¿Y ASÍ QUIEREN NUESTRO VOTO?
La mayoría de los políticos en Jalisco (si no es que en todo el país) y que andan en campaña buscando nuestro voto no tienen vergüenza. No la conocen. Su cinismo solo es comparable con la maldad de los criminales, pues tanto el corazón de unos como de otros están inclinados a hacer lo que no se debe, los unos para hacerse del poder y los dineros públicos de una manera que no arriesguen nada. Los otros por métodos más violentos y rápidos, pero nacidos ambos casos de sentimientos semejantes, de naturalezas para las que el prójimo no es nadie, un simple escalón para satisfacer sus ambiciones.
Un caso emblemático es el que encabeza el presidente municipal de Guadalajara, Enrique Alfaro, de quien no se puede decir ni de qué partido político es, ya que él como toda su familia hicieron fama y fortuna en el PRI, luego él se unió al PRD, se hizo íntimo amigo del panista Emilio González Márquez y ahora pretende la gubernatura de Jalisco por Movimiento Ciudadano.
El historiador por excelencia del siglo XIX, el inolvidable Guillermo Prieto, en su clásico ‘Memorias de mis Tiempos’ les nombra chaqueteros (en alusión a los que entonces, como ahora Alfaro y tantísimos más, cambian de bando político como cambiar de casaca o de chaleco).
¿Será confiable una persona que cambia de parecer y de visión política con tanta facilidad? Ni qué decir de su carácter violento y autoritario, pero, sobre todo, de su manera absurda de intentar gobernar Guadalajara con adornos costosos (de nuevo rico) y con campañas mediáticas super millonarias, pero sin un programa efectivo que solucione los problemas de la comunidad urbana, que lejos de disminuir se han multiplicado.
En su mal gobierno la delincuencia se ha disparado a límites jamás vistos. Asesinatos (hasta por camionetas repletas de cadáveres),asaltos a mano armada, robo a bancos, a cuentahabientes, de autos, a camiones de carga, robo de autopartes y de casas, se han convertido en el pan de angustia de la sociedad; ilícitos que en su mayoría ya no son denunciados ante la inutilidad de hacerlo, pues la señora IMPUNIDAD campea retador sobre el derribado estado de derecho. Patrullas y policías son simple adorno urbano.
CAMINO AL AEROPUERTO DE GUADALAJARA UN MULADAR
Están tan ciegos y trepados en su pedestal de soberbia (en el caso de Alfaro en un “banquito”), que no ven ni siquiera las cosas urgentes que reclama por solución la ciudad, aun así, se atreven a pedir licencia para contender por la gubernatura. En verdad que desconocen del todo la autocrítica, su enorme ego es confundido con la conciencia (aniquilada desde hace mucho tiempo).
Un caso urgente y patético que no ven, es el camino al aeropuerto internacional de GUADALAJARA, sí de GUADALAJARA (aunque esté asentado en Tlajomulco, es el de Guadalajara) convertido en un verdadero muladar. Una exhibición cotidiana de la incompetencia, ceguera, inutilidad y absoluta falta de visión del municipio capital de Jalisco.
La entrada y salida de la ciudad capital del Estado, por donde visitantes y locales que circulan a diario corroboran con horror e impotencia la mugre y abandono en que se encuentra la calle principal. La entrada a la sala de la ciudad es una muestra del desprecio que los gobernantes tienen por los gobernados, de su incapacidad para ver las necesidades más elementales, que, si las vieran, no iniciarían campaña alguna si antes no remediar semejante vergüenza. Y es que, si esto hacen en la entrada a la casa ¿cómo será el estado real de la misma?
La llamada Calzada Solidaridad, construida durante los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y Guillermo Cossío Vidaurri, quedó originalmente bonita y de muy buen gusto. De hecho, se le instalaron aspersores para regar el pasto y mantener árboles, arbustos de ornato y flores en estado óptimo. Lamentablemente es rumbo que no transita el candidato de MC, o si lo hace, solo corrobora su indolencia e incapacidad para el cargo que aspira. La grilla no es verdadera política, es simple ‘tenebra’ de ambiciosos.
A partir del Periférico, largos tramos se encuentran quemados y saturados de basura acumulada por semanas y meses. El largo recorrido es visualmente asqueroso y deprimente. Todo seco, mugroso, basuriento, abandonado, con alambrados caídos, rotos, o en pésimo estado.
Viniendo del aeropuerto hay dos troncos de árboles caídos que tienen meses, sino es que años, que además del pésimo aspecto que conceden a la rúa, son potencialmente un arma mortal en caso de accidente, toda vez que están enfilados hacia los conductores, de manera que si alguno es empujado, se le poncha una llanta, o lo que sea, se estrellarían de inmediato contra esa mole que les mataría en un instante, pues no hay un solo funcionario que vea el problema y lo resuelva (quizá porque ahora todo el año y todos los años ya andan en campaña).
Cuando se realizó esa obra el Ayuntamiento de Guadalajara se hizo cargo (y se mantuvo bien y bonita por varios años), que si bien se encuentra la mayor parte en los municipios de San Pedro y Tlajomulco, es el aeropuerto de Guadalajara. Punto. Nada de pierde y mucho se gana remediando esa falta que ofende a diario a los ciudadanos y agrava el descrédito contra los gobernantes.
Con el dinero de los anuncios de un día de televisión y radio de sus horrendas y enfadosas campañas que a nadie interesan, pudieran rehabilitar y embellecer nuevamente tan importante vía de comunicación. ¿O usted qué considera estimado lector, cree que gobiernos así de indolentes y ciegos merezcan el voto?
¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!
Email: mahergo50@hotmail.com