Ha iniciado la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, se les desea el mayor de los éxitos. Por 27 años participé con un stand, los primeros como coordinador de Autores Independientes, luego, y por más de 15 con uno propio. Negar que la pasé bien y que guardo muchos y bellos recuerdos sería mezquino de mi parte, lo cierto es que además de que los lectores me trataron bien y se me abrieron las puertas en muchos países para mí obra, disfruté enormemente todos esos años.
Mi gratitud para Lety Cortés, Carolina Tapia, Josué Nando, cara oficial de la FIL hacia los expositores y escritores. De hecho las únicas que conocí en todos esos años de participaciones, pues los jefes, los patrones de estas excelentes personas, jamás bajan del Olimpo en que viven y se han inventado; desconocen los pasillos de la feria, como lo que sucede en ella. Se encandilan unos a otros con su brillo artificial. Lo suyo es la grilla al amparo de las letras.
Aun así, escritores (los ajenos al Parnaso), expositores y visitantes, gozan estos días en que las letras y la inteligencia tienen fiesta en nuestra ciudad. Privilegio que se disfruta a la manera del colibrí, que obtiene el dulce néctar de un libro, de otro, de tantos y tantos que en nueve días convierten Guadalajara en un Paraíso literario no valorado ni cuidado como se debiera. La cultura de masas requiere de equilibrios y muchos cuidados.
Se debe reconocer el genio para dar vida a esta feria, merecido se tiene. Lamentablemente al mezclar la política con un campo que requiere de otras atenciones y cuidados, se ha preferido la cantidad que la calidad. La autoimpuesta meta de meter más personas en muros que ya no pueden crecer, solo produce incomodidad, molestias y hordas de chamacos que no tienen idea del lugar al que los llevan.
El camino fácil ha sido tomado hace años. La amistad entablada (por no decir complicidad) con los defeños usufructuarios de las letras en México, quienes a manera de patente son amos y señores de salones, conferencias y demás foros durante esos nueve días; ha eliminado del todo a los escritores del resto de los Estados y los locales. Feria en la que solo los apellidos Monsiváis (+), Poniatowska, Fuentes, y demás personajes ilustres del altiplano son bien recibidos. Claro, ambos se necesitan, por tanto se protegen y elogian mutuamente, novenario profano en el que una prensa les quema incienso con o sin méritos.
En lo personal durante estos 27 años tuve con mis compañeros de la prensa encuentros y desencuentros, más de los segundos que de los primeros. Considero este ejercicio de una enorme responsabilidad cuyo compromiso principal es con la verdad y el pueblo. Mi primer consejo, recibido del decano de la prensa de Baja California hace más de tres décadas, Don Oscar Genel, fue: “mantente lo más lejos que puedas del gobierno y lo más cerca que puedas del pueblo”. Lo consideré adecuado y lo he seguido al pie de la letra.
Sin embargo hay muchos periodistas, sobre todo entre las nuevas generaciones, que llevan este consejo justo al revés. Por años tuve buenos comentarios en la prensa local y nacional, pero cuando saqué mi libro sobre el gobierno de Vicente Fox: “El hombre que nunca debió ser presidente”, fuera de El Universal, la mayoría de la prensa me negó espacios y entrevistas. De hecho el año pasado (2015) ningún medio de los grandes (locales y nacionales) me concedió espacio, uno incluso que me entrevistó no la publicó. Se trataba de mi más reciente obra “YESHUA, EL MESIAS” ¿Acaso nomas los libros de homosexuales, de pervertidos y de escándalos merecen la atención y comentarios? Una sociedad sin valores refleja su carencia de éstos con índices de criminalidad y violencia. La vida espiritual de los pueblos se refleja en su modo de vida, quiérase o no. ¿Acaso muchos de los grandes clásicos no tocaron con gran profundidad y beneficio universal los temas divinos?
Una televisora local que año con año me entrevistaba, durante la FIL 2014 me preguntó acerca de los sucesos de 1968 y cómo se habían visto en Guadalajara (había publicado mi libro de historia “MEXICO: ¿ESTADO FALLIDO O PAÍS TRAICIONADO?” Volumen dos). Al escuchar mi respuesta, el conductor se puso pálido y me quitaron el sonido argumentando fallas. Ocioso resulta decir que el año pasado ya no me invitaron, como tampoco ningún medio. De hecho y muy a la manera de los ex fegistas, feuistas y demás personajes que manejan como patrimonio propio la universidad pública local, me mandaron a mi stand a una jovencita de Durango para que me entrevistara. Ella me había dicho que era para un periódico de su Estado, pero “curiosamente” apareció en La Gaceta de la U. de G. donde pretendieron dañarme, como si al espíritu libre las mentiras le dañaran. Las falacias dañan a quien las vierte.
Incluso y para mi sorpresa se me invitó por la Hora Nacional para representar a Jalisco como decano de los escritores locales (año 2015). La entrevista se grabaría en mi Stand E-12, huelga decir que me dejaron plantado, nunca llegaron ni nunca se me concedió una explicación. Creo que un gobierno federal y sus instituciones deben mantener siempre la seriedad que la vida republicana les exige. Podría mencionar muchas otras experiencias, algunas muy positivas, como una entrevista que me hizo para la televisión nacional Javier Solórzano hace algunos años. En fin, como para mi universidad no existo y como cliente de la FIL tampoco (y el stand de nueve metros cuadrados me costaba alrededor de $2,500 dólares cada año), cierro esta etapa.
Así que a la manera del Licenciado Vidriera, personaje de Don Miguel de Cervantes (tan radicalmente opuesto a otro conocido “licenciado”), y haciendo mías sus palabras, las de Vidriera, claro, me despido de la FIL: “Lo que solíades preguntarme en las plazas (FIL), preguntádmelo ahora en mi casa… y dijo al salir de la corte: ―¡Oh, Corte, que alargas las esperanzas de los atrevidos pretendientes y acortas las de los virtuosos encogidos; sustentas, abundantemente a los truhanes desvergonzados y matas de hambre a los discretos vergonzosos”.
¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!
Correos recibidos: Armando Ramos, Myriam Levy, Patricia Hernández, José Gordon, Laura Tapia, Graciela Evia, Víctor Gálvez, Juan José y Patricia Hernández, Patricia Díaz, Leticia Tostado, César Cóhen, y Jackie Cóhen, a todos muchas gracias. A Pilar Sainz que no le gustó mi artículo sobre Trump, el tiempo nos dirá a quien asiste la razón. Saludos cordiales a todos.
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