Opinión
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Mientras el Estado de Sinaloa, sobre todo la capital Culiacán, se encuentran bajo el fuego y dominio de las bandas delincuenciales, la población aterrorizada, el comercio cerrado y la economía de la inmensa mayoría colapsada (debido al terror implantado por las hordas criminales), acompañado este cuadro de horror por el temor de las familias de que los criminales se metan por la fuerza a sus hogares y se lleven sus jóvenes a la leva criminal.

    Pero eso no le importa a la flamante presidenta. Ella segura que todo está bien, que está bajo control. Lo mismo decía su antecesor, cuyos abrazos ofrecidos a los asesinos, son causa fundamental del clima de guerra que se padece en muchas partes del país.

Obligada a mostrarse con independencia de su antecesor, no lo hizo. Prefirió continuar con el libreto que le dejó el de Macuspana, destrozando de inmediato los ilusiones de los que creían en ella como un ente libre, pero, sobre todo, mostrándose sometida a los grilletes del dictador, que por lo que se aprecia no se fue. Dejó una encargada de despacho.

En el último día de su gobierno, López Obrador, si es que se le puede decir gobierno a semejante desgracia nacional, 96 mexicanos fueron asesinados en el país sin que al tabasqueño esas muertes le merecieran siquiera una mención. Pero eso sí, la nueva secretaria de gobernación, Rosa Icela Rodríguez salió a pedir perdón por los muertos —¡asómbrese o indígnese lector!— del 2 de octubre DE 1968, SÍ DEL 2 DE OCUBRE DE 1968. Es decir, muertes ocurridas hace 56 años.

Para poner las cosas en perspectiva y tener mejores elementos de juicio para una opinión objetiva y necesaria a nuestras circunstancias actuales, el 2 de octubre de 1968, faltando diez días para el inicio de la XIX Olimpiada a celebrarse en nuestro país, los estudiantes capitalinos, que dicho sea de paso, tenían retando por tres meses al gobierno de aquella época, deciden —cuando ya estaban advertidos de que habían ido demasiado lejos— realizar un mitin en la Plaza de las Tres culturas (Tlatelolco) a sabiendas de que el gobierno (y los mexicanos todos) teníamos nuestro primer compromiso a nivel mundial, por lo que la prensa y países tenían puestos los ojos en nuestra Patria, los líderes estudiantiles retan abiertamente al gobierno con los lamentables sucesos que todos conocemos.

Todos, excepto Claudia Sheinbaum, AMLO y las huestes de eternos manifestantes de la 4-T, puesto que han pasado ya 56 años de aquel suceso. La mayoría de los mexicanos en la actualidad ni siquiera habían nacido. El mundo es otro, México es otro, la sociedad es otra y nuestras condiciones de vida son otras. Pero como no saben gobernar y lo único que se les da es el desmadre, recurren a sus viejas rutinas (tan dañinas como estúpidas, pues lo que México requiere en el momento actual es trabajo y productividad para generar y poder repartir riqueza).

El primer día de trabajo como presidenta, en lugar de ir al puerto de Acapulco de inmediato y enterarse personal y presencialmente de la desgracia en las que se encuentran los porteños -—lo que hubiera mostrado a los mexicanos que el cambio en la presidencia era de verdad— prefirió continuar el estúpido sketch de las mañaneras. Peor aún: ¡Dedicarla al 2 de octubre! (sí fue por la tarde a Acapulco, pero se limitó a la zona naval, sin contacto con los damnificados)

Dicen que las comparaciones son odiosas. Lamentablemente a veces son necesarias e ineludibles. El 2 de octubre de 1968, de acuerdo a los partes y documentos de la época hubo 30 muertos y 70 heridos en Tlatelolco (los detalles los he narrado ampliamente en tres de mis libros). Esa es la realidad que después de 56 años nadie la ha desmentido con hechos y pruebas. Tiempo lo han tenido suficiente.

     Pero se necesita ser muy caradura y cínico para ver pajas en ojos ajenos. Andrés Manuel López Obrador tuvo 199,626 homicidios dolosos durante su pesadilla de dizque ‘gobierno’, más otros 50,000 asesinados (de los desaparecidos) lo que da un total de 249,626. Es decir, en 70 meses de su régimen de terror, se cometieron cada mes 3,566 homicidios (118.8 asesinados todos los días).

     Y en lugar de salir la nueva presidenta A PEDIR PERDÓN A LAS FAMILIAS DE UN CUARTO DE MILLÓN DE MEXICANOS ASESINADOS, no hace 56 años, SINO DURANTE EL GOBIERNO DE LÓPEZ OBRADOR (prácticamente todos en la impunidad)sale a tratar de engañarnos con el cuento de sus marchas en las que se entrenó con AMLO (aunque Gustavo Petro de Colombia declaró en su visita a México que Claudia fue miembro de la Guerrilla Colombiana M-19) reclamando asesinatos de hace más de medio siglo. En verdad, que incongruente y manipuladora.

De hecho, en su PRIMER DÍA al frente del poder ejecutivo, 80 asesinatos se cometieron en México y 97 el TERCERO. ¡No hace 30, ni 56 años, sino el 1 y el 3 de octubre de 2024! Se necesita ser falaz, populista o tener una máscara ante el pueblo —que no es únicamente los fanáticos de Morena, sino 130 millones de mexicanos— para atreverse a semejante farsa. Esa trillada frasecita, pretexto para anarquistas y rateros, de que “el 2 de octubre no se olvida” debe quedar ya en los archivos y libros de historia y avocarse a detener tanto derramamiento de sangre en el México actual. De acabarse los abrazos para los delincuentes y que de ponerse rejegos y no querer someter al imperio de la ley, los balazos sean para ellos. No para la gente inocente y pacífica.

Basta ya presidenta de tanta farsa. El trabajo de un presidente(a) se muestra todos los días en hacer valer el estado de derecho, en someter al imperio de la ley a la abundante fauna delincuencial. A resolver los gravísimos y cada vez mayores problemas de salud, educación, economía, infraestructura, relaciones comerciales e internacionales, de crear canales de comunicación y atención para todos los mexicanos TODOS y no sólo a los de su secta pseudo política. México no es Morena y una tercera parte de los mexicanos la eligió, sin embargo, y conforme a nuestras leyes y la democracia, su deber es atendernos a todos. A TODOS.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

Email: mahergo1950@gmail.com

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