EL ’68, ¿MÁS IMPORTANTE QUE EL 2024?
Si Claudia Sheinbaum quiere que se le respete como presidente(a), tiene que comportarse como tal. Hasta ahora ha actuado como copia al carbón del tabasqueño. El pasado 2 de octubre, apenas iniciando su gestión al frente del poder ejecutivo federal, en lugar de mostrarse ante los mexicanos como una líder sin correa de mando, con independencia e ideas propias, con auténtica visión de estado, lamentablemente no lo hizo.
Dejó salir a la porra de la UNAM, a la eterna manifestante de causas sin causa, peor aún, olvidando donde se encontraba, arengó a sus correligionarios, a los manifestantes profesionales, a los que poco o nada aportan para el país, pero que se la viven gritando y reclamando, en este caso y ocasión: “¡Dos de octubre no se olvida!” ¿En verdad? ¿De ese tamaño es la titular del ejecutivo federal?
Habrá de decirle alguien que el día primero de este mismo mes, protestó CUMPLIR Y HACER CUMPLIR LA LEY, cosa que hasta el momento no ha hecho. Entre reclamar las muertes de Tlatelolco y comentar la condena contra García Luna: la que cobra como presidente(a) se le ha olvidado poner orden en el México del año 2024. ¡No en el de Díaz Ordaz, ni de Felipe Calderón! ¡EN EL DE CLAUDIA SHEINBAUM!
México está bañado en sangre, dominado por bandas asesinas de todo tipo y tamaño, que su antecesor no solo permitió y alentó, sino que según hay indicios —son varios los libros de periodistas que han hecho exhaustivos trabajos de investigación en los que como se aprecia, AMLO debe ser sometido a juicio—, recibió varias ocasiones dinero de algunas, por lo que jamás les persiguió. De hecho, les visitó al pueblo rabón de Badiraguato hasta por seis ocasiones.
En términos cerrados durante el obradorato se cometieron 250,000 asesinatos, el 98 o 99% de ellos impunes todavía (200 mil contabilizados, más otros 50 mil asesinados, pero no contabilizados por haber sido enterrados en fosas clandestinas, desmembrados o desbaratados con ácido).
Tan solo del 1 al 3 de octubre en Guanajuato se cometieron 32 homicidios (en Tlatelolco fueron menos; 30 según consta en las actuaciones judiciales que nadie ha desmentido, tiempo han tenido), prácticamente todos del orden federal o derivados de delitos federales. Es decir: que son de su competencia. Pero como es química (o algo así) y no entiende de leyes, SON DE SU INCUMBENCIA. Es parte de sus deberes detener esa violencia desbordada, diseñar estrategias para comenzar a desmantelar a las bandas criminales y remitir a las autoridades judiciales a la abundante fauna criminal. ¡Nada de abrazos!
En Acapulco esta semana los taxistas salieron a manifestarse y pedir protección del gobierno (QUE HASTA AHORA SOLO EXISTE EN LA NÓMINA Y EN LA CORRUPCIÓN —PARA LLEVARSE EL PRESUPUESTO—) pues al inicio de la semana mataron a cuatro de ellos, y en la capital Chilpancingo, como todos sabemos, asesinaron y decapitaron al presidente municipal. La edecán ¿o es gobernadora? de ese Estado se limitó a expresar su asombro en una red social ¿En verdad: la tierra de los hermanos Galeana, de Vicente Guerrero, Nicolás Bravo, Juan Alvarez, Ignacio Manuel Altamirano y demás, no tiene mas mexicanos(as) ilustres y patriotas? El impresentable y mafioso padre de la que cobra como gobernadora, ella misma, y una señora que dizque es presidenta municipal de Acapulco, muestran la orfandad republicana en la que se encuentran esos millones de mexicanos indefensos (ante tanto asesino despiadado).
En el estado de Sinaloa, pero sobre todo en Culiacán, tienen más de un mes sumidos en una guerra entre las bandas de asesinos que mantienen aterrorizados a los ciudadanos pacíficos. Que los hay. No todos son delincuentes presidente(a). La economía se encuentra colapsada y no hay visos de normalizar, pues ni el gobierno federal, ni el local dan muestra de hacer algo efectivo. Fuera de pasear tropas en vehículos oficiales (como lo hacen desde el gobierno anterior) todo permanece igual.
Los asesinatos en esa zona se acercan a los 200 y los desparecidos por cientos. Ni qué decir de robos y destrucción de vehículos de todo tipo, precio y tamaño, de la quiebra de pequeños negocios. Asaltos y robos sin que nadie defienda a los ya de por sí agraviados y humillados ciudadanos.
El asunto de fondo, y para no extendernos, es que los asesinos se sienten tan campantes con Claudia, como con López Obrador. Su violencia no para. Aquí en Jalisco esta semana 5 jóvenes en el norte de los Altos fueron decapitados haciendo gala los asesinos de su crueldad e impunidad. Terrorismo puro ¿Y la ley, y Claudia Sheinbaum, y Omar García, y el Ejército, y la Guardia Nacional, etcétera?
No extenderé mi comentario. Podríamos citar cientos de asesinatos cometidos esta misma semana en el país, pero la intención de fondo es que la nueva presidente(a) CLAUDIA SHEINBAUM PARDO asuma desde ya su responsabilidad y ponga un alto a tanta sangre. A tanta violencia y procurar el restablecimiento del estado de derecho. No es momento (ni tampoco la forma) de atacar al PODER JUDICIAL con una reforma estúpida, ilegítima y viciada.
Si realmente quiere gobernar a México, es momento del diálogo republicano, de unir fuerzas, de planear todos juntos y escuchar otros puntos de vista, y entre todos, procurar un México mejor (para todos). No sólo para los de su partido, pues nadie la eligió para presidenta de Morena, sino de MÉXICO. Es decir, de TODOS LOS MEXICANOS, por lo que quedarse en el 2 de octubre, o en lo que hizo García Luna, no nos ayuda ni resuelve nada. Presidente(a) SHEINBAUM: comprométase por el país, por todos los mexicanos, someta al orden legal y jurídico a los criminales, es la vía, téngalo por seguro que entonces sí tendrá el apoyo de los mexicanos. Pues ahora lo tiene solo por la pensión que se les concede de los impuestos. Y recuerde: ¡El ’68 no es más importante que el 2024!
¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!
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