Los gobiernos, en sus tres niveles, en paraestatales y dependencias oficiales, por lo general se olvidan de sus muchos deberes para con el pueblo. No con el pueblo de AMLO, tema del artículo de la semana pasada, sino del pueblo mexicano, de todos, de los que votaron y de los que no votamos por López Obrador, que dicho sea de paso, somos la inmensa mayoría (incluyendo a los que no votaron por nadie).
Olvidan que los mexicanos vivimos aterrorizados por las bandas de criminales, con y sin organizar, y el presidente sale con el absurdo de “abrazos y no balazos”, como si los asesinos, secuestradores, asaltantes, extorsionadores y demás, entendieran otro lenguaje que no fuera el de la fuerza. El sabe perfectamente que los delincuentes entienden solo por la fuerza, por lo que cabe preguntarse si su postura obedece a pactos con los mafiosos, y como no parece ser así, su deber es someterlos de inmediato al imperio de la ley y el estado de derecho.
¿Para que hacer tanto alarde con la creación de la Guardia Nacional que cuesta una fortuna todos los días, si nomas los trae paseando y no les permite entrar en acción y someter a los asesinos y delincuentes?¿De què sirve esa Guardia sin un eficiente y bien estructurado cuerpo de inteligencia? Sacar a los uniformados a pasear a las calles no sirve de nada ¿Acaso no hizo lo mismo Peña Nieto con la Policìa Federal?
Hasta agosto de 2019 la Guardia Nacional y el Ejèrcito (respecto al combate a la delincuencia) nomas han servido para que se burlen los delincuentes de ellos, que los humillen pueblos integrados por gente mala (no el ‘pueblo bueno’ que dice AMLO), por mujeres y niños violentos, fuera de la ley, capaces de ofenderles, de golpearlos, de desarmarlos, de mostrar su inutilidad pública y demostrar que no obstante que la Constituciòn señala que el uso de la fuerza corresponde al estado mexicano; en la actualidad corresponde a los ladrones de combustibles, narcos, y cuanta banda es parte del falso ‘pueblo bueno’ que defiende el presidente (olvidando que su deber, deber para el cual protesto el 1º de diciembre de 2018, es cumplir y hacer cumplir la ley).
Es tal la desatención a sus muchos deberes, que la salud del pueblo mexicano està en riesgo y agravándose en tan poco tiempo; igual sucede con la educación, la ciencia, con la confianza y certeza jurídica para la inversión privada; y aunque se hable mucho y se haga uso de frases tomadas de la Biblia, no hay ni en la presidencia ni en el gobierno federal testimonio alguno que les avale. La mentira y la falta de humildad son su blasón, aunque los spots hablen de decir la verdad. No se les cree, solo creen aquellos a los que se les regala dinero. Compra de voluntades, pues.
En los Estados, pongamos el caso de Veracruz, un seguidor de AMLO ganó las elecciones ¿Y?, no basta la amistad, no basta ser incondicional, una gubernatura requiere de formación sòlida, capacidad, inteligencia, de tomar decisiones radicales y trascendentes, en un estado como este en que las bandas de criminales ya se adueñaron de la entidad y el presidente les quiere calmar con ‘abrazos’ cuando lo que piden a gritos es balazos y que los sometan al orden, al imperio de la ley. Corrupción también es contender por cargos para los que no se tiene capacidad. Mentir también es protestar cumplir y hacer cumplir la ley y no hacerlo, en disimular y no hacer nada, en simplemente declarar o señalar a los que estaban antes.
Rasgarse las vestiduras ante organismos internacionales por la matanza de 8 o 9 mexicanos en El Paso, y en Coatzacoalcos asesinan 29 en una cantina y no hacen nada que no sea lanzar la culpa a otros en lugar de detener a los responsables, consignarlos y poner un alto a la fauna asesina, exhibe su incapacidad y corrupción. Dìa con dìa los negocios en ese Estado cierran sus puertas y López Obrador y su gobernador de adorno (el de Veracruz) no hacen nada por evitarlo. Secuestros, extorsiones y cobro de piso ya casi acabaron con los que pagan impuestos en la entidad ¿Olvidan acaso que de esos impuestos sale para pagar los sueldos de la inmensa burocracia, de los viejitos, de los ninis, de la hasta ahora ornamental Guardia Nacional, etcétera?
Aunque en el caso de jalisco las cosas no están mejor. El índice de asesinatos en lo que va del año (2019) demuestra la incompetencia del gobierno de Enrique Alfaro, que gusta de utilizar un lenguaje rudo pero que en sus acciones de gobierno son nulas absolutamente. Baste decir que de diciembre de 2018 a mayo de 2019 asesinaron a 1,404 personas en el Estado (Mural 21/Ago/2019), agréguele a la lista los asesinatos cometidos en los meses de junio, julio y agosto y se ratificarà LA INUTILIDAD DEL ACTUAL GOBIERNO ESTATAL. Un gobierno cuyo deber de someter a los criminales no se cumple, ni en ese, ni en casi ningún otro delito. La desaparición de personas, sobre todo de jóvenes, ya es terrorìfica: 3,579 casos en cinco meses, 14.5 por día, (cifras publicadas por Milenio Jalisco, 30/Ago/2019).
Pero eso sí, implacables con el cobro de multas. Todo lo que represente ingresos para lar arcas públicas está al alza y a la orden del día. La ambición de estos nuevos gobiernos carece de comparativos en el pasado, no hay dinero que les alcance ni les satisfaga sus muchas ambiciones y derroches, aunque como contraparte SE OLVIDAN DE SUS MUCHOS DEBERES para con los ciudadanos. Para ser breves, han salido reprobados, inútiles, ornamentales, onerosos, engreídos y demás.
Si es el tráfico en la zona metropolitana de la capital de jalisco, los conductores tienen que averiguárselas como puedan, pues los agentes nomás existen para los desfiles y para escoltas cuando visita algún político extranjero o federal. Los accidentes, que cada vez son más a causa que le dan la licencia a cualquiera (lo que importa es el pago) son resueltos por particulares (aseguradoras) y mientras llegan estos señores que legalmente no representan nada, los embotellamientos cotidianos son un calvario para todos los que manejamos. Un verdadero calvario ¿Para qué diantres nos sirve una Secretaria de Vialidad (Tránsito) que no sea para recaudar dinero para el gobierno en turno? Si no cumple con sus deberes el Congreso debería de desaparecerla de inmediato.
Esta semana me apareció en el buzón de mi casa una multa por $423.00 pesos, según eso por exceso de velocidad. Por conducir a 61 kms en zona de 50, la cuestión es que fue en la carretera de Tlajomulco y nadie va a 50, es decir, el aparatejo lo colocaron solo para recaudar, SI ESO NO ES CORRUPCIÓN, una manera vulgar de llevarse los dineros de los ciudadanos, no se cómo llamarle.
En los municipios no se diga: las multas por reglamentos, por no pagar algo a tiempo, los aumentos al predial, al agua, el escandalosos negocio de las licencias de construcción para grandes edificios (sin existir obra hidro sanitaria para este tipo de ciudad lo que tarde o temprano colapsarà los servicios públicos en la zona metropolitana) crecen todos los dìas. Jardines y camellones sin atención, Cruz Verde que ya quiere cobrar como hospital privado—olvidando que son para los que carecen de seguro social o ISSSTE—, son algunos de los fracasos del gobierno local. Queda claro que para los gobiernos en los tres niveles, todo es negocio y casi nada es deber. Por esa ruta màs temprano que tarde iremos al fracaso, no es predicción, es afirmación.
¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!
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