Opinión
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La espiral de violencia en la que está sumido el país, agravado en los gobiernos de López Obrador y Enrique Alfaro, no permite más excusas y obliga una intervención firme contra la fauna de asesinos y delincuentes que azota el país de frontera a frontera y de costa a costa; sobre todo en ciertas zonas como Jalisco y Guanajuato, donde hay que robar, claro, regiones en que la sociedad no tiene gobierno que le proteja. Lo hay solo para el cobro de impuestos, multas y todo aquello mediante lo cual los gobernantes exprimen el fruto del trabajo social, para gastarlo ellos, y darlo, —asómbrate Ripley— para los que no trabajan o son posibles delincuentes (para que no caigan en la tentación).

     Aunque no le guste al presidente, desde su llegada al poder ejecutivo las bandas de facinerosos además de multiplicarse se han engallado, derramando sangre hasta convertir esto en tierra de nadie, sumiendo a la sociedad en una era de terror, mientras que sus gobernantes ―en los tres niveles― se limitan a declarar y componer las cosas con palabras, cuando lo que se requiere es el uso de la ley y la fuerza del estado (con todo su poder).

     Nada de que son “traviesos” como les ha llamado AMLO a los delincuentes, son asesinos y malhechores, si tanto le gusta llamar a las cosas por su nombre, debe admitir que sus buenos deseos solo les han crecido al sentir que gozan de total impunidad, de protección oficial. ¿Acaso dar dinero a los que viven junto a los ductos de gasolina no es un desatino? Bajo esa óptica absurda, a todos los que viven cerca de la Av. Vallarta en Guadalalara, o de Paseo de la Reforma en la capital del país, tendrán que darles dinero también para que no se les ocurra ir a asaltar los negocios.

    Tanto que AMLO cita al Presidente Juárez, en la práctica no sigue su ejemplo en absoluto. Y es que, en cuanto Juárez pudo hacerlo, combatió con toda la fuerza del estado a las bandas de forajidos que se multiplicaron durante la invasión francesa (que debilitó a la República), acabando finalmente con “los plateados” y otras bandas (como las del archi asesino Tigre de Alica que tenía al occidente del país bajo su terror y dominio). No lo hizo desde el púlpito, y mira que era un cristiano profundo y maduro, lo hizo con la ley en la mano y toda la fuerza y poder del estado hasta someter a los criminales.

     En el caso de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez para llegar primero a la presidencia municipal de Guadalajara, prometió combatir a los delincuentes y volver la paz a la capital del Estado. No fue así, al contrario, se multiplicaron los asesinatos al grado de aparecer camionetas repletas con cadáveres (colonia Morelos). Ya como gobernador, en otro artículo reciente, se señaló desde este espacio que en tan solo 6 días hubo 44 asesinatos; veamos que ha sucedido en los siguientes:

Martes 12/Feb/2019 ———————    11 asesinatos (Mural 13/Feb/2019)

Miércoles 13/Feb/2019 ——————     7 asesinatos (Mural 14/Feb/2019)

Jueves 14/Feb/2019 ———————    10 asesinatos (Mural 15/Feb/2019)

Viernes 15/Feb/2019 ——————–       5 asesinatos (Mural 16/Feb/2019)

Sábado 16/Feb/2019 ——————–     10 asesinatos (Mural 17/Feb/2019)

Domingo 17/Feb/2019 ——————-      4 asesinatos (Mural 18/Feb/2019)

Lunes 18/Feb/2019 ———————–      5 asesinatos (Mural 19/Feb/2019)

Martes 19/Feb/2019 ———————-      8 asesinatos (Mural 20/Feb/2019)

Miércoles 20/Feb/2019 ——————-   23 asesinatos (El Informador 21/Feb/2019)

Lunes 25/Feb/2019 —————————   8 asesinatos (Mural 26/Feb/2019)

     Como se observa, en tan solo 10 días de febrero, 91 asesinatos se cometieron en Jalisco, todos impunes, mientras que Enrique Alfaro que cobra de ‘gobernador’, asistía feliz con un séquito de incondicionales (en primera fila) a un partido de basketball de la NBA en la ciudad de Los Angeles, boletos que costaron muchos miles de pesos (o dólares). Las cifras muestran una realidad que el gobernador no desea ver, así que le recordamos que del 1º de enero al 27 de febrero de este 2019, se cometieron en Jalisco 472 asesinatos.

     También es corrupción contender por cargos para los que se carece de la capacidad y el perfil. No basta conocer los modos y mañas para ganar una elección pues no se trata de reinas de la primavera, sino del destino de una sociedad, la de Jalisco (y de aquellos que hacen negocios aquí o nos visitan).

     Y mientras el Estado de hunde en un mar de sangre, bueno, hasta los inspectores de la Secretaría del Trabajo (estatal) han organizado su propio cartel para extorsionar constructoras (y otras empresas). El secretario de gobierno (Lic. Enrique Ibarra P.) apenas atina a declarar que:“Es un fenómeno que se replica en todos los espacios del territorio nacional y es precisamente el gran desafío que todos los órdenes de gobierno tenemos… Se está haciendo todo el esfuerzo y esperamos que haya resultados a la brevedad” (Mural, 25/Feb/2019).

     Por los resultados vistos, el esfuerzo del gobierno de Jalisco es inútil, vano, se requiere de un gobierno que en verdad dé resultados, que haga valer la ley y retorne el estado de derecho. Que los policías detengan a los criminales, los agentes del ministerio público los consignen y los jueces los procesen y condenen conforme a los delitos cometidos. El hartazgo social ante tanta impunidad para los criminales y la incapacidad de los gobernantes ha llegado al límite. Hartazgo que debe ser entendido también por el presidente, pues con sermones matutinos largos y tediosos los criminales ni se detienen ni se redimen. El único lenguaje que conocen es el de la fuerza pública y la reclusión carcelaria, por lo que urge además que las prisiones vuelvan a ser controladas por el estado y no por las mafias.

     Están apostando todo a la Guardia Nacional, qué bueno que se esté formando, pero esto puede llevarse meses y no podemos como país esperar a que esto suceda. El gobierno federal, los estatales y municipales tienen que trabajar de inmediato con los recursos que ahora tienen y eficientarlos, pero, si creen no poder, la renuncia es una salida decorosa ¿O usted qué opina estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

 

Email: mahergo50@hotmail.com

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En días recientes apareció como nota principal en un diario local, un tema que exige atención sino de toda la sociedad, cuando menos de los quedan despiertos. La nota decía: “Urgen a legalizar alquiler de vientres. Norma debe definir compensación y atención psicológica a la madre sustituta.”.

     Para algunos el tema pudiera carecer de interés, sobre todo cuando no se reflexiona en la trascendencia que implica, aunque para otros, sobre todo las nuevas generaciones, el asunto pudiera parecer trivial o parte de su cotidianeidad. Lo cierto es que no es un tema menor que requiere de la participación social pues parte de su futuro está en juego, pero sobre todo, de atención del gobierno y algunos entes públicos, en particular de los congresos.

     No queriendo hacer una larga introducción que exhiba la lentitud del estado en el tema y su indiferencia casi absoluta (obsesionada por el poder y los dineros), reproduzco un artículo publicado en esta columna el 27 de octubre de 1990, titulado «¡MAMÁ PROBETA!» (Diario El Informador) y reproducido también en mi libro «Aborto ¿Homicidio o Derecho? (1993)», que dicho sea de paso, fue primer lugar en ventas a nivel local; punto que muestra de alguna forma la degradación social sufrida:

―”En el caso de los adelantos científicos existen problemas legales nuevos a los que la legislación se debe adaptar, como son los casos de la fecundación in vitro o de alquiler de vientres para fecundar un nuevo ser, lo que acarrearía nuevas consecuencias como lo es la paternidad, la filiación de sucesiones, etcétera”, comentó atinadamente en días pasados el presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado.

     Su declaración obedeció a la inquietud manifestada por el Congreso local sobre las posibles modificaciones que pueda tener nuestro Código Civil, o la creación de uno nuevo, encontrando más atinada la primera opción que la segunda, ya que el sólo pensar en la creación de uno nuevo, implícitamente indicaría que el actual no sirve, y por ende, nos encontraríamos en un estado de obsolescencia legal.

     No obstante lo interesante que resultaría comentar sobre la creación del referido Código, por esta ocasión nos limitaremos a enfocar nuestra atención al problema señalado por el titular del Poder Judicial, quien adelantándose a los acontecimientos, puso oportunamente el dedo en la llaga: ¡los hijos de laboratorio!.

     ¿De quién es hijo aquel ser creado forzadamente en la mesa bajo el lente del microscopio? ¿De quién es hijo el bebé, de la madre que propició el óvulo, o de la que ofreció por dinero el vientre?

     Hay cosas que por ir contra natura, el hombre comúnmente las rechaza, vaya, niega su venia de manera instintiva: ¿quién se atrevería a dar su aprobación a las relaciones sexuales de humanos con animales? ¿Habrá alguien que permita el matrimonio entre hermanos o extirparse algún órgano sano e implantarse uno de orangután? Como decían en mi tierra “no hay borracho que coma lumbre”, pero mire que ha aparecido una plaga de dragones en los semáforos que nos ponen a pensar.

     Durante la Segunda Guerra Mundial, un pseudo médico nazi llamad Joseph Mengele, utilizó a miles de judíos para cruentos y terribles experimentos de laboratorio, desde extirpar un pulmón sin anestesia, hasta introducir un gato vivo en el vientre de una mujer embarazada.

     Su crueldad no tuvo límites, las pruebas de resistencia al dolor en los humanos, se sucedieron en los laboratorios alemanes (nazis) de las formas más perversas que el ser humano siquiera pudiera concebir….

     De ninguna manera quien esto escribe se atrevería a insinuar siquiera comparación alguna entre los médicos nazis y quienes el día de hoy, ponen su intelecto para fecundar el óvulo, o implantar éste en un vientre ajeno al de la frustrada o estéril madre.

     La esterilidad en la historia humana ha sido tomada en muchas culturas como símbolo de afrenta, una mujer sin prole, llegó a sufrir de por vida el estigma de la ausencia de hijos, sin embargo, muchas mujeres sabias aceptaron su condición y vivieron de acuerdo a su realidad.

     Qué bueno que exista la inquietud de legislar sobre los llamados “bebés de probeta”; lo que inquieta es el qué y el cómo. ¿Se permitirá en Jalisco la fecundación in vitro? ¿Qué podrá garantizar a la pareja que los espermas sean realmente los del padre? (conociendo el mercantilismo de buena parte de la sociedad y el relajamiento de los valores morales milenarios).

     Ahora que la cuestión del “alquiler” de vientres resulta francamente aberrante, es inconcebible que alguien contrate  a una desconocida que en algún momento puede tener SIDA o cualquier otra enfermedad y rente su vientre para tener un bebé que la arrendataria o no puede, o no quiere tener (de permitirse el alquiler de vientres, muchas mujeres para no perder la figura podrían recurrir a esta inconcebible situación).

     De manera personal apoyo la inquietud del Congreso del Estado para legislar al respecto, pero jamás estaría de acuerdo en situaciones que son contrarias totalmente al orden de lo creado. Bueno sería que nos cuestionáramos, ¿el bebé creado en la probeta, tendrá con el tiempo los mismos sentimientos y afectos (ya no digamos salud) que los niños nacidos de manera normal? ¿No tendrían que pagar las generaciones futuras el precio de una sociedad sin entrañas ni afecto, por haber permitido nosotros el romper el orden natural de las cosas?

     Si bien estamos especulando, nada nos puede garantizar que este tipo de niños no lleguen a ser un problema en el futuro. ¿Amaría el niño a la madre que le tuvo en su vientre, o a la que le dio la crianza’ ¿Si naciera enfermo o con problemas congénitos lo aceptaría?

     En Estados Unidos ya se dio el primer caso de controversia en ese sentido, ya que la madre “de vientre” a pesar de haber recibido $10,000 dólares por prestar su cuerpo (¿dónde hemos oído esa frase?), al nacimiento se negó a entregar el niño, razón por la cual la demandaron los padres del menor…

     Hoy el asunto se maneja por cuestiones de esterilidad, pero una vez que se abra la puerta, los niños podrán ser criados como animales y quién sabe en que terminaría todo esto…   Los eminentes científicos Marie y Pedro Curie, temieron que los avances de la ciencia pudieran desviarla de su objetivo: “Debemos preguntarnos si la humanidad ganará algo con conocer los secretos de la naturaleza y si está ya bastante maduro para obtener provecho de ellos, o si tal conocimiento no será perjudicial”.

     Quiera Dios que nuestros legisladores se inclinen por la justicia y el sentido común, y no se dejen llevar por una imagen falsa de ‘progreso’ abriendo la puerta hacia el abismo de la autodestrucción o la autodegradación. Moisés relata en el libro del Bereshit (Génesis) la historia de la creación y cómo el Eterno estableció las bases morales y biológicas que por milenios han sujetado y sustentado a los hombres: “…A la mujer dijo: Multiplicaré en gran medida los dolores en tus preñeces: con dolor darás a luz a tus hijos” ¿Usted qué piensa? ¡Que tenga un buen fin de semana!”

 

     Hace ya casi 30 años que escribí este artículo y que por lo que se aprecia en el entorno, la sociedad se ha degradado y los gobiernos ya son mero ornamento, grupos dedicados al negocio de la administración pública ¿O usted qué considera?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com

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La línea 3 del Metro tapatío es desde hace años una urgencia social. El presidente Enrique Peña Nieto hizo un gran esfuerzo para que la capital de Jalisco se viese favorecida con esa obra, tiempo y dificultades de suelo retardaron que concluyera ese sueño. Un sueño que hecho realidad beneficiaría diariamente a cientos de miles de ciudadanos en Zapopan, Guadalajara, San Pedro y Tonalá.

     Con tres o cuatro meses más quizá, el gobierno anterior culminaría esa obra, que téngalo por seguro (y no es profecía, es conocimiento de los políticos) que el día que la terminen, quien lo haga, se va colgar la medalla como si él la hubiese construido. Enrique Alfaro lo hizo con el Mercado Corona, apenas tomó las riendas del Ayuntamiento de Guadalajara se dedicó a despotricar contra su antecesor Ramiro Hernández por dicho mercado, pero al poco tiempo, en cuanto se dio cuenta que a los tapatíos, claro, a los que asisten a ese mercado, les había gustado y en el que incluso tenían tres pisos subterráneos para estacionarse; cambio de postura y puso algunos arreglitos en la plazuela frente al mercado para luego colgarse la medalla como obra propia ¡Ver para creer!

     La cuestión es que la Línea 3 del Metro Tapatío es una obra de enorme importancia y trascendencia para el desarrollo y bienestar de los ciudadanos, incluso para bajar tráfico y contaminación. Pero no, la ceguera y egoísmo de los gobernantes posmodernos es única, asunto al que, si se le agrega el protagonismo y belicosidad de López Obrador y Enrique Alfaro, las cosas se complican en contra de la sociedad jalisciense. Sí, porque el Metro es de, y nos sirve a todos. Lo construido —así como las otras dos líneas— no son propiedad del gobierno ni los presidentes pusieron el dinero de sus bolsillos. Es patrimonio social, dinero que salió de los bolsillos de todos los mexicanos, en particular de los jaliscienses, que, dicho sea de paso, se les devuelve mucho menos de lo que aportan a la federación.

     Apenas tomó el poder, entre las primeras declaraciones de Enrique Alfaro al asumir la gubernatura dijo: “que no le iba a poner un solo peso para la línea 3 del Tren Ligero” sacándose una selfie moral de cuerpo entero ante sus gobernados, de su interés por los jaliscienses.

     Qué lejos estamos de hombres de la talla de los Gobernadores Don Alberto Orozco Romero, Don Flavio Romero de Velasco y Don Guillermo Cosío Vidaurri. Al primero, en alguna ocasión le escuché comentar entre amigos periodistas, que el presidente Luis Echeverría nunca le quiso recibir durante el sexenio (a causa de sus cuñados, de Echeverría), aun así, logró esa monumental obra llamada Calzada del Federalismo de Periférico a Periférico, derribando una línea recta de manzanas kilométrica (eje Moro-Escobedo) y por abajo construir el túnel para la primera línea del Metro que durante su gobierno funcionó con trolebuses. Y eso que Echeverría le hizo la vida imposible (sin mencionar que construyó la mayor y más grande red de colectores).

     El segundo, Flavio Romero de Velasco, además de poner orden en Jalisco y ampliar todas las salidas de Guadalajara (que se habían convertido en un embudo los fines de semana), construyó esa útil y funcional Calzada Lázaro Cárdenas que permitía cruzar toda la ciudad en unos cuantos minutos.

     En cuanto al Metro Tapatío, Guillermo Cosío Vidaurri construyó la Línea 2, que si bien recibió ayuda federal para el proyecto, el hombre, comprometido en verdad con Jalisco, buscó el financiamiento y no descansó hasta conseguirlo y dar a sus gobernados esa línea, que si bien muchos usuarios no saben ni les interesa saber quién la construyó, la usan a diario, es una bendición para su vida y actividades.

     Pero para ser gobernante se requiere tener amor por sus gobernados y por la tierra que le vio nacer. Valores que quizá ya no se den como antes en las nuevas generaciones. Además de que se requiere de inteligencia, valor para afrontar riesgos y críticas, pues como escribió alguna vez el Presidente T. Roosevelt:

—“No es el crítico el que vale; el que vale no es aquel que señala cómo tropieza el hombre fuerte, o cómo pudiera hacer mejor las obras el que las hace. El crédito corresponde al hombre que está en la arena; cuya cara está empañada por el polvo y el sudor y la sangre; que se esfuerza valientemente; que yerra y falla una vez y otra, pues no hay esfuerzo sin error o falla; que realmente trata de hacer la obra; que conoce el gran entusiasmo, la gran devoción, y se consume en una causa de valor; que, en el peor de los casos, si falla, por lo menos falla mientras está intentando algo grande.

     Mucho mejor es arrostrar cosas poderosas, ganar gloriosos triunfos, aun cuando está acorralado por el fracaso, que formar filas con aquellos pobres espíritus que ni se gozan ni sufren mucho, porque viven en un ocaso gris que no sabe nada ni de victorias ni de derrotas”(1899).

    Cuando llegaron los panistas al poder sus primeras quejas públicas fueron contra el gobierno de Cosío Vidaurri por la deuda de la Línea 2, claro, Alberto Cárdenas en su pueblo no había tal y aquí ni se subió ni la necesitaba, no comprendió la importancia de esta obra social en una ciudad tan grande como Guadalajara. López Obrador y Alfaro Ramírez tampoco, usan el presupuesto para control político, somo si fuera de ellos y no del pueblo.

     Recuerdo en una entrevista que con algunos de mis compañeros periodistas en el Club de Industriales hicimos a Horacio González Pardo, que en ese momento era el encargado del funcionamiento de este medio de transporte tan eficiente. Nos dijo que tenía guardados algo así como 125 millones de pesos, pero que no le decía al gobernador (Alberto Cárdenas) porque los iba a gastar en otra cosa y estaban considerados para el uso propio del tren. En otras palabras: lo que criticaban sin conocer, una vez que supieron lo que era, para qué servía, y lo que representaba en la vida de los usuarios, quedaron fascinados y sorprendidos, quedando en evidencia también que la ignorancia de las cosas es inductora de críticas sin sostén, de hablar por hablar. De señalar corrupción y despilfarros en obras que son de primerísima importancia.

     Lamentablemente en enero del año 2019 las cosas ya no son así, estamos peor que con Alberto Cárdenas. La miopía, maniqueísmo y limitada visión de estado en el poder ejecutivo estatal y federal son ya casi cosa de epidemia. Será suficiente con dar una oteada a los gabinetes y analizar a muchos de sus integrantes para entender porque estamos como estamos.

    La palabra “pueblo” se ha convertido en una simple muleta retórica, en una expresión hueca, sin contenido real. Una manera de engañar a los mexicanos, sin importar el origen partidista pues a final de cuentas en lo que va del presente siglo casi todos han resultado iguales, malos, corruptos e ineptos. Condición a la que han agregado el cinismo y una INEPTOCRACIA que amenaza con mandar a México a la ruina. Aun así, los ciudadanos no debemos callar ni quedarnos cruzados de brazos. Si AMLO no aporta el dinero que falta para terminar los detalles de la L-3 del Metro tapatío, en lugar de esos 5,000 millones que solicita Alfaro para otras cosas, pida para concluir esta obra, que además de necesaria, es obra que con el tiempo se paga sola.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com

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La llamada “guerra contra el huachicol” (que debiera nombrarse campaña contra el robo de combustibles pues el “huachicol” es otra cosa) ha servido de distractor, de cortina de humo para ocultar una situación verdaderamente grave y escandalosa de lo que sucede en Jalisco, que no es otra cosa que una ola de asesinatos, que lejos de disminuir se han acrecentado.

     Ni a nivel nacional ni a nivel estatal las cosas han mejorado con los nuevos gobiernos, al contrario, quienes ocupan la titularidad del poder ejecutivo han mostrado, aunque con frases distintas, su incapacidad para poner orden, para frenar a las bandas delincuenciales que al permanecer intocadas son ejemplo y estímulo para que cualquier persona se atreva a delinquir y a matar. Total, saben que la impunidad es el sello de los gobiernos del siglo XXI a nivel local y nacional.

     Mientras el presidente le llama “traviesos” a los asesinos y delincuentes y públicamente ha manifestado de manera reiterada que NO LOS VA A TOCAR (confunde, de manera voluntaria, claro, la represión con la aplicación de la ley), el gobernador de Jalisco Enrique Alfaro no ha hecho absolutamente nada al respecto. La ola de asesinatos en cualquier país verdaderamente democrático —que se sostiene en el estado derecho, en hacer valer la ley sin distingos— hubiese sido investigada en sus orígenes, perseguido y detenido a los autores de los delitos. Nada de esto ha pasado en Jalisco, los asesinatos aparecen en los diarios como notas comunes o cotidianas, cuando lo cierto es que son para que cayese cualquier gobierno.

Miércoles 31/Ene/2019 ———————   9 asesinatos (Mural 31/Ene/2019)

Sábado 2/Feb/2019 ————————-   8 asesinatos (Mural 3/Feb/2019)

Domingo 3/Feb/2019 ————————   5 asesinatos (Mural 4/Feb/2019)

Lunes 4/Feb/2019 —————————   7 asesinatos (Mural 5/Feb/2019)

Martes 5/Feb/2019 ————————–   9 asesinatos (Mural 6/Feb/2019)

Jueves 7/Feb/2019 —————————  6 asesinatos (Mural 8/Feb/2019)

    Como se aprecia, en tan solo seis días 44 asesinatos cometidos en Jalisco, la mayoría en la zona metropolitana (7.3 asesinatos por día) y el gobierno del Estado sin dar señales de nada. Los asesinatos son de personas, no de perros ni gatos, aunque algunos medios den gran importancia a notas de este tipo y disimulen con los homicidios de los humanos.

     Los jaliscienses (y los mexicanos) no podemos ni debemos admitir la inacción gubernamental en sus tareas, no se diga en combatir la delincuencia, con y sin organizar, usando en su cometido toda la fuerza del estado y el poder judicial para detener, procesar y condenar a los criminales, que hasta ahora todos están sueltos. Al respecto, nada más claro y aplicable a la petición que hiciera en Palacio Nacional Don Alejandro Martí al gabinete de seguridad del presidente Felipe Calderón, pero que cobra actualidad con López Obrador y Enrique Alfaro:

“¡Señores, si piensan que la vara es muy alta, si piensan que es imposible hacerlo, si no pueden, renuncien, pero no sigan ocupando las oficinas de gobierno, no sigan recibiendo un sueldo por no hacer nada, que también es corrupción…!” (21 de agosto de 2008).

     Con el respeto debido al actual Procurador (Fiscal), pues se espera madurez en las personas y crecimiento en el oficio, recuerdo cuando lo era también en el gobierno de Ramírez Acuña. En aquellos años en una entrevista con mis queridos compañeros periodistas (del grupo Razón y Acción) en el Club de Industriales, y como empezara a ocurrir el fenómeno de asesinatos en la zona metropolitana de la capital jalisciense, pregunté al flamante procurador Lic. Octavio Solís Gómez la causa de esos crímenes y porque no se estaba deteniendo a los homicidas. Su respuesta me sorprendió triplemente (como abogado, como periodista y como ciudadano) pues no esperaba una muestra de indiferencia o cinismo como la escuchada: “¡Son pleitos entre bandas de narcos!

     De inmediato le increpé diciéndole que era su deber de todos modos investigar pues los asesinatos eran del fuero común. Su sonrisa e indiferencia me mostraron que este grave asunto —que apenas se iniciaba— no se iba a detener, al menos no en ese gobierno. Lo peor del caso es que al no enfrentar el gobierno a los criminales, grandes y pequeños, estos se han regodeado en sus orgías sangrientas a causa de la impunidad de que gozan.

     Para que un gobierno estatal funcione no se requiere del Ejército, basta con tener la capacidad, inteligencia y valor para hacer valer la ley. Con tanto poder y tantos recursos a su alcance, resulta vergonzoso y condenable a todas luces, que los gobiernos de Jalisco en del siglo XXI hayan resultado todos inútiles en cuanto a la aplicación de la ley. En cumplir y hacer cumplir la ley como protestaron.

     El anuncio discreto de que el gobierno federal enviará a la zona metropolitana de Guadalajara 1,200 elementos para reforzar la seguridad, lejos de dar gusto, es muestra de aceptación del fracaso de la autoridad estatal. El pueblo de Jalisco eligió un gobierno que, al postularse y protestar el cargo, debía saber de las responsabilidades que adquiría y obligaba. En lo sucesivo los jaliscienses deberán abrir muy bien los ojos y dejar de votar por simpatía o porque su amigo o pariente va en la planilla del ganador. La vida, estabilidad y futuro de nuestro Estado está de por medio, lo cual incluye a todas las familias.

     Basta ya de impunidad, basta ya de jugar a gobernar, basta ya de jugar a procurar justicia y no consignar a nadie, basta ya de jugar al juez y no condenar a nadie, basta ya de tanta gente armada en la calle, basta ya de convoyes de criminales sin que nadie los vea ni detenga, basta ya de un Jalisco bañado en sangre. Se requiere de un gobierno de verdad que cumpla y haga cumplir la ley y acabe con la impunidad ¿O usted que opina estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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