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La pseudo guerrilla llamada CNTE, subsidiada obviamente con nuestros impuestos, ha permitido, mejor dicho ratificado ante los mexicanos su realidad política, desencantando a los ingenuos que todavía creían que los ciudadanos eran parte de la cosmovisión de los gobernantes, el objeto de su vocación de servicio ¡Oh desilusión!.

Las huestes de vándalos y delincuentes que se dicen profesores pero que ni a “maistros” llegan, han ocasionado con sus desmanes que las cosas caigan por su propio peso, que las máscaras permitan ver el rostro de los actores, por cierto feos de un lado y otro. Sus acciones y omisiones así los exhiben.

Como actor de reparto en esta farsa, el señor que cobra por defender delincuentes para que no los toque la autoridad ni con el pétalo de una rosa (aunque las víctimas lo sean por doble partida, en el ilícito y en el proceso), celoso guardian de esa hibridez jurídica llamada “derechos humanos” (como si la Constitución no tutelara desde 1917 las garantías individuales), acaba de hablar –a la manera del jumento de Balaam- que sí se puede hacer uso de la fuerza pública contra los maistros ¡Oh sapiencia cuya luz iluminó la República!.

Ante la brevedad del espacio, aunque semejante momento de gloria merece fanfarrias y trompetilla, nos limitaremos a señalarle a este señor que cobra en la nómina oficial (y muy bien), que la Constitución desde hace casi un siglo dice en el artículo 9º. “No se podrá coartar el derecho a asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito; pero solamente los ciudadanos de la República podrán hacerlo para tomar parte en los asuntos politicos del pais. Ninguna reunión armada tiene derecho a deliberar. No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto a una autoridad, si no se profieren injurias contra esta, ni se hiciere uso de violencias o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que deseé”.

Palos y tubos son armas utilizadas contra policías en las marchas, manifestaciones y demás reuniones de la CNTE, así que no venga a pontificar este individuo, que de paso diremos junto con las comisiones estatales son una carga económica demasiado pesada para los mexicanos.

Y hemos llegado al punto ¿A quién le importan realmente los mexicanos? Al gobierno no, a los maistros tampoco, a la CNDH y a las CEDH menos. Si les importáramos los ciudadanos éste país estuviera en otras condiciones. ¡El presupuesto y el poder son lo único que les importa!

Ver en la televisión el Congreso blindado exhibe la pusilanimidad del gobierno y la soberbia de los maistros. Un gobierno que en lugar de hacer valer la ley se esconde tras las vayas para que los viejos malos de la CNTE no le vayan a dañar, y viceversa; los maistros malosos, cobardes, parásitos sociales y vándalos –que lo son- abusan del gobierno miedoso y pusilánime de la capital, como también del federal. Nadie quiere hacer valer la ley para no ser acusado por los vándalos de “represor” (cosa horrenda debe ser hacer valer la ley, que por cierto protestaron cumplir y hacer cumplir).

Y mientras el Congreso está protegido con acero y miles de policías: almacenes, negocios y pequeños comercios de la capital quedan en el total desamparo ante las huestes de Atila que cobran puntualmente su quincena en el cajero automático (para hacer todo tipo de desmanes y destrucción). ¿Y los inútiles gobernadores de Oaxaca, Guerrero y Tabasco, por cierto todos ellos perredistas, qué hacen al respecto, por qué siguen cubriendo las quincenas a estos haraganes? ¿Lo que no ganaron en las urnas lo quieren lograr tumbando al gobierno?

Un sindicalismo que solo pelea “conquistas laborales” y se olvida del trabajo y la productividad es una simple pandilla, una agrupación anarquista o camarilla facciosa dedicada a la extorsión pública, sí, porque si ya es les olvidó a los que cobran de profesores (pero que no enseñan más que el cobre y su pereza) que sus sueldos salen de los ciudadanos que pagan impuestos: del señor del comercio, del almacén que ellos obligan a cerrar o que impiden sus ventas, como también del sueldo de todos sus empleados.

Lamentablemente estos últimos están en absoluta indefensión, no hay gobierno que les cuide de la bandas organizadas (CNTE), que por lo que se aprecia, son peor que las del chapo y demás alimañas (a las otras Ejército, Marina y las policías les combaten con todo). Así que el pueblo a nadie le importa, ese es el mensaje.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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México ha caído desde hace varios sexenios en garras de mediocres e incapaces. Desaparecida la clase política formada por la Revolución (y con ello las ideologías), los partidos políticos tomaron forma de simple pandilla; fascinerosos con cuello blanco o vulgares delincuentes perdidos tras el erario, barnizados de legitimidad con millonarias campañas pagadas con recursos públicos.

éxico ha caído desde hace varios sexenios en garras de mediocres e incapaces. Desaparecida la clase política formada por la Revolución (y con ello las ideologías), los partidos políticos tomaron forma de simple pandilla; fascinerosos con cuello blanco o vulgares delincuentes perdidos tras el erario, barnizados de legitimidad con millonarias campañas pagadas con recursos públicos.

     ¿Para qué votamos, para que legiones de vándalos que se dicen “maistros” invadan la capital y cometan toda clase de destrozos? ¿Para que las autoridades vean a los hijos de Atila que en lugar de educar a los niños de Oaxaca, Michoacán y Guerrero, los miren destruir el patrimonio colectivo y no muevan un solo dedo y detengan semejante salvajismo? ¿para eso votamos?.

La vida democrática nacional ha sido asaltada por todo tipo de bucaneros hiriéndola de gravedad. Tocqueville advertía sobre esta situación: “…La democracia ha sido abandonada a sus instintos salvajes, creciendo como esos niños privados de los cuidados paternos que se crían solos en la calle de nuestras ciudades y que no conocen de la sociedad más que sus vicios y sus miserias”.

En México vivimos una democracia falsa, de utilería, una farsa en la que se nos pide el voto pero la vida republicana no existe, donde hay gobierno únicamente para autoasignarse super sueldos y todo tipo de prestaciones fuera de la ley. Donde los “gobernantes” cual jauría de depredadores velan por su grupo y parcelas de poder, olvidandose de manera total de los gobernados.

¿Para eso votamos, para que amplias regiones del país estén dominadas por bandas de delincuentes sin que el gobierno les combata de verdad y aniquile este mal que aflige a la gente pacífica, que dicho sea de paso es la paga impuestos? ¿Para que narcos controlen los pueblos disfrazados de guardias comunitarias?.

¿Para qué votamos? Para que la falsa izquierda (PRD, PT, etc.) se rasge las vestiduras y asegure en los medios que no permitirá la privatización de PEMEX, cuando ya tiene mucho tiempo en manos de particulares ¿O acaso la enorme burocracia engreída y parasitaria que ha llevado a la empresa a la quiebra no es ya la dueña de PEMEX? Que no se confunda nadie: el sindicato del ramo es pecata minuta junto a los mega fraudes y trinquetes en compras, contratos y demás formas en las que han saqueado a la empresa, engordando la nómina con legiones de individuos innecesarios y con altísimos sueldos ¡Pemex ya está privatizado!

¿Por qué no se pone orden primero antes de hacer reforma alguna? La falta de respuesta oficial nos hace pensar que el saqueo nacional continuará, aunque ahora con más enjundia.

¿Para qué votar en Jalisco si el anterior gobernador Emilio González Márquez gastó $74,000 millones de manera discrecional y goza de total impunidad? ¿Para qué votar por gobernadores y presidentes municipales si los partidos nomás miran por lo suyo y los suyos y los ciudadanos somos simples rehenes de sus ambiciones económicas y políticas?

¿Para qué votar si 10 mil anarquistas que se dicen “maistros” son capaces de poner de rodillas al gobierno en sus distintos niveles? ¿Acaso esta turba parasitaria que no produce ni aporta nada al país vale más que 113 millones de mexicanos? ¿Para qué votar si la ley es letra muerta y los supuestos gobiernos son incapaces de hacerla valer? Dígame usted, ¿sirve de algo votar cuando el gobierno nomás protege a vándalos y violentos y el ciudadano pacífico y trabajador se encuentra en total indefensión ante toda clase de alimañas sociales?

En estas condiciones votar es avalar esta hibridez de improvisados que nos han hundido (sin distinción de partidos). México no puede continuar por este camino, en primer orden porque es anormal y suicida. En segundo porque las gavillas llamadas partidos a través de sus próceres han endeudado al país muy por encima de nuestra capacidad de pago y se requiere poner orden con urgencia (exigiendo el rescate inmediato de los bienes malhabidos de tanto fascineroso que se ha hecho pasar por “político”).

Finalmente se propone dejar de votar por esta farsa. Si el gobierno en sus tres instancias desea seguir la inercia producto de su ambición desmedida, los ciudadanos todavía despiertos debemos impedirlo. En adelante nuestro voto tiene que ser valorado por el ciudadano y no darlo a cualquier meretriz de la farándula política, sino concedérselo únicamente a personas de valía y compromiso social, de lo contrario abstenerse de hacerlo.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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Cuando el novato Alberto Cárdenas Jiménez, hombre de costumbres pueblerinas pero de atrevimientos impropios para sus capacidades cobraba como gobernador de Jalisco, en esta columna se le dedicó un artículo con relación a la situación del Estado, que dicho sea de paso, comenzó su declive del cual no ha parado.

uando el novato Alberto Cárdenas Jiménez, hombre de costumbres pueblerinas pero de atrevimientos impropios para sus capacidades cobraba como gobernador de Jalisco, en esta columna se le dedicó un artículo con relación a la situación del Estado, que dicho sea de paso, comenzó su declive del cual no ha parado.

     Entre otras cosas el texto dice: “El titular del ejecutivo del estado por más de cinco años ha demostrado su escasa formación cultural y política, pero sobre, todo su desprecio por las formas y la armonía, para y entre los gobernados, de tal manera que en sus arrebatos y defensa de sus ‘amigos’; rompe un día sí y otro también todo protocolo y en franco desprecio por la virtudes anunciadas en la glorieta Minerva (¡Justicia, sabiduría y fortaleza!), agrede a cuanta persona o grupo no pertenece a su maniquea visión…” Al referise al entonces senador Manuel Bartlett Díaz declaró a la prensa “ya he manifestado lo que pienso de él y lo que espero únicamente es que se largue lo antes posible de Jalisco” (Análisis y Propuesta, El Informador, 10/Jun/2000).

Curiosidades del destino, en el “cambio” esperado por muchos tapatíos, vino un defeño a ocupar el cargo de presidente municipal. Su nombre: César Coll Carabias, hombre de valores elasticos, cosa que se confirma durante su administración como también en la de Cárdenas Jiménez, iniciando una horrenda y mañosa práctica en el sector público que contagiaría al país entero (sin distinción de partidos al desaparecer ideologías y valores morales con la llegada de la nueva clase política): ¡Subirse los sueldos “para no robar!

Pero como los presidentes municipales por lo general traen a la esposa por otro sueldo (el actual no, es viudo), claro, el DIF les requiere con urgencia, César Coll se trajo a su mujer, la señora Maribel Alfeirán, que en su momento ganara fama y notoriedad y no precisamente por su aciertos.

En esta columna se transcribió un famoso reclamo en el Congreso de Jalisco contra su persona. Se le citó para que dijera qué hizo con algo así como 7 millones de pesos, y la señora se indignó con el valiente diputado que le exigía cuentas claras a nombre de los jaliscienes (Miguel León Corrales), quien con aplomo y sabiduría le contestó “que no ponía en duda su decencia, que solo le pedían explicara en qué gasto tanto dinero”. La respuesta no se escuchó ¿Qué le parece si dejamos paso a parte de mi texto publicado por entonces?: “…¿A poco los principios del PRD dicen que venimos aquí a defender el flamante apellido Alfeirán de Coll? ¿qué no se supone que venimos a defender los intereses de la mayoría de los jaliscienses?, a poco los principios del PRD nos dicen que debemos servir de tapadera de las cuentas públicas cuando hay anomalías” (Análisis y Propuesta, El Informador, 26/Feb/2000).

Sabido es también que durante el gobierno de “Bebeto” muchos otros escándalos ocurrieron y todos quedaron impunes. Chalecos para policías a sobre precio, la Secretaría de Seguridad con un titular cuya única experiencia era ser gerente de sucursal bancaria, ¡pero qué importaba si había sido echado del ayuntamiento de Zapopan por asuntos de corrupción y había que acomodarlo! (además de que Zedillo mandó cientos de millones de presupuesto para seguridad y había que gastarlos). Los proyectos para nuevas líneas del metro o tren ligero se congelaron, como también nos quedamos ayunos de nuevas vías de comunicación y medios de transporte eficiente.

Sucede sin embargo que estos personajes que en su momento no dieron el ancho para los cargos públicos, que sus fanáticos y la mayoría de la prensa les perdonaron todo, ¡TODO! Ahora que son simples regidores en el Ayuntamiento de Guadalajara, aparecen cual “tartufos” con moralinas que no les quedan y desgarramientos de vestiduras en una ciudad que requiere unidad y solución de problemas. No de vedetes políticas que nos hundan más de lo que ya estamos.

Tuvieron el momento para servir con eficacia y no lo hicieron. Que no vengan ahora a dividir y dañar más a Guadalajara. Bastantes problemas dejaron entre tantas malas administraciones (baste decir que César Coll recibió el Ayuntamiento de Guadalajara con una nómina de 3000 personas y Petersen la dejó con más de 12,000). El Ing. Ramiro Hernández debe quitarse las garras de encima de estos tartufos que carecen de toda autoridad moral para hablar pues Guadalajara requiere de ayudadores y no de destructores y depredadores (por cierto, debe correr también a todos los de su partido que no sirven o no dan el ancho, de plano).

¡Hasta el próximo sabado, si Dios nos permite!.

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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En el teatro de las operaciones militares, rememorando el lenguaje clásico, uno de los actores principales ha levantado la voz. No por su participación, sino debido a la humillación pública sufrida en días recientes en el Estado de Guerrero donde un grupo de 70 militares fue retenidos por civiles armados.

n el teatro de las operaciones militares, rememorando el lenguaje clásico, uno de los actores principales ha levantado la voz. No por su participación, sino debido a la humillación pública sufrida en días recientes en el Estado de Guerrero donde un grupo de 70 militares fue retenidos por civiles armados.

       ¡Que un grupo de civiles retenga a militares por haberles quitado unas cuantas armas de uso exclusivo del Ejército (cosa que ya había sucedido en Michoacán) es por demás grave, todavía es más grave que para su liberación el gobierno haya negociado con los civiles la devolución de las armas!

Muchas interrogantes quedan sin contestar desde el campo del derecho y aplicación de la ley; como también queda al descubierto que el plan del Imperio para desmantelar el estado mexicano y transformarlo en un “estado fallido” va viento en popa. Lo peor del caso es que los llamados partidos de “izquierda” han sido en buena medida peones utilísimos para los propósitos del recurrente invasor.

En esta entrega vergonzosa del país iniciada con Zedillo y seguida puntualmente por Fox y Calderón, nuestro Ejército, así, con mayúscula, ha sido expuesto a partir del sexenio anterior como consecuencia de la estúpida guerra calderonista. El problema es que también ha sido avergonzado y el concepto del honor para este cuerpo es un valor de suma importancia ¿De quién es la culpa?

La nueva clase política mexicana se caracteriza por su parecido a las pandillas, por su ambición desmedida, ignorancia del estado y sus funciones (incluidos por supuesto sus deberes), como por su cobardía para hacer valer la ley. Negocian todo, incluida la comisión de delitos, la dignidad del estado y la vida cotidiana de los gobernados, que por los resultados vistos ni a súbditos llegamos.

Un caso reciente. La horda guerrerense que cobra sus quincenas puntualmente en el cajero automático, pero que en cuestiones de trabajo es alérgica a cumplir con su deber, hace unos meses bloqueó la autopista México-Acapulco. En su anarquía y conducta delictiva (tomar las casetas de cobro conlleva la comisión de varios delitos) se enfrentaron a la policía y no contentos con ello prendieron fuego a las bombas de una gasolinera, muriendo de manera dolorosa un empleado (que heróicamente intentaba cerrar la llave para evitar una tragedia).

México como dice el tango, va “cuesta abajo en su rodada”, en su deterioro institucional y en la calidad de vida de los ciudadanos. Los militares ya alzaron su voz de descontento esta semana y su reclamo debe ser atendido. La historia y el sentido común nos dicen que se haga.

Entre las voces castrenses se recogen tres reclamos de algunos generales publicados por conocido diario: “Los políticos son los que nos han llevado a donde estamos. El origen de todo esto que pasó en Guerrero tiene un nudo político, y por eso el Ejército en qué verguenzas anda cayendo ¿Cómo es posible?” (Samuel Lara Villa). “El problema es político. Los Gobernadores, que, más que gobernar, desgobiernan, no tienen el carácter suficiente para aplicar la ley porque tienen miedo” (Luis Garfias).

Otro más cuyo nombre no se menciona declaró: “Es bochornoso. Es una vergüenza (que los militares hayan sido retenidos). No puede haber otras fuerzas Armadas en el País de las que ya cuenta… Aquí no estamos hablando de la mota que venden o cultivan, no es por ahí, sino las armas de alto poder que poseen. Esto es lo que hay que combatir” (Mural, 8 de agosto de 2013). ¡Más claro no se puede!

El Ejército ha hablado, ha lanzado su primera llamada de advertencia. El estado mexicano no puede desentenderse de un asunto tan grave y considerar que la llamada es como la de los bribones de los partidos políticos, bandas que por cierto son culpables en gran medida del deterioro y lamentables condiciones de vida de este sufrido país llamado México.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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