La democracia es un bien común por el cual se debe luchar siempre. Es conocida la frase sarcástica de Winston Churchill comparándola con los otros sistemas: “la democracia es el peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás que se han inventado”. Nomás de pensar en los estados totalitarios, en dictadores (de izquierda o derecha, para el caso es lo mismo) que se creen y actúan como dueños de las vidas de los ciudadanos y los recursos nacionales, la democracia se convierte en una necesidad. En un valor común por el cual hay que luchar y defender siempre.
Las terribles condiciones que guarda nuestro país, los 144 mil asesinados y alrededor de 50 mil desaparecidos en el actual sexenio; personas cuyas vidas eran valiosas como la de cualquier otra y que debieron ser protegidas por el estado mexicano, que tienen una familia que quedó devastada y sin justicia, o que se mantiene en total angustia al no saber de ellos y no contar con un gobierno que les busque; son finalmente el rostro de un mal gobierno que no solo ha resultado el peor quizá de la historia posterior a la Revolución, sino que además, suma a su incapacidad y maldad ligas con los gobiernos de otros países, cuyos dictadores son mancha y calamidad para la humanidad, así como enemigos declarados de la democracia.
Individuos perversos en la mayoría de los casos que llegaron al poder a través de las urnas aprovechándose de la bondad y apertura de la democracia (como es el caso de Ortega en Nicaragua; por señalar alguno), para luego destruir ese camino institucional de libertad para sus pueblos, convirtiéndoles en viles dictaduras. Países en los que el pueblo se convierte de ciudadano en esclavo, mientras que los gobernantes viven como reyes oprimiendo con dureza a los ingenuos que creyeron en sus falsas promesas.
Y es que, no hay dictador que no sea mentiroso. Conocen los sueños y las ilusiones de las personas (para no decir las masas) y en base a estos les mienten con descaro y cinismo absoluto prometiéndoles cosas que jamás cumplirán. Por señalar dos casos: los alemanes creyeron en todas las mentiras que aquel hombrecillo extraño llamado Adolfo Hitler les ofrecía, quien conociendo la crisis económica que se padecía, habló bonito a sus incautos y futuros votantes hasta lograr subir al poder y aferrarse a él.
Su amigo, el fascista Benito Mussolini hizo cosa semejante con los italianos, y entre ambos, no solo metieron en angustias a sus respectivos pueblos, pues como todos sabemos, su maldad sumió en cruenta guerra a toda Europa, parte de Africa y parte de Asia, provocando más de 60 millones de muertes. Las mentiras matan, y como escribiera Ikram Antaki, “los mentirosos matan”, y sí, matan de diversas formas. Matan los sueños, matan las esperanzas, matan el estado de derecho, matan la libertad… ¡MATAN LA DEMOCRACIA!
En México el mentiroso que ocupa la presidencia no solo ha permitido que ya casi 150 mil personas hayan sido asesinadas con toda impunidad. A su maldad le ha agregado la entrega de amplias zonas del país e incluso Estados completos a las bandas de delincuentes, sin que el Ejército ni la Guardia nacional intervengan, dejándoles hacer todo cuanto quieran y dejando a la población en total indefensión y absoluta angustia.
La lista de acciones y omisiones ya es demasiado larga, lista a la que han agregado el intento de ACABAR CON LA DEMOCRACIA EN MÉXICO e instaurar una dictadura con máscara de democracia.
En este momento carecemos de un Congreso en México que nos represente a los ciudadanos; lo que sí tenemos, es un grupo de empleados al servicio y órdenes de López Obrador, quien día con día ha ido dejando la investidura presidencial, para transformarse en el horrendo dictador que muchos advertíamos.
Y como buen dictador, usa día con día su afinado aparato propagandístico surtiendo de mentiras a un pueblo ingenuo como el nuestro, falseando y deformando la realidad, presentando la imagen de un país que solo existe en su mente enferma y perversa.
En referencia al INE, al impedirle los senadores de otros partidos cambios en la Constitución para transformarlo en una farsa o comparsa que le organice elecciones a modo donde él y sus vándalos ganen siempre, sacó de su averno personal un PLAN B, que no es otra cosa que la destrucción del INE y convertirlo en un patiño, en un ente simulador.
Así que, MÉXICO ESTÁ EN VILO, como en la famosa obra de Don Luis González y González, y quienes tenemos el deber de defenderlo somos los mexicanos. Nuestra democracia nos ha costado muchos años de dolor, de procesos, de dinero, de tantas cosas y de generaciones que finalmente la pudimos concretar y pulir. No debemos permitir por nosotros, nuestros hijos y nietos, que ambiciosos de poder y sin escrúpulos la destruyan. Usando los medios que la misma democracia nos concede, salgamos este domingo 26 de febrero, a las 11:00 a.m. en todas las ciudades y pueblos donde habrá reuniones públicas para hacer valer nuestra Constitución, nuestra democracia, y por tanto, al INE.
¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!
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