Opinión
Columnas

Durante generaciones los mexicanos (y gran parte de los pueblos y países) estuvimos regidos por reglas perfectamente definidas, casi todas ellas derivadas de la fe judeocristiana, lo que permitía que el bien de los demás estuviera por encima del personal, ya fuera en la familia, la escuela o en cualquier otro grupo de convivencia. Era lo normal.

Hace medio siglo la psicología estaba apenas abriéndose paso y la sociedad se regía por los valores tradicionales. Durante mucho tiempo el civismo marcaba las pautas de la convivencia, los hombres dejaban el asiento en el autobús a la mujer, como igual se les permitía que subieran ellas y los niños primero. En la banqueta se les dejaba el lado de la pared a mujeres y niños. Los adultos eran respetados por los niños y jóvenes y los adultos devolvían a cambio una protección para su persona y formación (no había esa plaga de pervertidos que ahora abusan de ellos ―que sin miramientos merecen ser fusilados―).

En casa el respeto para los padres era una realidad generalizada; aunque ahora algunos adultos para quedar bien con los jóvenes y niños aseguren que era por autoritarios, pues no entienden el significado de autoridad, sin la cual ninguna sociedad pude permanecer de pie por mucho tiempo (si bien siempre ha habido y habrá padres autoritarios, o desobligados, o violentos, pero ese no es el tema).

La puerta de la escuela primaria se cerraba a las 8:00 o las 9:00 y ya no entraba nadie, disciplina que formaba generaciones de personas puntuales y responsables. Hoy no  aplica, ¡los nenes se trauman! Si hubo mucho tráfico, si se ponchó la llanta, si el chocomilk se le atoró al chiquillo, o se le quedó el cuaderno y tuvieron que devolverse, la mamá se convertirá en el Hulk si al señor de la entrada se le ocurre detener a su bebé, que dicho sea de paso es ¡el mejor del mundo! (al cual todos están obligados a considerar el centro de sus atenciones).

Así es como empezó el cambio del orden al desorden, de las reglas a las no reglas, y si las hay son las de cada quien y cada quien las interpreta a su gusto y conveniencia, de lo contrario corren a la jalarle las faldas para que los defienda a esa señora que nada resuelve y todo complica llamada “derechos humanos”.  Una imposición política venida del exterior y como el que debe es siervo del que le presta y México debe por sabrá Dios cuantas generaciones, los señores del capital nos endilgaron este adefesio pseudo jurídico que en sus países es otra cosa. Allá primero es la ley En cambio en México lo que vale es el berrinche, el pataleo mediático, el subjetivismo y la manipulación emotiva. Ley no, ¡es represora! (dicen los “activistas” de la generación egoísta)

Por si nos les resultara suficiente su relajo, a finales del siglo pasado comenzaron a aparecer las llamadas ONG’S, algunas de ellas verdaderos parásitos presupuestales que arengan con la izquierda pero cobran con la derecha. La lógica desarrollada por el ser humano de manera natural a través de la experiencia y que antaño era materia en la preparatoria nos hace y ayuda a pensar. Esta reflexión nos lleva a lo siguiente: ¿cómo le harán todos los que integran estas organizaciones, pues la mayoría no podemos desatender nuestros trabajos y ellos son apóstoles de todas las causas? ¿quién los mantiene, son ricos de nacimiento, o de dónde sacan?.

Y es que oponerse a todo (nomás porque viene del gobierno) ni es lógico y sensato, ni tiene porque ser así. Un país sin estado se sumergiría de inmediato en el caos. Para eso es la democracia, para tratar de convivir de la mejor manera posible dentro del menos peor de los sistemas políticos. En lugar de agredir a todo lo que se mueva en el gobierno, se debe analizar con objetividad las acciones y evitar las agresiones de todo tipo dado que existen los canales adecuados para hacer valer la voz ciudadana, pues como advierten la Sagradas Escrituras “la palabra áspera hace subir el furor más la blanda respuesta aplaca la ira”. Es el diálogo el que enriquece la vida social, no la ira verbal ¿qué aportación puede haber en un espíritu egoísta cuya visión de las cosas es única y el otro no tiene cabida?

El crecimiento urbano presenta un sinnúmero de necesidades (metro, trenes suburbanos, metrobus, acueductos, vialidades, hospitales, escuelas, etcétera). En el pasado estas necesidades obligaron a muchas expropiaciones. Hoy de inmediato los egoístas se oponen y anteponen su “criterio” por encima de cualquiera. Detentadores de la verdad absoluta (al estilo Peje) todos los mexicanos debemos someternos a sus berrinches y demás expresiones, la más de las veces sin verdadero sustento. Un caso local a manera de ejemplo ¿De dónde se puede sacar para una línea de metro subterránea si no hay dinero para hacerlo? ¿Quieren que se pida más dinero prestado y la hipoteca de la casa llamada México sea ya totalmente impagable? ¿No sería mejor apoyar para que se haga y de ser posible enriquecer el proyecto en lugar de descalificar todo nomás porque es del gobierno?

En el Distrito Federal se pudo crear infraestructura (metro, ejes viales, etcétera) porque la expropiación se ejecutó. En Guadalajara también lo vimos con la expropiación y derrumbe de todas las casas de la antigua calle de Catalán, para dar paso a la avenida Revolución y conectar el Sector Reforma con el centro. Anteriormente se habían ampliado por la misma vía legal Juárez, González Gallo y Javier Mina. Luego vino la expropiación del eje Moro-Escobedo para construir la Calzada del Federalismo y unir Guadalajara de Periférico a Periférico, como también la creación de la Avenida Lázaro Cárdenas (lo que es ahora los carriles centrales eran casi todos canchas de futbol). Nadie repeló, al contrario, los tapatíos nos alegrábamos de que se hiciera obra pública y por ende se mejorara nuestra calidad de vida.

Lamentablemente en lugar de cuidarles las manos a los funcionarios ladrones (que durante los gobiernos del PAN se multiplicaron como ratas de criadero) los activistas (egoístas) se oponen a todo, paralizando o frenando los proyectos públicos que nos benefician a todos

Signos de los tiempos. Ha permeado a tal punto en la sociedad esa conducta egoísta, que pasarse en rojo la luz del semáforo es nada, “¡que pase el rey, que ha de pasar!” ―rezaba la  canción infantil―, como tampoco es nada circular en sentido contrario, tapar cochera, estacionarse en doble fila, si van en bicicleta lo hacen en sentido contrario, por la banqueta, sin luces y sume usted las conductas egoístas que recuerde y que hacen cada vez más difícil la convivencia social.

Soldados y policías no están de adorno, ni se les compran armas para los desfiles. Requieren de usarlas para defenderse y defendernos de tanta fauna nociva que afecta gran parte del país (multiplicada durante los gobiernos de Zedillo, Fox y Calderón) ¿Estamos bien bajo la tiranía de los ególatras o preferimos el imperio de la ley para que el ser humano valga por lo que es y no por lo que el otro dice o quiere? ¿Usted que piensa estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com

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Muchos gobernantes, sin distingo de partido, creen que algunos periodistas señalamos yerros y corruptelas por mala fe, consigna, o como dijo el tal “Bebeto” ¡nomás por joder! La posibilidad de que la crítica o el señalamiento sean la narrativa ordenada de sus torpezas en el poder no existe ni pasa por su mente. La soberbia y la zalamería de sus cortesanos los pierde aun antes de llegar al poder.

Desde esta columna se ha señalado en múltiples ocasiones la incapacidad para gobernar de Aristóteles Sandoval, que la violencia en Jalisco estaba creciendo y saliéndose de control. El silencio fue la respuesta. Lamentablemente los hechos han demostrado con mucha sangre inocente derramada que la crítica no obedecía a ninguna animadversión, sino a la falta de oficio político de quien ocupa el Poder Ejecutivo.

En mayo de 2014, cuatro soldados son asesinados por los mafiosos en Guachinango (Jalisco). Hace apenas tres semanas 5 policías de la gendarmería y otros civiles fueron masacrados por criminales en Ocotlán. El 6 de abril fue asesinado el jefe de la policía de Zacoalco de Torres. Demostraciones públicas que pretenden hacer saber quien tiene la fuerza y control en Jalisco, lo cual es inadmisible. Urge que el gobierno haga valer la ley y la fuerza del estado.

Teniendo presentes los homicidios que han ocurrido durante el desgobierno de Aristóteles Sandoval (1438 en 2013 y 1097 en 2014), con el asesinato de los 15 policías en la carretera Las Palmas-San Sebastián del Oeste corrobora su pésima gestión. Una masacre que de entrada permite ver que alguien dentro de la corporación informó a los delincuentes del paso de sus compañeros por la zona (los estaban esperando para emboscarlos).

Los ciudadanos comunes desconocemos qué hacen los cuerpos policiacos y qué movimientos tácticos deciden. Sin duda que hay contaminación y traición, como también se desprende que no existe un trabajo de inteligencia que investigue y desmantele las bandas criminales, ya que hasta ahora solo se limitan al patrullaje y responder ante la agresión. Eso y nada es casi lo mismo. La ventaja de los criminales para asesinar a esos hombres de manera cobarde y no permitir que siquiera se defendieran lo demuestra.

Las desafortunadas declaraciones de Nájera Gutiérrez de acusar a un cártel y decir que es una venganza, no aminoran en absoluto los hechos ni el dolor por la sangre derramada. Al ciudadano lo mismo da que el que lo muerde sea perro o perra, el daño es el que importa. El hastío contra los violentos ha llegado al límite y el estado es quien tiene el control de la fuerza en el contrato social. Así que las excusas ya no caben, carecen de validez. El Presidente les dijo a los gobernadores hace algunas semanas que “para cumplir con el estado de derecho es fundamental un trabajo conjunto, y que ‘no cabe nadar de muertito’, ni que se evadan responsabilidades y dejar que el gobierno federal enfrente a solas su responsabilidad”. Los hechos lo demuestran, en Jalisco han estado ‘nadando de muertito’.

La titánica tarea del gobierno federal realizada en Michoacán y parcialmente en otras partes del país, lejos de ser ejemplo para gobernadores con entidades agraviadas por la violencia, tal pareciera que esperan a que les vengan a hacer ese desagradable trabajo, mientras ellos se dedican a los negocios y a la acumulación de fortunas (el caso de su antecesor Emilio González Márquez, impune hasta ahora, corrobora lo anterior).

Y como los gobernantes son casi todos desmemoriados, le recordamos al de Jalisco algunos señalamientos dichos a tiempo desde este espacio:

 

―”El problema es que el primer responsable de lo que sucede en el Estado es él y la cosa es que en su arranque de ira el joven gobernador amenazó a su séquito de cortesanos (muchos de ellos tan inútiles como onerosos)… ‘El que no cumpla y mejore sus metas en este año… se tiene que ir, porque el que no viene a servir con eficacia y eficiencia a los ciudadanos mejor que se regrese a su casa”(publicado del 07 al 13 de junio de 2014). Nadie se fue, bueno, uno sí, lo mataron los criminales por lavador de dinero.

―”La ola de crímenes en Jalisco continúa, no hay diferencia entre el anterior gobierno y el actual. Los ciudadanos esperaban que la situación mejorara y la fauna criminal fuese sometida, no ha sido así. Asesinatos, extorsiones, asaltos, robo a casa habitación y negocios son cosa de todos los días. De hecho la mayoría de los ilícitos ya ni siquiera se denuncian a causa de la inutilidad y poco tacto de las autoridades investigadoras… El asesinato del diputado federal dolió a toda la sociedad, mostró que un hombre de bien cayó en las fauces de los chacales; la cuestión es que esas bandas de merodeadores criminales tienen muchos años en Jalisco… y los criminales mantienen en continua angustia a la población cuyo sentido de indefensión es absoluto” (publicado del 27 de sept. al 03 de octubre de 2014).

―”En Jalisco, por citar uno de varios casos, la violencia crece como la espuma y Aristóteles Sandoval se limita a tomar poses y declarar ante los medios un mundo que solo en su mente existe. Homicidios, robos y asaltos a cuentahabientes de bancos así como a negocios de todo tipo son cosa de todos los días” (publicado del 27 de febrero al 06 de marzo de 2015).

 

De manera que los discursos en los funerales de los policías asesinados son tan inútiles como la retórica de las campañas políticas. Las viudas y los huérfanos no van a vivir con palabras huecas y vacías. Los policías nos representan a todos los ciudadanos y cuando asesinan a uno de ellos, la sociedad pierde células que combaten al cáncer que nos agobia de hace tiempo (violencia). Jalisco requiere de un gobernador de verdad; desde los años noventa carecemos de uno que cumpla y haga cumplir la ley. Que demuestre su capacidad en los hechos y no en comerciales de radio y televisión, sin olvidar que democracia no es casarse con el que gana la votación, sino con el que después de vencer demuestra con sus hechos sus dichos de campaña. Si por una simple falta administrativa corrieron a Korenfeld ¿la muerte de tantas personas inocentes no es motivo suficiente para cambiar de gobernador? ¿O usted que considera, estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

E-mail: mahergo50@hotmail.com

 

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Pocos sucesos en la historia humana son tan desconocidos para las sociedades judeocristianas como la Pascua. La palabra por supuesto es de todos conocida, en México incluso se le dedica una semana completa; aunque se le relacione más con un período vacacional, que con el suceso histórico-religioso en el que el destino mismo de la humanidad se decidió delante de Dios.

La primera Pascua se celebró durante la noche previa a la salida de Egipto hace 33 siglos. Dios le dijo a su pueblo a través de Moisés que cada familia sacrificara un cordero sin defecto y con su sangre rociaran los dinteles de la puerta de cada casa de los hebreos (que siglos después serían nombrados judíos).

El pueblo había entrado cuatro siglos atrás como huésped de honor gracias a los servicios prestados al reino de Egipto por José; el joven hebreo cuyos sabios consejos y excelente administración de los recursos permitieron que la nación no solo sobreviviera a siete años de escases y pobreza, sino que incluso fuese capaz de vender alimentos a los pueblos vecinos azotados por aquella gran hambruna.

Egipto en la Biblia simboliza la mundanalidad y la esclavitud del pecado, por tanto no podía mantener su gratitud hacia los hebreos, así que desconociendo el bien recibido de ellos, les oprime hasta someterles a dura esclavitud. Así es el mundo. Olvida siempre lo que el pueblo de Dios ―integrado por judíos y cristianos rendidos al Señor― ha hecho y aportado a la humanidad: valores espirituales, bendiciones, creaciones literarias, pictóricas, inventos, avances médicos, vacunas, pero sobre todo, vivir y compartir el mensaje eterno y salvífico del Dios que se revela al hombre rebelde y caído.

Así que como los egipcios de entonces, el mundo esclaviza a los hijos de Dios, ya sea por medio de la drogadicción, alcoholismo, pasiones desbordadas, amor al dinero, materia y placeres, descreimiento, violencia, y todas aquellas cosas que afligen al ser humano.Las cadenas y los grilletes no requieren ser de hierro para aprisionar. No hay peor miseria y esclavitud que la espiritual, encontrarse ajeno y distante de Dios.

Durante el éxodo, el Faraón lejos de doblegarse ante las plagas enviadas por Dios contra los egipcios que afligían a su pueblo, endurece su corazón. Algo parecido sucede en la actualidad. Los faraones posmodernos oprimen y esclavizan al pueblo de Dios de diversas maneras, pero como entonces, lejos de arrepentirse (a sabiendas que las plagas que azotan al mundo ya son muchas y de enormes consecuencias) siguen endureciendo sus corazones.

Como entonces ordenan la muerte de los niños (antes de que siquiera nazcan), autorizan uniones pseudo matrimoniales contra natura (por menos fueron destruidas Sodoma y Gomorra), autorizan la mariguana (y prohíben el tabaco), escandalizan a los niños de diversas maneras (y de múltiples formas),  prohíben la lectura de la Biblia en las escuelas (mientras que abren las puertas al islam y promueven todo tipo de lecturas nocivas para los infantes), abren el turismo a los spring breakers solo por razones económicas (y critican con dureza toda expresión espiritual ligada a la Biblia con términos peyorativos e hirientes) oprimen con dureza al causante que trabaja y sostiene el país con sus impuestos (mientras que funcionarios, burócratas, sindicatos, maistros zánganos y demás viven como reyes a costillas del sudor de la frente de otros). A la lista le puede usted sumar los ejemplos que recuerde.

En la primera Pascua el pueblo comió cordero asado y matzá (pan sin levadura), la sangre del cordero sustituto sirvió para que la muerte no llegara a la casa de los hebreos, pero sí murieron todos los primogénitos de los egipcios incluyendo al príncipe. Después de esta última plaga (la décima), el Faraón deja por fin salir al pueblo para que retorne a Israel, su tierra, la Tierra de la promesa.

Hace veinte siglos YESHUA, descendiente directo del rey David, de la tribu de Judá, se hizo presente en el río Jordán. Al verle Juan el bautista anuncia a la multitud “¡ESTE ES EL CORDERO DE DIOS QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO!”. Y así fue: en un solo acto en la cruz del Calvario, luego de anunciar por tres años las Buenas Nuevas de salvación a su pueblo (y dejar constancia escrita para todos los pueblos y naciones de la Tierra), se entrega voluntariamente como víctima inocente y sustitutoria para traernos liberación, para romper nuestras cadenas de pecado y reconciliarnos con Dios el Padre en un solo acto. La sangre de los corderos de la primera Pascua era una manera didáctica y efectiva para que llegado el momento judíos y cristianos reconociésemos a nuestro libertador. A nuestro amado Mesías.

En su último Seder de Pesaj, YESHUA (nombre hebreo de Jesús), comió cordero asado y bendijo en hebreo la copa “baruch ata Adonai eloheinu Melej ha olam borei pri jagafen”. También partió la matzá, anunciando el cumplimiento profético a punto de consumarse con su propia sangre. Sangre inocente y redentora mediante la cual la Pascua cobra razón y sentido por cuanto el hombre pecador es reconciliado eternamente con Dios, claro, cuando hay fe y deseo sincero de abrir el corazón al Rey de reyes y Señor de señores:

”Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre” (Mat 26:27-29

No se bebe su sangre, se acepta como precio de redención. ¿Saben los millones de divertidos vacacionistas de ese pacto de gracia y salvación? ¿Conocen realmente el significado de la fiesta de Pascua, o la confunden con las vacaciones o con un trocito de ostia? La última Pascua de Jesús en la que él mismo se convierte en el cordero cuya sangre trajo liberación de la esclavitud (del pecado) y entrada a su reino eterno, como bien sabemos, es poco conocida. Quizá sea tiempo que como en la salida de Egipto su pueblo clame a Dios por liberación de tanto Faraón que le esclaviza ¿o qué cree usted estimado lector?.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

E-mail: mahergo50@hotmail.com 

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Mientras que el actual gobierno federal muestra áreas de grandes aciertos, de volver al orden luego de tantos años de caos (como es el caso de la PGR, que lamentablemente costara la renuncia de Jesús Murillo Karam, a pesar de su impecable actuación jurídica en el caso de los chamacos asesinados de Ayotzinapa): hay otras que parecen dar palos de ciego y meter en problemas al Presidente.

Es el caso de la Secretaría del Trabajo y demás dependencias involucradas en el caso de los trabajadores agrícolas en Baja California. El hilo negro y el agua tibia tienen miles de años ya inventados y sin duda que la campaña mediática sobre la “explotación laboral” a los indígenas en San Quintín y otras regiones de Baja California aunque no es un asunto nuevo ha impactado, pero no necesariamente a favor del gobierno y ni siquiera de los trabajadores.

A no ser que haya algún motivo político contra los empresarios agrícolas o alguna venganza contra alguno de ellos en particular que los mexicanos desconocemos -y los demás están saliendo gravemente perjudicados-; lo cierto es que por los resultados obtenidos se podría decir que hirieron de muerte a este importante sector productivo y a los trabajadores (ya encuerdados) difícilmente los podrán volver al orden.

Es obvio que el secretario del trabajo, o fue engañado por los suyos y metido en una trampa sin salida, o de plano desconoce del todo el tema. Su trabajo en la Procuraduría del Estado de México fue eficaz y productivo, pero no somos buenos para todo ni conocemos todo, y lo que está sucediendo en la península lo deja en pésima posición.

Sin defender a nadie ni denigrar a nadie; simplemente tratando de llegar a la verdad de los hechos (que a final de cuentas es parte del deber periodístico), es necesario aclarar algunas cuestiones de cara a la opinión pública de tal manera que se puedan emitir juicios de valor y no solamente condenas viscerales y populistas:

 

1)    El salario mínimo actual es de $70.00 pesos diarios ¿no es así? Sucede que la mayoría de los jornaleros de la zona (sobre todo entre los productores de fresa y berries) ganan entre $200 y $300 pesos por día. No se debe, aunque sí se puede, ya se vio, que por los menos se dañe a los más.

2)    Ningún empleador del país concede vivienda a sus trabajadores, ¿o sí? De ser así exijo de inmediato la mía, pues hasta ahora nadie me ha ofrecido ninguna. La ley marca que el trabajo sea remunerado, nada más, y tal pago ha estado siendo cumplido (la mayoría por encima del mínimo, con tres o cuatro mínimos por trabajador). Conseguir donde vivir ya es cosa del trabajador y si no hay un contrato previo que el patrón se obligue en ese sentido, no se tiene porque exigir ni ser linchados los patrones en los medios.

3)    Es costumbre, y los “usos y costumbres” entre los indígenas son muy apreciados y defendidos, que varios de los empresarios de la zona les dejen algún espacio para los que se quieran quedar (y ahorrarse lo de la renta y juntar más dinero), pero a los que deciden hacerlo les corresponde hacer algo para instalarse. No hay engaño. Es decisión de parte.

4)    En los medios no se ha dicho que dos y hasta tres miembros de una familia trabajan de tal forma que tres sueldos pueden juntar diario entre $600 y $900 pesos diarios, depende del patrón al que sirven.

5)    Los comentaristas de televisión se han desgarrado las vestiduras asegurando que “explotan” a los niños. No es así, los trabajadores al no tener donde dejar sus críos se los llevan y los niños siempre desean hacer lo que hacen los padres. ¿Por qué el gobierno federal o el estatal no les han puesto guarderías?

6)    Entre las primeras cosas que hacen muchos de estos trabajadores sureños al llegar a Baja California, es comprarse un auto de desecho en los múltiples yonkes de la zona, lo cual pueden hacer con $300 o 400 dólares, que en sus lugares de origen es imposible adquirirlos. Ni trabajo tienen siquiera, menos comprar vehículos.

7)    El problema se agrava y repercute socialmente al no saber manejar, ya que acostumbrados ancestralmente a la embriaguez, provocan una enorme cantidad de accidentes de altos costos en muchos sentidos (cosa que en la televisión no dicen, guardan silencio).

En suma: el gobierno federal tendrá que evaluar lo que suceden en San Quintín de manera más justa, pues si bien es inadmisible la explotación laboral en cualquiera de sus formas (en Guadalajara en los centros comerciales se le paga $90 pesos diarios a los trabajadores del aseo –mediante outsourcing-), denigrar sin razón a los empleadores es igual de inadmisible.

Lo mejor en todo caso es una revisión campo por campo, sin exigir al empleador más de lo que la ley señala y ha pactado previamente con el trabajador, como también someter a los agitadores agrícolas al imperio de la LFT. Urgidos de empleo, de producción en el campo y paz social, desatar un aquelarre contra los inversores agrícolas puede provocar enormes daños al país, cuando lo que necesitamos y con urgencia, es diálogo y trabajo, mucho trabajo para poder sacar al país luego de tantos años de caos y violencia ¿o usted que considera estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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