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Las Sagradas Escrituras (Biblia) establecen que el diablo “vino a robar, a matar y a destruir” (Juan 10:10). Sentencia divina que nos muestra la semejanza de lo que está sucediendo en México con el actual gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador y su banda o grupo (que no partido político).

Desde antes de llegar al poder, de hecho, desde que apareció en la vida pública, el tabasqueño nunca ha tenido un medio honesto de vida que se le conozca. Nunca ha trabajado en nada. Ni vándalos ni anarquistas aparecen tutelados por la Ley Federal del Trabajo. Aunque en su caso particular su trato y deferencia para con el “chapo”, su mamá y sus hijos, han demostrado una cercanía manifiesta con el hampa. ¿Cómo entender su postura de gobierno respecto de los criminales a los que en lugar de combatir, detener y procesar, les ha concedido «abrazos y no balazos». Dicho sea de paso, es a los únicos que les ha cumplido.

En cuanto a ROBAR, lo más condenable de todo es que engañó a varios millones de mexicanos engatusándoles con una guerra declarada contra la corrupción, que claro está, ha sido de saliva y contra los que antes gobernaban, ya que en cuanto a él y sus fanáticos seguidores y su círculo cercano de mafiosos la corrupción ha sido parte integral de su forma de actuar, la de siempre. De nadie es un secreto que cuando hizo su plantón en el zócalo capitalino en tiempos del presidente Zedillo le extorsionó con millonaria suma para abandonar la plaza. Ese ha sido siempre su modus fregandi.

Es conocido también que su terrible y delincuencial plantón en Paseo de la Reforma estuvo financiado por los electricistas del SME, quienes le entregaban mensualmente 2 millones de pesos para la ‘causa’; financiamiento que continuó hasta entregarle entre 2006 y 2012 un total de 66 millones (El Economista, 27/Jun/2012).

Como también es conocido su método de extorsión a su secta de seguidores que laboran en los distintos gobiernos, a los que desde un 10 y hasta un 30 por ciento les quita(n)ban de su salario para la causa. Claro, la causa se llama Andrés Manuel López Obrador.

Por ese 10% de extorsión a los trabajadores de Texcoco se condenó a Delfina Gómez, que lejos de quedar inhabilitada de por vida para cualquier cargo público, con el total apoyo de la presidencia contiende por la gubernatura del Estado de México ¿Cuál es la corrupción que quería combatir?

     Los robos y corrupción en el llamado Banco del Bienestar son un escándalo, no se diga el mega saqueo en SEGALMEX donde se robaron más de $15 mil millones de pesos (El País, 28/Mar/2023). Ni qué decir del saqueo multimillonario en el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas, ambas entregadas sin licitación a los amigos y favoritos del presidente, que han doblado varias veces el presupuesto inicial (carentes ambas de un proyecto bien planeado y aprobado) sin que nadie investigue ni les toque. Nos ha robado sobre todo la paz, el respeto, la unidad y confianza en el mañana.

     En cuanto a MATAR, el tabasqueño lo ha hecho de maneras diversas, ya sea intencional, ya sea a causa de su indiferencia e indolencia criminal. La muerte de más de 800,000 mil personas a causa de la mala o nula atención durante la pandemia, cuando menos la mitad se pudo evitar, pero no fue así. No le importó nada. Como tampoco le sigue importando nada, excepto asegurar que él y su banda ganen las siguientes elecciones.

     En su condenable postura de «abrazos no balazos» ha permitido que los criminales asesinen durante su mal gobierno a 143,186 personas, sin contar, obviamente a los más de 50 mil desaparecidos —que cuando menos la mitad ya han sido asesinados y no entran en las estadísticas—, además de entregar a las bandas o cárteles amplias zonas del país para su control total, provocando el vaciamiento de pueblos y comunidades enteras y con ello el doloroso desplazamiento de sus habitantes doblemente víctimas (de los criminales y de un gobierno indolente e incapaz)

     En cuanto a DESTRUIR, lo primero que ha destruido este hombre malvado es la unidad entre los mexicanos, sembrando división y odio a diario para evitar que nos unamos y fracase su dictadura. Ha destruido las instituciones públicas que tanto nos han costado y que tanta necesidad tenemos de ellas (salud, seguridad, educación, etcétera), los organismos autónomos, la DEMOCRACIA, el ESTADO DE DERECHO, la esperanza de vida y la esperanza de un mejor futuro para todos. El título del reciente libro de Pablo Hiriart es totalmente acertado ¡El Destructor!

Destruyó el sistema de salud pública de México, la compleja red de adquisición de medicinas, la seguridad en la mayoría de las carreteras del país, gran parte de las selvas y bosques, detuvo la construcción del NAIM que estaba catalogado entre los 10 mejores del mundo una vez que entrara en funcionamiento, para adecuar un aeropuerto militar que no sirve en absoluto para las necesidades de la capital (ni en pasaje, ni en carga).

     Destruyó el equilibrio de poderes al hacerse de la Cámara de diputados y en buena medida la de senadores, y con ello, construir su muro dictatorial que le proteja enfilando a México a la suerte miserable de países como Cuba, Venezuela y Nicaragua. Ni que decir de la destrucción del tejido social, del abandono del campo, espacios dejados a las bandas de asesinos que manejan a su antojo tanto las vidas de los ciudadanos, como los productos agrícolas y los negocios, convirtiendo a los criminales en dueños de todo (por medio de la extorsión) y a los dueños en empleados-esclavos de los chacales. Todo con la complacencia del presidente.

Y por si no fuera suficiente todo lo anterior, la Biblia agrega que el diablo también es «padre de mentira y del mentiroso» (Juan 8:44) ¿Qué se puede decir del hombre que ganó la presidencia en el 2018, pero que nunca se ha comportado como tal, que todos los días y a todas horas en lugar de gobernar para resolver los incontables y graves problemas del país se dedica a parlotear, a MENTIR de manera cínica y patológica?

La revista Forbes señala que AMLO miente un promedio de 80 veces durante la mañanera. No dice más porque el resto del día en lugar de gobernar se dedica a descansar de no hacer nada. El Diario Reforma publicó en diciembre pasado que para esa fecha ya había mentido más de 94 mil ocasiones durante su mandato (sin contar las que ha dicho en los últimos 4 meses). Considerando que la Biblia establece que el diablo vino a robar, matar y destruir, y que es padre de mentira y del mentiroso, ¿Quién gobierna entonces a México?

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

Email. mahergo1950@gmail.com

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