Opinión
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El cinismo y la demagogia de la clase política mexicana no conoce de límites, su farsa supera todo lo inimaginable, Kafka incluso quedaría pasmado. Veamos un ejemplo. Las camarillas de filibusteros que integran la falsa izquierda han orquestado una nueva opereta para engañar su clientela cautiva (con la esperanza de atrapar a otros incautos), apoyándose al efecto con una costosa campaña mediática pagada obviamente por los ciudadanos ¡México, creo en ti!

     El titulo de esta nueva farsa es: “CONSULTA CIUDADANA contra la REFORMA ENERGETICA” ¡Magistral! Y es que ante el peligro de que la Patria quede en manos de los perversos invasores (incluido el petróleo y la generación de electricidad) y los traidores que nos gobiernan se salgan con la suya, los próceres del PRD y MORENA han aparecido dispuestos a perder, no la vida, eso ya está pasado de moda, es asunto decimonónico, Juarista (dijera el “peje”); pero sí algunos desayunos y cómodas reuniones para salir a marchar o juntar firmas, denunciar a los perversos y echar abajo semejante traición ¡Faltaba más!

La cuestión de fondo es que Pemex ya tiene mucho tiempo privatizada, además de que los fieles devotos de Lázaro Cárdenas, o no conocen la historia de México, o su maldad se refina pues conociéndola se atreven a subir al pedestal a  quien sirvió cabalmente al Imperio echando fuera a las petroleras europeas (18 de marzo de 1938) y comprometiendo la producción con el vecino (recordemos que la Segunda Guerra Mundial estaba a la vuelta de la esquina y los yanquis no querían a los europeos cerca de casa).

     Aclarado el asunto del Tata Lázaro (si algún lector desea ampliar y conocer mejor estos hechos, en el libro “MEXICO: ¿ESTADO FALLIDO O PAIS TRAICIONADO? Volumen Dos” el autor le ofrece suficientes datos y elementos de juicio), pasemos sin más rodeos al tema que nos ocupa ¡LA PRIVATIZACIÓN DE PEMEX!

En primer orden no se puede privatizar lo que ya está privatizado ¿o sí? Los dueños son varios. La lista la encabezan los altos funcionarios cuyos sueldos y prestaciones (sin contar los trinquetes, contratos y demás expresiones de corrupción) son envidia de reyes, príncipes y demás.

Le sigue en la lista el sindicato petrolero, cuyos ingresos y chantajes anuales al gobierno en turno harían palidecer de envidia a Al Capone, Lucky Luciano, Frank Costello, John Gotti, Joseph Bonanno y demás mafiosos. Las fortunas y vida lujosa de estos individuos y sus familias, como la impunidad de que gozan, permite que los gangster’s  gringos se miren como meros aprendices.

El gremio petrolero en general puede considerarse poseedor de buena parte de las acciones, las cuales se hacen válidas mediante sus plazas; posición que les concede derechos y estatus del que los mexicanos en general estamos ajenos, desde sueldos y prestaciones, hasta jubilaciones prematuras y demás.

El problema es que se trata de una privatización real, pero no legal, es decir, una expresión de la conocida corrupción del sistema político mexicano, banquete sucio en el que participan también particulares (favoritos de los jeques de la jerarquía petrolera o del gobierno en turno, Oceanografía, por citar un caso, otro sería la Canacar, con la que Calderón hizo convenio en diciembre de 2008 para que transportaran combustibles de Pemex), agrandando los hoyos del enorme queso. Un queso que ya debe más de lo que vale.

Para cerrar el círculo vicioso (no virtuoso), la delincuencia organizada y sin organizar ha privatizado lo que quedaba de la antaño paraestatal. Mientras que por décadas las gasolinas y los combustibles en general llegaban completas a su destino, apenas entró el presidente inútil, parlanchín y mentiroso (de apellido Fox) y los demonios se soltaron (dixit Salinas). Al perder el gobierno federal los hilos del poder y desaparecer el tonto de San Francisco del Rincón el CISEN, los bandidos de fuera y de dentro se desataron. Las consecuencias están a la vista.

     De acuerdo a datos proporcionados por PEMEX en el año 2006 las tomas clandestinas fueron 220, en 2007 aumentaron a 323, creciendo año con año hasta detectar en el 2011 nada menos que 2,421 y en 2012, el último año de Calderón, 1160 y de 2,614 en el año pasado (2013).

Pero como ni Fox ni Calderón hicieran algo para detener este saqueo de  recursos nacionales, los bandidos se engallaron. Mientras que por décadas era casi imposible conseguir un permiso para una gasolinera nueva, durante el docenato panista se dieron por cientos si no es que por miles, encontrando en esta laxitud los socios y distribuidores para la salida “legal” del combustible robado (mientras que el resto pasa en pipas a Estados Unidos o es comprado por empresas a través del mercado negro).

El gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval declaró a la prensa local apenas el 30 de julio pasado, “(que) funcionarios públicos de los tres niveles podrían estar involucrados en el robo de combustible a Petróleos Mexicanos en Jalisco”. Se debe agregar que choferes de las pipas de la paraestatal fueron detenidos por graves irregularidades que olían a mega robo, aunque pronto sus abogados y familias pretendieron convertirlos en “victimas” y la acusación comenzó a diluirse ¿Estado de derecho? Eso era antes, cuando había gobiernos de verdad. Hoy es cosa anecdótica para los estudiantes de esa carrera, de algo antaño existente en la sociedad mexicana.

Diga el lector si no está privatizado Pemex, si el negocio del combustible robado alcanza ya la cifra de $65 mil millones de pesos (los ladrones se llevan y comercializan todos los días 10 mil barriles de combustibles).

Es tal el poder de los delincuentes (y la ineficacia del gobierno de Jalisco) que el día 14 de septiembre del presente año 2014, luego de recuperar los empleados de seguridad de Pemex una pipa cargada con combustible robado, kilómetros adelante se las volvieron a quitar (junto con las armas), sin que autoridad alguna haya encontrado a los facinerosos ni a la pipa con la gasolina (nos imaginamos que una pipa se puede esconder en alguna mochila o cosa así).

Lo dicho. ¡Pemex ya está privatizada! En todo caso que el PRD y MORENA hagan una consulta popular si los mexicanos estamos de acuerdo con esos dueños usufructuarios, o si deseamos que nos hagan cuentas y se ponga orden en los veneros malditos que decía el vate López Velarde. Queda pendiente el asunto de la falsa izquierda mexicana, da para mucho.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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