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La actitud prepotente y autoritaria del anterior (y todavía) inquilino de Palacio Nacional, así como de Claudia Sheinbaum, actual titular del poder ejecutivo federal, son una constante en no pocas áreas. En particular por la llamada REFORMA AL PODER JUDICIAL, misma que la presidente(a) ha continuado promoviendo al estilo Stalin y Mussolini. Cero diálogo, cero política, y al carecer de ambas cosas, el análisis jurídico se ausentó manteniéndose presente la intransigencia y la ilegalidad.

Sí, porque de entrada se tiene que decir que dicha REFORMA AL PODER JUDICIAL es ilegítima y está viciada de origen. Las razones son varias y por demás sólidas. En primer lugar, un poder de la Federación no puede eliminar a otro. El pacto republicano se destruiría. Y eso es exactamente el contenido y sentido de la misma, en la que dejaría como resultado un poder anodino al servicio del presidente en turno (y del partido en el poder). Una escenografía legaloide que aparentara la impartición de justicia, que, anticipándonos y conociendo las amistades (y complicidad) del partido gobernante con la fauna criminal; la libertad absoluta sería para ellos. Mientras que persecución inmediata para los enemigos y críticos del régimen (la invención y fabricación de delitos se pondría a la orden del día).

     En segundo, la pretendida REFORMA ESTÁ VICIADA DE ORIGEN, por consecuencia carece de toda validez. ¿Por qué razón? ¡Muy simple! El congreso, así, con minúscula, que la aprobó es ilegítimo, fue integrado ilegalmente. No representa el deseo y voluntad de los ciudadanos expresado en las urnas, sino una decisión política amañada, organizada ilegítimamente desde el poder ejecutivo, con la complicidad del INE y otros actores gubernamentales, los que a final de cuentas, nombraron a diputados y senadores que carecen del voto ciudadano, es decir: ¡DE LEGITIMIDAD!

Son el resultado de perversiones y delitos políticos por lo que carecen de la indispensable legitimidad electoral. Por consecuencia, al no estar integrado el Congreso de acuerdo a la votación de los mexicanos expresada el 2 de junio de 2024, el actual congreso, así como está integrado, CARECE DE LEGITIMIDAD PARA REFORMA CONSTITUCIONAL ALGUNA.

El 2 de junio de 2024, los mexicanos solo concedieron el 54 de los votos a la coalición Morena-Verde-PT, y el 37 por ciento de los sufragios a los otros partidos PRI-PAN-PRD y MC, de manera que mientras esa ilegalidad, esa aberrante acción inconstitucional, propia de dictaduras(ores) permanezca, toda acción de ese congreso es ilegal y tiene que ser desechada.

     Autoasignarse Morena y aliados el 75 por ciento de las curules es un acto condenable y aberrante, un ataque a la democracia, pero sobre todo, UN ACTO LEGAL E ILEGÍTIMO QUE TIENE QUE SER REVOCADO Y ECHADO ABAJO, reponiéndose el procedimiento para que el Congreso se integre de nuevo y se repartan las curules de acuerdo al deseo de los votantes. Y no a los del psicópata que ocupaba Palacio Nacional (y que de lo que se sabe, no ha salido todavía).

Al respetarse el deseo pleno y manifiesto de los votantes del 2 de junio, queda claro, QUE NI LA REFORMA JUDICIAL, ni ningún otro acto totalitario podría pasar ni ocurrir.

Y mientras esto no suceda, tanto la pretendida REFORMA JUDICIAL, como la mayoría de los acuerdos que se tomen deben considerarse ilegítimos y nulos. Nadie en México votó por una dictadura populista (disfrazada temporalmente de democracia), ni siquiera la mayoría de los electores del oficialismo. El número y sentido de los votos fue claro y el voto cruzado estuvo presente (como en el año 2021). Por consecuencia la pretendida REFORMA JUDICIAL ES ILEGÍTIMA Y ESTÁ VICIADA. Esperamos los necesarios cambios y rectificación en la repartición de curules en el Congreso, y entonces, y solo entonces, veremos que sucede y cuál es el rumbo de la República. El que desean los mexicanos y no el psicópata de Macuspana.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

 

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Mientras el Estado de Sinaloa, sobre todo la capital Culiacán, se encuentran bajo el fuego y dominio de las bandas delincuenciales, la población aterrorizada, el comercio cerrado y la economía de la inmensa mayoría colapsada (debido al terror implantado por las hordas criminales), acompañado este cuadro de horror por el temor de las familias de que los criminales se metan por la fuerza a sus hogares y se lleven sus jóvenes a la leva criminal.

    Pero eso no le importa a la flamante presidenta. Ella segura que todo está bien, que está bajo control. Lo mismo decía su antecesor, cuyos abrazos ofrecidos a los asesinos, son causa fundamental del clima de guerra que se padece en muchas partes del país.

Obligada a mostrarse con independencia de su antecesor, no lo hizo. Prefirió continuar con el libreto que le dejó el de Macuspana, destrozando de inmediato los ilusiones de los que creían en ella como un ente libre, pero, sobre todo, mostrándose sometida a los grilletes del dictador, que por lo que se aprecia no se fue. Dejó una encargada de despacho.

En el último día de su gobierno, López Obrador, si es que se le puede decir gobierno a semejante desgracia nacional, 96 mexicanos fueron asesinados en el país sin que al tabasqueño esas muertes le merecieran siquiera una mención. Pero eso sí, la nueva secretaria de gobernación, Rosa Icela Rodríguez salió a pedir perdón por los muertos —¡asómbrese o indígnese lector!— del 2 de octubre DE 1968, SÍ DEL 2 DE OCUBRE DE 1968. Es decir, muertes ocurridas hace 56 años.

Para poner las cosas en perspectiva y tener mejores elementos de juicio para una opinión objetiva y necesaria a nuestras circunstancias actuales, el 2 de octubre de 1968, faltando diez días para el inicio de la XIX Olimpiada a celebrarse en nuestro país, los estudiantes capitalinos, que dicho sea de paso, tenían retando por tres meses al gobierno de aquella época, deciden —cuando ya estaban advertidos de que habían ido demasiado lejos— realizar un mitin en la Plaza de las Tres culturas (Tlatelolco) a sabiendas de que el gobierno (y los mexicanos todos) teníamos nuestro primer compromiso a nivel mundial, por lo que la prensa y países tenían puestos los ojos en nuestra Patria, los líderes estudiantiles retan abiertamente al gobierno con los lamentables sucesos que todos conocemos.

Todos, excepto Claudia Sheinbaum, AMLO y las huestes de eternos manifestantes de la 4-T, puesto que han pasado ya 56 años de aquel suceso. La mayoría de los mexicanos en la actualidad ni siquiera habían nacido. El mundo es otro, México es otro, la sociedad es otra y nuestras condiciones de vida son otras. Pero como no saben gobernar y lo único que se les da es el desmadre, recurren a sus viejas rutinas (tan dañinas como estúpidas, pues lo que México requiere en el momento actual es trabajo y productividad para generar y poder repartir riqueza).

El primer día de trabajo como presidenta, en lugar de ir al puerto de Acapulco de inmediato y enterarse personal y presencialmente de la desgracia en las que se encuentran los porteños -—lo que hubiera mostrado a los mexicanos que el cambio en la presidencia era de verdad— prefirió continuar el estúpido sketch de las mañaneras. Peor aún: ¡Dedicarla al 2 de octubre! (sí fue por la tarde a Acapulco, pero se limitó a la zona naval, sin contacto con los damnificados)

Dicen que las comparaciones son odiosas. Lamentablemente a veces son necesarias e ineludibles. El 2 de octubre de 1968, de acuerdo a los partes y documentos de la época hubo 30 muertos y 70 heridos en Tlatelolco (los detalles los he narrado ampliamente en tres de mis libros). Esa es la realidad que después de 56 años nadie la ha desmentido con hechos y pruebas. Tiempo lo han tenido suficiente.

     Pero se necesita ser muy caradura y cínico para ver pajas en ojos ajenos. Andrés Manuel López Obrador tuvo 199,626 homicidios dolosos durante su pesadilla de dizque ‘gobierno’, más otros 50,000 asesinados (de los desaparecidos) lo que da un total de 249,626. Es decir, en 70 meses de su régimen de terror, se cometieron cada mes 3,566 homicidios (118.8 asesinados todos los días).

     Y en lugar de salir la nueva presidenta A PEDIR PERDÓN A LAS FAMILIAS DE UN CUARTO DE MILLÓN DE MEXICANOS ASESINADOS, no hace 56 años, SINO DURANTE EL GOBIERNO DE LÓPEZ OBRADOR (prácticamente todos en la impunidad)sale a tratar de engañarnos con el cuento de sus marchas en las que se entrenó con AMLO (aunque Gustavo Petro de Colombia declaró en su visita a México que Claudia fue miembro de la Guerrilla Colombiana M-19) reclamando asesinatos de hace más de medio siglo. En verdad, que incongruente y manipuladora.

De hecho, en su PRIMER DÍA al frente del poder ejecutivo, 80 asesinatos se cometieron en México y 97 el TERCERO. ¡No hace 30, ni 56 años, sino el 1 y el 3 de octubre de 2024! Se necesita ser falaz, populista o tener una máscara ante el pueblo —que no es únicamente los fanáticos de Morena, sino 130 millones de mexicanos— para atreverse a semejante farsa. Esa trillada frasecita, pretexto para anarquistas y rateros, de que “el 2 de octubre no se olvida” debe quedar ya en los archivos y libros de historia y avocarse a detener tanto derramamiento de sangre en el México actual. De acabarse los abrazos para los delincuentes y que de ponerse rejegos y no querer someter al imperio de la ley, los balazos sean para ellos. No para la gente inocente y pacífica.

Basta ya presidenta de tanta farsa. El trabajo de un presidente(a) se muestra todos los días en hacer valer el estado de derecho, en someter al imperio de la ley a la abundante fauna delincuencial. A resolver los gravísimos y cada vez mayores problemas de salud, educación, economía, infraestructura, relaciones comerciales e internacionales, de crear canales de comunicación y atención para todos los mexicanos TODOS y no sólo a los de su secta pseudo política. México no es Morena y una tercera parte de los mexicanos la eligió, sin embargo, y conforme a nuestras leyes y la democracia, su deber es atendernos a todos. A TODOS.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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En esencia la petición de perdón pedida por López Obrador a España de que pida perdón por la conquista (petición apoyada por Claudia Sheinbaum), es un distractor para que no se toquen los gravísimos problemas nacionales que el tirano no desea que se traten en los medios, ya que su ególatra, y porque no decirlo, repugnante figura (política) pierda su falso oropel.

Su supuesta terminación de sexenio, cosa que está por verse, pues deja a la presidenta electa maniatada, sometida con una camisa de fuerza y un libreto a manera de opera bufa para que se guie al pie de la letra, los que no permiten, aunque se quisiera, considerar que dejará realmente de mandar en el país. Un mando que evidentemente no tiene nada que ver con un presidente democrático y visionario, sino con un cacique enloquecido, trepado en un imaginario altar patrio cuya figura central es él, y únicamente él. Claudia sólo es parte del escenario.

Aclarado lo anterior, pasemos a otro asunto por demás bochornoso, falso y ofensivo. Pretender que para tener como invitado a la asunción de la vice presidenta Claudia, España pida perdón de lo sucedido durante la conquista a principios del siglo XVI, es realmente otro síntoma la locura del tabasqueño. El problema es que la cortesana sucesora también alaba las finísimas vestiduras del monarca de Macuspana, cuando en realidad el hombre camina totalmente desnudo.

Procurando la brevedad histórica, se habrá de señalar, Y RECORDAR a López Obrador y demás integrantes de la banda de la 4-T (la familia de Claudia Sheinbaum llegó a México apenas en 1946, por lo que con frecuencia dice disparates históricos) ―que indebidamente se ostenta como gobierno― el principio divino, de que: “el que esté limpio de culpa (pecado) que tire la primera piedra” (Juan 8:7) ¿Podremos los mexicanos señalar algo de nuestros hermanos españoles?, que lo son, la mitad de nuestra sangre es española ¿o no somos una nación de mestizos?

Bien, pasemos a los hechos. Cuando el criollo, es decir, el hijo de españoles nacido en México, llamado Miguel Hidalgo y Costilla (con la educación de Marx Arriaga es de considerar que todas estas cosas ya no se enseñan, o lo hacen de manera deformada) inicia por estas fechas la guerra de Independencia, la paciencia y humildad de los indígenas le conmovía, un genuino amor cristiano (era teólogo) le lleva al extremo de iniciar una gesta armada que culminaría en la Independencia de la Nueva España (hoy México).

La cuestión, por cierto, ligada estrechamente con el tema de hoy, es que los pacientes y humildes indígenas que le movieron a iniciar la lucha, apenas tuvieron armas y sintieron fuerza, dejaron salir a su verdadero ser, de manera que doce días después, al luchar y tomar la ciudad de Guanajuato (la segunda en importancia en el país por aquellos años), se convierten en verdaderos monstruos, asesinando sin piedad alguna a la población española: hombres, mujeres, niños y ancianos, nadie escapaba a la horda de asesinos y ladrones, que, de ‘besar la mano al tata Miguel’, se transformaron en bestias sedientas de sangre y rapiña.

Una especie de Dr. Jekyll (el personaje de Robert L. Stevenson), que luego de beber la pócima, se convertía en el sádico criminal Mr. Hyde, pues, apenas caminaron unos cuántos kilómetros del pueblo de Dolores (habiendo bebido la pócima independentista ofrecida por el cura de la Parroquia) y se convirtieron en una horda de criminales despiadados sin escrúpulos ni piedad alguna.

De hecho, un tema que poco se comenta al respecto, es que, a causa de la violencia y crímenes de los indígenas que integraban sus tropas, Don Miguel Hidalgo de horroriza ante la conducta de sus hasta poco, fieles y humildes parroquianos, entrando en una severa depresión (que iría aumentando en la medida que las matanzas de españoles realizadas por los indígenas se iban sumando).

Luego de Guanajuato, se dirigen a Valladolid (hoy Morelia), llegando los primeros contingentes de aquel extraño ejército (compuesto por 60 mil hombres) el 15 de octubre. Don Miguel llega el 17 y entra de manera triunfal, el asunto es que las tropas, integradas en su mayoría por indígenas resentidos, de cristianos sólo de nombre (así como los de MORENA, resentidos y demócratas nomás de nombre), pronto se entregan a la rapiña y asesinato de la población española, lo que acrecienta la depresión de Hidalgo, inventando como pretexto “que los españoles habían envenado el aguardiente”, por lo que Allende tiene que intervenir con un cañonazo y tomando un vaso de aguardiente para detener la matanza y saqueo (y mostrar la mentira).

Asunto que a final de cuentas hace que Hidalgo, días después, y luego de ganar la batalla en el Monte de las Cruces (30/Oct/2024), detenga sus tropas y no tome la ciudad de México; aun cuando ya estaba en las goteras (para evitar la matanza de españoles).

Matanzas que sin embargo no pararon. Una tras otra sucedieron en el trayecto. Baste decir que aquí, en nuestra ciudad, en Guadalajara, a principios de diciembre 1810, habiendo ya tomado la plazala tropa cuatroteísta, perdón, independentista, la plebe enloquecida de sangre degüella y asesina a 700 españoles. Un hombre conocido como “Marroquín” se encarga de dirigir la masacre contra los españoles.

De manera que el que cobra todavía como presidente (pero que nunca se ha comportado como tal) no tiene cara alguna en pedir perdón al gobierno de España ni a su monarca ¿o sí? Y por si sirviera de algo a esta troupe de improvisados e ignorantes, las Sagradas Escrituras, que son en esencia (y pureza) la manera como Dios habla a la humanidad buscando su salvación, su reconciliación para con El, justo en sus páginas nos advierte que cada quien es responsable de sus acciones “No se dirá más. Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera, sino que cada cual morirá por su propia maldad” (Jeremías 31:29-20).

     Mientras el Creador en su justicia hace a cada uno responsable de sus acciones, este tirano enloquecido, que sólo se ha dedicado a destruir y dañar a su prójimo y al país durante su miserable vida, quiere, en su delirio, que los españoles pidan perdón por sucesos de hace cinco siglos. De remate ¡En verdad, de remate!

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

 

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El descaro, deshonor e irresponsabilidad, al que ha llegado el gobierno de López Obrador no tiene antecedentes, como tampoco perdón, ni justificación. Seis años de desatención y abandono de sus principales obligaciones, en particular la seguridad de los mexicanos, han cerrado a tambor batiente con la declaración reciente del general Jesús Leana Ojeda (comandante de la 3ª Región Militar en Sinaloa) a quien se le preguntó: “que, cuándo se podría restablecer la paz y la tranquilidad en Culiacán (y todo Sinaloa)”.

     Rodeado de periodistas, el militar de más alto rango en la zona y encargado de la seguridad de los mexicanos en esa parte del país, el uniformado respondió algo jamás visto en nuestra historia ―tan inesperado como condenable―: “No depende de nosotros, depende de los grupos antagónicos, que dejen de hacer su confrontación entre ellos, y que estén dejando a la población en paz, para que vivan con tranquilidad” (Mural, 17/Sep/2024).

   Increíble, absurda, cínica y constitucionalmente inadmisible semejante respuesta ¿De ese tamaño es la ignorancia o el compromiso con las bandas delincuenciales? Porque, no es posible que un mílite de tan alto rango desconozca cuáles son sus obligaciones para con los mexicanos. El cuerpo al que pertenece se llama Secretaría de la DEFENSA NACIONAL ¿A quién debe defender: a los mexicanos o a los delincuentes? Su respuesta no dejó dudas. ¡A LOS MEXICANOS NO!

     Tal respuesta, más que de un militar de alto rango, parece ser la de un lacayo del autócrata de Palacio, de un mozo que obedece ciegamente lo que se le ordena sin detenerse a pensar siquiera si lo que está haciendo y diciendo es lícito o no. ¿No conocen la Constitución los militares? ¿No saben de honor, deberes y protección para los mexicanos?

      La ciudad de Culiacán sumida en el terror impuesto por las bandas criminales que controlan esa ciudad y ese estado (y tal parece que también al gobierno federal); bañada en sangre (55 personas asesinadas; de las que se conoce); CARAVANAS DE ASESINOS CIRCULANDO IMPUNEMENTE en una ciudad fantasmalas familias encerradas en sus casas por dos semanas; la actividad comercial totalmente parada (los negocios cerrados); sin alimentos; bloqueos de calles y avenidas; robo e incendio de autos, camiones de carga y autobuses; decenas de desaparecidos; al igual que terror de que se lleven a la leva criminal a sus jóvenes, Y EL GOBIERNO DE LÓPEZ OBRADOR NEGANDO LA REALIDAD. Mintiendo descaradamente y pretender con saliva desaparecer el cuadro de terrorismo que sufren los mexicanos en esa zona del país.

    ¿Para qué contendieron en las elecciones del año 2018 si carecían de la capacidad para gobernar? Hacerse del poder mediante las reglas de la democracia, para llevar al país a una dictadura populista, es desde todos los ángulos una acción deleznable, ilícita y reprobable. Un desatino y desviación que urgen ser enmendados.

     ¿Para qué o por qué pagar impuestos a un gobierno que no es capaz siquiera de proporcionar seguridad a los gobernados? La respuesta del referido general trae implícita la renuncia del gobierno de López Obrador a sus deberes de seguridad para con los ciudadanos. Ante, todo esto, la remoción del tabasqueño debe ser inminente: 200 mil asesinados y otros 50 mil asesinados más (desaparecidos, enterrados en fosas clandestinas, desmembrados o deshechos en ácidos), zonas y Estados enteros del país controlados por las bandas que mantienen aterrorizada a la población (con gobiernos impuestos por ellos, de simple utilería), millones de ciudadanos convertidos en esclavos de esas bandas (mediante el impuesto criminal o “cobro de piso”, que de no pagarse son asesinados de inmediato), como también de fijar el precio de los alimentos (aguacate, limón, huevo, tortilla, etcétera), son pruebas que la lengua mentirosa del presidente no puede desaparecer, de su incapacidad para gobernarAún cuando le falten unos días para irse, lo cierto, es que antes debe ser removido de la presidencia y enjuiciado por sus muchos delitos. Eso es lo correcto, lo que el estado de derecho marca.

      En un panorama nacional tan adverso y tomando en consideración lo ya narrado, los mexicanos debemos apoyar y defender al único poder que nos puede retornar al orden constitucional y el estado de derecho. Es decir, EL PODER JUDICIAL

     Queda claro que la referida reforma aprobada en el Senado el martes 10 del mes en curso, además de los incontables vicios y delitos cometidos para lograr su aprobación, adolece de fundamentos constitucionales para su validez. Un poder de la federación carece de facultades para desaparecer a otro. Eso, por un lado, por otro, quedar todos los poderes en manos de una sola persona (llámese López Obrador o Claudia Sheinbaum) se llama dictadura. Sí, DICTADURA.

     Volviendo al tema central de esta semana, la violencia y terror al que están sometidos involuntariamente los habitantes de Culiacán y otras poblaciones de Sinaloa, es el mismo que padecen en regiones enteras de Zacatecas, Michoacán, Chiapas, Colima, Veracruz, Tamaulipas, Chihuahua, Guanajuato y otras. Los abrazos del gobierno de AMLO a los delincuentes sólo los ensoberbecieron, la impunidad recibida les creció, desafiando al gobierno mismo y sumiendo a los mexicanos en un estado de ansiedad permanente y terrores sin fin, carente de futuro y sin fecha a la vista de caducidad.

     De manera que el DESFILE MILITAR DEL 16 DE SEPTIEMBRE pasado en la ciudad de México, en el que se hizo gala de armamento, naves de combate, aviones, cañones y demás instrumentos de guerra sofisticados (de primer mundo) solo corroboraron lo que se pensaba. Que sólo sirven —como las actuales Fuerzas Armadas— para desfilar. ¡Nada más!

     Sí, porque un ejército que sirviera para DEFENDER A MÉXICO Y A LOS MEXICANOS utilizaría todo ese potencial para aniquilar a la plaga delincuencial que azota y aterroriza a los ciudadanos. Los servicios de inteligencia suplirían a la fuerza bruta y en operaciones casi quirúrgicas desmantelarían o reducirían en poco tiempo la belicosidad de las bandas. Utilizarían los helicópteros modernos para localizar y acabar con los asesinos en sus propias madrigueras (para no exponer a la población civil), y, cuando no hubiera otra que enfrentarlos directamente, podrían hacerlo pues para eso se supone se preparan en la Heroica Escuela Militar. Ya que eso de que ―“No depende de nosotros, depende de los grupos antagónicos, que dejen de hacer su confrontación entre ellos…” debe considerarse como una grave ofensa a los mexicanos y causa de ser revisada su actitud por los tribunales en esa materia.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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