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Después de los terribles sucesos en las cámaras de diputados y senadores, así, con minúscula ¿qué podemos celebrar los mexicanos en estas fechas? La independencia de México… ¿ya cuál? Una pandilla de vándalos y vividores (apoyados por las bandas criminales) se apoderaron del país a la mala, echando por tierra dos siglos de historia de un país independiente construido con las vidas, trabajo y sacrificios de muchas generaciones, para quedar dolorosa y lamentablemente en las garras de una dictadura populista.

     Todo empezó desde la campaña del 2006, cuando el que todavía cobra como presidente (sin haberse nunca comportado como tal) inició su primera campaña. Momento en el que según se conoció posteriormente en los medios por trascendidos de procesos judiciales en Estados Unidos y libros de investigación y denuncia, como “La Historia Secreta, AMLO y el Cártel de Sinaloa”, de Anabel Hernández), AMLO recibió muchos millones de pesos para su campaña proveniente de las bandas de narcotraficantes.

    Aportaciones ilícitas ―según se afirma en Estados Unidos y algunos libros y notas periodísticas― que se repitieron en las campañas del tabasqueño en 2012 y 2018. Y como el que paga manda, queda por demás claro quién manda en México desde diciembre de 2018. Seis visitas al pueblo rabón de Badiraguato (cuna de los capos del narcotráfico) dejan ver el tamaño del compromiso. Viajes a Europa a compromisos internacionales en beneficio del país nunca; pero a Badiraguato ¡seis veces, seis!

      Sin embargo, esta semana en que las bandas que le financiaron sus campañas (según se afirma) han entrado en guerra, ni se ha parado a Culiacán, ni tampoco le ha concedido importancia alguna a tan delicado tema. Todo su interés se ha mostrado en destruir el PODER JUDICIAL y con ello acabar con la República y la democracia; pretendiendo suplir la indispensable presencia republicana de este poder con una farsa; con un poder judicial de utilería en el cual sus amigos de Badiraguato (y anexas) puedan encontrar jueces y magistrados que les liberen y exoneren de inmediato.

     Tarea que de acuerdo a la mafiosa reunión del martes negro en el Senado (10 de septiembre de 2024); fecha que pasará entre los horrores de nuestra historia; los métodos utilizados fueron propios de los cárteles que le apoyan, doblegando a cuatro traidores que jamás debieron llegar a la Cámara Alta, pues no representaban a sus Estados, sino a sí mismos y a la mafia gobernante.

     Los nombres de José Sabino HerreraAraceli Saucedo Reyes (PRD), Miguel Angel Yunes Márquez y Miguel Angel Yunes Linares (PAN), al igual que Daniel Barreda Pavón (MC): han pasado al lado negativo de nuestra historia, ya son parte del linaje de los traidores, que, dicho sea de paso, abundan en nuestro país (la galería de corruptos y malvados para los que el dinero y el poder son la única cosa válida en sus miserables vidas, es por demás abundante).

     Son descendientes directos de Ignacio Elizondo, quien en Acatita de Baján, traiciona y entrega a las fuerzas realistas nada menos que a Don Miguel Hidalgo y Costilla (padre de la independencia de México) el 21 de marzo de 1811; como también lo son del capitán Matías Carrasco y del coronel Manuel De la Cocha, quienes traicionan y detienen a José María Morelos y Pavón el 5 de noviembre de 1815 (otrora soldados de la independencia, que decidieron —como los actuales senadores— cambiarse a las fuerzas realistas).

     Para desgracia de nuestro pueblo la lista de traidores a la Patria es por demás larga e ininterrumpida. Y es que, para traicionar a un país no se requiere estar en guerra independentista, todos los días, y desde diversas responsabilidades gubernamentales se le traiciona. Aunque, claro, algunas de esas traiciones por su dimensión y consecuencias se colocan entre las grandes traiciones. Como sucedió este martes en el Senado.

      La lista en esta terrible calamidad histórica se inicia con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza, continuando por su gabinete, la secretaria de gobernación, los diputados federales de MORENA, PT y VERDE, los senadores de esos mismos partidos, así como los traidores ya mencionados, sumándose todos los congresos estatales que sin leer siquiera la supuesta REFORMA JUDICIAL la aprobaron para agradar al psicópata de Palacio (sin detenerse a pensar si su voto dañaba al país o si la referida reforma era lícita o no).

      El martes 10 de septiembre de 2024 pasará a la historia, pues, como el día en que LOS MEXICANOS PERDIMOS NUESTRA INDEPENDENCIA Y LIBERTADES. Día en el que un tirano al frente del poder ejecutivo, llamado Andrés Manuel López Obrador, con la ayuda vergonzosa y lacayuna del poder legislativo, se apropiaron con violencia y acciones propias de mafiosos del PODER JUDICIAL (así, con mayúsculas), acabando con la República Mexicana y la democracia, para iniciar una nueva forma de gobierno al estilo Venezuela y Cuba.

     De manera que salir a las calles con banderitas y rehiletes solo permite ver ignorancia total de la catástrofe que nos ha sucedido, como también una manera de vida egoísta, ausente de los deberes cívicos que obligan a todo verdadero ciudadano. El abstencionismo del 2 de junio pasado, al igual que los votos otorgados a los golpistas-populistas de la 4-T derivados de los dineros públicos recibidos cada mes, son testigo perenne de que participaron, conscientes o no, de la pérdida de nuestra independencia. No lo notarán ni sucederá de un día para otro, pero por las señales del autócrata de Palacio, sus malvados deseos y caprichos gusta de que se cumplan ipso facto.

     Los pobres, los verdaderamente pobres, los que luchan para sobrevivir son ajenos a semejante acto de traición. No así las clases medias en todos sus estratos (y algunos en las clases altas) que por mera conveniencia personal o por apatía, incluso, por dar la contra, permitieron con su voto y silencio que una banda de anarquistas y verdaderos pillos (de todos colores políticos) se apropiaran de México y con ello perdiésemos la independencia. Así que, ¡Ya nada qué festejar!

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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En el histórico y famoso debate entre los candidatos Bill Clinton y George Bush (padre), la retórica discursiva del segundo aumentaba regodeándose en sus éxitos en el orden internacional y la guerra contra Irak, por lo que el pragmático gobernador de Arkansas lo para en seco con su famosa frase que resumía el interés real de los norteamericanos: «¡Es la economía, estúpido!»

     De igual forma: la retórica discursiva desatada a causa de la REFORMA AL PODER JUDICIAL a lo largo y ancho del país (e incluso en el extranjero), poco tiene que ver con la impartición de justicia y el bienestar del país. La verdadera razón que ha impulsado este innecesario y nocivo intento de reforma, es EL TERROR QUE TIENE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR A PARAR EN LA CÁRCEL y terminar sus días tras las rejas (como sucediera al dictador panameño Manuel Noriega y a muchos otros).

     Sus delitos son demasiados, cientos o miles de años no le bastarían para compurgar tantas penas. Lo bueno, tomando en consideración la ley actual, las penas no son acumulables, por lo que la mayor sería suficiente. El punto es que con tantos y tan graves delitos cometidos por el que cobra como presidente (y su banda), el tiempo que le pueda quedar de vida no le bastaría para purgar una sola sentencia.

     Lo que no queda duda es que el hombre es astuto, siempre esconde sus verdaderas intenciones para pasar ante los demás por quien no es (ni nunca ha sido). Con una fuerza y obcecación digna de mejores causas les ha vendido (y atrapado) con la idea de mejorar la justicia porque según él todos en el poder judicial son corruptos— y la inmensa mayoría han caído en el engaño.

     Ladino y astuto como siempre ha sido, ha logrado derribar uno a uno los obstáculos y oposiciones a su absurda reforma sin que los grupos de poder le pongan un alto y señalen sus marrullerías y engaños. Su cinismo es de tal magnitud que durante todos estos días y ante la VALIENTE Y CONSTITUCIONAL POSTURA DE LA SCJN, el que fuera fósil de la UNAM, se ha atrevido a querer dar clases de derecho constitucional ¡Ver para creer!

     Un estudiante que tardó 14 años para terminar su carrera universitaria, permite ver al parásito que siempre ha sido, a un hombre escaso de neuronas y sobrado de belicosidad y maldad; que se ha atrevido a criticar y opinar sobre competencias y debates constitucionales del más alto nivel, de plano, es el colmo. Su cinismo y atrevimiento son proverbiales.

      Sin embargo, es necesario apoyar a quienes se han opuesto con valor a tan ruin deseo, pues de reformar el PODER JUDICIAL como le conocemos, además de acabar con la democracia y la vida republicana, dejaría en su lugar una banda de pelagatos al servicio del tirano en turno (no ha de vivir el tabasqueño para siempre).

    Si la banda de senadores y diputados usurpadores (los verdaderos legisladores representan a los ciudadanos; no son empleados del dictador) se salen con la suya y traicionan a los mexicanos cumpliendo a López Obrador su capricho destructor pasando a la historia con deshonor y vergüenza para sus descendientes— se abrirían muchas puertas. Todas nocivas e indeseables: desde la apertura para que las bandas criminales acomoden a los suyos en la impartición de justicia; hasta dejar entrar a ignorantes que no tienen la menor idea de los procedimientos (amparo, civiles, penales, mercantiles, familiares, laborales, agrarios, etcétera), de las formalidades esenciales de los procesos, de sus tiempos, métodos validos probatorios, alegatos, y por supuesto, la integración de sentencias que además de estar ajustadas absolutamente a derecho, consideren los argumentos y recursos de las partes para dar a cada una lo que es debido conforme a la Constitución y leyes establecidas.

       Causando, además, incalculables y gravísimos daños y perjuicios a la vida económica de México al derribar (de llevarse a cabo la referida ‘reforma’) el estado de derecho y la certeza jurídica indispensables para las inversiones ¿quién se atreverá a invertir cuando hay riesgo? Asunto que parece no importar en absoluto al psicópata de Palacio, quien ha desoído todas las advertencias nacionales y del extranjero (anteponiendo su libertad en riesgo al interés total de México)

     El gobierno de Estados Unidos —nuestro principal socio comercial— al igual que Canadá, le han dicho de un modo y otro su desacuerdo al respecto y los daños que causaría su berrincheReclamo al que se ha sumado la Cámara Nórdica de Comercio (integrada por Finlandia, Dinamarca, Islandia, Noruega y Suecia) y la Unión Europea. Nada. Todo ha sido en vano. El adolescente berrinchudo y canoso nunca dará muestras de siquiera un poco de cordura y entendimiento de la realidad. En su mente perturbada piensa como monarca y actúa como tal.  

     Enhorabuena, pues, por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por la mayoría de sus Ministros, y en particular por su presidenta Norma Lucía Piña Hernándezpor todos los magistrados, jueces, secretarios y demás integrantes de ese Poder Judicial de la Federación que han salido en defensa, no solo del poder que representan, sino de la República misma (ya que de caer ese poder quedaríamos como una simple y vulgar dictadura).

    La cuestión de fondo es que esta defensa nos obliga a todos los mexicanos pues el destino del país está de por medio. No son tiempos para tibiezas, ni tampoco indiferencias, ya que si, como se señaló al inicio, la referida REFORMA AL PODER JUDICIAL se debe AL TERROR QUE TIENE LÓPEZ OBRADOR (y muchos de los suyos) A CAER EN LA CÁRCEL debido a sus muchos y gravísimos delitos. Si los mexicanos no nos oponemos y echamos abajo semejante intento de golpe de estado (disfrazado) ya que de hacerlo desaparecería a uno de los tres que conforman la Federación— la cárcel que desea evitar AMLO nos tocaría a más de 120 millones de mexicanos (a través de la opresión, la pobreza y la pérdida de libertades).

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

Email: mahergo1950@gmail.com

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Cuánto daño le hicieron su familia y los diversos gobiernos que le toleraron todos sus excesos, ilícitos, y delitos. Al concederle total impunidad crearon un monstruo social; un escapista mentiroso hasta lo irracional que, al acostumbrarse a salirse con la suya, cree en su mente perturbada que todo lo que hace está bien. Una especie de dios tabasqueño, así, con minúscula, al que sus fanáticos e hipnotizados seguidores cumplen todos sus antojos y berrinches sin chistar siquiera. Funcionarios de primer nivel, gobernadores, senadores, diputados y presidentes municipales, se pliegan a sus absurdos deseos por encima de la Constitución misma, la República, la dignidad y el sentido común. Ni qué decir entonces de la masa que le ha endiosado.

     Un canoso adolescente berrinchudo, inmaduro e irascible, ocupa el poder ejecutivo federal. Su incongruencia es total, sin embargo, sus súbditos o lacayos no lo ven. Asegura ser apóstol de los pobres, humilde y austero, cuando la verdad es que a los pobres nomás los usa para sus fines personales. Es soberbio y ególatra como jamás habíamos visto a nadie en ese poder; rechazo la residencia oficial de Los Pinos y se fue a vivir nada menos que a Palacio Nacional, siendo capaz de rodearlo con vallas metálicas para que la plebe no se acerque siquiera (no puso foso con cocodrilos porque quizá no se le ocurrió).

    Decíamos que al otorgar a López Obrador impunidad a todos sus desmanes y delitos, el individuo cree que puede hacer lo que se le venga en gana: desde cerrar 95 pozos petroleros, prender fuego a algunos de ellos y amenazar con incendiarlos todos, cerrar Paseo de la Reforma, tomar el Zócalo, hasta liderar manifestaciones, huelgas y plantones y mediante ellas chantajear (económica y políticamente) a distintos gobernantes en turno. Al ceder a todos sus chantajes (extorsiones) le hicieron creer a este ‘mesías’ patito que puede hacer cuanto quiera. La historia nos ofrece una extensa galería de individuos perversos y nocivos igual que él.

     Al escapar siempre de tantos delitos cometidos sin que el brazo de la ley le hiciera pagar sus faltas, el tabasqueño se creyó una especie de Houdini al que nadie puede atrapar, que de todas sus fechorías sale bien librado. No se diga estando ya en la presidencia del país, que dicho sea de paso, la ha usurpado, pues al no cumplir con sus muchos deberes y no respetar en absoluto el orden constitucional y el estado de derecho, su actitud, omisiones y acciones, le han convertido en un usurpador.

     ¿O cómo se puede entender a una persona en su cargo que pretende —acompañado de su banda y legisladores indignos y sin compromiso alguno con la República y sus representados— desaparecer el Poder Legislativo como lo establece la Constitución, para poner en su lugar una parodia de poder que sólo se pliegue a sus deseos y a los de la banda de la 4ta transformación?

     La realidad en todo esto, es que el meollo principal en su INTENTO POR DESTRUIR AL PODER JUDICIAL antes que termine su malhadado sexenio, obedece, más que nada, a su pretensión de que SUS DELITOS COMETIDOS, que son muchísimo, así como sus derroches y muertes ocasionadas (tanto por la desatención y pésimas políticas en salud, al igual que por su política de «abrazos no balazos») QUEDEN IMPUNES COMO HASTA AHORA.

     En el fondo el tabasqueño está muerto de terror de sólo pensar verse ante las autoridades judiciales rendiendo cuentas de sus incontables delitos, de los desastres causados por su mal gobierno. Nadie en la historia de México nos había hecho tanto daño al país como a los mexicanos. Que muchos mexicanos no lo sepan, o no lo quieran saber, no significa que los delitos cometidos por este hombre irresponsable, dilapidador e inhumano no hayan sido cometidos y que las cuentas ante la ley están pendientes. ¡Se cometieron: punto! Y de ninguna manera deben quedar impunes.

    No se le debe dar vueltas al tema. Andrés Manuel López Obrador cometió durante su gestión como presidente un sinfín de delitos de todo tipo y tamaño de los que tiene y debe ser enjuiciado. Y él lo sabe. Por eso es su prisa por destruir el otro poder, el PODER JUDICIAL, como también lo saben la horda de corruptos que le acompañaron en esa orgía de sangre, derroches, incapacidad y destrucción.

     Acostumbrado siempre a distraer la opinión pública con escándalos que lancen la mirada hacia otro lado, su deseo es que NADIE SE FIJE EN SU INTERMINABLE LISTA DE DELITOS COMETIDOS POR EL, SU FAMILIA, CERCANOS Y NO TAN CERCANOS. Olvida, sin embargo, que no todos los ciudadanos estamos ciegos o somos indiferentes a lo que a sucedido en México durante su malhadado desgobierno.

      Si en el pasado supo ser un escapista con mucha suerte (y contar con gobiernos laxos que cayeron en su juego), al emprender sus baterías destructoras contra el legítimo PODER EJECUTIVO, el tirano tabasqueño no midió la fuerza del otro, como tampoco las consecuencias.

     Cuando el famoso escapista Harry Houdini, sintiéndose indestructible (e imposible de enjaular), un simple estudiante de la Universidad de Montreal, Canadá, le retó a dejarse golpear el abdomen (que consideraba tener de acero), el joven J. Gordon Whitehead, le propinó algunos y aparentemente no sucedió nada. Sin embargo, Houdini, el gran escapista, como consecuencia de aquellos golpes ―que él considerara insignificantes―murió de peritonitis. López Obrador en su soberbia y deseo por escapar del brazo de la ley, también es probable que por los golpes propinados por los ministros, jueces, magistrados e integrantes del Poder Judicial, acompañados ahora por legiones de estudiantes de derecho, le estén dando el golpe final a este consumado escapista que hasta ahora se mantenía impune. Por tanto, habrá que recordar al tirano que ¡LA LEY, SÍ ES LA LEY!

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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Se necesita odiar mucho a México para hacerle tanto mal. Quizá nadie se imaginó al extremo de destrucción que llegaría Andrés Manuel López Obrador. Su mórbido deseo de dañar al país, de acabar con sus instituciones, vida republicana y futuro, han llegado a límites impensables. Se requiere de odiar mucho a México para causarle tanto daño como él lo ha hecho.

     Para desgracia de los mexicanos no está solo. En su tarea destructora y desmanteladora le acompaña una legión de perversos e incondicionales, capaces de cometer los peores crímenes y acciones en contra la Nación, poderes e instituciones, sin inmutarse siquiera.

     La actitud abyecta y nociva de diputados y senadores de MORENA, PT y VERDE, es por demás condenable. Ausente de toda dignidad, decoro y compromiso legislativo, su único compromiso ha sido con el tabasqueño, sin importarles en absoluto la suerte y destino de México y los mexicanos, abriendo de par en par las puertas a una dictadura populista al estilo Venezuela y Cuba. ¿Cómo? De muchas formas, pero las más preocupantes en el presente son la llamada REFORMA AL PODER JUDICIAL al igual que la SOBRERREPRESENTACIÓN DE DIPUTADOS Y SENADORES, que, de lograrla, la señalada reforma no solo sería posible sino incluso inmediata, pues la urgencia de este psicópata para destruir nuestra democracia y vida republicana son evidentes.

      La hipocresía del que cobra como presidente, así como de la señora  Guadalupe Taddei, quien a sabiendas de la historia del INE y lo que esa institución representa para nuestra democracia, no tuvo empacho en fingir ser demócrata y aceptar la responsabilidad, prestándose una vez en el cargo para todo tipo de violaciones a las leyes electorales: desde permitir actos anticipados permanentes de campaña; derroches multimillonarios del estado (unos en publicidad y otros destinados a comprar conciencias y votos); homicidios y violencia nunca vistas contra candidatos y políticos;  hasta resolver otorgar al gobierno escaños y curules que no obtuvieron en las elecciones, abriendo con ello de par en par las puertas a la dictadura.

     Pero… ¿qué les pude importar a estas gentes el futuro del país? ¡Nada!, mientras ellos estén en el poder y tengan acceso a millones de pesos y acomodo para sus familias y amigos, el rumbo que se pueda tomar no les importa en absoluto. Total, la señora Taddei tiene a nueve (9) de sus familiares en la nómina pública. Para ella la 4-T es el mejor gobierno. No importa que hayan asesinado ya a 243,000 personas en este sexenio, que el país se encuentre en manos de las bandas criminales, que los mexicanos ya no podamos viajar, excepto a algunas pocas partes. Total, ella y los suyos, viajan en avión.

     Ver a legiones de senadores y diputados sin dignidad ni decoro alguno servir lacayunamente al autócrata, produce náuseas y repulsión ¿Cómo se pueden decir ‘representantes populares’ si su compromiso es único con el tirano tabasqueño? Su desprecio y odio por México (y los mexicanos) es público y notorio. Están ciegos por la ambición y el odio. No obstante, pasan por alto que la vida no es estática, también ellos tienen familias y como advierte la sentencia divina, tarde o temprano recibirán el pago a sus muchas traiciones: “No os engañéis: Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”.

     Han destruido a México: desmantelado sus instituciones (en casi todas las áreas), militarizado y corrompido a las fuerzas armadas; desatendido al extremo la salud pública; más de 800 mil personas murieron durante la pandemia a causa de una pésima respuesta y atención; la seguridad bajo dominio de los criminales; 243,000 personas asesinadas durante el sexenio; tierras, ranchos, huertas, negocios y demás, han caído en manos de las bandas de criminales que tienen controlada más de la mitad del país; las fuerzas del orden se han convertido en un caro ornamento. La lista de daños y destrucción es interminable…

     Aún así, estamos a tiempo para rescatar a nuestro país. Cuando el famoso Titanic se hundió después del choque, los ambiciosos corrieron al fondo del barco en dirección de la caja de seguridad donde depositaron su dinero, joyas y bienes. En cambio, los sensatos, corrieron a cubierta a encontrar un sitio en las lanchas y botes para salvar la vida.

    Así que, mientras los ambiciosos que odian a México corren presurosos a cobrar sus chequesotes al gobierno populista que nos ha estado hundiendo (y robando a manos llenas). Los entendidos de lo que ocurre salgamos a cubierta, tomemos el bote de la legalidad, el del reclamo de la libertad, y zarpemos juntos y unidos hacia el puerto de la República, la cual, además de recibirnos con los brazos abiertos, nos cobijará como siempre lo ha hecho con la fuerza del estado de derecho y la Constitución. Para eso son y fueron creadas las Instituciones.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!
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