Opinión
Columnas

Saliéndonos por esta ocasión de los temas políticos, abordamos ―en concordancia con los festejos navideños― otro que a todos nos incumbe, toda vez que al ser parte de una sociedad, casi todo lo que sucede a nuestro alrededor nos atañe y afecta en uno u otro sentido.

Aprovechando, pues, tiempo y espacio entramos en materia. Así que sin rodeos ni retórica estéril, hemos de señalar que la bondad anunciada por el humanismo sin Dios que domina el mundo (entendidos que hay otro humanismo que depende de Dios y se nutre de sus valores) además de devorar los cimientos judeocristianos que sustentaron a las distintas sociedades de occidente por dos mil años, en muy poco tiempo le ha llevado por el amplio camino del hedonismo, aunque en una pendiente inclinada que cada vez se acerca más al abismo sin que nada o nadie intente siquiera detener su alocada carrera autodestructiva.

Inmersos en esta cosmovisión nihilista, millones alrededor del mundo mendigan afecto sin obtenerlo en realidad, o si acaso migajas. Hombres creados a imagen de Dios, han preferido la imagen de otros congéneres, cayendo en la idolatría de sí mismos (como Narciso), o de simples e inconscientes adoradores del vecino. Es decir, ¡mendicantes de afecto!

Esto me recuerda a Don Tadeo, uno de los personajes de Don Justo Sierra O’Reilly en conocida novela escrita en 1850. Sirviente de un cura inquisidor (malvado por oficio y decisión personal) alejado de Dios y devaluado por sí mismo, recurría a la falsa religiosidad a manera del Tartufo de Voltaire, como también a la indignidad lacayuna para recoger migajas de afecto de su amo con sotana le arrojaba (que para su desgracia en el fondo le despreciaba): “Adulaba al poderoso, arrastrándose como un reptil”.

Hoy en día la mendicidad de afecto es mayor que la económica. Las masas rendidas a artistas de nula valía y talento son testimonio fehaciente del vacío existencial, de la ausencia de verdadero amor en los corazones. Jovencitas, incluso niñas que se entregan a cualquier individuo que les arroje algunas palabras de amor (falso), cuando hay un Dios Todopoderoso capaz de llenar el corazón más vacío y hambriento. Y no con falso amor, sino con el verdadero; que puede acoger con sus brazos paternales al alma más solitaria o más despreciada, por cuanto en su santo Ser no existe la acepción de personas.

Y vamos, como todo en la vida este asunto tuvo un principio en el cual factores diversos incidieron. La psicología por ejemplo cuestionó la formación espiritual y la disciplina bíblica, proponiendo un modelo mejor, considerando incluso la corrección del rebelde como barbarie. Los resultados los tenemos a la vista: generaciones de violentos que no admiten disciplina ni autoridad alguna ¿Cuándo reclamarán públicamente los promotores de estas corrientes de pensamiento su cuota en esta debacle del género humano?

El egoísta -y en esta visión han sido formados la mayoría en las nuevas generaciones- no considera jamás a su prójimo. Y aunque señala interés en su discurso público, en los hechos es parcial y selectivo, anteponiendo obviamente el yo (y dejando fuera el criterio divino). Las legiones de miserables mendigando afecto pululan por todo el planeta y las distintas sociedades. El joven que busca amistad con otros jóvenes, carentes de afectos como él, tan solo le pueden ofrecer acceso a la pandilla o inicio al mundo de las adicciones y pasiones. El individuo que se une a una causa política creyendo ser aceptado y mostrar interés por los demás, no considera siquiera que es simple peón en el tablero de las ambiciones. Esposos que juegan a amarse sin conocer jamás el verdadero amor, crecen las filas de los divorciados en la primera crisis.

Mundo globalizado que imita y falsifica todo, desde automóviles y ropa, hasta llegar a los intangibles. Mundo de apariencias, de copias y simulaciones, en el que el amor y sus derivados también han sido raptados. Inmersos en eufemismos que no necesariamente reflejan lo que se afirma, se confunden las relaciones sexuales con “hacer el amor”, como si tal cosa estuviese limitada a este momento íntimo entre seres que realmente se aman.

El verdadero amor proviene de Dios y sólo Él lo puede dar. Las Sagradas Escrituras lo dicen con toda claridad: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16), y en otra parte señala “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor” (1ª Juan 4:8).

Si tomásemos en cuenta lo que se dice en los medios y en las “redes sociales”, el hombre actual sería modelo de amor y virtud, sin embargo los hechos nos muestran lo opuesto. El egoísmo es amo y señor de este mundo. Sus súbditos, que lamentablemente son mayoría, cargan con su corazón a manera de recipiente en espera de una “caridad” y no de amor, sería demasiado esperar, de simple afecto. Pero nadie lo quiere ver pues la soberbia impide reconocer los yerros, por lo que la debacle y la indigencia en busca de afecto crecen desmedidamente.

Para nuestra bendición Dios es inmutable y su amor eterno e infinito es capaz de satisfacer el corazón más vacío y hambriento. Para darnos una idea de ese amor, basta reflexionar que ante nuestra situación eterna de condena a causa del pecado que nos separa de su santidad, Él mismo se hizo hombre en la persona de Jesús (Yeshua), y en lugar de que nosotros fuésemos a la cruz para pagar nuestras culpas de toda una vida, Él tomó nuestro lugar para darnos salvación y mostrarnos el camino del amor, que no es otra cosa que el camino de la verdadera vida. Un camino cuya puerta es única (Jesús) y estrecho en su trayecto, pero que al final de la jornada terrenal abre su puerta al reino eterno preparado por el Mesías.

Así que no hay necesidad de mendigar entre los hombres por migajas de afecto, cuando hay un Dios Todopoderoso que nos ama de manera perfecta y plena y siempre está dispuesto a recibir a los hijos pródigos en su seno paternal ¡Feliz Navidad a todos los lectores!

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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La clase política mexicana se aleja cada vez más de la verdad y de la realidad, de la legalidad y de los ciudadanos, sumiéndose en un pantano de impunidad, corrupción y falacias creado justamente por ellos mismos. En lugar detenerse, de revisar su alocada carrera de omisiones, incapacidad y desviaciones, se lanzan lodo unos a otros ante la mirada de irritados ciudadanos, hartos de tanto cinismo e irresponsabilidad.

Como si se tratase de figuras bajadas del cielo, limpias de todo pecado en el ejercicio del poder público, son capaces de señalar en otros la mínima sospecha de corrupción. Hace unos días los mexicanos que gustan de mantenerse enterados de lo que ocurre realmente en el país (y no solo de las tretas y maldades de los golpistas y socios en andadas) nos quedamos pasmados ante la declaración del vice-coordinador de los panistas en el Congreso federal (Marcelo Torres): “Luis Videgaray, debe aclarar como adquirió su casa en Malinalco, Estado de México, pues es insuficiente lo que ha explicado hasta este momento” (Mural, 14/Dic/2014).

Está en su derecho a decirlo. La cuestión es que se olvida ¿o son amnésicos todos en el PAN? que los panistas nos deben a los mexicanos muchas aclaraciones y rendiciones de cuentas, que la situación del país en mayor medida es a causa de ellos. Pero, ¿qué le parece si enlistamos algunas?, no todas, no cabrían en un libro:

 

-Primera: ¿Cómo le hizo Vicente Fox para crecer su destartalado rancho en San Francisco del Rincón? El Banco no lo quiso como pago por un adeudo de poco más de 2 millones de pesos por considerar que no los valía, pero que para septiembre de 2007 lo había crecido a tal extremo –durante su desgobierno- que se hablaba ya de más de 3,000 hectáreas, aumentando su valor en cientos de millones (sin contar el llamado «Centro Fox»). En mi libro “El hombre que nunca debió de ser presidente” lo señalé (2007), como también en el libro “Análisis y Propuesta, 20 años de Periodismo Libre” (2009). Sin embargo el silencio y la impunidad ante semejantes ilícitos ha sido total ¿Dónde está la voz del diputado Marcelo Torres?:

-¿De dónde sacó dinero Fox para meter como socio/directivo de la Empresa Estrella Blanca a su hijo adoptivo Vicente, si antes de la presidencia no tenía ni siquiera para pagar los gastos elementales de su casa? (según dicho de su fiel escudero Lino Korrodi). Claro, no se lo dijo a los ciudadanos, como tampoco confesó que ayudó a la empresa camionera pagando con dinero del Fobaproa nada menos que 1,489 millones de pesos que Estrella Blanca adeudaba (Anabel Hernández y Areli Quintero, La Familia Presidencial, Grijalbo, pág. 187 )

-¿De dónde salió la riqueza de los hermanos Bibriesca (involucrados encontratos con Oceanografía y en Bienes Raíces producto de remates realizados por el gobierno federal) cuando Manuel, antes de que Fox llegara a la presidencia, se dedicaba a comprar en el basurero municipal botellas de plástico para el reciclaje? (y ahora se ostenta como millonario).

-¿De dónde sacó Felipe Calderón para crecer la casa familiar de Privada de Cóndor 231 en la colonia las Aguilas? Según se describe en conocido libro, la entrada original de la casa quedó de simple fachada pues de tener 174 metros cuadrados, apenas llegaron al poder se hicieron de una serie de casas y predios alrededor y en la parte trasera: “En marzo de 2010, el periodista Daniel Lizárraga documentó que los 174 metros cuadrados de la residencia inicial se habían multiplicado a 1,940 metros cuadrados, y que no era una casa, sino un gran terreno y un edificio…  Vista desde afuera, la casa de los Calderón Zavala no ha cambiado desde 2003, pero puertas adentro se descubrieron nueva propiedades: una alberca, una cabaña, un amplio jardín y la nueva casa, marcada con el número 9. Además, cuentan con un edificio de tres pisos en el número 227 de la misma calle de Cóndor, asentado en un terreno de 1,532 metros cuadrados” (Francisco Cruz Jiménez, Las concesiones del poder, Planeta, págs. 48 y 50).

-¿De dónde sacó Calderón para comprar y crecer con varias hectáreas el rancho de Ayapango, Estado de México?“Felipe de Jesús y Margarita Esther compraron cuatro terrenos a precio de entre 3 y 10 pesos por metro cuadrado, para construir su casita de descanso… Según la información del Registro Público de la Propiedad en Chalco, Margarita adquirió tres predios y Felipe uno, que en total suman poco más de cuatro hectáreas” –además de otros predios también anexados- (Ibid, pág. 191). Perdón, ¿dónde venden predios a 3 y 10 pesos metros cuadrados? Hasta en eso son corruptos.

-Incluso, en la falsa izquierda la corrupción ha sido incluso televisada (Bejarano, Imaz, etc.) lo que implica a toda la clase política. López Obrador nunca ha trabajado en nada y tiene años viajando (y con séquito de gorrones) ¿De dónde saca el dinero? Y aunque ha negado ser el dueño de una mansión en el Fraccionamiento La Toscana, valuado en $20 millones de pesos, de todas formas su tren de vida requiere de sumas millonarias que él sin trabajar no puede acreditar. De ser cualquier otro ciudadano el SAT ya lo hubiese hecho trizas. Pero, no, es el “Peje”.

Como se aprecia, para señalar la paja en el ojo ajeno se requiere de sacar la viga del propio. La clase política mexicana no quiere entender ni enterarse de la realidad que guarda el país. No es tiempo para embarrarse de lodo unos a otros. Ese show lo tenemos visto desde hace muchos años y ya habrá tiempo para poner orden. Antes sin embargo se requiere que los más despiertos hagan lo propio con sus compañeros y se unan –sin distinción del partido al que se pertenezca- para sacar a México adelante. La caída de los precios del petróleo, la inseguridad, los guerrilleros zánganos del sur (amafiados con los narcos), así como un sinfín de problemas que nos agobian, urgen a los gobernantes por soluciones reales que nos eviten ir al precipicio.

Basta de declaraciones, de discursos estamos empachados hasta el siglo venidero. México requiere de acciones y resolver problemas. Urge poner orden en las finanzas públicas, de ajustar sueldos de funcionarios y burócratas a la realidad nacional (incluidos los de las descentralizadas CFE, Pemex y demás). De poner un alto a los violentos, a las manifestaciones de falsos guerrilleros urbanos que cobran en el cajero automático (como “maistros”), que Hacienda y las dependencias gubernamentales no ahorquen a los causantes, ni vean en todos ellos a delincuentes fiscales. En Jalisco de media tabla hacia abajo, claman con desesperación por la devolución del IVA mientras el SAT ignora la emergencia (trepado indolente en su torre de soberbia).

Héroes silenciosos han sido los causantes fiscales quienes con su trabajo y esfuerzo han mantenido la planta productiva en este país. Lo que menos necesitan en este momento es el acoso de legiones de inspectores de todo tipo y nivel (ni qué decir de auditorías), sino la comprensión, estímulo y protección del estado (cansados de tanta carga tributaria, de asaltos, extorsiones y demás). México requiere en calidad de ya un gobierno que le atienda y proteja, incluso de dependencias que en lugar de ver su gorda quincena (pagada con el sudor de los que pagan impuestos) vean y entiendan la inconformidad creciente de un pueblo largamente agraviado. Que los gobernantes dejen su amnesia y guerras de lodo y se aboquen a resolver los innumerables problemas que nos aquejan. ¡Feliz Navidad para todos los lectores!

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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Ningún presidente mexicano en casi un siglo ha sido atacado con tanta injusticia y virulencia como Enrique Peña Nieto. La campaña emprendida en su contra por sus enemigos políticos ha sido eficaz en la medida que las masas desinformadas y emponzoñadas por el veneno de los golpistas ha influido en su criterio, presentando como malo e incapaz a quien ha dado lo mejor de sí para todos nosotros (ni siquiera se ha considerado que recibió un país en quiebra y ensangrentado, luego de 12 años de incapacidad y saqueo). La injusticia nunca podrá ser justificada, aun cuando sea apoyada por la mayoría. La voz del pueblo no necesariamente es “la voz de Dios”,basta recordar que la multitud que aclamara eufórica a Jesús de Nazaret durante su entrada a la ciudad de Jerusalén, días después pide al procurador romano su crucifixión. Ser muchos no significa tener la verdad ni obrar con justicia.

Se puso de moda (y de modo) entre los medios y los periodistas atacar al Presidente Enrique Peña Nieto, de sumarse a los golpistas con el pretexto de los jóvenes de Ayotzinapa asesinados por mafiosos y policías de Iguala (quemados sus restos en el municipio vecino de Cocula), rompiendo las reglas elementales del periodismo al acusar a un inocente de un crimen y guardar silencio ante los verdaderos criminales. En unos ha ganado el protagonismo, en otros la ignorancia (o ambas cosas), aunque en los demás intereses varios les han comprometido con una injusticia que está dañando a México en todos los órdenes, desde el económico y social, hasta su imagen internacional como país y destino turístico (y de inversión), no se diga su estabilidad en algunas zonas.

¿Acaso desconocen que una mala imagen del país repercute en nuestros ingresos, es decir en el de la mayoría de los mexicanos? Ni qué decir entonces del estado de derecho, si el Presidente hiciera uso de la fuerza pública –como marca la ley- es obvio que los mastines de los golpistas se abalanzarían sobre Peña Nieto y el calificativo de “represor” aparecería de inmediato. Ante semejante dilema el Presidente debe escoger entre hacer valer la ley –como protestó al asumir el cargo-  o permitir que los desmanes continúen, contaminando a otros sectores de la población que ante la impunidad de “maistros”, golpistas y ayotzinapos, han tomado ya el camino del chantaje y la violencia social.

La posición de la mayoría de las celebridades así como de los “intelectuales” no ha sido distinta, sobre todo entre los viudos y usufructuarios del ’68. Tienen 46 años viviendo de un hecho en el que la mayoría de ellos no participó, pero que les ha redituado fama y reflectores (al altísimo costo de envenenar a varias generaciones).

El escritor Enrique Krauze, esta semana tuvo el atrevimiento de pedir al Presidente que ofrezca disculpas al pueblo: “Esta es, quizá, la más difícil petición que yo haría que el Presidente encare a la nación, reconozca sus errores y ofrezca disculpas”. De hecho el encabezado señala: “Debe Presidente pedir (sic) disculpas”. (Mural, 11/Dic/2014). Qué pena que lleguen a tanto, que el sentido de justicia lo tengan atrofiado, cuando el “pecado” del Presidente consiste en haber vencido en las urnas a López Obrador y sus huestes de falsos izquierdistas (en realidad son simples anarquistas, alérgicos al trabajo y resentidos sociales).

No se puede comprender que hombres con la influencia mediática como Krauze se atrevan a lanzar juicios tan severos y ligeros contra un Presidente acosado por un proyecto político distinto, que han encontrado en la difamación y la mentira su caballo de Troya. Pero, claro, se trata de individuos que gustan caminar sobre seguro, de jamás arriesgar, de presentarse como críticos, aun cuando no les asista la razón sino la simpatía de los enemigos del gobierno. ¡Tan cerca que estuvo de un maestro de la talla de Octavio Paz y no tomó ejemplo de independencia su de criterio! Al galardonado con el Premio Nobel de Literatura no le importaba estar en contra de todos cuando su conciencia la dictaba otra cosa.

El clero por su parte ha permanecido callado, como siempre, cuando las Sagradas Escrituras establecen lo contrario a su acomodaticia posición: “Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien” (1 Pedro 2:13-14).

Los propios priístas y el empresariado han enmudecido cuando las circunstancias han requerido que su voz de apoyo se escuche. Quedarse callados cuando se requiere señalar la injusticia y exigir el orden legal se vuelve complicidad. Si tienen miedo ahora, cuando tienen el poder y la legitimidad ¿qué harían de quedar sometidos bajo un régimen dictatorial al estilo Venezuela, Bolivia o Argentina? Martin Luther King dijo en memorable e histórico sermón: “Tenéis que continuar trabajando apasionada y vigorosamente por vuestros derechos divinos y constitucionales. Sería cobarde e inmoral que aceptaseis pacientemente la injusticia” (La Fuerza de Amar, pág. 148).

Durante los nueve días de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL 2014) charlé en mi Stand con decenas de personas que hablaban mal del Presidente Peña Nieto, todas ellas estaban desinformadas. Puedo afirmar que con excepción de un hombre irascible y visceral, las demás personas escucharon hechos que desconocían, incluso modificando su postura al enterarse y pasar por el cernidor del análisis racional la información recibida.

Creer que el Presidente es “ignorante” (en el estricto sentido de la palabra todas las personas lo somos) tomando como base la campaña orquestada por sus enemigos, asegurando que ni siquiera ha leído tres libros, es tan torpe como tonta. El Presidente cuenta con una Licenciatura y una Maestría, títulos que amparan una amplia cartera de lecturas. Retirar el micrófono cuando se está pensando en los tres libros que han impactado la vida, no significa que no se hayan leído. Significa que se pensaba dar el lugar adecuado a las obras y a los autores. Lo demás es maldad de sus enemigos, maldad que ha ido creciendo y arrastrando a su paso a muchos ingenuos que sin corroborar lo que escuchan, han caído en la corriente de la violencia verbal (que siempre antecede a la otra). En lo personal, levanto mi oración y ruego a Dios por el Presidente Enrique Peña Nieto para que le conceda la sabiduría y las fuerzas necesarias para llevar adelante al país.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Correos recibidos: Hilda Udinsky, María Elena Gómez, Javier Ángeles, y la Lic. Yolanda Sainz de G.. A todos gracias por sus comentarios.

 

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Aunque se quiera es imposible simpatizar con los “apóstoles” de las luchas sociales (socios en andadas de los golpistas); ahora defensores oficiosos de los falsos “mártires” de Ayotzinapa. Su torcido sentido de justicia es manifiesto. Hace dos años, 72 migrantes fueron asesinados en San Fernando Tamaulipas por los narcos (como a los de Iguala); inocentes todos ellos, de hecho la mayoría se negó a participar con los criminales y por eso los mataron. Dos días duró el luto y el asombro ¡Claro, eran pobres, migrantes, y no eran revoltosos de alguna escuela de guerrilla urbana! (disfrazada de Normal).

     En cambio los promotores de la causa de los “mártires” desde septiembre no han dejado un solo día de fastidiar con la cantaleta a quien es ajeno y en los lugares equivocados. Ni una sola manifestación en las casas de los narcos de Iguala, o en la del presidente municipal que ordenó su asesinato. Todas en el D.F., Acapulco, Guadalajara, bueno, hasta en la FIL (recinto dedicado a la literatura, un sitio donde no hay fosas ni lugar donde pudieran estar los restos) ¿Por qué no los buscan en Iguala? ¿Por qué fastidiar con un imposible a otros ciudadanos en otras ciudades que están luchando para salir adelante? Habrá de decirse que ya cansaron y han afectado la economía y causado millonarios daños patrimoniales (en comercios, bancos y dueños de autobuses robados) ¿Claman por justicia cometiendo injusticia?

Todo indica que al no obtener el triunfo en las elecciones presidenciales del año 2012, el proyecto al estilo Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina, pretende ahora el poder de manera ilegítima, convirtiendo en falsos mártires a quienes carecen de mérito alguno. Es muy lamentable la muerte de esos jóvenes, pero no se los llevaron del salón de clase. Andaban a 200 kms. de su escuela, en camiones robados, a media noche y con la misión de boicotear una reunión de la familia de delincuentes que gobernaba Iguala (de filiación perredista).

Los golpistas piden justicia; los agraviados por sus comercios robados, dañados e incendiados, bancos, autobuses secuestrados, camiones con mercancías y demás también la piden. Está comprobado que todo el que delinque no conoce otro método para someterse al imperio de la ley que el de la fuerza. Decir lo contrario es demagogia y falacia. El problema es que si los policías ponen orden los mismos que violentan la ley (y sus coros orquestados por conocidos “intelectuales”, líderes políticos y de opinión) de inmediato les calificarían de represores. Y ¡oh, desgracia nacional!, la nueva clase política no distingue entre hacer valer el estado de derecho y la represión, así que los policías no acuden en auxilio de la sociedad agraviada, o si lo hacen van custodiando a los anarquistas. Peor aún, sus jefes les convierten en monigotes sin valor alguno para que los vándalos desfoguen en ellos todas sus maldades y rencores emponzoñados ¡el mundo al revés!

Tan es al revés que los chamacos del Politécnico Nacional se sentaron como jefes en una mesa de “diálogo” con las autoridades educativas (sin saber nada de la vida ni de experiencia profesional) logrando imponer su “programa educativo” y dictar la reglas para la casa de estudio ¡Uf! Lo peor del caso es que el gobierno les ha seguido el juego a los nenes berrinchudos concediéndoles cuanto piden (los patos tirándole a las escopetas) ¿Qué tipo de profesionistas saldrán del IPN, imagínese usted?

     Lamentablemente así está México. El mundo al revés. Estudiantes en Acapulco que secuestran y matan a sus propios compañeros, estudiantes que no estudian y cuestan al pueblo mexicano cantidades verdaderamente estratosféricas. Se pagan miles de millones en su educación y no asisten a clases; se van a marchas o de vándalos, o si asisten menosprecien la enseñanza porque no les cuesta nada. Urge que los estudiantes rindan cuentas de su aprovechamiento. La sociedad no puede soportar hasta el infinito semejante derroche e irresponsabilidad. Un país con tantísimas carencias como el nuestro no debe seguir tirando el dinero en quien no quiere estudiar. Un país se construye y mantiene con el esfuerzo colectivo, decir lo contrario es maldad, es engañar y aprovecharse del engaño.

Por si no fuera suficiente esta especie de locura colectiva, donde lo injusto es lo justo y el que violenta la ley es protegido y el pacífico marginado, gran parte de la prensa en lugar de cumplir con su función social de manera profesional y responsable, ha tomado partido y calentado cabezas con el pretexto de los asesinados en Ayotzinapa (los criminales eso confesaron ante la autoridad judicial), sumándose y haciéndole el trabajo sucio a los golpistas ¿Acaso desconocen que si el gobierno actual cayera el país se hundiría en todos los órdenes? ¿Eso desean realmente?

Basta con mirar a Venezuela para adelantar todo lo que nos sucedería. El país requiere de hacer un alto, de poner orden y someter a violentos y golpistas, de lo contrario el camino para el caos lleva buen trecho andado. El Presidente ha cometido un error dándoles todo a los que violentan la ley, a los que ofenden a diario a los mexicanos que trabajan  y sostienen con su esfuerzo este país, pues se castiga al que obedece y se premia al iracundo y destructor.

En este mundo al revés, algunos de los llamados “intelectuales” (que arengan con la izquierda pero que les gusta vivir como de derecha) han vivido desde el ’68 envenenando a la juventud con un mito que les ha producido buenos dividendos para ellos, pero daño terribles para la Nación por cuanto los actores políticos del suceso tienen décadas que murieron o son ajenos al poder. Francois de Chateaubriand advierte en sus memorias una sentencia y con esta concluimos: “El gran escritor que se extravía propagando ideas funestas arrastra en su caída a muchos intelectos de menos vasto alcance: se parece a esos antiguos déspotas orientales  sobre cuya tumba se inmolaba a esclavos” (Tomo IV, pág. 2126).

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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