Andamos mal, muy mal, soberbia, vicios y locura se han apoderado de buena parte de la sociedad. Mira que los señores que en teoría deberían ser ejemplo inmaculado para toda la sociedad ―me refiero a los ministros, así con minúscula, de la SCJN― andan de promotores de la droga en lugar de buscar la aplicación de la justicia. Tan ausente en este sufrido México, paraíso de la impunidad, del escapismo a los deberes.
De entrada se supone que en el primer año de la facultad de derecho, estos abogados con sotanas fuera de época fueron enseñados en la división de poderes. Pero qué le vamos a hacer, el desorden, la irresponsabilidad y la confusión imperan en el gobierno mexicano, de otra forma es impensable entender que el poder judicial pretenda legislar. Tarea que de hecho y derecho les resulta ajena, pero que al tratarse del cuerpo colegiado más alto y representativo de la Nación las cosas cobran otra dimensión, que por decir lo menos causa horror en el ciudadano ordenado y pensante, que los hay, y más de los que nuestros gobernantes en los tres poderes se imaginan.
¿Cómo entender o aceptar el término “recreativo” para fumar mariguana? ¿Acaso andamos tan mal que los hombres que se suponen son la elite de la sociedad ni siquiera conocen el significado de las palabras? El olvidado Pequeño Larousse dice textualmente: “RECREATIVO,A adj. Que recrea, divierte”. Aunque en ese mar de eufemismos que ahora usan nuestros próceres, también utilizan la palabra LÚDICO, que el referido Diccionario define como “Relativo al juego”.
Partiendo entonces del significado de la palabra “recreativo” o “lúdico”, como define la SCJN el uso de la mariguana, se supone que los cuatro quejosos que obtuvieron el amparo de la justicia federal usarán la mariguana para hacer pelotas, ya sea para jugar futbol, voleibol, o alguna otra actividad de recreo semejante.
Ahora bien, no hay que olvidar que quienes interpusieron el amparo declararon públicamente que no son adictos, por tanto no pueden alegar dependencia de esa droga. A no ser que sean meros personeros de Vicente Fox, que cuanta oportunidad tiene anuncia su deseo de dedicarse a cultivar esa maldita yerba que tanto daño hace a las personas, trayendo al final del camino dolor y destrucción a las familias afectadas, así como a terceros. Sorprende además ver apellidos guanajuatenses como Torres Landa entre los promotores de la yerba ¿simples personeros de Fox? Es pregunta.
El Procurador del Estado de Jalisco, Eduardo Almaguer, ahora llamado Fiscal General (otro eufemismo), declaró el pasado día 5 (noviembre de 2015) que el 80 por ciento de los delitos que se cometen en nuestro Estado son generados por los adictos a las drogas. Realidad que no se quiere ver, pero que de seguir abriéndose la puerta a esta caja de Pandora, las sorpresas negativas para los mexicanos no serán pocas.
Tan dados en el presente a la encuestitis, incluso teniendo un organismo como el INEGI ¿no podía acaso la Suprema Corte de Justicia haber encargado antes una encuesta entre las madres de familia de los adictos a la mariguana, así como entre las familias afectadas para que externaran su opinión acerca de los daños que ocasiona esta droga?
Los que ahora estamos viejos también fuimos jóvenes, para los lectores que no me conocen, entré a la facultad de derecho en el año de 1968, de manera que soy parte de esa generación inquieta y rebelde en muchos sentidos, como también pensante. El uso de la mariguana se dio entre los hippies gringos y uno que otro muchacho desadaptado. La mayoría veíamos las drogas con repudio manifiesto, de hecho y como se narra en los libros de historia, la mariguana era adicción de lo más bajo de la soldadesca.
Si algunos viejos (como el que escribe esta columna) en el Distrito Federal hablan a nombre de los adictos a la mariguana, que lo hagan a nombre propio, pues no pueden, aun por muy “intelectuales” que se les considere, hablar a nombre de todos los mexicanos. El Distrito Federal solo es una parte de país y hay zonas donde pocas cosas nos unen con ellos, y no precisamente la maldita yerba que tanta sangre y desgracia ha traído a nuestro país.
Si se abre la puerta a esta droga con el absurdo e insostenible argumento que es mejor tolerarla que combatirla, será tiempo entonces que no solo la SCJN sino el Congreso Federal y los Locales se dediquen a legislar a vapor y deroguen de plano todos los Códigos Penales de México. Total, para qué combatir los delitos, si de todos modos van a seguir delinquiendo; mejor que al que quiera robar que se le llame cleptómano lúdico, que al asesino se le califique como tanatólogo recreativo, etcétera.
Cierro mi comentario de esta semana con un texto de las Sagradas Escrituras que advierte y confronta a este tipo de conductas permisivas y ambiguas, pues como lo he señalado en otras ocasiones, también los que creemos en Dios somos ciudadanos y tenemos los mismos derechos para expresar nuestras opiniones con absoluta libertad, y ser además tomadas en cuenta por el estado: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz…!” (Isaías 5:20).
¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!
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