Opinión
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El gobierno de Jalisco, así, con minúscula, comprueba ante la sociedad una y otra vez su limitada visión política, ni qué decir entonces de su ejecutividad, pobre visión y compromiso con la sociedad, una visión cercana a la indigencia y alejada del todo de la grandeza vivida en Jalisco en épocas pasadas.

Auto engañados con logros publicitados por ellos mismos en los medios, con costosas certificaciones a modo (el cliente paga) y sin una sana autocrítica que les ayude a corregir y tomar el rumbo correcto, Jalisco se hunde en problemas mientras que su gobierno declara triunfos en no pocas áreas.

     En tanto pues que el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto ha mostrado con firmeza su deseo de poner un alto al escándalo en que se convirtieron la mayoría de las Juntas Locales de Conciliación y Arbitraje en el país, muchas de las cuales además de permitir saqueos millonarios en contra de la Planta Productiva nacional, se amafiaron con grupos de litigantes para literalmente extorsionar a las fuentes de trabajo a través de juicios amañados y plagados de cuanta irregularidad jurídica pueda existir. En Jalisco tal parece que no se entendió el mensaje pues las cosas siguen igual o peor.

A tal punto llegaron las quejas al Ejecutivo Federal a causa de despachos más ladrones y nocivos que los mismos cárteles (peor aún: con la anuencia y apoyo de los Tribunales Laborales) que el Presidente con el apoyo del Senado realizaron grandes reformas en materia Laboral.

El criterio de los legisladores es detener y solucionar a través de una verdadera Conciliación los problemas obrero-patronales; conciliación que a manera de filtro frene al máximo la tramitación de juicios y ponga un alto a esa clase de “trabajadores” que en realidad son meros vividores o simples extorsionadores.

En Jalisco ha sucedido al revés. En lugar de poner un alto a tanto abuso de despachos de abogados dedicados al negocio de los juicios laborales (en los que gran parte de los trabajadores son mera mercancía; ganado con fierro propiedad de los litigantes ―que la mayor de las veces no saben siquiera que su juicio sigue, que se toman decisiones siempre por encima de su deseo y que aunque en teoría son “clientes”, en realidad son mercancía para hacer un negocio ilegítimo barnizado de “legal”―) además de no detener la marejada de nuevos juicios, lo cierto es que construyeron un local más grande para el Tribunal Laboral del Estado (Conciliación, pues).

Se trata de un bodegón proyectado muy probablemente por algún ingeniero agrónomo, pues su diseño es más propio para un invernadero que para un edificio que albergaría los juzgados laborales (llamados Juntas).El calor es verdaderamente insoportable por lo que es de esperar que desmayos y deshidrataciones se pongan a la orden del día.

Ciertamente el bodegón es grande (y feo, muy feo, pero para que no derrochen más dinero público que así le dejen), lo cual lejos de inhibir nuevos juicios laborales pareciera que la intención es estimularlos. La oficina para liquidar trabajadores parece Central Camionera en época navideña ¡Llena a reventar!, situación que anuncia el empobrecimiento de muchas medianas, pequeñas y micro empresas, y no solo eso, la baja de sueldos ante el temor de que esta plaga de juicios y reclamos (la mayor de las veces injustos e innecesarios) les llegue.

A todas estas irregularidades y pésimas decisiones del gobierno estatal, habrá que agregar que el bodegón que alberga la Junta Local de Conciliación y Arbitraje se encuentra en una zona de bodegas abandonadas. Se trata de la calle Palmas, en la parte trasera del Parque Agua Azul, una zona horrible, sucia, totalmente abandonada, sin lugar para estacionar los autos de quienes acuden a la Junta y por si fuera poco, super poblada de drogadictos, parias, vagabundos y vándalos, de ahí que el primer día de su funcionamiento antes del mediodía varios asaltos ya se habían cometido ¿Policías? No es posible, el presidente municipal de Guadalajara, aunque todo recibió de los gobiernos del PRI, está en lucha contra sus amigos de toda la vida, quedando el pueblo en medio de las medidas inapropiadas de uno y de los berrinches absolutistas del otro.

Es tal el cuadro surrealista de la zona, que hay un carril para “bicis” cuando es posible que tenga años de no circular una por esa zona. ¿No habrá en todo el gobierno del Estado y en el municipio una sola persona con sentido común que quite de inmediato ese carril, adapte el estacionamiento en batería (que triplicaría espacios) y de paso mande patrullas que sometan al orden a los vándalos que viven en esa calle abandonada, si no de la mano de Dios, sí de las autoridades. Se gobierna para el pueblo, no para regodearse en el poder.

Otro aspecto del terrible caos que se vive en la Junta Local es el desahogo de audiencias. Si la audiencia está fijada a las 12:00 a.m., puede iniciar a la 1:00, 2:00 o incluso a las 3:00 p.m., con el descaro de poner en el acta que se inició a tiempo ¿Acaso piensan que el ciudadano no tiene otras actividades y compromisos que cumplir? Es absurdo semejante abuso, total, si no se pueden celebrar que se fije nueva fecha y se meta en cintura a tanto abogado bribón cuyas listas parecen las del Juicio Final y no un mero cuestionario sobre los hechos principales de la Litis. Punto.

Urgen al respecto un sinfín de cosas. Primero que se ponga un filtro efectivo que disminuya de inmediato el número de demandas y juicios. Segundo, se ponga un alto a tanto despacho de litigantes al estilo “talibán” que ha hecho de la justicia laboral una sucursal de la “Cueva de Ali-babá y los 40 ladrones” (aunque en la JLCyA sean por cientos). Tercero, se remedie el efecto invernadero del edificio antes que las deshidrataciones y desmayos cobren facturas innecesarias. Cuarto, se adecúe la calle para el estacionamiento en batería (a la vez que se promueva entre las bodegas vacías que se habilite algún estacionamiento público). Quinto, se ponga orden en el asunto de las audiencias y se obligue a los abogados a que presenten a los trabajadores a dichas audiencias (y de ser posible terminar los juicios y no alargarlos mañosamente). Y sexto: se envíe de inmediato policías a la zona que metan en cintura a las bandas de merodeadores que viven en las banquetas.

Téngalo por seguro que quienes laboran en el nuevo bodegón de la JLCyA, visitantes y abogados, tendrán muchas otras cosas que aportar, aunque para hacer conciencia al gobierno de sus cuestionables decisiones es de considerar que ya se dijo mucho ¿o usted que considera lector?.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com

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