Opinión
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Para desgracia de México y de los mexicanos las mentiras de López Obrador están hundiendo al país de manera muy rápida, el daño en muchos sentidos es irreparable, y en otros, llevaría décadas en revertirse; lo peor de todo es que la mayoría ni siquiera sabe lo que sucede. De hecho, hay algunos millones de ciudadanos que por necesidad económica o por ceguera voluntaria no desean enterarse.

     Una de estas mentiras, que aunque las repita todos los días nunca serán verdad y siempre serán mentiras, es que la paraestatal Pemex es una tabla de salvación para el país y que está aportando ingresos. Ambas cosas son falsas. Pemex es una empresa quebrada y sin futuro, y los supuestos ingresos son mero maquillaje de cifras para engañar desinformados. Otra mentira más del mitómano que habita ilegalmente Palacio Nacional.

    PEMEX ha sido desde el gobierno de López Portillo un barril sin fondo, un pesadísimo lastre para el país. Tres cosas son la causa principal, aunque en el actual desgobierno de López Obrador se ha agregado una cuarta: 1) La paraestatal se convirtió en la caja chica del gobierno, 2) Los gobiernos en turno y los funcionarios de PEMEX se apropiaron de la empresa como si fuera de ellos, 3) Los trabajadores (de confianza o sindicalizados), han saqueado la empresa hasta hartarse, aunque no tienen llenadera. Siempre han vivido como una casta con sueldos y prestaciones muy superiores a las de todos los mexicanos, incluso superiores a las de sus semejantes en Europa, con la farsa de “las conquistas laborales” cuando en el fondo HA SIDO SU AMBICIÓN, PUES SON Y HAN SIDO LOS ÚNICOS DUEÑOS DE PEMEX. A los mexicanos solo les han vendido la mentira que el petróleo es de todos. FALSO.

    En cuanto a la cuarta, el robo de combustibles (gasolinas, diesel y gas) en el actual sexenio ha llegado a límites verdaderamente escandalosos, aunque el tabasqueño mienta con cinismo y trate de engañarnos a todos. Tan solo por dar un par de cifras: el daño económico por este robo a PEMEX en el primer semestre del año 2021 fue de $1,623 millones de pesos, mientras que en el primer semestre del presente (2022) el robo aumentó a $8,633 millones de pesos de pérdidas (Infobae, 2/Sep/2022), considerando que se ha vuelto un delito muy lucrativo debido a las alzas del petróleo.

    El robo es de 6,500 barriles de combustibles por día, robo que López Obrador pretende ocultar con sus cotidianas mentiras, teniendo el descaro y cinismo de asegurar que este robo “ya bajó”, cuando lo que no baja es su proclividad enfermiza a mentir. Robo que se estimula por dos grandes motivos: los abrazos del ‘presidente’ a los delincuentes, y el alza mundial de energéticos debido a la invasión rusa a Ucrania.

    De manera que si pensábamos que Vicente Fox había sido el titular del Ejecutivo más mentiroso (decirles “presidente” a él y a López Obrador suena imposible, su ignorancia e incapacidad para el cargo impiden que se les considere como tales) la verdad es que López la ha superado.

    En mi libro “EL HOMBRE QUE NUNCA DEBIÓ SER PRESIDENTE” (2007), señalaba entre las muchas barbaridades y trapacerías cometidas por el hombre de las botas, el daño que hizo a la paraestatal, es decir, a México:

 

“Y en cuanto a Pemex las cosas están peor. En el año 2000 la paraestatal debía 413 mil millones y en este momento su deuda ha crecido hasta el billón 114 mil 200 millones de pesos. Dicho por la nueva bancada de senadores, Pemex debe 10 mil millones más de lo que vale (La Crónica, 26/Ago/2006) (pág. 136).

 

    Pues bien, se pensó que habíamos tocado fondo, que la política de estado había retornado. Lamentablemente no fue así. Llegó el mentiroso tabasqueño, quien ha enredado a millones con sus fantasías y disparates en la toma de decisiones públicas; sus falacias, además de ocasionar terribles daños con consecuencias a corto, mediano, y largo plazo, presentan ante sus incautas víctimas un país que solo existe en su mente corrupta y corazón enfermo de maldad. Nada más. La realidad es que México se está hundiendo en muchos sentidos a pasos agigantados y este mitómano se levanta solamente para engañar a sus adeptos y hacerles creer que todo está bien.

     En cuanto a PEMEX se habrá de señalar que su estado actual es de quiebra, sus pasivos superan a sus activos. Su deuda actual, a junio de 2002 era del orden de los $108,093 millones de dólares, es decir, 2.6 billones de pesos (El Universal2/Ago/2022). Y mientras que todo apunta al uso de nuevas tecnologías y fuentes de energías no fósiles, el tabasqueño da la espalda a la ciencia y su mente enferma le apuesta a lo obsoleto, a derrochar los recursos de la Nación en caprichos y tonterías absurdas.

     En construir una refinería que no se requiere y cuyos costos estratosféricos solo justifican dos cosas: la corrupción del actual gobierno y su alianza con los trabajadores petroleros. Baste señalar que en la reciente firma del Contrato Colectivo de Trabajo este gremio además de un aumento del 4% directo al salario, logró 62 alzas en prestaciones (viáticos, becas, apoyos médicos, fiestas, préstamos incluso para familiares directos, etc.).

    Todo, a pesar de que son quizá los trabajadores más improductivos del ramo a nivel mundial, ya que mientras un trabajador promedio de la empresa Exxon-Mobil produce 51 barriles de petróleo, uno de Pemex apenas 14. Claro, todo se maneja y funciona con criterios políticos, no de una empresa que debiera producir dinero para los mexicanos, pero que solo les produce deudas y problemas.

     En síntesis: Pemex es un simple negocio para los gobernantes en turno y los trabajadores petroleros. Punto. Para México es un lastre y no se justifica en absoluto el derroche criminal que está haciendo AMLO en la refinería Dos Bocas y en mantener los lujos y excesos del sindicato y trabajadores de confianza, cuyos ingresos y prestaciones son y siempre han sido un exceso y afrenta para todos los mexicanos. Además de que tiene 3 o 4 veces más del personal que se requiere; que el sindicato (STPRM) y demás trabajadores están sobre pagados; que sus ingresos y abultadísimas ‘prestaciones’, son y han sido, un simple chantaje para extorsionar al presidente en turno (siempre con la amenaza de paralizar el país, como si Pemex fuera de ellos), que, aunque no en el papel, en la práctica sí lo es. Los mexicanos somos apenas dueños de una ilusión. Lo dicho: PEMEX, un lastre para México.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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Aunque la grave situación en la que se encuentra México requiere de mantener la opinión pública enterada y advertida de lo que sucede, hay situaciones en otros países que reclaman también ser comentados. Tal es el caso de Nicaragua, país secuestrado y castigado por el tirano Daniel Ortega, un ex guerrillero del FSLN que, a la manera de Fidel Castro, dejó de lado las banderas de su ‘revolución’ para convertirse en lo que siempre ha sido. Un dictador peor que Anastasio Somoza a quien combatieron hasta derrocarlo.

La cuestión, y economizando espacio y tiempo, es que, con el paso de los años, Ortega, como lo han hecho Chávez, Maduro, López Obrador y los hermanos Castro (no los buenos, los cantantes; sino los perversos, los dictadores y opresores del pueblo cubano): una vez en el poder se pierden en su disfrute. Sale el verdadero monstruo que habitaba en su yo escondido, en su ego mega acariciado y ambicioso. Hombres perversos que creen que el mundo, en particular sus países, están para aguantarles y enseñorearse de ellos.

En el caso de Ortega, llega a la presidencia de Nicaragua en el año 2006, reelecto en 2011 y en noviembre de 2016 para un tercer período. La cuestión es que el repudio social ya era tal, que hay un abstencionismo electoral del 70%; repudio no tomado en cuenta por el tirano, ya que en el 2021 se elige por cuarta vez por medio de unas elecciones fraudulentas, en las que no tuvo empacho en meter a la cárcel a todos sus oponentes y utilizar al órgano electoral a su antojo manipulando totalmente los resultados (cosa que quiere hacer en México López Obrador, por eso quiere apoderarse del INE).

Pero no contaba el tirano con el valor de algunos obispos y sacerdotes católicos, que en congruencia con el Evangelio han estado mostrando al pueblo nicaragüense las mentiras y delitos públicos del tirano Daniel Ortega, quien enloquecido ya por el poder se ha dedicado a perseguirlos, hostigarlos y tratar de acabar con ellos y esclavizar a todo su pueblo.

En un pasado más o menos reciente, los populistas latinoamericanos como Daniel Ortega (y López Obrador), han sido tan astutos que han utilizado incluso la llamada “teología de la liberación” para engañar a sus adeptos y fanáticos seguidores, como también a ingenuos simpatizantes de origen cristiano (católicos o protestantes) presentándoles retórica marxista con la envoltura del Evangelio judeocristiano.

La cuestión de fondo es que sus planes populistas nada tienen que ver con el cristianismo. De hecho ha sucedido que al ser rechazados por los creyentes y exhibidos por sus líderes (sacerdotes o pastores), los tiranos la han emprendido contra ellos, mostrando su verdadero rostro de maldad.

Durante mis años en la Maestría en Teología, presenté varios ensayos, mismos que al terminar les concedí forma de libro. El cuarto de estos ensayos se titula «Cristianismo y Justicia Social», un trabajo en el que se muestran las formas válidas desde la fe mediante las cuáles podemos ayudar a nuestros semejantes:

“Tres nombres sobresalen en la llamada teología de la liberación en América Latina, pensadores que aparentando o presentando un interés genuino por los más pobres, lo cierto es que su compromiso se inclinaba en mayor medida con la doctrina marxista que con la doctrina de Jesucristo, pues por muy legítimos que puedan ser nuestros planteamientos y reclamos a favor del prójimo, no podemos suplantar (o desdeñar) lo que enseña y determina la voluntad Divina en las Escrituras. Nos referimos a Rubem Alves, José Míguez Bonino y Gustavo Gutiérrez, los dos primeros protestantes, el tercero sacerdote católico…”

En el año 1964 el brasileño Rubem Alves escribe un artículo en el que presenta públicamente su propuesta de la “teología de la liberación” a través de 6 puntos. Puntos que en mi ensayo analizo rigurosamente desde la Teología bíblica para luego señalar:

“Básicamente estos puntos se mantienen todavía como dogmas de la teología de la liberación en su forma más radical. Teología que en muchos sentidos se puede considerar reprobada en cuanto a la ortodoxia de la fe, desde el momento mismo que niega a Dios revelado en las Escrituras (lo cual convertiría la fe judeocristiana en una simple filosofía religiosa más y sin certeza alguna que ofrecer al individuo). Aunque a la vez su postura teológica revolucionaria les convierte en apóstatas pragmáticos…” (¿Todavía podemos confiar en Dios?, México 2008, págs. 112-113).

Estar persiguiendo a los líderes de la Iglesia católica en Nicaragua deja al descubierto a un anticristo menor en la persona de Daniel Ortega. La diócesis de Estelí, al norte del país centroamericano, señaló en carta pública que: “Están persiguiendo a la Iglesia por su misión profética, porque es la única que es capaz de denunciar sus constantes violaciones a los derechos humanos, olvidándose de que cuando persiguen a la Iglesia, en la persona de sus servidores los obispos, los sacerdotes, los laicos, es a Cristo mismo a quien persiguen”.

Dicha carta fue publicada y divulgada después del arresto del obispo de la diócesis de Matagalpa, Rolando Alvarez detenido junto con cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un laico. Aunque otros tres párrocos ya habían sido detenidos por el dictador poco antes, quien en su desfachatez se atrevió a acusarles de realizar “actividades desestabilizadoras y provocadoras”. La Biblia habla de un anticristo mayor y de varios menores, y queda claro que Daniel Ortega se encuentra entre los segundos.

PRISIÓN POLÍTICA E ILEGAL

     La prisión decretada contra Jesús Murillo Karam deja ver varias cosas. La primera de ellas, a un líder enloquecido y lleno de soberbia capaz de violentar el estado de derecho, de anteponer sus odios a lo que marca la ley y dejar en la cárcel a un hombre sin existir causa penal verdadera. Punto. La segunda, en despreciar abiertamente al poder judicial, al que además de avasallar, le trata como ganapán o mozo de cordel, rompiendo de manera brutal y tiránica con el equilibrio de los poderes republicanos.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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No, no piense usted estimado lector que tienen algún parecido el notable escritor francés y Andrés Manuel López Obrador. Por supuesto que no. Como dijera la entonces presidenta del PRI a un presidente del PAN (ahora senador por MORENA) a causa de las habladurías de su homólogo de enfrente: “¡Hay niveles!”. Igual entre el francés y el de Macuspana: ¡Hay niveles!.

El título del presente artículo obedece entonces a la conocida obra del francés «LOS MISERABLES». Título que se puede repetir y aplicar sin problema alguno al proyecto si es que se le puede nombrar así a la ambición personal del enfermo que cobra como presidenteo programa cuya intención perversa y malvada es llevar a los mexicanos a la pobreza, a destruir los medios de producción, a romper nuestros lazos comerciales y políticos con las democracias del mundo, y tomar el poder de manera vitalicia las huestes de vándalos encabezadas por el líder de Macuspana. Es decir: López Obrador.

Por increíble que nos pudiera parecer, la realidad es que el tabasqueño pretende y con una rapidez que nada tiene que ver con su pazguato hablar acabar con la República, destruir Instituciones y estructura económica que nos llevaron dos siglos en construir; que costaron vidas, trabajo, ahorros y grandes esfuerzos a varias generaciones. En su mente y corazón enfermos solo existe la visión de acabar con todo lo existente, para iniciar el reino de los miserables. Un reino en el que por supuesto él es la figura principal.

     Contra todo lo que una mente sensata pudiera aceptar y entender, AMLO ha mostrado su intención de cancelar el TLCAN, lo cual implicaría la debacle inmediata de la economía mexicana, y por consecuencia, el cierre de Estados Unidos a las remesas. Actos que nos enviarían a la fila de los países pobres en tobogán ¿De dónde sacar para dar de comer, vivir, educar, curar y vacacionar a 130 millones de personas?

     Sin embargo el tabasqueño ha estado jugando con fuego abusando de la ignorancia e indiferencia de decenas de millones de mexicanos. Por esta razón se atrevido a ofender al gobierno vecino del norte, boicoteándole la Reunión de Países Latinoamericanos en la ciudad de Los ángeles (aunque mostró su cobardía en La Casa Blanca con su pose desgarbada y pusilánime, ni qué decir de su conducta ajena a todo jefe de estado; estadista, es mucho pedir).

     Desde la cancelación del NAIM, de la Planta cervecera en Mexicali, así como su continua hostilidad contra los empresarios extranjeros y nacionales, sus amenazas y ofensas diarias en su show mañanero contra todos los que trabajan y se esfuerzan por crear riqueza (es decir, empresas y comercios de todo tamaño), su actitud  y palabras han mostrado nula certeza jurídica a los inversores, a los dueños del capital foráneo y local, quienes han huido o abstenido de hacerlo, privando a los mexicanos de nuevas fuentes de trabajo y acceso a mejores empleos. ¿Quién invertiría sin tener certeza legal y además quedar expuesto a la enorme y engreída fauna delincuencial, como también expuesto a pagar el impuesto de los delincuentes?

     Eso por un lado, por otro, todos los días, todas las mañanas y como disco de repetición, escuchar en Palacio Nacional al “humilde” inquilino que lo habita ofenderles, calificarles de “adversarios, conservadores, arrogantes, mañosos, deshonestos, minoría rapaz”, etcétera, espantaría por cierto al más optimista. Queda claro que si no han cerrado y se han ido casi todos, es porque se están esperando al cambio de gobierno en el 2024(cambio que AMLO teme y por eso está acelerando sus acciones destructoras contra el País, sus Instituciones y el sector productivo).

     Y para que no le queden dudas a nadie, esta semana removió a Delfina Gómez de la SEP, una maestra corrupta, indigna, ignorantona e incompetente para semejante responsabilidad (tomando en cuenta que de la educación de los pueblos depende en muy alta medida su futuro y bienestar), quedó como su relevo a otra peor, cuyo único mérito es ser fiel al mesías tropical (como le calificara Krauze) quien con esto pagó su cuota política con los maistros vándalos de la CNTE, de los cuales Leticia Ramírez, la nueva secretaria, ha sido líder (pues López ocupa a estos guerrilleros revoltosos para lo que se avecina).

    De entrada, se ha hecho público que dentro de los planes de desmantelamiento del país, está adoctrinar a los niños y jóvenes con la “ideología” del actual régimen, que no es otra cosa que un lavado chafa, pero muy chafa de cerebros para que aguanten la pobreza franciscana, para que AMLO y su flota, perdón, equipo, vivan como reyes y puedan mandar a sus hijos y a su gente a estudiar y disfrutar en el extranjero. ¡A sí, las pobrezas no son para todos! ¡HÁGASE LA VOLUNTAD DE DIOS EN LOS BUEYES DE MI COMPADRE!

     A tal grado de bajeza y corrientura ha llegado López y su gente, que el vándalo que tiene a cargo de la impresión de los libros de texto (Max Arriaga) se atrevió a decir que “leer por goce, es un acto de consumo capitalista” (El Universal, 29/Jul/2021). ¡Quieren un país de burros e ignorantes, pues!

    Se trata de un programa de adoctrinamiento social, de arrancar de la mente de los mexicanos las aspiraciones y deseos de progreso. A eso de debe que desde el principio les dijo que “para que querían dos pares de zapatos”, que se contentaran con unos. Por eso está dale y duro con la pobreza franciscana, y para bajarles más las defensas y no disciernan lo que está sucediendo, les generalizó las dádivas de dinero para comprar sus conciencias y tenerlos contentos. De ahí que el führer de Macuspana con cinismo declarara que con las clases medias no se puede porque son “aspiracionistas”.

     Y en un adoctrinamiento ramplón, propio de tontos (o de ciudadanos indiferentes) ha manejado un maniqueísmo continuo en el que los ricos son malos y los pobres son buenos. Un Pedro Infante, pero de Macuspana, queriendo hacer pobres a todos los mexicanos (LO BUENO ES QUE LA MAYORÍA DE LOS MEXICANOS NO QUEREMOS SER POBRES, AL CONTRARIO, DESEAMOS MEJORAR).

     En este mundo al revés de López Obrador, los delincuentes son buenos, son seres humanos, hay que abrazarlos. En cambio a los que producen fuentes de empleos, impuestos y riqueza para el país hay que atacarlos, ofenderlos, dejar que les cobren piso (otro impuesto), en indefensión ante la fauna criminal; los balazos son para ellos y para todos los mexicanos pacíficos y trabajadores. Para AMLO todo está en paz y en gobernabilidad,

     Como decíamos al inicio, AMLO nos quiere endilgar como Nación la obra de LOS MISERABLES para que la vivamos todos, excepto, claro está, Él y su corte de vándalos y vividores al estilo de Cuba y Venezuela. NI LO ACEPTAMOS, NI LO PERMITIREMOS JAMÁS. México es un país de leyes e instituciones, de hombres y mujeres con dignidad y merecedores de respeto para nuestros gobiernos.

 

DETENCIÓN POLÍTICA E ILEGAL

 

     La detención ilegal de Jesús Murillo Karam es a todas luces una decisión política. La prensa no puede ni debe quedarse callada ante semejante abuso de poder, de pretender crear un “crimen de estado” (todo para acomodar la ideología del actual desgobierno). Nadie en su sano juicio pensaría, y mucho menos admitiría, que el entonces Presidente Peña Nieto “planeara cómo asesinar y desaparecer a estos vándalos-delincuentes (que lo eran). Tenía muchos defectos y resultó salpicado en actos graves de corrupción, pero no es ningún asesino.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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Las consecuencias de los abrazos a los mimados delincuentes no podían ser otras. Los asesinos se infatuaron ante la simpatía y cuidados del presidente, mostrando esta semana su peor rostro atacando a una sociedad indefensa y aterrorizada por la maldad de estas bandas, que, dicho sea de paso, debieron salir del infierno (de haber nacido en el vientre de una mujer les había quedado algo de humanidad, no la tienen). Todo sucedió ante la mirada inútil y pasiva de un gobierno, que, si bien le ha cumplido a los criminales, a los mexicanos les ha abandonado totalmente. Solo existen para votar y aburrirse con los terribles y pazguatos discursos de las mañaneras.

Basta observar los videos de los actos terroristas realizados por las bandas de delincuentes para darse cuenta que utilizaron tácticas de guerrilleros y terroristas. Como también los ciudadanos corroboramos que no tenemos gobierno alguno que nos cuide y proteja. Los disque gobiernos se limitan a cobrar impuestos; tarea que también ejecutan a diario los asesinos con más prontitud y eficacia que el estado. De hecho, si no los pagan al instante los asesinan o les destruyen sus negocios (del tamaño que sea).

Aquí en Guadalajara la tarde y noche del martes se decía en redes sociales, la radio y los teléfonos de las personas, que las bandas de criminales estaban robando los vehículos y quemando todo (asesinaron a 3 personas). Terrorismo puro, pues ¿Y los gobiernos (Federal, estatal y municipal)? ¡escondidos y en silencio!

     Igual sucedió en Guanajuato, en el que en diversas ciudades fueron incendiados decenas de mini super OXO, una Farmacia Guadalajara y se intentó incendiar gasolineras (por fortuna sin lograrlo), como también asesinaron a varias personas. El jueves se replicó el festín de los criminales, aunque ahora los habitantes de Ciudad Juárez fueron las victimas de estas hordas de ‘amigos’ del presidente (11 asesinados y decenas de negocios y autos incendiados), que según él tienen derechos, por lo que les envía y mantiene su abrazo protector: ¿cómo?, no persiguiéndoles y concediendo impunidad total a todos sus asesinatos, delitos y tropelías.

La cobardía e inutilidad del gobierno me recuerdan mi lejana infancia. Allá por los años cincuenta los niños platicábamos todavía de la segunda guerra (terminada en 1945) y del valor de los distintos ejércitos. Carecíamos de la información y la formación necesaria para hacer una evaluación objetiva, ganando la imaginación. Imaginación que sin saber se cumpliría en el sexenio de AMLO. Los chiquillos con sorna y risas decían del ejército nuestro: “Si son muchos corremos, sin son pocos nos escondemos, y si no es nadie: ¡Adelante que para morir nacimos!”

Así han estado justamente durante el obradorato: corren ante los criminales cuando son muchos, cuando son pocos se esconden (como sucedió esta semana en Jalisco, Guanajuato y Ciudad Juárez), pero eso sí, para los desfiles, cuando no hay delincuentes, salen relucientes y por miles en actos que solo envanecen al inquilino de Palacio Nacional (aunque ofendan a un pueblo a merced de tanto asesino y delincuente de todo tamaño y ralea sueltos en las calles de ciudades y pueblos de México).

Todo el país se encuentra ya en manos de los bandoleros. El horror, el terror y la indignación que sufren y soportan los mexicanos ya no puede aguantarse más. Las cosas han llegado al límite y López Obrador (cuesta trabajo decirle ‘presidente’ a quien se comporta como dueño del país y de las vidas de sus habitantes) no les concede importancia. Todo lo minimiza. Para él sólo las siguientes elecciones le resultan de interés, sin embargo, se llegó al límite.

El gobierno cuenta con aparatos y trabajo de inteligencia, con el armamento más sofisticado que existe y con el permiso para usarlo, con satélites, drones, helicópteros artillados, tanques, aviones, radares, camiones, jeeps, motos y vehículos de todo tipo, barcos, lanchas, caballos, información y una fuerza, muy pero muy superior a la de las bandas (engreídas a causa de que no les enfrenta, lo que les hace creer que se les teme).

El estado mexicano tiene todo el potencial y recursos para someter a las bandas criminales, pero no ha querido hacerlo. Queda en evidencia o el menos así parece; que López Obrador tiene nexos con los ellos de otra manera les hubiera combatido desde el principio.

Resultó absolutamente anormal su posición en cuanto tomó el poder, ya que habiendo prometido acabarlos en unos meses, de inmediato les ofreció “abrazos y no balazos”, y como los asesinos querían probar que tan cálidos eran sus abrazos, por todo el país comenzaron a asesinar, secuestrar, extorsionar y adueñarse del campo y no pocos medios de producción y distribución, para luego perseguir y humillar al Ejército y la Guardia Nacional. En ningún país y bajo ninguna circunstancia se podría ver a los soldados y la guardia ofendidos, golpeados, incluso, objeto de mofas y toda clase de ofensas en las calles y ranchos, de lanzarles objetos y lesionarles. Pero en México sí, por órdenes de López Obrador estoicamente han aguantado todo.

Antes semejante cuadro desolador, en el que el país se está hundiendo en todos los órdenes y bañado en un mar de sangre, los poderosos del país guardan silencio ¿Dónde están las voces de los empresarios, de los rectores universitarios, de los directores de periódicos y dueños de televisoras y cadenas radiofónicas, de los banqueros, de los líderes religiosos, de los clubes, de los restauranteros, de los aguacateros, etcétera? ¿Dónde, dónde están que no se escuchan?

     Las cosas siempre se tienen qué hacer en su tiempo y el tiempo de levantar la voz ha llegado (no de retar al gobierno, no, de exigirle que cumpla con sus deberes). La destrucción hecha por el actual régimen, el ahuyentar las inversiones, promover la división de los mexicanos, el destruir instituciones y desatender otras fundamentales (como la salud pública), ni qué decir de la descrita permisividad para con los asesinos y toda clase de delincuentes, son apenas algunas de las barbaridades y omisiones cometidas.

Así que, ante esta pasividad, nos queda a TODOS LOS CIUDADANOS, A TODOS levantar la voz y exigir. De escribirles a senadores y diputados que exijan a López Obrador a que ponga orden y haga valer el estado derecho o que de lo contrario deje el cargo De que la Suprema Corte le ponga límites. De hablar en todo foro local, estatal, nacional e internacional y decir ¡YA BASTA!

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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