Opinión
Columnas

Muchos gobernantes, sin distingo de partido, creen que algunos periodistas señalamos yerros y corruptelas por mala fe, consigna, o como dijo el tal “Bebeto” ¡nomás por joder! La posibilidad de que la crítica o el señalamiento sean la narrativa ordenada de sus torpezas en el poder no existe ni pasa por su mente. La soberbia y la zalamería de sus cortesanos los pierde aun antes de llegar al poder.

Desde esta columna se ha señalado en múltiples ocasiones la incapacidad para gobernar de Aristóteles Sandoval, que la violencia en Jalisco estaba creciendo y saliéndose de control. El silencio fue la respuesta. Lamentablemente los hechos han demostrado con mucha sangre inocente derramada que la crítica no obedecía a ninguna animadversión, sino a la falta de oficio político de quien ocupa el Poder Ejecutivo.

En mayo de 2014, cuatro soldados son asesinados por los mafiosos en Guachinango (Jalisco). Hace apenas tres semanas 5 policías de la gendarmería y otros civiles fueron masacrados por criminales en Ocotlán. El 6 de abril fue asesinado el jefe de la policía de Zacoalco de Torres. Demostraciones públicas que pretenden hacer saber quien tiene la fuerza y control en Jalisco, lo cual es inadmisible. Urge que el gobierno haga valer la ley y la fuerza del estado.

Teniendo presentes los homicidios que han ocurrido durante el desgobierno de Aristóteles Sandoval (1438 en 2013 y 1097 en 2014), con el asesinato de los 15 policías en la carretera Las Palmas-San Sebastián del Oeste corrobora su pésima gestión. Una masacre que de entrada permite ver que alguien dentro de la corporación informó a los delincuentes del paso de sus compañeros por la zona (los estaban esperando para emboscarlos).

Los ciudadanos comunes desconocemos qué hacen los cuerpos policiacos y qué movimientos tácticos deciden. Sin duda que hay contaminación y traición, como también se desprende que no existe un trabajo de inteligencia que investigue y desmantele las bandas criminales, ya que hasta ahora solo se limitan al patrullaje y responder ante la agresión. Eso y nada es casi lo mismo. La ventaja de los criminales para asesinar a esos hombres de manera cobarde y no permitir que siquiera se defendieran lo demuestra.

Las desafortunadas declaraciones de Nájera Gutiérrez de acusar a un cártel y decir que es una venganza, no aminoran en absoluto los hechos ni el dolor por la sangre derramada. Al ciudadano lo mismo da que el que lo muerde sea perro o perra, el daño es el que importa. El hastío contra los violentos ha llegado al límite y el estado es quien tiene el control de la fuerza en el contrato social. Así que las excusas ya no caben, carecen de validez. El Presidente les dijo a los gobernadores hace algunas semanas que “para cumplir con el estado de derecho es fundamental un trabajo conjunto, y que ‘no cabe nadar de muertito’, ni que se evadan responsabilidades y dejar que el gobierno federal enfrente a solas su responsabilidad”. Los hechos lo demuestran, en Jalisco han estado ‘nadando de muertito’.

La titánica tarea del gobierno federal realizada en Michoacán y parcialmente en otras partes del país, lejos de ser ejemplo para gobernadores con entidades agraviadas por la violencia, tal pareciera que esperan a que les vengan a hacer ese desagradable trabajo, mientras ellos se dedican a los negocios y a la acumulación de fortunas (el caso de su antecesor Emilio González Márquez, impune hasta ahora, corrobora lo anterior).

Y como los gobernantes son casi todos desmemoriados, le recordamos al de Jalisco algunos señalamientos dichos a tiempo desde este espacio:

 

―”El problema es que el primer responsable de lo que sucede en el Estado es él y la cosa es que en su arranque de ira el joven gobernador amenazó a su séquito de cortesanos (muchos de ellos tan inútiles como onerosos)… ‘El que no cumpla y mejore sus metas en este año… se tiene que ir, porque el que no viene a servir con eficacia y eficiencia a los ciudadanos mejor que se regrese a su casa”(publicado del 07 al 13 de junio de 2014). Nadie se fue, bueno, uno sí, lo mataron los criminales por lavador de dinero.

―”La ola de crímenes en Jalisco continúa, no hay diferencia entre el anterior gobierno y el actual. Los ciudadanos esperaban que la situación mejorara y la fauna criminal fuese sometida, no ha sido así. Asesinatos, extorsiones, asaltos, robo a casa habitación y negocios son cosa de todos los días. De hecho la mayoría de los ilícitos ya ni siquiera se denuncian a causa de la inutilidad y poco tacto de las autoridades investigadoras… El asesinato del diputado federal dolió a toda la sociedad, mostró que un hombre de bien cayó en las fauces de los chacales; la cuestión es que esas bandas de merodeadores criminales tienen muchos años en Jalisco… y los criminales mantienen en continua angustia a la población cuyo sentido de indefensión es absoluto” (publicado del 27 de sept. al 03 de octubre de 2014).

―”En Jalisco, por citar uno de varios casos, la violencia crece como la espuma y Aristóteles Sandoval se limita a tomar poses y declarar ante los medios un mundo que solo en su mente existe. Homicidios, robos y asaltos a cuentahabientes de bancos así como a negocios de todo tipo son cosa de todos los días” (publicado del 27 de febrero al 06 de marzo de 2015).

 

De manera que los discursos en los funerales de los policías asesinados son tan inútiles como la retórica de las campañas políticas. Las viudas y los huérfanos no van a vivir con palabras huecas y vacías. Los policías nos representan a todos los ciudadanos y cuando asesinan a uno de ellos, la sociedad pierde células que combaten al cáncer que nos agobia de hace tiempo (violencia). Jalisco requiere de un gobernador de verdad; desde los años noventa carecemos de uno que cumpla y haga cumplir la ley. Que demuestre su capacidad en los hechos y no en comerciales de radio y televisión, sin olvidar que democracia no es casarse con el que gana la votación, sino con el que después de vencer demuestra con sus hechos sus dichos de campaña. Si por una simple falta administrativa corrieron a Korenfeld ¿la muerte de tantas personas inocentes no es motivo suficiente para cambiar de gobernador? ¿O usted que considera, estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

E-mail: mahergo50@hotmail.com

 

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Pocos sucesos en la historia humana son tan desconocidos para las sociedades judeocristianas como la Pascua. La palabra por supuesto es de todos conocida, en México incluso se le dedica una semana completa; aunque se le relacione más con un período vacacional, que con el suceso histórico-religioso en el que el destino mismo de la humanidad se decidió delante de Dios.

La primera Pascua se celebró durante la noche previa a la salida de Egipto hace 33 siglos. Dios le dijo a su pueblo a través de Moisés que cada familia sacrificara un cordero sin defecto y con su sangre rociaran los dinteles de la puerta de cada casa de los hebreos (que siglos después serían nombrados judíos).

El pueblo había entrado cuatro siglos atrás como huésped de honor gracias a los servicios prestados al reino de Egipto por José; el joven hebreo cuyos sabios consejos y excelente administración de los recursos permitieron que la nación no solo sobreviviera a siete años de escases y pobreza, sino que incluso fuese capaz de vender alimentos a los pueblos vecinos azotados por aquella gran hambruna.

Egipto en la Biblia simboliza la mundanalidad y la esclavitud del pecado, por tanto no podía mantener su gratitud hacia los hebreos, así que desconociendo el bien recibido de ellos, les oprime hasta someterles a dura esclavitud. Así es el mundo. Olvida siempre lo que el pueblo de Dios ―integrado por judíos y cristianos rendidos al Señor― ha hecho y aportado a la humanidad: valores espirituales, bendiciones, creaciones literarias, pictóricas, inventos, avances médicos, vacunas, pero sobre todo, vivir y compartir el mensaje eterno y salvífico del Dios que se revela al hombre rebelde y caído.

Así que como los egipcios de entonces, el mundo esclaviza a los hijos de Dios, ya sea por medio de la drogadicción, alcoholismo, pasiones desbordadas, amor al dinero, materia y placeres, descreimiento, violencia, y todas aquellas cosas que afligen al ser humano.Las cadenas y los grilletes no requieren ser de hierro para aprisionar. No hay peor miseria y esclavitud que la espiritual, encontrarse ajeno y distante de Dios.

Durante el éxodo, el Faraón lejos de doblegarse ante las plagas enviadas por Dios contra los egipcios que afligían a su pueblo, endurece su corazón. Algo parecido sucede en la actualidad. Los faraones posmodernos oprimen y esclavizan al pueblo de Dios de diversas maneras, pero como entonces, lejos de arrepentirse (a sabiendas que las plagas que azotan al mundo ya son muchas y de enormes consecuencias) siguen endureciendo sus corazones.

Como entonces ordenan la muerte de los niños (antes de que siquiera nazcan), autorizan uniones pseudo matrimoniales contra natura (por menos fueron destruidas Sodoma y Gomorra), autorizan la mariguana (y prohíben el tabaco), escandalizan a los niños de diversas maneras (y de múltiples formas),  prohíben la lectura de la Biblia en las escuelas (mientras que abren las puertas al islam y promueven todo tipo de lecturas nocivas para los infantes), abren el turismo a los spring breakers solo por razones económicas (y critican con dureza toda expresión espiritual ligada a la Biblia con términos peyorativos e hirientes) oprimen con dureza al causante que trabaja y sostiene el país con sus impuestos (mientras que funcionarios, burócratas, sindicatos, maistros zánganos y demás viven como reyes a costillas del sudor de la frente de otros). A la lista le puede usted sumar los ejemplos que recuerde.

En la primera Pascua el pueblo comió cordero asado y matzá (pan sin levadura), la sangre del cordero sustituto sirvió para que la muerte no llegara a la casa de los hebreos, pero sí murieron todos los primogénitos de los egipcios incluyendo al príncipe. Después de esta última plaga (la décima), el Faraón deja por fin salir al pueblo para que retorne a Israel, su tierra, la Tierra de la promesa.

Hace veinte siglos YESHUA, descendiente directo del rey David, de la tribu de Judá, se hizo presente en el río Jordán. Al verle Juan el bautista anuncia a la multitud “¡ESTE ES EL CORDERO DE DIOS QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO!”. Y así fue: en un solo acto en la cruz del Calvario, luego de anunciar por tres años las Buenas Nuevas de salvación a su pueblo (y dejar constancia escrita para todos los pueblos y naciones de la Tierra), se entrega voluntariamente como víctima inocente y sustitutoria para traernos liberación, para romper nuestras cadenas de pecado y reconciliarnos con Dios el Padre en un solo acto. La sangre de los corderos de la primera Pascua era una manera didáctica y efectiva para que llegado el momento judíos y cristianos reconociésemos a nuestro libertador. A nuestro amado Mesías.

En su último Seder de Pesaj, YESHUA (nombre hebreo de Jesús), comió cordero asado y bendijo en hebreo la copa “baruch ata Adonai eloheinu Melej ha olam borei pri jagafen”. También partió la matzá, anunciando el cumplimiento profético a punto de consumarse con su propia sangre. Sangre inocente y redentora mediante la cual la Pascua cobra razón y sentido por cuanto el hombre pecador es reconciliado eternamente con Dios, claro, cuando hay fe y deseo sincero de abrir el corazón al Rey de reyes y Señor de señores:

”Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre” (Mat 26:27-29

No se bebe su sangre, se acepta como precio de redención. ¿Saben los millones de divertidos vacacionistas de ese pacto de gracia y salvación? ¿Conocen realmente el significado de la fiesta de Pascua, o la confunden con las vacaciones o con un trocito de ostia? La última Pascua de Jesús en la que él mismo se convierte en el cordero cuya sangre trajo liberación de la esclavitud (del pecado) y entrada a su reino eterno, como bien sabemos, es poco conocida. Quizá sea tiempo que como en la salida de Egipto su pueblo clame a Dios por liberación de tanto Faraón que le esclaviza ¿o qué cree usted estimado lector?.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

E-mail: mahergo50@hotmail.com 

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Mientras que el actual gobierno federal muestra áreas de grandes aciertos, de volver al orden luego de tantos años de caos (como es el caso de la PGR, que lamentablemente costara la renuncia de Jesús Murillo Karam, a pesar de su impecable actuación jurídica en el caso de los chamacos asesinados de Ayotzinapa): hay otras que parecen dar palos de ciego y meter en problemas al Presidente.

Es el caso de la Secretaría del Trabajo y demás dependencias involucradas en el caso de los trabajadores agrícolas en Baja California. El hilo negro y el agua tibia tienen miles de años ya inventados y sin duda que la campaña mediática sobre la “explotación laboral” a los indígenas en San Quintín y otras regiones de Baja California aunque no es un asunto nuevo ha impactado, pero no necesariamente a favor del gobierno y ni siquiera de los trabajadores.

A no ser que haya algún motivo político contra los empresarios agrícolas o alguna venganza contra alguno de ellos en particular que los mexicanos desconocemos -y los demás están saliendo gravemente perjudicados-; lo cierto es que por los resultados obtenidos se podría decir que hirieron de muerte a este importante sector productivo y a los trabajadores (ya encuerdados) difícilmente los podrán volver al orden.

Es obvio que el secretario del trabajo, o fue engañado por los suyos y metido en una trampa sin salida, o de plano desconoce del todo el tema. Su trabajo en la Procuraduría del Estado de México fue eficaz y productivo, pero no somos buenos para todo ni conocemos todo, y lo que está sucediendo en la península lo deja en pésima posición.

Sin defender a nadie ni denigrar a nadie; simplemente tratando de llegar a la verdad de los hechos (que a final de cuentas es parte del deber periodístico), es necesario aclarar algunas cuestiones de cara a la opinión pública de tal manera que se puedan emitir juicios de valor y no solamente condenas viscerales y populistas:

 

1)    El salario mínimo actual es de $70.00 pesos diarios ¿no es así? Sucede que la mayoría de los jornaleros de la zona (sobre todo entre los productores de fresa y berries) ganan entre $200 y $300 pesos por día. No se debe, aunque sí se puede, ya se vio, que por los menos se dañe a los más.

2)    Ningún empleador del país concede vivienda a sus trabajadores, ¿o sí? De ser así exijo de inmediato la mía, pues hasta ahora nadie me ha ofrecido ninguna. La ley marca que el trabajo sea remunerado, nada más, y tal pago ha estado siendo cumplido (la mayoría por encima del mínimo, con tres o cuatro mínimos por trabajador). Conseguir donde vivir ya es cosa del trabajador y si no hay un contrato previo que el patrón se obligue en ese sentido, no se tiene porque exigir ni ser linchados los patrones en los medios.

3)    Es costumbre, y los “usos y costumbres” entre los indígenas son muy apreciados y defendidos, que varios de los empresarios de la zona les dejen algún espacio para los que se quieran quedar (y ahorrarse lo de la renta y juntar más dinero), pero a los que deciden hacerlo les corresponde hacer algo para instalarse. No hay engaño. Es decisión de parte.

4)    En los medios no se ha dicho que dos y hasta tres miembros de una familia trabajan de tal forma que tres sueldos pueden juntar diario entre $600 y $900 pesos diarios, depende del patrón al que sirven.

5)    Los comentaristas de televisión se han desgarrado las vestiduras asegurando que “explotan” a los niños. No es así, los trabajadores al no tener donde dejar sus críos se los llevan y los niños siempre desean hacer lo que hacen los padres. ¿Por qué el gobierno federal o el estatal no les han puesto guarderías?

6)    Entre las primeras cosas que hacen muchos de estos trabajadores sureños al llegar a Baja California, es comprarse un auto de desecho en los múltiples yonkes de la zona, lo cual pueden hacer con $300 o 400 dólares, que en sus lugares de origen es imposible adquirirlos. Ni trabajo tienen siquiera, menos comprar vehículos.

7)    El problema se agrava y repercute socialmente al no saber manejar, ya que acostumbrados ancestralmente a la embriaguez, provocan una enorme cantidad de accidentes de altos costos en muchos sentidos (cosa que en la televisión no dicen, guardan silencio).

En suma: el gobierno federal tendrá que evaluar lo que suceden en San Quintín de manera más justa, pues si bien es inadmisible la explotación laboral en cualquiera de sus formas (en Guadalajara en los centros comerciales se le paga $90 pesos diarios a los trabajadores del aseo –mediante outsourcing-), denigrar sin razón a los empleadores es igual de inadmisible.

Lo mejor en todo caso es una revisión campo por campo, sin exigir al empleador más de lo que la ley señala y ha pactado previamente con el trabajador, como también someter a los agitadores agrícolas al imperio de la LFT. Urgidos de empleo, de producción en el campo y paz social, desatar un aquelarre contra los inversores agrícolas puede provocar enormes daños al país, cuando lo que necesitamos y con urgencia, es diálogo y trabajo, mucho trabajo para poder sacar al país luego de tantos años de caos y violencia ¿o usted que considera estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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Salvo honrosas excepciones, la clase política mexicana ha llegado al extremo del cinismo; caraduras y sinvergüenzas de todo tipo pueblan los partidos, lo peor del caso es que no dan muestra de entender el hartazgo social, menos de arrepentirse, empujando al país a situación de caos.

     En tanto que la mayoría de los ciudadanos lucha por apenas sobrevivir, el gobierno y sus instituciones electorales siguen permitiendo larguísimas, inútiles y derrochadoras campañas, en las que los partidos políticos ciegos a una sociedad que les repudia, dilapidan los impuestos en anuncios que lo único que logran es ofender e irritar más al ciudadano.

Y es que, ¡o no analizan sus palabras, o su desvergüenza ha caído en la amoralidad! ¿Gusta que desglosemos el último anuncio (spot es palabra gringa) de Ricardo Anaya, empleado de Gustavo Madero y hasta hace poco presidente del PAN?:

 

1. México no va por buen camino. Cierto, muy cierto, pero… ¿Qué hicieron los gobiernos del PAN en los 12 años que tuvieron el poder? ¿Tienen autoridad moral para señalar pajas en el ojo ajeno teniendo vigas en el propio?

2. Está herido por la violencia. Violencia desatada en el gobierno de Fox y recrudecida hasta el salvajismo en el de Felipe Calderón a causa de su “guerra” (las muertes violentas durante su sexenio llegaron a más de 120 mil).

Manchado por la corrupción. ¡Los burros hablando de orejas! Y no me refiero al diputado Anaya, de él no se ha sabido nada que manche su imagen (ser marioneta de Madero no es delito).

Todos los partidos políticos en México, empezando con el PAN, carecen de autoridad moral para tocar el tema, mucho menos para condenar al vecino. Mientras no escuchen las acusaciones y reclamos del pueblo y metan a la cárcel a los saqueadores de los dineros públicos, ningún partido debe hablar de una honradez que hasta ahora no se les conoce (y su corrupción y voracidad sí).

4. Detenido por la economía. En México la única economía que funciona desde el año 2000 es la de los funcionarios. Esa ha crecido exponencialmente.

Individuos que eran “don nadie” apenas entraron al gobierno y se hicieron de enormes fortunas. Esas son las que requieren de auditorías y no los agobiados causantes de siempre que ya no sienten lo duro sino lo tupido.

El agobio fiscal y delincuencial contra los que trabajan y sostienen este país es causa y efecto de la economía semi paralizada que tenemos.

5. Necesitamos cambiar el rumbo con nuevas ideas. ¿Y la clase política las puede aportar? ¡No por favor, no vaya a resultar peor el remedio que la enfermedad!

6. Aumentemos el salario mínimo, es lo justo. No solo es cierto, sino necesario. Pero ¿Por qué no lo hicieron cuando fueron poder? ¿Por qué lo único que hicieron ―y contagiaron a los demás― fue aumentarse estratosféricamente los sueldos y prestaciones y dejar en el olvido a empleados y trabajadores de todo el país?

7. Metamos a los corruptos a la cárcel. ¡De acuerdísimo! Empiecen con Vicente Fox y parentela, los hermanos Bibriesca y demás corte faraónica, ya que en lugar de combatir con todo y meter a la cárcel a los ladrones del erario, se sumaron a la pandilla (los que votaron por ese “cambio” eso esperaban, y no un simple cambio de malhechores).

En Jalisco pueden venir por Emilio González Márquez, ¿se les hace poco que gastara $74,000’000,000.00 millones de manera discrecional sin que hasta ahora haya rendido cuentas? Pero no es el único, la banda de bribones es numerosísima y en Jalisco pocos exfuncionarios pasarían una auditoría (incluyendo al auditor Alonso Godoy).

8. Con el nuevo sistema anticorrupción. Bien, nomás que nos digan cuál, y que empiecen con todos los funcionarios y exfuncionarios que tienen cuentas pendientes de rendir. De otra manera no pasa de ser otra de sus falacias, una raya más en el tigre.

Cambiemos el rumbo con nuevas ideas ¿las de quién, de los políticos o del pueblo? Porque hasta ahora sus ideas, nuevas o viejas solo han servido para saquear el país, hundirnos en la miseria y la violencia, en una ansiedad e insatisfacción social que crece día con día.

10 ¡Que nadie nos diga que no se puede! Pues no, claro que se puede. El problema es el que cómo. Sobre todo cuando padecemos gobiernos en los tres niveles y de todos los partidos que no escuchan ni atienden al ciudadano. Sus bolsillos e interés grupal es lo único válido ¿a poco no?.

11. ¡Claro que podemos! Sí, de que podemos, podemos, pero cómo le hacemos, ¿ni modo que se hagan el harakiri los funcionarios? De entrada necesitamos que desaparezca ese bodrio llamado “derechos humanos” (que solo defiende delincuentes y se olvida siempre de las víctimas) y se le conceda libertad política a la PGR y Procuradurías estatales para hacer valer la ley e implantar un auténtico estado de derecho que deseche esta pestilente simulación y meta a la cárcel a los saqueadores de los dineros públicos. Nada de impunidad como hasta ahora.

12 ¿A poco no? ¡P’os no, da la casualidad!, han convertido el estado mexicano en una simple empresa, patrimonio de la clase política, desentendiéndose en absoluto del pueblo que aterrorizado entre bandas de narcotraficantes, delincuentes y maistros pseudo guerrilleros no haya la puerta. Agobiado por una prolongada crisis económica, vive sometido a un yugo neoporfirista que entre tarjetas de crédito usureras y tiendas que le venden ropa hasta 36 meses le tienen esclavizado sin que nadie ¡NADIE! Le libere de semejante yugo ¿Es justo que al ahorrador le paguen el 2% anual de interés y al tarjetahabiente le cobren entre el 4 y el 6% mensual? ¿Qué hacen todos los legisladores? Buscar la manera de enriquecerse ¿a poco no?.

Así que le tomamos la palabra al diputado Anaya, aunque antes debe entender él y el resto de la clase política (que gobierna o vive del presupuesto), y sabedores de que sí se puede, que es urgente y necesario regresar a la legalidad y la auténtica vida republicana. En otro tema ¿no puede el gobierno obligar a que HOTMAIL de la cara al usuario para resolver sus problemas técnicos? Y es que si usted utiliza el correo en otra ciudad y en otra computadora su correo será bloqueado. ¿Hasta en eso los mexicanos tenemos que padecerle?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

E-mail: mahergo50@hotmail.com

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