Opinión
Columnas

Solo quien no conoce la historia política de Dante Delgado (dueño de Movimiento Ciudadano), Enrique Alfaro, Enrique Ibarra, Pablo Lemus y todo el séquito de emecistas que les acompaña, puede creer la sarta de mentiras con las que engañaron a la mayoría de sus electores. Sí, porque no se puede desestimar que otros les apoyaron deliberadamente, lo cual implica alguna reciprocidad. Como tampoco podemos desatender el hecho que vivimos una época en la que las ideologías están a punto de la extinción y la generosidad social no se diga.

Confundir ese meloso romanticismo de las redes sociales, de justicieros de todo tipo, de ciertos defensores de animales y de un significativo sector de la población desconocedor de la historia, poco enterada y menos informada realmente de lo que sucede en la Nación –pero que opinan como si estuvieran al tanto- y pretender que su criterio sea el que marque el rumbo para el país; es tanto como entregar un avión 727 a alguien que solo ha conducido avioncitos de feria pueblerina.

Mentes que por lo general consideran que dar la contra al establishment asegura encontrarse en la verdad; posición casi siempre falsa ¿Se imagina usted si no hubiera estado como se comportaría el hombre caído, el caos en el que se sumergiría la sociedad?

Lamentablemente algo parecido está ocurriendo en la zona metropolitana de Guadalajara. Estos días hemos visto tomar posesión de los Ayuntamientos de Guadalajara, Zapopan, San Pedro, Zapotlanejo y Tlajomulco, a una galería de demagogos e improvisados, cuyo arribo obedece fundamentalmente a dos cosas: A la pésima gestión de los partidos políticos de siempre (convertida en hartazgo social), y a la oportuna entrada del partido propiedad del señor Dante Delgado.

Los líderes de Movimiento Ciudadano supieron entender el hartazgo social y capitalizarlo a través de una novedosa (y costosísima) campaña que incluyó todos los medios tradicionales, así como la intromisión en las redes sociales y cuanto espacio hubo en internet. Donde le picara el posible votante aparecía Alfaro & socios, ya fuera youtube, Facebook, etcétera, sin que los encargados de vigilar la contienda dijeran esta boca es mía.

De esta manera la nueva compañía de redentores de la zona metropolitana de Guadalajara, integrada por falsos líderes de izquierda (tienen de izquierdistas lo que Donald Trump de amor por los mexicanos), de empresarios que nunca han emprendido nada y líderes patronales que nunca se les ha sabido hayan tenido empresa alguna (al menos una que realmente valga y se conozca por su peso y trayectoria) se hicieron del poder.

Han prometido todo y muchos ciudadanos han seguido arrobados la flauta de Hamelín, la cuestión es que en lugar de sacar de la ciudad los bichos que infectaban, mantienen hipnotizados con sus mentiras a no pocos que han caído redonditos en el engaño ¿Cómo pueden hablar en contra del PRI y señalar cosa alguna Enrique Alfaro, Enrique Ibarra Pedroza y varios, cuando vida y fortuna hicieron justo en ese partido? Una persona congruente, poseedora de alguna ideología o cuando menos de principios morales sólidos, no participaría jamás con partido o grupo alguno ajeno a sus principios. Ellos lo hicieron y por muchos años.

El problema es que cuando no les dieron lo que querían (y su soberbia les hace creer que merecían) se salieron de ese partido y buscaron acomodo en otro donde pudiera brillar su narcisista personalidad. Problema que se ha agudizado al acomodarse tantos “astros” en contra de la sociedad.

De una cosa hay que estar seguros: el manejo mediático de esta nueva cofradía de próceres es único (su amigo Emilio González Márquez les ayudó, él también sabe de estas cosas), lo que les hace doblemente peligrosos pues además de falaces y demagogos, tienen a su favor el engaño en el que tienen a buena parte de la población, que cree cuanta promesa le hacen y cuanta cosa le digan; sin asegurarse nunca de que lo prometido se lo cumplan y lo escuchado sea verdad. Sobre todo en estos tiempos en que la realidad virtual puede ser abismalmente distinta de la verdadera realidad.

Por lo pronto muchos de estos próceres que en la iniciativa privada nadie les daría chamba debido a su perfil y arrogancia, hoy han convertido la mayoría de los ayuntamientos de la zona metropolitana en una Sociedad Anónima cuyo capital (el ellos, el de los nuevos funcionarios) será variable y téngalo por seguro que de aquí a tres años en franco aumento.

 

CIDH ¿SIMPLES VIVIDORES?

 

Ya salió el peine. La comisión Interamericana de Derechos Humanos está cobrando nada menos que $2’000,000 (dos millones) de dólares por “investigar” los hechos de Ayotzinapa. Asunto que además de violar la constitución, desvía los dineros públicos en tareas que competen única y exclusivamente a las autoridades mexicanas, para eso se les paga.

Qué lamentable resulta observar como cada vez más mexicanos están dispuestos a entregar el país a extraños. Un asunto (Iguala, Gro.) que se origina y acontece dentro de las actividades delictivas de los narcotraficantes de Guerrero  y socios en las autoridades locales del PRD (impuestas por López Obrador); absurdamente se quiere endilgar ahora con falacias al gobierno federal. Lo peor del caso que con el beneplácito de las huestes del Peje y de aquellos que creen que ir siempre en contra del gobierno es lo correcto. Anarquistas, pues, aunque sea en lo verbal.

Como también es lamentable que extranjeros habladores y perniciosos vengan a decirnos como estamos, cómo deben hacerse las cosas y de paso pagarles $2 millones de dólares que tanta falta hacen en la asistencia social (pregúntese a la multitud de usuarios sin servicio del IMSS) y que de ninguna manera se pueden justificar desde el ámbito legal ¿O usted que considera, estimado lector?.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com

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El gobierno federal está cometiendo un gravísimo error al permitir que la banda de los ayotzinapos cometa todos los días un sinfín de delitos y todos queden impunes. Para desgracia de México y del estado de derecho: un fanatismo a lo políticamente correcto, así como un sometimiento a las ONG’S extranjeras buscabullas, y un horror al que dirá la “prensa” que vive del escándalo se ha apoderado de quienes dirigen el país.

     Resulta una verdadera desgracia nacional que al gobierno le importe más el destino y protección de una extraña guerrilla(integrada por autoridades y alumnos de la Normal de Ayotzinapa, padres de familia de muchos estudiantes, maistros de la CNTE, así como grupos locales de anarquistas, el gobierno saliente de Guerrero, y por supuesto, con el aval de los dizque “intelectuales” de la UNAM encabezados como siempre por la Poniatowska) que la vida de 70 u 80 millones de mexicanos, que por lo que se observa le importan un verdadero comino. Y que dicho sea de paso, son los que trabajan y mantienen de pie este país.

No podemos olvidar que en la “hermana república del Pedregal”, es decir, la UNAM se enseña y cree (no importa que no sea cierto, pero ellos así lo creen) que el destino del país se dicta desde sus aulas. Dicho en otras palabras, la sabiduría y los destinos de la nación solo pueden ser trazados desde ese campus.

A propósito de la UNAM, aunque la guerrilla de los ayotzinapos salió de una retrógrada y silvestre normal pueblerina -ante la falta de ideología y hombres de valor para cambiar un régimen entre los defeños universitarios de los goyas y cachunes-, lo cierto es que la Poniatowska y socios han dado desde el principio su apoyo incondicional a los delincuentes de Ayotzinapa. Sí, desde el campo de la ley eso son, delincuentes.

En realidad no se trata de una guerrilla en el sentido estricto de la palabra, que desde la farsa de Marcos en Chiapas, se ha visto que ese modelo ya pasó de moda. Ahora son cobardes que jamás enfrentarían a estado alguno. Simples anarquistas carentes de disciplina alguna (alérgicos al trabajo) que son aleccionados a exigir toda clase de derechos, a oponerse a cuanta cosa no les guste, a robar y destruir en nombre de su causa, pero eso sí, llorones como jamás se ha visto en la historia, corriendo en tropel a los medios, los derechos humanos y a las ONG’S solapadoras en caso de que la fuerza pública llegue a lastimar a los nenes(as) durante la comisión de alguno de sus múltiples delitos (siempre impunes, repito, impunes).

En uno de sus deleitosos libros, llenos de inteligencia y sabiduría, Gabriel Zaid describe puntualmente lo que está sucediendo en el país, aunque el regiomontano  lo escribió en 1988. Veamos:

 

– “La guerrilla universitaria busca ante todo llamar la atención, producir noticias en la capital, más que la mera supervivencia o el avance militar. Así, tomar y abandonar varias veces la misma plaza, que no es un gran avance militar en el campo, es un avance político en la capital, si cada vez resulta noticia, si cada vez llama la atención sobre la presencia de la guerrilla y hace ver la impotencia del régimen…

– La guerrilla universitaria es como un proceso de producción mediática que recurre a las armas para generar tomas visuales y noticias de primera plana. Monta las operaciones necesarias para ganar batallas en la guerra psicológica…

– La guerrilla es como el departamento de producción teatral de un noticiero; produce hechos noticiables. La prensa (armada con grabadoras y con cámaras) pelea la noticia y la gana; es como una segunda guerrilla que amplifica las señales de la primera. La guerrilla necesita la ampliación de su mensaje. La prensa necesita un buen espectáculo…

– La guerrilla universitaria sabe que no puede vencer militarmente; que su victoria consiste en ganar la atención de la capital y convencer como espectáculo…” (De los libros al poder, págs. 221-225).

 

La radiografía de Zaid es tan certera a tantos lustros de distancia, que solo un ciego podría negar su atinada descripción. Ante la falta de acción de los universitarios defeños, ya impuestos a vivir de la ubre presupuestal (vía presupuesto UNAM, gobierno del D.F., etcétera), avalaron la guerrilla de los salvajes ayotzinapos, toda vez que el pretexto del 2 de octubre ya se agotó y requerían muertos nuevos para justificar su pereza y manera violenta de enfrentarse a la vida, pero siempre medrando de los dineros públicos.

En procuración de un análisis objetivo que beneficie a México, en la balanza de las acciones, un gobierno reformador siempre será superior a cualquier mesianismo político violento, pues como decía Octavio Paz: “El reformista es un revolucionario que ha escogido el camino de la evolución y no el de la violencia” (Las palabras y los días, pág. 146).

Lamentablemente el gobierno del Presidente Peña Nieto; teniendo de su lado una serie de grandes reformas, la ley y la legitimación venida de las urnas; extrañamente ha estado capitulando ante los violentos, legitimando a los guerrilleros y dando la espalda al ciudadano que le llevó al poder, así como a todos aquellos que aunque no votaron por él deseen vivir en un régimen de derecho.

Está visto que los ayotzinapos y socios anarquistas, lo único que quieren es tumbar al gobierno y subir a su líder, que ¡sorpréndase lector, sería AMLO!. Estamos en una encrucijada en la que el Presidente y su gabinete tienen que decidir si gobiernan con la ley en la mano para todos los mexicanos (así protestaron hacerlo) y establecer el estado de derecho que urge y reclama este país; o entregarlo a la guerrilla de los ayotzinapos -caballo de Troya de los golpistas- cuyas victorias mediáticas han logrado convertir sus miles de delitos en una causa, ganando un terreno que el propio estado mexicano la ha ido entregando, traicionando así el voto de la mayoría de los mexicanos. Estamos a tiempo de que se rectifique el rumbo ¿No cree usted, estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com

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Ya se ha dicho hasta el cansancio que con la llegada del PAN a Jalisco (1995) las instituciones públicas se corrompieron y debilitaron, convirtiéndose algunas en meras parodias de lo que por mucho tiempo fueron, transformándose en simple cueva de toda clase de alimañas a las que el gobierno no se ha atrevido realmente a tocar.

Es el caso de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, que al sentirse libre del cuidado y control del Poder Ejecutivo Estatal (valga recordar que Alberto Cárdenas no tenía la menor idea de qué era, cómo funcionaba, ni cual era la función del gobierno para que la justicia laboral se impartiera dentro del estado de derecho) los demonios se soltaron, como dijera Salinas, dando paso a la creación de verdaderos cárteles o mafias, que en complicidad con funcionarios y empleados de las Juntas Especiales corrompieron la justicia laboral hasta transformar esta indispensable Institución pública en feudo de una canalla de delincuentes. Lo peor del caso es que intocables.

Con la complacencia y corrupción de la autoridad, ciertos despachos jurídicos conocidos ahora como “Los Talibanes”, además de convertirse en dueños de la JLCA pervirtieron el derecho laboral (creado para proteger al trabajador del patrón explotador) hasta lograr invertir los papeles y convertir al trabajador en un explotador del patrón en turno. De nadie es un secreto en Jalisco la existencia de un gran número de “trabajadores” vividores que al amparo de la Ley Federal del Trabajo la han corrompido con la ayuda de estos cárteles de abogados al punto que viven de esto, unos y otros, debilitando la economía empresarial (de media tabla hacia abajo) debido a sus cuantiosísimas exigencias, que casi siempre las Juntas les conceden mediante Laudos apartados de todo derecho y sentido de justicia.

El asunto es tan grave que un trabajador que por ley debiera recibir de indemnización $7 u 8 mil pesos, los “Talibanes” en complicidad con no pocos funcionarios de la Junta Local logran Laudos hasta por $400 o 500 mil pesos; aunque para ello inventen montos de sueldos, notificaciones que nunca hacen, y procesos ilegales de punta a punta hasta obtener una resolución que pone de rodillas a cualquier patrón ante estos delincuentes que han hecho de la JLCA de Jalisco una cueva de ladrones. Engallados porque hasta ahora no habido ningún gobierno de ningún tipo que los someta al orden. Ni los “zetas” hacen gala de tanta impunidad.

El actual Procurador de Justicia –o como se llame el cargo esta semana- intentó hacerlo durante su paso por la Junta, pero lo cierto es que se limitó a dar a conocer a la opinión pública lo que ya se sabía, cuando su deber era poner orden, correr funcionarios y empleados corruptos y denunciar a estos forajidos que además de cometer ilícitos (extorsiones “legalizadas” por demás cuantiosas) han debilitado el estado de derecho y empañado la imagen del gobierno en todos sus niveles. Ni qué decir del estado de indefensión, angustia e impotencia de los empleadores (de todo tipo y tamaño).

      La mayoría de los negocios en Jalisco sumergidos en una larga crisis, piden a gritos para que alguien pare esta mafia de extorsionadores. Que el derecho laboral vuelva de nuevo a ser protección para el verdadero trabajador; y no pretexto y escudo de vividores que trabajan bien uno o dos meses, incluso varios, para luego provocar el despido y con la asesoría legal de estos pseudo abogados y con Juntas que perdieron absolutamente rumbo y sentido, los asuntos se convierten en vil extorsión mafiosa. Basta de “Talibanes” y “talegones” y que no se asuste nadie con la palabra, el diccionario dice que significa flojo, perezoso, pues a final de cuentas eso son todos aquellos que quieren ganar un dinero ilícito por un trabajo que no desempeñaron.

MUNICIPIOS REMATANDO BIENES PUBLICOS

     Quizá la causa principal de la crisis municipal que impera en gran parte de los Ayuntamientos en Jalisco, se debe a la escuela de corrupción implantada por los gobiernos de Acción Nacional: de subirse los sueldos de manera escandalosa, prestaciones, bonos y demás, de aumentar la nómina por encima de sus necesidades y capacidad de pago, etcétera, lo cual trajo de inmediato la disminución (o eliminación) de la obra pública y la generación de deudas; lastre hasta hace poco inexistente.

El asunto no es cosa menor, gran número de los Ayuntamientos de Jalisco -sobre todo los de la zona metropolitana- intentando salir de esta crisis económica en la que se encuentran, han estado haciendo lo que no se debe ¡rematando bienes municipales! Activos que por décadas se fueron juntando mediante ahorros y austeridad pero que en los recientes trienios se han están vendiendo para pagar deudas. Se trata de cientos de millones de pesos, asunto que urge detener, pues de seguir así no solo tendremos ayuntamientos ultra obesos de nómina, sino pobres y urgidos de recursos, lo que les convertiría en un verdadero peligro social. ¿O usted que opina, estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com

 

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En la vida no solo hay que aparentar ser algo, hay que serlo. La congruencia en las acciones resulta fundamental, requisito obligado en las personas de valía, ya que de charlatanes y falsarios el mundo está saturado. El comentario viene al caso pensando en los últimos Congresos de Jalisco, cuyas acciones desvergonzadas y corruptas han indignado a sus representados, que los somos todos los jaliscienses, sin que a estos caradura les haya importado un comino. A final de cuentas lo bailado y las alforjas llenas nadie se los quita, menos la Auditoria Superior del Estado, cuyo titular (Alonso Godoy) se ha convertido en sinónimo de corrupción y tapadera de cuanto delincuente ha pisado la mayoría de las curules y de cuanto cargo público en Jalisco está obligado a rendir cuentas.
Curiosamente, por decirlo de alguna manera, mientras que al Presidente Peña Nieto los medios locales lo han hecho rehén cotidiano de cuanto chisme y falsa acusación pueda existir; en cambio a los bribones y bandas de forajidos que han ocupado cargos públicos en Jalisco –desde que llegó el PAN en 1995- no les tocan ni con el pétalo de una rosa, bueno, casi ni los mencionan y si lo hacen es con superficialidad para no hacer olas ¿A qué se deberá?, se preguntan los ciudadanos pensantes que esperan que alguien ponga orden en Jalisco y le retorne al estado de derecho.

Valga recordar que el gobierno más corrupto en la historia de nuestro Estado ha sido el de Emilio González Márquez y hasta el presente no ha habido autoridad alguna que lo toque ni le exija rendición de cuentas. Y es que tan solo de manera discrecional gastó $ 74,000’000,000 (SETENTA Y CUATRO MIL MILLONES DE PESOS). Sí, leyó usted bien ¡SETENTA Y CUATRO MIL MILLONES DE PESOS!

La contraloría del Estado fincó cargos a Emilio de su último año de mal gobierno por la estratosférica cantidad de $ 7,573 millones de pesos (octubre de 2013) y hasta este momento la Procuraduría del Estado no ha dado señales de vida, de vida republicana y de impartición de justicia, convirtiendo a esa institución en simple y costoso ornamento público.

Para agravar tanta impunidad de un sexenio que endeudó a Jalisco, que debilitó y envileció sus instituciones, que abrió las puertas de par en par a la delincuencia y arrasó con cuánto dinero público llegó a las arcas (ya fuese propio o prestado), el viernes 11 de los corrientes apareció publicada una nota de aparente rutina en los diarios locales, que decía textualmente: “Aprueban cuentas de los J.P. El Congreso del Estado aprobó sin cargos las Cuentas Públicas de tres entes que manejaron recursos con motivo de la organización de los Juegos Panamericanos hace cuatro años”(Mural, 11/Sept/2015).

Otro medio local así lo publicó“Los diputados locales aprobaron esta tarde un paquete de cuentas públicas sin cargos… entre las que están las del 2013del gobernador Aristóteles Sandoval Díaz y de los actuales alcaldes de la zona metropolitana de Guadalajara, así como tres más mencionadas con los Juegos panamericanos 2011…  el Consejo Estatal del Deporte (CODE), el Comité Organizador de los Juegos Panamericanos (COPAG), Y EL Fideicomiso de Infraestructura para los Juegos Panamericanos (Finde) (Milenio Jalisco, 11/Sep/2015)

En pocas palabras ¡Puras blancas palomas!, los escándalos de corrupción que todos los jaliscienses nos enteramos no existieron, fue simple imaginación pública. Una especie de falsedad contra estos inocentes, que desde la presidencia municipal, desde el gobierno del Estado o desde la organización de los juegos desaparecieron miles de millones de pesos, pero que ahora el Congreso local les exonera de toda responsabilidad limpiándoles sus cuentas públicas.

Para no repetir lo que se ha dicho hasta el hastío y que todos los jaliscienses informados sabemos, los Juegos Panamericanos se llevaron a cabo en medio de un mar de escándalos de corrupción, de desorganización administrativa y derroches sin fin. La toma de los fondos de pensiones de los trabajadores del estado, las fastuosas residencias de Andrade Garín, el desvío de los recursos para los damnificados en la costa de Jalisco por un huracán que azotó justo unos días antes, el sobreprecio, las facturas no comprobables y un incontable número de trafiques y anomalías fueron el sello de unos juegos que nunca debieron de llevarse a cabo en Jalisco, pues lo único que arrojaron fue endeudamiento, corrupción y pobreza.

De allí que la aprobación de las cuentas por el Congreso de Jalisco produzca indignación total, trayendo a la memoria del ciudadano que ese cuerpo legislativo que en teoría le debería representar ante los otros poderes para equilibrar la vida de la República, tiene cuando menos cuatro o cinco trienios que se ha dedicado al saqueo de los dineros públicos, convirtiéndose de paso en algo faccioso, una especie de cartel burocrático, pero sin nada que ver con el sentido republicano de su existencia, pues como decía Marx “la burocracia es el clero del estado”. Un clero en este caso, corrompido y doblegado ante el dios Mammón.

El Congreso de Jalisco puede funcionar perfectamente con un centenar de empleados, como era hasta hace un par de décadas, el problema es que de entonces a la fecha la nómina se ha convertido en coto de poderes partidistas y agencia de colocación de amigos e incondicionales (los empleados superan los 1,200), ni qué decir de los mega sueldos, bonos y demás transas (como la compra del edificio de Banamex en Juárez y Corona), de las demandas falsas y los pleitos laborales amañados. El reino de la deshonestidad donde debiera ser templo laico de la honestidad.

Los ciudadanos requerimos que los señores que cobran como diputados (sin que hasta este momento hayan dado muestra de serlo; excepto algunos que han dado cierta muestra de dignidad) se definan. Que nos digan abiertamente si son nuestros representantes sociales o son un cártel ¿O usted qué considera, estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com

 

 

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