México ha caído desde hace varios sexenios en garras de mediocres e incapaces. Desaparecida la clase política formada por la Revolución (y con ello las ideologías), los partidos políticos tomaron forma de simple pandilla; fascinerosos con cuello blanco o vulgares delincuentes perdidos tras el erario, barnizados de legitimidad con millonarias campañas pagadas con recursos públicos.
éxico ha caído desde hace varios sexenios en garras de mediocres e incapaces. Desaparecida la clase política formada por la Revolución (y con ello las ideologías), los partidos políticos tomaron forma de simple pandilla; fascinerosos con cuello blanco o vulgares delincuentes perdidos tras el erario, barnizados de legitimidad con millonarias campañas pagadas con recursos públicos.
¿Para qué votamos, para que legiones de vándalos que se dicen “maistros” invadan la capital y cometan toda clase de destrozos? ¿Para que las autoridades vean a los hijos de Atila que en lugar de educar a los niños de Oaxaca, Michoacán y Guerrero, los miren destruir el patrimonio colectivo y no muevan un solo dedo y detengan semejante salvajismo? ¿para eso votamos?.
La vida democrática nacional ha sido asaltada por todo tipo de bucaneros hiriéndola de gravedad. Tocqueville advertía sobre esta situación: “…La democracia ha sido abandonada a sus instintos salvajes, creciendo como esos niños privados de los cuidados paternos que se crían solos en la calle de nuestras ciudades y que no conocen de la sociedad más que sus vicios y sus miserias”.
En México vivimos una democracia falsa, de utilería, una farsa en la que se nos pide el voto pero la vida republicana no existe, donde hay gobierno únicamente para autoasignarse super sueldos y todo tipo de prestaciones fuera de la ley. Donde los “gobernantes” cual jauría de depredadores velan por su grupo y parcelas de poder, olvidandose de manera total de los gobernados.
¿Para eso votamos, para que amplias regiones del país estén dominadas por bandas de delincuentes sin que el gobierno les combata de verdad y aniquile este mal que aflige a la gente pacífica, que dicho sea de paso es la paga impuestos? ¿Para que narcos controlen los pueblos disfrazados de guardias comunitarias?.
¿Para qué votamos? Para que la falsa izquierda (PRD, PT, etc.) se rasge las vestiduras y asegure en los medios que no permitirá la privatización de PEMEX, cuando ya tiene mucho tiempo en manos de particulares ¿O acaso la enorme burocracia engreída y parasitaria que ha llevado a la empresa a la quiebra no es ya la dueña de PEMEX? Que no se confunda nadie: el sindicato del ramo es pecata minuta junto a los mega fraudes y trinquetes en compras, contratos y demás formas en las que han saqueado a la empresa, engordando la nómina con legiones de individuos innecesarios y con altísimos sueldos ¡Pemex ya está privatizado!
¿Por qué no se pone orden primero antes de hacer reforma alguna? La falta de respuesta oficial nos hace pensar que el saqueo nacional continuará, aunque ahora con más enjundia.
¿Para qué votar en Jalisco si el anterior gobernador Emilio González Márquez gastó $74,000 millones de manera discrecional y goza de total impunidad? ¿Para qué votar por gobernadores y presidentes municipales si los partidos nomás miran por lo suyo y los suyos y los ciudadanos somos simples rehenes de sus ambiciones económicas y políticas?
¿Para qué votar si 10 mil anarquistas que se dicen “maistros” son capaces de poner de rodillas al gobierno en sus distintos niveles? ¿Acaso esta turba parasitaria que no produce ni aporta nada al país vale más que 113 millones de mexicanos? ¿Para qué votar si la ley es letra muerta y los supuestos gobiernos son incapaces de hacerla valer? Dígame usted, ¿sirve de algo votar cuando el gobierno nomás protege a vándalos y violentos y el ciudadano pacífico y trabajador se encuentra en total indefensión ante toda clase de alimañas sociales?
En estas condiciones votar es avalar esta hibridez de improvisados que nos han hundido (sin distinción de partidos). México no puede continuar por este camino, en primer orden porque es anormal y suicida. En segundo porque las gavillas llamadas partidos a través de sus próceres han endeudado al país muy por encima de nuestra capacidad de pago y se requiere poner orden con urgencia (exigiendo el rescate inmediato de los bienes malhabidos de tanto fascineroso que se ha hecho pasar por “político”).
Finalmente se propone dejar de votar por esta farsa. Si el gobierno en sus tres instancias desea seguir la inercia producto de su ambición desmedida, los ciudadanos todavía despiertos debemos impedirlo. En adelante nuestro voto tiene que ser valorado por el ciudadano y no darlo a cualquier meretriz de la farándula política, sino concedérselo únicamente a personas de valía y compromiso social, de lo contrario abstenerse de hacerlo.
¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!
e-mail: mahergo50@hotmail.com