Mientras el trabajo de destrucción del México libre, republicano y tripartita avanza sin descanso, decenas de millones de mexicanos permanecen en un sueño soporífero de indiferencia que no les ha permitido ver en absoluto lo que sucede. Mientras que aquellos que están conscientes de la realidad política nacional no pueden dar crédito a semejante conducta (en muchos sentidos suicida).
Un sexenio con un psicópata al frente que se dedicó a destruir la República y sus Instituciones —lo único a que le ha puesto empeño en toda su miserable vida—, aliándose con las bandas criminales, derrochando el presupuesto y dejando de invertir en las necesidades y prioridades nacionales (salud, seguridad, educación, infraestructura y un largo etcétera); dejando morir a más de 800,000 personas durante la pandemia por una deficiente o nula atención médica; permitiendo que asesinaran a 250,00 mexicanos (cuando menos el 98% de esas muertes impunes); dejando la seguridad en manos del Ejército que en lugar de cuidar al pueblo, se limitó a pasear en caravana por calles y carreteras, así como a construir obras caprichosas para tener contento al Nerón de Macuspana.
Un sexenio en el cual se vio destruido lo construido por varias generaciones de mexicanos en un siglo de trabajo, esfuerzo, ahorros, inversión y visión conjunta. Contra todas estas bendiciones sociales se abalanzó a destruir este resentido social, este enfermo de la mente y del corazón, destruyendo la República, el Poder Judicial, la Democracia, los Organos autónomos y todo aquello que le pudiera impedir ejercer el poder al tabasqueño y su pandilla; como le calificara esta semana en valiente discurso Guadalupe Acosta Naranjo al recibir el Premio Nacional de Comunicación José Pagés Llergo.
Mensaje valiente que, sin estar escrito en papel alguno, brotó genuino y vigoroso del corazón de un mexicano, que, como muchos, sufre cotidianamente al ver lo que está ocurriendo en nuestro país, del cual se reproduce una parte:
—“Lo único que no podemos perder es la esperanza. Lo que esta sucediendo es una tragedia, estamos perdiendo a pasos agigantados trozos de República y de democracia…
Y al referirse a los gobiernos de MORENA lo dice con firmeza y claridad:
—“Es una pandilla de personajes que se sienten poderosos y que hacen cosas inimaginables hasta hace poco… ¡inimaginables! Tener de presidente del Senado a quien tenemos… Tener una consejera jurídica que se borra ella misma de una iniciativa de ley… Tener una Vicepresidenta que es presidenta de México.
Tanta lucha, tantos años para que las mujeres tengan el lugar que se merecen después de tantos años, para que la primera que llegue esté sujeta a las decisiones de un hombre… ¡eso es lo que estamos viviendo!
Alguien tiene que cortar el teléfono rojo de ese rancho. Alguien tiene qué exigirle… urge que tome protesta… urge que tome protesta. ¡Porque de lo contrario lo que estamos viendo no es un retroceso de algunos años… regresamos al ‘28 del siglo pasado y un neocallismo con una sociedad como la nuestra, no, no lo merecemos nadie!
Y Mirar con temor, por miedo a represalias, porque son rencorosos, porque son cobardes, porque son abusivos, porque son Puk y Suk gobernando las Cámaras (dos cavernícolas, personajes de un cuento de los años ’60, refiriéndose obviamente a Monreal y Noroña) ¿Por eso vamos a dejar de luchar? ¿Por esa razón nos vamos a quedar con los brazos cruzados…? ¡Aquí estamos, no tenemos fuero y estamos dando la batalla porque México se lo merece…!
Esta medalla yo no la merezco porque estoy haciendo lo que debo de hacer. Ni un esfuerzo extra que lo que la Patria nos está exigiendo…”
Palabras de un mexicano valioso y comprometido son estas. Merecen ser registradas y recordadas. Un espejo en el que millones de mexicanos se deben ver, de observar que una terrible dictadura avanza, ya que no se trata del ‘viejo priísmo del siglo pasado como muchos aseguran. De ninguna manera. Es una vulgar y oprobiosa dictadura, un régimen totalitario que ha desmantelado ya la mayor parte de nuestras estructuras republicanas y democráticas, sustituyéndolas de manera rápida por escenografías de utilería que parezcan ser lo mismo, pero no lo son; engañando en el inter a la masa comodina con dinero que en lugar de ir a la compra de medicinas, hospitales, pago de policías, mantenimiento de carreteras y demás urgencias y necesidades sociales, va a parar (por un poco de tiempo) a los bolsillos de los millones de ilusos y engañados.
Este año López Obrador pidió prestados 2 billones de pesos. Sí, dos millones de millones de pesos, gran parte de esa fortuna fue a parar a los bolsillos de los engañados, ya fuera para ganar su voto, ya mediante pensiones y becas. Dinero que ya está costando diariamente una fortuna en pago de intereses para los prestamistas internacionales. Y como Claudia ya amenazó con dar más dinero a las graderías aplaudidoras, la DEUDA PÚBLICA CRECERÁ MÁS, ASI COMO LOS INTERESES, que, dicho sea de paso, tendremos que pagar entre todos los mexicanos y por varias generaciones. Lo dicho: “Y la dictadura avanza!”.
¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!
NOTA: la semana anterior estuve de vacaciones, por eso no hubo artículo.
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