Opinión
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De las cosas más desagradables que se pueden observar en el internet o en los noticieros televisivos, son las peleas de niños y jóvenes escolares (malamente llamadas “bullying”, como si el castellano no tuviera las suficientes palabras). Otra expresión más de la descomposición social, aunque algunos hablen de tolerancia, avances, democracia y demás muletillas para esconder el fracaso. Sobre todo jóvenes y comunicadores.

     Perdidos a causa de la ambición desmedida de no pocos (adultos por supuesto) y de un ateísmo pragmático que ha conducido a los muchos a un hedonismo radical; gran parte de las nuevas generaciones, incluso desde una corta edad, desfoga su ansiedad por medio de la violencia. No ha habido quien les oriente ni les eduque correctamente.

     Quienes nos formamos hace algunas generaciones en las que la mujer representaba la belleza, el amor, la abnegación, la dulzura y formación de valores, fuente de suspiros para la muchachada; nos resulta doloroso (al punto de shock) ver a jovencitas de primaria, secundaria o prepa como viles vándalos desgreñándose entre ellas, enfrascadas a golpes o como simples luchadoras en ring callejero. Téngalo por seguro que hace tan solo dos o tres décadas ningún muchacho sería novio de una troglodita de esta calaña. Candidatas seguras a la soltería.

Pero niños y jóvenes no están mejor. Su propia naturaleza les hace más violentos, de manera que ver alguno de esos videos que ellos mismos graban y luego suben a la red, deprime al más flemático. No podemos creer la maldad a la que han llegado, carentes de límites y respeto para su prójimo. La misericordia y el amor es claro que no los conocen, no existen en su vocabulario ni en su corazón, pero es probable también que no existan en sus casas (hogares es mucho pedir).

     Ante esto se pregunta al gobierno ¿No pueden obligar a You Tube que elimine las peleas de niños y adolescentes de su canal? Por supuesto que pueden. Para eso es la autoridad, para ejercerse.

Ahora bien ¿quién alimenta el bullying? Es obvio que el monstruo tiene varios proveedores. En primer lugar se debe mencionar el hogar, donde los padres (o uno si es el caso) no dan amor ni un buen ejemplo; en cambio proveen indiferencia, falta de respeto y violencia. Un niño o un joven carente de amor es una fuente de agresividad o de temores (depende de la personalidad), lo que puede traducirse en golpeador o golpeado.

Los hermanos, sobre todo en un hogar permisivo y sin disciplina, son también una fuente de violencia, a la que le siguen los amigos del vecindario, la colonia, el barrio y finalmente la escuela: sitio en el que tronó este grave problema social.

Pero sobre todo quienes han alimentado por años este horrendo monstruo y nadie los señala, son el cine, la televisión, los videojuegos y por supuesto, los videos en internet (You Tube en primer orden). Indigna ver como las televisoras mexicanas se rasgan las vestiduras por el bullying cuando sus telenovelas parece que las producen enchilados y los actores mordidos por perros rabiosos. Causa y efecto van siempre de la mano.

Se trata entonces de un problema que no se acabará con anuncios de tele ni de radio. Hay que crear conciencia, sí, pero se requiere mucho más que eso. Se requiere que los padres abandonen su egoísmo y miren por sus hijos, que los maestros pusilánimes hagan valer su autoridad, que las lacras de la sección 22 de la CNTE se decidan entre seguir de vándalos o dedicarse a la enseñanza, que el cine y la televisión no fomenten estas conductas que habrá de decirse, son iniciáticas para futuros delincuentes, que el gobierno no se haga al disimulado y ponga orden. No es posible que a los muchachos que en Ciudad Victoria asesinaron a un compañero los mandaran a “platicas” y a los maestros (casi todos inocentes) los corrieran y aplicaran el “peso de la ley”.

Pero sobre todo se requiere que la sociedad en conjunto reconozca su pecado de abandono y desamor para muchos niños y jóvenes (la palabra pecado está en el diccionario). Las Sagradas Escrituras advierten “el que reconoce su pecado prosperará”. El dar la espalda a Dios ha sido a final de cuentas causa de gran parte de nuestros males sociales, pero como la fe es un asunto y decisión personal, es de considerar que estamos muy lejos de la solución. Peor todavía si el gobierno ―como antes lo hacía con el aborto― pudiera estar tomando este tema como mero distractor para que no se vean los otros problemas nacionales, cuando lo cierto es que con el bullying nos encontramos en la antesala de una generación violenta, sin frenos ni límites ¿Haremos algo o nos cruzaremos de brazos como sabe hacerlo la sociedad mexicana?

MARCHA DE MEDICOS

    El domingo 22 del presente mes (junio) los médicos de Jalisco con apoyo de médicos de otros Estados, marcharán en Guadalajara al considerar que las ordenes de aprehensión giradas en contra de 16 médicos del Centro Médico de Occidente del IMSS son a todas luces injustas y arbitrarias.

Girar estas órdenes por el gobierno de Aristóteles Sandoval de un hecho acontecido hace seis años mueve a la desconfianza y la incredulidad. Querer detener a 16 médicos cuando la persona fallecida fue una sola ¿Había alguna especie de complot en el IMSS para privar de la vida a este paciente? El sentido común y la experiencia nos dicen lo contrario. Casi todos hemos sido pacientes en el IMSS y podemos decir que son mucho más los aciertos que los reclamos. Ver a la institución como la pretenden exhibir por este asunto, además de mostrar exageración y torpeza mayúscula, denota otra intención. De hecho se habla de varios millones de “indemnización”.

Según los médicos se trató de un joven de 15 años que llevaron a urgencias con paro cardio-respiratorio. Lo lograron sacar adelante, pero se complicó el cuadro del paciente debido a su gran sobrepeso, la diabetes y el asma (esta última enfermedad le provocó la crisis al respirar en el hogar pinturas en aerosol que se habían utilizado). En fin, los médicos no son dioses ni criminales, se debe esperar de ellos lo posible y al alcance, no lo imposible.

Condenarlos anticipadamente destruye reputaciones, hogares y carreras profesionales, además de inhibir el compromiso de muchos médicos que en adelante tendrían miedo de ser demandados (limitándose a lo mínimo, a lo seguro y sin riesgos). Esta es una prueba de fuego para el gobierno de Jalisco, que antes que apoyar a los conocidos, debe mantener un sentido puro de justicia ante todos su gobernados, sin permitir asomo alguno de duda o de influyentismo que se creía cosa del pasado.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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