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Las Sagradas Escrituras dicen: “Alábete el extraño, y no tu propia boca; el ajeno, y no los labios tuyos”; advertencia desoída por el titular de la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, quien todos los días se auto elogia y habla de logros totalmente inexistentes. Un psicópata capaz de mentir todos los días y crear en su mente perturbada (y perturbadora) una realidad que solo existe en su cabeza enferma y perversa.

      Lo más terrible del caso es que hay unos diez millones que dicen ‘creerle’, algunos, ciertamente por ignorancia, otros, porque desean ‘creerle’ para sacarle provecho, que en el caso de los que le rodean, es obvio que le dan cuerda para provecho de ellos mismos (aunque en perjuicio del país, el estado de derecho y la paz social).

      Una postura recurrente de este mitómano sin remedio es echarle la culpa de su fracaso como presidente, a los gobiernos del pasado. Lo peor del caso es que como todos los días lo repite como loro, tal parece que ya se cree sus propias mentiras. Así que para ayudar a que las cosas se pongan en claro y las nuevas generaciones y los desinformados se enteren de la verdad, hagamos una pequeña comparación entre los gobiernos del Presidente Gustavo Díaz Ordaz y el presidente Andrés Manuel López Obrador.

     De entrada, se advierte que, para el tabasqueño, el Presidente Díaz Ordaz es la representación misma de la maldad, de los malos gobiernos de antes (según su maniquea y demencial visión), un represor enemigo del pueblo, un defensor de la oligarquía, etcétera.

    Así que, sin más preámbulos, dejemos que los hechos y los datos duros pongan en su sitio a cada quien y el lector saque sus propias conclusiones:

    Metro de la ciudad de México: sus primeras dos líneas son construidas por el Presidente Díaz Ordaz en 1969 y en 1970 una tercera, elevando no sólo la calidad de vida de los capitalinos, sino poniendo a nuestro país entre los pueblos en desarrollo al crear un moderno, rápido y elegante sistema de transporte al nivel de los mejores del mundo. Mientras que López obrador ni siquiera ha sido capaz de dar mantenimiento a las líneas del Metro que recibió. Un día se incendia una, otro se cae la línea 12, en los siguientes hay accidentes en una, en otra y no hay día en el que el Metro no sea noticia a causa de su falta de mantenimiento y desinterés por parte del gobierno actual (exponiendo y angustiando todos los días a millones de usuarios).

     En economía: Díaz Ordaz tiene un crecimiento anual sostenido del 7 por ciento, con una inflación del 2.6, dejando al país en total bonanza (como nunca), sin DEUDA PÚBLICA INTERNA y CON UNA DEUDA EXTERNA CASI SIMBÓLICA ($4,263 millones de dólares en total) y sin vender un solo barril de petróleo al extranjero (era para consumo interno solamente). En comparación; con López Obrador no ha crecido ni siquiera un punto anual al año, al contrario, ha decrecido, y con altas tasas de inflación además. Y respecto a la deuda, durante su desastrosa gestión HA CRECIDO AL PUNTO DE QUE YA SE DEBEN $ 11 Billones 658.6 mil millones de pesos al primer trimestre de 2023 (lo que representa el 38% del PIB), y para que el lector se de una idea de cómo ha endeudado México este mentiroso e incapaz, tan solo este año de 2023 nuestro país tendrá que pagar a la deuda $ UN BILLÓN 79,000 MILLONES DE PESOS (Revista Expansión, 27/Oct/2022).

    En el deporte: Mientras que Díaz Ordaz fue capaz de organizar LOS XIX JUEGOS OLÍMPICOS (1968) con magnificencia, precisión, buen gusto y gran impacto entre todas las Naciones del mundo (siendo las primeras de la historia televisadas a color y de manera simultánea), abriendo así un espacio a México entre el concierto de las Naciones. Espacio e impacto ratificado dos años después (1970) al organizar con la misma precisión el Mundial de Futbol. En cambio, López Obrador ni siquiera es capaz de pagar los pasajes y hospedaje de las nadadoras mexicanas (ganadoras de varias medallas de oro en reciente competencia mundial) ofendiéndolas a través de su golpeadora en la CONADE —¿o cómo se la puede nombrar a la Sra. Guevara? quien se atrevió en su perversión y vulgaridad a mandarlas a “vender calzones o tupperware” para que paguen sus boletos y viáticos—.

    En cuanto a educación: ningún sexenio ha recibido tanto presupuesto y apoyos en todos los sentidos como lo hizo Díaz Ordaz durante su gobierno. La formación de profesionistas de todas las ramas (y con calidad) hablan de semejante esfuerzo nacional, esfuerzo al que se sumaron Universidades, preparatorias, secundarias, maestros, y por supuesto, los sistemas educativos de los Estados. Confundir el movimiento estudiantil de la ciudad de México con el proyecto educacional es ceguera voluntaria o fanatismo ideológico. En cambio, López Obrador se ha dedicado a atacar a las Universidades públicas y privadas, y tratado de crear unos localones (al estilo rancho) para adoctrinar a la juventud, nombrando eufemísticamente a sus jacalones ‘universidades’ (que evidentemente no lo son).

    En el tema de seguridad, AMLO y su secta de Morena se desgarran las vestiduras por la matanza del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco (faltaban escasos 10 días para que se iniciaran las Olimpiadas y los agitadores profesionales querían dañar la imagen del gobierno y el desarrollo de los Juegos). Conforme a las estadísticas oficiales los muertos en Tlatelolco fueron 30, los heridos 70 y los detenidos 1,500; si bien habrá de decirse, que en todo el país estábamos en paz y creciendo en todos los órdenes. En cambio, durante el sexenio de López Obrador ya suman 156,136 asesinatos, el 99 por ciento impunes, además de haber más de 100 mil desaparecidos y millones de mexicanos aterrados y extorsionados por las bandas (otros han abandonado sus tierras, negocios y pueblos sin que nadie en el gobierno los defienda).

     Tratando de concluir este comparativo, el Presidente Díaz Ordaz durante su toma de protesta dejó muy en claro su directriz: “con la Constitución como guía, sin admitir retrocesos ni claudicaciones… (porque) en México existen todas las libertades menos una: la libertad para acabar con todas las demás libertades”, postura que mantuvo firme hasta el final. Mientras que López Obrador les ofreció a las bandas delincuenciales «abrazos, no balazos» con los resultados ya mencionados, nuestro país en caos y al borde de la ingobernabilidad, expresando desde Palacio Nacional la sentencia que le seguirá por siempre ¡Y no me vengan con esa de que la ley es la ley! ¿Quién cree usted que ha sido mejor presidente, Díaz Ordaz, o López Obrador?

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

Email: mahergo1950@gmail.com

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