SENADO: ENTRE PROFUGOS Y CHIFLADOS
Lugar de mayor honor, reservado para los mejores ciudadanos provenientes de los Estados que representan la Federación, es decir, la República, de pronto, de algunos años a la fecha, además de aumentar equivocadamente su número, el Senado se ha visto invadido de bucaneros, improvisados y cuanto sujeto se pueda usted imaginar.
¿Dónde quedaron los Belisario Domínguez, los Francisco Field Jurado, los Martin Luis Guzmán, los José Luis Lamadrid Sauza? ¿Cómo es que esta Cámara que debe integrarse por dos ciudadanos por Estado, los mejores y más brillantes, hombres o mujeres (más es juego político y negocio partidista), pero de la más alta calidad moral e intelectual, de pronto se hizo foro de mediocres y cueva de individuos con cuentas pendientes con la ley?
¿Sabrán prófugos de la ley y chiflados —a los que la 4T abrió las puertas del Senado— que un hombre como el ilustre Fray Servando Teresa de Mier, a quien Don Alfonso Reyes considera el abuelo de la Independencia; fue el primer mexicano que consideró y promovió la creación del Senado; pero que correspondió a su primo y casi paisano, Miguel Ramos Arizpe, el establecimiento bicameral para el equilibrio de poderes? Es de dudar.
Ningún mexicano enterado, y no es asunto de partidos políticos, es de justicia, dignidad y sentido común; que individuos como Napoleón Gómez Urrutia (prófugo de la justicia y absuelto por el agua bendita de AMLO), la comandanta Nestora Salgado (acusada de secuestro), el polémico, belicoso y etílico Felix Salgado Macedonio, y muchos otros más, se les hayan abierto las puertas del Senado ¿A ese nivel está el pueblo mexicano, semejantes especímenes pseudo políticos nos representan en verdad?
Para desgracia nuestra no están solos. No señor. Se hacen acompañar incluso de chiflados, como es el caso de Jesusa Rodríguez, una mujer que además de protagónica e inmoral (inmoral en el estricto sentido de la palabra) esta semana que concluye logró que los reflectores de los medios se enfocaran en ella. Con mirada desorbitada como sucede en personas ya fuera de la realidad, declaró que “cada vez que comes tacos de carnitas estas festejando la caída de la gran Tenochtitlán… que el 14 de marzo de hace 500 años comenzó la conquista del territorio continental de México, acto con el cual la religión católica fue impuesta a sangre y fuego por fanáticos y asesinos que venían a depredar nuestro territorio y nuestra cultura” (El Universal, 18/Mar/2019).
Un día después, esta misma senadora de Morena aparece promoviendo el uso de la mariguana y haciendo apologética de la nefasta yerba (no se está diciendo que no pueda tener usos medicinales, pero corresponderá a la Secretaría de Salud decir para qué y cómo). Sin embargo, esta mujer a la que los medios ya deberían de dejar de cubrir sus disparates, declaró con sonrisa de orate: “Hace 20 años una uróloga australiana hizo la descripción del funcionamiento del clítoris, antes no sabíamos cómo usarlo, lo mismo pasa con la marihuana, hay una desinformación absolutamente programada de manera que la gente no sepa las maravillas que la planta pueda tener para una sociedad” ¿Para eso ocupan los escaños, para decir semejantes sandeces?
Al respecto se habrá qué decir que la semana pasada en el municipio de San Pedro (Tlaquepaque para los defeños) un padre soltero, luego de fumar su porquería agredió con unas tijeras de jardinería a su hijo de 10 años y casi le saca la masa encefálica (la pobre criatura se debate entre la vida y la muerte en el Hospital Civil), y esta chiflada, que cobra como senadora, promoviendo la droga como “uso lúdico”, como planta ”maravillosa”.
¿Uso lúdico? ¿Son o se hacen?, para uso lúdico es una pelota de futbol, de beisbol, de basquetbol, algunas raquetas para tenis o frontenis, etcétera, pues que se tenga conocimiento no se hacen balones de mariguana para dichos deportes o remos para canotaje, por decir algo. Las palabras tienen significados y la mariguana jamás tendrá un uso lúdico. De adición sí, lúdico no.
De manera que de acuerdo a esta mujer, que cobra como senadora, pero que está muy lejos de serlo, de hecho y para evitar comparaciones sus compañeros la debían de dar de baja por insania mental: los mexicanos no debemos comer ‘tacos de carnitas’. Y es que, de acuerdo a las chifladencias de esta mujer, los aztecas eran individuos nobles, pacíficos y llenos de amor para las tribus vecinas, de manera que pretende quitar de la dieta de los mexicanos los tacos de carnitas. Es de suponer que los votantes de taquerías, torterías, restaurantes de todos los niveles, deben estar felices con tener como representante en el Senado a esta mujer desorbitada. Ni se diga de los porcicultores que a punto deben de estar para erigirle un monumento.
Los ciudadanos observan impotentes a estos personajes del Senado —que además de indignos para semejante honor e incapaces de entender el lugar donde se encuentran— denigran y hunden el país, como es el caso de la Sra. Lucía Trasviña (de Morena), quien en uso de la palabra dio rienda suelta a su personalidad silvestre y peleonera y con ostensible vulgaridad, ofendió a algunos de sus compañeros desde la tribuna: “Sátrapas, ratas, entrelucidos y lurios. Así se los digo y se los sostengo. Y no les tengo miedo, cabrones” (21/Mar/2019). Semejante perfil permite ver la carencia absoluta de preparación, así como la incapacidad civilizada para la exposición de ideas a favor y el bien de la Republica, exhibiendo el nivel de debate apenas a un grupo de simples grillos que desconoce en absoluto la función del sitio donde se encuentran, de la enorme responsabilidad republicana que pesa sobre sus espaldas. Queda claro que su nivel es la pulquería o la pandilla. No el Senado de la República.
En una situación tan grave de crisis como la que vive el país y esta banda de improvisados y corruptos (corrupción también es contender, pero sobre todo aceptar, un cargo para el que no se está preparado ni capacitado) confundiendo el Senado con la Arena Coliseo.
México a merced de toda clase de asesinos, ladrones, mafias con o sin organizar, de delincuentes de todo tipo y tamaño que sin distinción de clase social dan rienda suelta a sus instintos bestiales (estimulados por una impunidad total); y nuestros senadores en lugar de adecuar el marco legal y exigir a los otros poderes que pongan orden y hagan valer la ley (ganando exorbitantes sueldos y prestaciones) pierden tan valioso tiempo en estupideces. En reyertas barriales propias de vándalos e indignas de tan honroso lugar, que, dicho sea de paso, clama por otro tipo de políticos con otra preparación, con altura de miras y visión de estado.
Cree usted, lector, ¿que entre grillos incultos e impreparados, prófugos y chiflados conducirán a la República (desde la plataforma del Senado) hasta puerto seguro, o como el Titanic, se toparán con el iceberg del caos y la ingobernabilidad en el camino?
¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!
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