre y fuego, oprimido por incontables bandas de asesinos y forajidos, fuera y dentro del gobierno? Con un cuarto de millón de personas asesinadas durante el obradorato; carnicería que continúa con su sucesora (para no decir su empleada) en tanto que decenas de millones de mexicanos, están sometidos a las extorsiones, despojo, abusos y humillaciones de los criminales.
¿Qué tiene de lindo un país que brindándosele por primera vez en su historia la oportunidad de convertirse en país de primer mundo (por medio del TLC o TEMEC) y la desaprovecha? Cuando en lugar de levantar la mirada y utilizando las mentes más claras, preparadas y creativas, dinamizar y modernizar la planta productiva y el comercio general en beneficio de todos los mexicanos, de todos, invitando para ello a los capitales locales y foráneos para invertir y con ello mejorar la vida y economía, no lo hizo, dio la vuelta en u.
Prefirió realizar una estúpida, nociva y totalitaria REFORMA JUDICIAL, que además de acabar con el ya dañado estado de derecho, ahuyenta de paso a los capitales y atenta contra ese proyecto que nos ha abierto la puerta a la economía de los grandes países, pero que una banda de fósiles y porros universitarios engañando a millones de ciudadanos, les vendieron una idea de país que además de sumirnos a todos en el atraso (y sumir para siempre en la pobreza a los que menos tienen) solo los beneficia a ellos. A la banda o secta de MORENA (malamente llamada ‘partido político’).
¿Qué tiene de lindo un país cuya educación retrocedió sesenta años o más? Peor aún, contaminando a las nuevas generaciones con ideologías y doctrinas manipuladoras para sostenerse la banda de MORENA en el poder y sumir en la ignorancia, el fanatismo y la pobreza a las nuevas generaciones. Tal y como sucedió y padecen cubanos, venezolanos y nicaragüenses. ¿Acaso no fue Claudia Sheinbaum cuando era jefa de gobierno de la capital, la que alentó para que si los niños querían ir de falda y las niñas de pantalones así lo hicieran? ¿No son acaso los libros de texto catecismos doctrinarios elaborados por un fanático ignorantón llamado Max Arriaga? Textos en los que las mentiras, las perversiones, la manipulación y faltas ortográficas son la constante.
¿Qué tiene de lindo un país cuando la presidente se organiza una fiesta de acarreados por sus primeros 100 días al frente del gobierno (no de gobernar; no lo ha hecho todavía), mientras que un Estado de la República (Sinaloa) se encuentra en guerra abierta entre dos bandas de criminales? Poco más de tres millones de mexicanos viven aterrorizados, con sus vidas y actividades truncadas, sus negocios quebrados o en camino de, angustiados por sus vidas y familias, y la que cobra como presidente enfiestada, recibiendo aplausos de sus acarreados. Fría e indiferente totalmente al dolor y situación de los sinaloenses (y de muchos otros millones de mexicanos).
La lista de preguntas pudiera alargarse, como también se requiere contestar ¿Se puede querer a un país en estas condiciones? Donde no hay gobierno, sino apenas un grupo que parece pandilla, dedicado a regalar los impuestos a las masas de votantes y seguidores, que, al agotarse desde el año pasado, se comenzó a pedir enormes sumas de dinero al exterior para regalarles (López Obrador pidió en 2024, DOS BILLONES DE PESOS para continuar comprando el favor de sus fieles a la secta).
No pocos de los que tienen dinero han comenzado a comprar viviendas en el extranjero y llegado el momento, irse a vivir. Sin embargo, esa no es ni debe ser la solución. Nadie, ni 30 millones de votos le dieron a Sheinbaum y MORENA la factura de México y la voluntad de 130 millones de mexicanos. Llegaron al poder mediante la democracia (y sus reglas) y la inmensa mayoría de los ciudadanos queremos seguir en ella y volver al orden constitucional. Porque, la verdad sea dicha, NO ES LINDO NI ES QUERIDO ese México que CSP y sus huestes nos están ofreciendo. De entrada, los derroches en las obras estúpidas y faraónicas de AMLO se tienen que detener de ipso facto y atender las verdaderas necesidades nacionales.
¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!
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