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No podía ser de otro modo, la cabra siempre tira al monte, ¿acaso la agitadora profesional se comportaría a la altura de un cargo que además de inteligencia, conocimientos y respetabilidad, requiere de ecuanimidad, madurez y decencia? ¡Imposible…! Lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo presta; advierte el sabio y viejo proverbio popular. Me refiero a Lenia Batres Guadarrama.

     ¿Cómo se atrevió el ‘presidente’ a proponer a semejante persona para un cargo de tanta responsabilidad? Un cargo que requiere de manera obligada de una estructurada formación y larga carrera judicial, de una sólida formación jurídica que permita el análisis concienzudo de cada asunto turnado (y de diversas materias) para someterlo al escrutinio de la Constitución y de las leyes de la materia que se trata, antes de expresar su opinión y resolución, que, una vez emitidas, siempre deben ser apegadas estrictamente al marco legal, pues se trata de la mayor y última instancia en materia de justicia. No basta pues ser abogado.

     Lamentablemente para México y la impartición de justicia, el dictador que cobra como presidente o cuando menos actúa como tal impuso su visión sectaria y primitiva de la vida republicana. Para el tabasqueño lo único importante era meter a la fuerza a la Suprema Corte de Justicia de la Nación a uno de los suyos, en este caso una persona de su grupo sectario, a una incondicional que sólo le rinda cuentas a él; sin importar en absoluto la responsabilidad adquirida por esta mujer, que, dicho sea de paso, se debe considerar una usurpadora.

     En lo personal, hablo como abogado litigante, mi primer asunto lo llevé allá por el año 1972 aproximadamente, y los últimos, en el año 2019. Lo hice en diversas ramas del derecho (no como la mayoría de los actuales abogados que solo saben y litigan una sola materia) de manera que litigué civil, mercantil, laboral, penal, amparo, familiar, y agrario, y, no obstante, mi larga experiencia profesional, jamás aceptaría semejante honor (ser Magistrado de la SCJN) pues el perfil requiere de una larga trayectoria profesional en la impartición de justicia. No en los litigios. El abogado siempre busca la defensa de su cliente, de sus derechos y patrimonio. Los jueces, por el contrario, siempre buscan la observancia estricta de la ley y la Constitución sin salirse del marco legal, del estado de derecho, preservando siempre el orden jurídico y el bien republicano, concediendo al ciudadano sus peticiones solamente cuando sean legítimas y sostenidas por la ley.

    Y queda claro que la señora Lenia Batres carece de tal experiencia, formación y capacidades. Y por si le faltara poco a esta atrevida mujer, en su vulgaridad ya conocida (se le vio en días recientes en las redes sociales en un pleito de vecindad por demás bochornoso) tuvo la vileza y el atrevimiento de ofender y agredir con una serie de improperios y altanerías al Pleno de la Corte. ¡Ver para creer! La ignorante y usurpadora dando ‘catedra’ de lo que se tiene qué hacer. Incluso, se atrevió a llevar porra de otros agitadores y familiares, cuando se trataba de un acto formalísimo e interno.

     Queda claro, pues, que a López Obrador le estorba a ley para su vocación anarquista y dictatorial, por lo que aprovecho un hueco legislativo para infiltrar a esta agitadora (parte de una familia de agitadores, no de izquierda de esa corriente moderna que busca elevar el nivel de vida de los menos favorecidossino de esa falsa izquierda explotadora al estilo Castro-Chávez-Maduro-Ortega) y minar el poder judicial, pues como es del dominio público, el tabasqueño detesta los contrapesos. Lo suyo es ser dictador. Llevar la batuta siempre y que se obedezcan todos sus caprichos por absurdos, ilegales e ilegítimos resulten.

    Lo cierto, es que AMLO pudo buscar entre sus huestes a un juzgador con experiencia que pudiera cubrir la vacante en la Corte, que cumpliera, aunque fuera medianamente el perfil No lo hizo, ¿no hay en la 4-T personas preparadas y con inteligencia propia? Todo indica que no. Que se trata de una secta de incondicionales y zalameros hasta lo abyecto, aunque ambiciosos y corruptos como se ha probado y comprobado (aunque ellos lo nieguen a diario).

    Pero no, no lo hizo ni siquiera lo intentó. Premió ‘a su modo’ a una de los suyos, de los agitadores comprobados. A una mujer que en días recientes se le exhibió en los noticieros televisivos y en el internet en un pleito de vecindad exhibiendo un lenguaje soez. Condición que además de mostrar su verdadera personalidad, exhibe públicamente su incapacidad para ser Ministra de la Suprema Corte, convirtiéndole en una usurpadora.

     Todo esto me recuerda una anécdota de los años ‘90. Encontrándome en mi stand de la FIL Guadalajara (que tuve por 27 años) exponiendo mis obras, me visitó un simpático comediante de televisión (famoso por la serie “Chiquilladas”). Al ver la carátula de mis libros se sorprendió por los distintos temas y portadas, para luego dar rienda suelta a su curiosidad y preguntarme más en detalle por varios de ellos.

     Luego de un rato de agradable charla, de preguntas y respuestas, el simpático y joven actor me dijo con sinceridad manifiesta: “¡Ay, Don Manuel, cómo sabe usted tantas cosas…!”. Luego, con una sonrisa pícara, se sacó de entre sus ropas una revista, y me dijo… “¡Yo, a la verdad, no sé nada de esas cosas…, lo mío, lo mío es esto…!” Mostrándome enseguida en la revista fotos de mujeres en paños menores.

     Así esta mujer que ha entrado a manera de usurpadora a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Lo suyo, lo suyo, son las manifestaciones, las marchas, los bloqueos, los desmadres en la UNAM y demás actos propios de los anarquistas. La verdad es que si tuviera algún rescoldo de decencia no hubiera admitido siquiera ser propuesta para tan honroso cargo y abrumante responsabilidad ¿O usted qué opina estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

Email: mahergo1950@gmail.com

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El jueves 28 de diciembre (2023) se cumplieron exactamente 100 años de la publicación del último ejemplar del periódico “El Mañana” de la ciudad de México. Se trató de un número extra,

Lic. Pedro Flores González

el último, ya que poco antes de esa publicación el gobierno del entonces presidente Álvaro Obregón había atentado contra las instalaciones, maquinaria y muebles del periódico destruyendo absolutamente todo.

     El Lic. Pedro Flores González (foto) hermano de mi abuela paterna y oriundo de Tepatitlán, Jal., dueño y director de dicho periódico en la ciudad de México, era un hombre libre en sus ideas y principios, por lo que no tenía lazos con partido político alguno, lo cual irritaba de sobremanera al gobierno en turno al no poderlo controlar.

     Después de varias amenazas del presidente y al no lograr intimidar a mi tío abuelo, el 28 de diciembre del año 1923, una horda de vándalos instruida por el gángster obrero Luis N. Morones llegó hasta las instalaciones de El Mañana destruyéndolo todo, considerando en su vileza que habían acabado con la crítica a sus excesos, crímenes y corruptelas.

     El presidente, sin embargo, no contaba con la integridad y firmeza de principios del Lic. Pedro Flores, quien afectado en su patrimonio e indignado por el salvajismo e intolerancia del gobierno, publica en otra imprenta (que tuvo el valor de hacerlo) un número extra, en el cual escribe entre otras cosas:

 

“Las conjeturas sobran. Cuando un gobierno acude a estas medidas, cuando extrema su violencia, pone de manifiesto su incapacidad…  La veracidad y la energía de “El Mañana” lastimaron al Gobierno… Dejamos tras un montón de ruinas. Queda hecha pedazos la obra acumulada durante largos años. ¡Eso que importa! Es así, como se respeta la libertad de pensamiento…

      Estamos acostumbrados a la lucha y sabemos que más valor se necesita para escribir unas cuartillas, en las que se dicen tres verdades, que para recorrer la línea de fuego con un fusil…

     Pero la pluma hiere y hace mayores estragos que todas las armas inventadas por la ciencia para exterminar a los hombres… 

     Ni aún consiguiendo esos pocos escrupulosos, que se aterran ante nuestra actitud viril, matarnos con el salvajismo  de que siempre hacen gala, llegarían a cerrar nuestros labios, porque en la conciencia de todo el pueblo de México está que ‘El Mañana’ no ha servido a ningún partido político y sí ha procurado que triunfen la verdad y la razón…” (Foto del último ejemplar publicado por El Mañana, 28 de diciembre de 1923)

 Ante la impotencia de los cobardes en el poder público para acallar la verdad y al no soportar la crítica de El Mañana y los periodistas que colaboraban en ese medio, en enero de 1924, su director, mi tío abuelo el Lic. Pedro Flores González es asesinado por gente enviada por el gobierno. A un siglo de distancia su voz y digna posición sigue escuchándose y manteniéndose firme aunque ahora con otros nombres y diversos medios, pues la libertad de expresión no es dádiva ni concesión generosa de los gobernantes, sino un derecho humano y constitucional ejercido por hombres y mujeres libres de espíritu, valientes en su noble y necesario oficio. Un derecho que nace desde los corazones que se rebelan ante la injusticia, la mentira, la corrupción y el abuso del poder (público o privado).

     A 100 años de distancia, vaya este artículo en memoria de “El Mañana”, de su director, y de todos aquellos que hacían posible que la verdad y la crítica fueran publicados, como también para señalar y denunciar la cobardía e intolerancia de algunos gobernantes que hacen uso del poder como si fuera su patrimonio personal; y no la mayor responsabilidad a la que ciudadano alguno puede aspirar y cumplir con la máxima eficacia posible y apego de la ley. Feliz Año 2024.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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La mayor parte de los cristianos tienen información y conceptos equivocados del Mesías, su persona y obra. Del lado judío pasa lo mismo. Unos y otros traen arrastrando por siglos creencias erróneas heredadas, a las cuales no pocos han agregado tradiciones y conceptos que nada tienen que ver con el Mesías. Es decir, Yeshua o Jesús, en quien se cumplieron cabal y puntualmente las profecías.

     Pero… ¿cómo puede decir alguien que no es el Mesías cuando no ha leído las Sagradas Escrituras o solo algunos pasajes? Partir del “yo creo, yo digo, o así me enseñaron” no tiene nada que ver con la revelación Divina.

     La inmensa mayoría de creyentes (judíos y cristianos) desconocen a fondo las profecías bíblicas acerca del Mesías. Algunos han leído algunos textos, pero al desconocer la doctrina completa, los tiempos y oficios a cumplir por el personaje; tradiciones y deducciones personales suplen con fantasía o dichos populares algo que conlleva seriedad absoluta a causa de su importancia, pues se crea o no, el destino de la humanidad de todos los tiempos depende del Mesías. Ya sea para salvación o perdición eterna; conceptos que en la era posmoderna han dejado de escucharse (paradójicamente en la era con más información al alcance, aunque a la vez una de las más ignorantes en el tema de todos los tiempos).

     La Biblia nos habla de tres oficios que debería desempeñar el Mesías: profeta, sacerdote, y rey, y Jesús los cumplió cabalmente, si bien el último se ha limitado desde el siglo primero a reinar en los corazones de los verdaderos creyentes, en un futuro cercano (más cercano de lo que muchos se imaginan o consideran) vendrá a reinar con poder y gloria. En Jerusalén por supuesto.

    Después de la fiesta de Shavuot (pentecostés) en el año 33, la Escritura narra que los apóstoles miraban extasiados y asombrados la ascensión del Mesías, por lo que unos ángeles del Señor les anuncian o vaticinan lo siguiente tanto a ellos como a judíos y cristianos de los siglos venideros“Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:11).

     Como profeta, el mayor de todos los profetas de Israel, además de cumplir en su persona y hechos todo lo anunciado acerca de la primera etapa del Mesías (redentor y salvador), predicó con perfección de vida y palabras el mensaje divino, acusando las desviaciones de líderes que habían hecho de la fe judía un coto de poder y simples reglas exteriores (sin vida espiritual alguna); dejando además una serie de detallados vaticinios tanto de la destrucción del Tempo de Jerusalén y el inicio de la gran diáspora, como un detallado relato acerca de su glorioso retorno.

     Como sacerdote, siendo Yeshua de la tribu de Judá, ejerció un nuevo y perfecto sacerdocio, no como el levítico, que dicho sea de paso, sólo era modelo y simbolismo del que el Mesías ejercería, quien conforme al orden de Malqui-tzedec (Melquisedec) como estaba anunciado (Salmo 110:4): se ofreció a sí mismo en la Pascua del año 33, como cordero inocente y sin mancha, para redimirnos y reconciliarnos con Dios el Padre, cuya santidad estaba ofendida por los pecados de toda la humanidad de todos los tiempos y a cuyo juicio todos estábamos sujetos.

     Pensar que a Jesús lo crucificaron porque algo salió mal o carecía de poder alguno para librarse de los romanos, es no entender en absoluto lo que sucedió, y por ende, la fe que se dice profesar. El propio Yeshua lo anunció tiempo antes con total claridad para que no quedaran dudas de su misión en la Tierra: Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar (resucitar)” (Juan 10:17-18). ¿Más claro? ¡No se puede!

   Lamentablemente la ignorancia conduce a no pocos a la fantasía religiosa, a inventarse la fe a su gusto, como dice el sociólogo francés Lipovetsky: “¡religión a la carta!” En la fe de judíos y cristianos no hay nada que inventar. Todo está ya revelado, perfectamente escrito, documentado y analizado en detalle para que no queden dudas a los que realmente buscan a Dios.

    Aunque anotación al margen, los líderes que desvían al rebaño de Dios siguen desviando del camino a muchos. En estos días el Papa argentino no sólo apostató públicamente, sino que se atrevió a predicar un evangelio distinto al revelado (leer al respecto: 1ra Corintios 6:9-10 y Gálatas 1:6-8).

     Continuando. Falta entonces que Yeshua cumpla como Mesías Rey, lo cual sucederá en un tiempo cercano si se toma en cuenta su propio mensaje profético que registran las Escrituras (Mat 24 y Lucas 21) como también a lo dicho por los profetas del A.T. o Tanaj y el Apocalipsis—. Y digo cercano, pues las condiciones que guarda la humanidad nos indican condiciones cada vez más semejantes a las anunciadas.

     Tiempo en el que el Mesías retornará, ya no manso y humilde para mostrarnos el cómo llevar la fe y ofrecerse como cordero pascual para perdón y de nuestros pecados y salvación de nuestras vidas, eso ya lo hizo, sino para reinar con poder y gloria derrotando a los gobiernos impíos de todos los pueblos y naciones de la Tierra. Conste, yo no escribí nada de esto, ni tampoco estoy inventando nada. Como teólogo profesional me limito como periodista a compartir con mis lectores el verdadero mensaje de la Navidad, que no fue un 25 de diciembre, sino que lo importante y trascendente, es que aquel niño se hizo hombre. Y no sólo eso, que siendo quien es, además de darle la interpretación correcta al judaísmo (y por consecuencia al cristianismo) nos redimió, nos salvó, y abrió las puertas eternas del reino de los cielos a todo aquel que crea y se arrepienta ¿Verdad que la obra y mensaje del Mesías son muy distintas de como las entiende y vive la fe popular?

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

Email: mahergo1950@gmail.com 

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Las Sagradas Escrituras jamás fallan, la verdad divina saca a la luz siempre la verdad. Quizá a los ojos de alguno falla y se tarda, pasando por alto dos cosas: nuestras limitaciones, y que Dios en su omnisciencia conoce el tiempo exacto de todas las cosas. Así que la milenaria sentencia: “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?” (Jeremías 13:23) queda como “anillo al dedo” de López Obrador ¿O no?

      Desde antes de las elecciones del año 2018 se dijo en esta columna que Andrés Manuel López Obrador era un individuo nocivo y sin el perfil necesario para la presidencia de México. Una y otra vez se dijo en este espacio que este hombre era violento, anarquista, alérgico al trabajo y campeón en la maldad, con un perfil para dictador, por lo que se alertaba para cerrarle las puertas del poder público.

     No se logró. Su manera mentirosa y engañadora de vida, envolvió poco a poco a diversos sectores de la población hartos de no ser escuchados y hartos también de tanta corrupción, condición que les impidió revisar a fondo a este hablador y analizar con detenimiento su testimonio de vida. Que dicho sea de paso siempre ha sido de pereza, destrucción, encono, violencia y resentimiento social. Mucho resentimiento, el cual una vez en el poder se ha transformado en destrucción de todo lo que le estorba a este dictador nato.

      Entre las muchas cosas que le han estorbado a este anarquista aborrecedor de la Constitución, la República, el orden, la legalidad, el trabajo creador y la riqueza para todos los mexicanos, le ha estorbado todo aquello que limite sus malvados deseos. Es de todos sabido, aunque no necesariamente aceptado, que en los cinco larguísimos años que le hemos padecido en la presidencia, ha destruido infinidad de instituciones públicas (de salud, educación, ciencia, seguridad, etcétera), atacando todos los días a quien se atreva a criticarlo o expresar un punto de vista distinto, como también apoderarse casi en su totalidad del Congreso e intentar hacerse del Poder Judicial (pero sin lograrlo, gracias a Dios por la integridad de la presidenta de la Suprema Corte y de la mayoría de los ministros que la acompañan y han defendido con firmeza la vida republicana y el imperio de la ley).

      Con esa misma visión destructora, propia de los dictadores como él, esta semana en un acto de cinismo se quitó la máscara de falso demócrata, que, por supuesto le estorbaba y quedaba demasiado grande; anunciando públicamente su deseo de desaparecer los principales organismos autónomos del estado.

     Aunque habrá de decirse que en su maldad sin límites y al ser exhibidos sus hijos por mega corruptos (traficantes de las influencias y poder de su padre), nos quiso ver la cara de tontos a los mexicanos (para no decirlo de una manera castiza) desviando la discusión pública a su intención de desaparecer dichos organismos autónomos.

     Su argumentación, como casi todo lo que sale de su mente torcida y perversa, además de estúpida, solo es para engañar bobos diciendo que “solo responden a intereses de particulares por encima del bienestar del pueblo… que resultan caros y muchas veces solo son utilizados para atacarlo tanto a él como a su gobierno de transformación”.

     La realidad es que cualquier ciudadano medianamente enterado de la función social de estos organismos, lo menos que puede hacer, es indignarse ante el atrevimiento y mentiras descaradas de López Obrador.

     En primer lugar, fueron creados para proteger justamente a los ciudadanos del abuso del estado. En segundo, son para mantener y procurar el bienestar del pueblo. En tercero, su costo es ínfimo, sobre todo cuando se compara con cualquier de los mega derroches del tabasqueño (AIFA, Tren Maya, Refinería Dos Bocas, Tren interoceánico, Pemex) los que además de haber resultado auténticos hoyos negros a causa de los cuáles se desatendió la salud pública, la educación, seguridad, obra pública, etcétera— ahora resulta que se tragan el camello y cuelan el mosquito.

     Finalmente, el dictador exhibe su intolerancia a ser descubierto en sus tranzas y corruptelas. «El rey del cash», como titulara Elena Chávez su magnífico documento (en el que describe ampliamente el perfil y acciones de este tartufo costeño), recoge entre otras muchas acciones de este hombre corrupto y falso hasta la médula, la advertencia que hiciera (y mantiene firme) a sus lacayos corruptos como él: «si te cachan te echas la culpa». Y como resulta que organismos como el INAI ponen al alcance de cualquier ciudadano información de las acciones del presidente y todo funcionario o dependencia pública, pues que se enoja el autócrata.

     Queda claro que su intentona de desaparecer estos entes que además de ser instrumento de defensa para el pueblo mexicano, permiten acotar el poder y abusos del estado frente a sus gobernados, desea eliminar todo aquello que le estorbe a su mente perturbada para reinar directamente o a través de alguno de sus lacayos(as). Lo que olvida y pasa por alto este tirano, es que México es un país de leyes e instituciones. Dos siglos de luchas intestinas, muerte y dolor de varias generaciones nos permitieron llegar al siglo presente como mejores equilibrios políticos y una democracia joven y sólida. De manera que la expresión mórbida de sus malvados deseos debe ser sometida de inmediato al imperio de la ley y al escrutinio de la opinión pública.

     Al quitarse la máscara, el tabasqueño ha resultado el mismo vándalo de siempre. El incendiador de pozos petroleros, el promotor de marchas y manifestaciones, el que toma el Zócalo capitalino o se adueña de Paseo de la Reforma, el chantajista que extorsionó a Zedillo y un largo etcétera. Precisamente por conocer su mañas y perfil ajeno al cargo, es que decenas de millones de mexicanos nos oponíamos a que este hombre anarquista y perturbado llegara a la presidencia. Hoy no podemos ya quedarnos ni callados ni conformes con sus atrocidades e intentonas poco simuladas de apoderarse del estado mexicano a la mala y por encima de la Constitución y demás leyes que nos tutelan.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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