Opinión
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En ningún país democrático el que cobra como presidente (AMLO), así como el que cobra como gobernador de Sinaloa (Rocha Moya), estarían a estas alturas en sus cargos. Ya habrían sido removidos para las investigaciones correspondientes. El «no robar, no mentir, no traicionar» fue un mero slogan para engañar bobos y fanáticos. De acuerdo a múltiples publicaciones y videos, ambos se han visto involucrados en actos de megacorrupción, en mentiras sin fin, y en traición a la Patria. ¡Ellos sí! (no el chapito).

     Escapistas consumados, siempre se han salido con la suya. Su histrionismo al estilo del Tartufo de Molliere son geniales, dignos de las carpas, del teatro populachero, pero de ninguna manera para semejantes cargos de responsabilidad pública que requiere de los mejores, no de los peores. Si de por sí el país estaba ya en malas condiciones, al llegar esta troupe de embozados con disfraz de ‘demócratas’ y ‘honestos’, han sumido al país en la crisis de gobernabilidad más grande en más de un siglo.

     El estado de derecho es ahora una utopía, un escenario de cartón propio de serie televisiva, pero de ninguna manera una realidad jurídica nacional. El rescate del exgobernador de Chihuahua, Javier Corral, en la ciudad de México, a quien estaban deteniendo las autoridades de aquel Estado por el delito de peculado por más de $98 millones de pesos (después de realizar los trámites necesarios ante la Fiscalía capitalina), fue rescatado nada menos que por el encargado de despacho de esa Fiscalía, el morenista, Ulises Lara López, quien tenía que auxiliar a las autoridades de Chihuahua, pero en la práctica vino en rescate de su camarada, de su compañero de movimiento.

     ¿Para eso quieren la reforma al poder judicial? ¿Para aplicar la ley de manera selectiva y con tintes políticos? La ley de grupo se impuso. El dizque encargado de despacho de la Fiscalía, que ni abogado es (lo que le impide legalmente ocupar ese puesto), pero que es esposo (o ex) de la “ministra del pueblo”, la usurpadora Lenia Batres (desempeñar un cargo sin cumplir los requisitos y carecer de los conocimientos, también es usurpación de funciones) vino por el camarada. La banda se solidariza.

    Volviendo a los que cobran como presidente y gobernador, respecto al tabasqueño, son demasiadas las publicaciones que señalan que López Obrador recibió mucho dinero millones de dólares y pesos de las bandas de narcotraficantes para todas sus campañas (2006, 2012, 2018). Con cinismo pide pruebas; postura tan ridícula como absurda, fácil de tirar de inmediato. En semejantes actos de corrupción no se expiden recibos ¿O no lo saben los inquilinos de Palacio Nacional y el Palacio de Gobierno de Sinaloa?

      De hecho, en entrevistas concedidas en su momento por Rocha Moya a reconocidos periodistas (Carlos Loret de Mola y Salvador García Soto), declaró al segundo con un cinismo jamás visto en la vida política nacional (14/Sep/2021): “Pues mira Salvador, no nos hagamos pendejos. Aquí todo mundo sabe cómo está la cosa. Y fui y hablé con ellos, los conozco a todos porque soy de Badiraguato, y yo fui a pedirles su apoyo. Quien te diga que quiere gobernar Sinaloa y no tiene el visto bueno de ellos (los narcos), te miente. Así es la cosa aquí, para que nos hacemos pendejos” (La desmemoria de Rocha Moya, El Universal, 13/Agosto/2024). Lo dicho a Carlos Loret se encuentra en Youtube/ Latinus.

     ¿Así o más claro? Un principio jurídico establece que a confesión de parte relevo de pruebas. Si el propio Rocha Moya declaró esas cosas abiertamente a los medios, y ahora es públicamente conocido que recibió por diversos conductos cientos de millones (del narco) durante su campaña, las autoridades superiores ya le hubieran retirado del cargo de manera inmediata e iniciar la investigación necesaria. Sobre todo, después de conocerse la carta del capo Ismael “el mayo” Zambada, por lo que la Fiscalía General de la República debe abrir una carpeta de investigación (o ampliar la que se tuviera ya) y llamarle a declarar de inmediato. No como lo hizo Ulises Lara con Corral. Sino como lo establecen las leyes mexicanas.

     Hay tantos indicios y presunciones, que cualquier procurador y/o fiscal con mediana experiencia y conocimientos jurídicos puede formar una causa sólida en contra de ambos. Basta ya que la palabra de López Obrador lanzada desde la “mañanera” esté por encima de la Constitución y las Leyes Penales de este país. El no es ni representa la justicia, como tampoco debe interpretar quien es culpable o inocente. Para eso se crearon y existen las instituciones legales que nos llevaron dos siglos en ir perfeccionando, que no lo están, todavía, pero que son las que saben, interpretan y deben aplicar la ley. No López Obrador al estilo del césar romano; levantando o bajando el pulgar.

     México necesita ser rescatado de inmediato de este nauseabundo narco estado, de lo contario, el inicio de una narco-dictadura ya se ha iniciado. Estamos a tiempo, cuando menos la mitad de los mexicanos estamos en contra de tal engendro del mal. Ni nosotros, ni nuestros hijos y nietos nos perdonarían quedarnos callados ante semejante desgracia y desviación.

     Nadie votó por una narco dictadura. Es momento que todos los ciudadanos alcemos la voz y exijamos el retorno a la legalidad, al orden constitucional. Exigencia en la que todos debemos Participar: legisladores, poder judicial (federal y estatales), gobernadores (cuya fidelidad sea con México antes que a su partido político), empresarios, comerciantes de todos los tamaños, campesinos, obreros, amas de casa, estudiantes, todos, participación en la que la prensa, medios electrónicos y digitales señalen con firmeza lo que está ocurriendo e informen con la verdad a sus lectores, televidentes y oyentes.

      Libros como “La historia secreta. AMLO y el cártel de Sinaloa” de Anabel Hernández, al igual que otros y videos sin fin que se encuentran en internet, así como la carta del Mayo Zambada, y, por supuesto, solicitar al gobierno de Estados Unidos la información que tengan al respecto, tanto de AMLO como de Rocha Moya (de sus nexos con las bandas de narcos).  Ambos indignos (e incapacitados) para continuar en los cargos. Ni la presidencia, ni los gobiernos de los estados deben ser refugio para delincuentes. El voto de los mexicanos se concede en esperanza para mejorar la vida y condiciones de todos. No pare someter al país a catervas de facinerosos con disfraz de políticos. Y no se le falta al respeto a nadie. Al contrario, se nos faltó al respeto a todos los mexicanos.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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La intención de López Obrador de apropiarse a la mala de senadurías y diputaciones, no tiene otro fin que alcanzar la mayoría absoluta y con ello poder modificar a su antojo la Constitución, teniendo como fin último y central, eliminar todas las trabas legales que existen (entre otras la independencia y autonomía de poderes) y así instaurar la dictadura.

     Violar la ley ha sido una constante desde que arribó al poder, al autócrata no le importa un comino lo que digan las leyes. El es la ley y punto, de allí entonces la imperiosa necesidad de que se haga valer la norma suprema que nos rige, de otra manera este psicópata, además de adueñarse del país y del poder, nos metería en un pantano de salida indefinida. Cuba, Venezuela y Nicaragua son ejemplo de lo que nos podría suceder.

     En las elecciones del 2 de junio pasado, MORENA y sus aliados recibieron el 54 por ciento de los votos, mientras que PRI, PAN y PRD recibieron más del 30, que, si se toma en cuenta que senadores y diputados representan en el Congreso a los ciudadanos, en ese mismo orden y porcentaje de votos deben concederse, además de que la ley es muy precisa al respecto.

    La cuestión es que la mafia del poder actual (MORENA y sus aliados), expertos en marchas, manifestaciones y marrullerías, quiere ilegalmente y por la fuerza, apoderarse de senadurías y diputaciones que no obtuvieron en las urnas, que los mexicanos se las concedieron a otras fuerzas políticas (PRI, PAN, y PRD).

    Como siempre lo hacen utilizan a sus golpeadores verbales como Noroña, Mier, Monreal, Cravioto y demás integrantes de la pandilla, secta, o como gusten llamarse, al igual que sus otros golpeadores en las cámaras (y en los medios cooptados) para tratar de intimidar a los legisladores de oposición, que dicho sea de paso, han presentado en este trienio una actitud digna, republicana y combativa (en muchos casos, no todos).

     Aunque también lo hacen (las huestes del tabasqueño), como porros ya cercanos a la ancianidad, pero con la vulgaridad de su juventud, con esa violencia que les caracteriza, carente siempre de argumentos sólidos pero sobrada de agresividad y frases que parezcan válidas, aunque solo sean eso, retórica barata para apantallar tontos e iletrados, pues ante el contralor de la Constitución y leyes jamás podrán sustentar sus abusos (el art. 54 constitucional no permite la sobrerrepresentación, poniendo como límite un 8%, mientras que el gobierno pretende para sus huestes un 20.3%).

     Siempre imitando al jefe, es decir, al que cobra como presidente, haciéndose ante las cámaras de los medios a los indignados y procurando pasar como víctimas, cuando la verdad es que de no PONERLES UN ALTO a su ilegal y vandálico deseo de sobrerrepresentación, México quedaría a merced de López Obrador y su banda, abriéndose de par en par las puertas a la dictadura.

     Ningún mexicano votó por una dictadura, pues aun los que votaron ingenuamente por MORENA y sus aliados, lo hicieron pensando en el orden republicano que tenemos por más de un siglo. Pero nadie, REPITO, NADIE VOTÓ POR UNA DICTADURA al estilo Cuba, Venezuela y Nicaragua.

 

MANIFESTACIONES CONTRA LA SOBRERREPRESENTACIÓN

 

     Para este domingo 11 de agosto se ha convocado a nivel nacional a manifestarse contra este deliberado abuso inconstitucional y antidemocrático. La salida de los ciudadanos a las calles a expresar al gobierno de López Obrador y al INE que se respete el deseo ciudadano expresado en las urnas el 2 de junio pasado, es un hecho no visto. En Guadalajara la convocación es afuera de las oficinas locales del Instituto Nacional Electoral.

    NO al robo de senadurías y diputaciones pretendido por MORENA y partidos aliados. SÍ al respeto y deseo de los ciudadanos expresado en las urnas, entregando escaños y curules a quienes fueron elegidos mediante el voto, tomándose en este caso para la asignación correspondiente, es decir,  el 30 por ciento de los votos totales y entregarlos en la proporción correcta a PRI, PAN, PRD, ya que al hacerlo, además de obedecer la Constitución, se impediría el robo descarado de lo que no ganaron en las urnas los oficialistas  y se cierra la puerta al totalitarismo.

    No a la dictadura. Sí a la democracia y el retorno a la vida republicana. Con sus deficiencias, perfectible, sí, pero en el camino trazado y deseado por todos los mexicanos.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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Fueron una de sus banderas de campaña. Fue también López Obrador quien impuso de presidente municipal de Iguala a José Luis Abarca, quien, con su esposa, formaban un dúo al estilo “Bonny & Clyde”, los que por supuesto estuvieron involucrados en la matanza de los también delincuentes ayotzinapos (¡hoy niños héroes gracias a la política actual de abrazos para los delincuentes!).

    Fue también el mentiroso López Obrador quien, al verse involucrado de manera indirecta, aprovechó la confusión (y la desinformación pública) para cambiar la realidad y los hechos, inventando otros datos y otra realidad, lanzando la culpa al estado mexicano, que, dicho sea de paso, no supo como defenderse. Sabían mentir. Pero no con la maestría y cinismo de AMLO. ¡Como él, nadie!

     Momento extraño y único en la vida nacional, en el que los criminales son protegidos y ensalzados y la gente de bien asesinada, saqueada, extorsionada, despojada de sus tierras y bienes, violadas, explotadas y asesinadas las mujeres; mientras que el gobierno, ni se interesa, ni tampoco les hace justicia.

     La realidad es que esta es una historia al revés (la de los ayotzinapos). Una historia de verdad en la que los malvados se convierten en héroes y otros malvados en sus defensores. En la que los asesinos son soltados de la cárcel y convertidos en testigos; el fiscal que indagó judicialmente los hechos hasta convertirlos en una minuciosa averiguación previa (hoy un anciano), es metido a la cárcel por mostrar la verdad jurídica (hasta donde se pudo), toda vez que prevaleció la ‘verdad’ alterna inventada por el mentiroso de Palacio.

     Desde el año 2014 en que sucedieron los hechos en los que los 43 matriculados de Ayotzinapa (estudiante es el que estudia) son asesinados por andar de vándalos y delincuentes por otra banda peor que ellos, el que cobra todavía como presidente, comienza a tejer su fantasía, inventando un cuento por demás estúpido y absurdo que con el paso de los meses y los años daría otro giro, ajeno totalmente a los hechos ocurridos en Iguala la noche del 26 de septiembre de 2014.

    Haciendo una breve pausa: faltó el Juan Cariño de Elena Garro que saliera por las calles de ese pueblo guerrerense, a recoger con su sombrero de Copa todas las mentiras y malas palabras vertidas por el entonces eterno candidato y las huestes de vándalos sureños que no aportan nada al trabajo y esfuerzo nacional, pero que sí gritan y exigen como si lo hicieran. Que secuestran autobuses, roban camiones de reparto de todo tipo, los saquean, destruyen, incendian oficinas públicas y demás delitos, y, para colmo, se hacen a los indignados y víctimas (igual que su protector). Cuando los indignados son los mexicanos que trabajan, pagan impuestos y con su esfuerzo se construyen las oficinas públicas, escuelas, se compran las patrullas, crean fuentes de trabajo, etcétera.

    Habiendo abordado este tema decenas de veces, lo que impide repetir lo ya dicho, nos limitaremos a decir nuevamente que los AYOTZINAPOS ANDABAN DE VÁNDALOS Y DELINCUENTES, no les cayó el techo de ningún templo y los mató, como tampoco los mataron por andar haciendo caridad en algún hospital.

    Buscando la necesaria síntesis. López Obrador creó y creció ese monstruo (el de los 43) y ahora ya no sabe, como el aprendiz de brujo, como remediar su atrevimiento.

    A tal punto los ensoberbeció que ya se convirtieron en una banda que reclama derechos de manera pública y en el mismísimo Palacio Nacional. En ese recinto que nos pertenece a todos los mexicanos, pero que ya nadie puede entrar, excepto los jefecillos cercanos al dictador (ni la entonces candidata Xóchitl Gálvez pudo hacerlo) los padres de los ayotzinapos y golpeadores que les acompañan, no sólo han sido recibidos varias veces, sino que en días pasados se atrevieron a tumbar una puerta (para demostrar que su Normal es anormal, que en realidad debería nombrarse Patricio Lumumba).

    Son una especie de ninis políticos, una generación política de cristal, la que sólo sabe pedir y exigir, pero que no quiere enfrentarse a la vida, por lo que con gritos y berrinche le exige a papá gobierno que le de todo lo que le pide.

    En su desproporcionada, escandalosa y condenable postura, ni el gobierno, ni los padres de los ayotzinapos y la cauda de parásitos que les acompañan y apoyan, se dan cuenta de lo que están haciendo a la vista de todos los mexicanos. De los ciudadanos de verdad. De los que trabajan, que se enfrentan a diario a tantísimos retos, desde trabajar para sobrevivir, sostener con sus impuestos una enorme masa burocrática, como también sufrir horrores ante el asedio de las impunes bandas de asesinos y criminales.    

    Ciudadanos que tienen años preguntándose en qué trabajan los padres de los 43, de qué viven, quién mantiene su vida parasitaria, quien les paga los viajes (muchos hasta Europa y Estados Unidos), quién ha sostenido su larga campaña política ¿o es de duelo?

     De duelo no se les cree, ni a ellos, ni al gobierno. En el actual sexenio han sido asesinados 243,000 mexicanos (193 mil identificados con sus propios cuerpos, mientras que otros 50 mil asesinados también, pero enterrados en fosas clandestinas, disueltos en ácido o desmembrados y partidos en bolsas para que no los puedan reconocer ni entren en la estadísticay ni López Obrador, ni su gobierno, ni su sucesora Claudia Sheimbaum, han mostrado empatía ni dolor alguno por las familias dolientes. Ni qué decir de hacerles justicia.

     De manera que no se puede entender, ni mucho menos aceptar, que a los padres de los 43 vándalos asesinados por andar delinquiendo (por otros peor que ellos) se pretenda ayudar a sus padres y hacerles justicia, mientras que a los padres de 243,000 mexicanos no hay nadie en el gobierno que les mencione siquiera, mucho menos recibir y hacerles justicia. ¿Los 43 valen más que los 243,000? ¿Ese es el tipo de justicia que promueve el tabasqueño?

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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La pretendida reforma al Poder Judicial, al igual que la sobrerrepresentación de MORENA para el nuevo Congreso, son sin rodeos ni retoques, el deseo manifiesto de CONSOLIDAR LA DICTADURA ya iniciada desde el 1º de diciembre de 2018 por Andrés Manuel López Obrador. Quien lo niegue, o es un tonto, un fanático de la 4-T, o una célula política del sistema totalitario que pretende establecerse (sin que la inmensa mayoría de los mexicanos lo desee o esté enterado siquiera).

     El que cobra como presidente, ha sido desde siempre un hombre mentiroso hasta lo irracional, capaz de engañar incluso a militantes añejos de la izquierda, cuando él, el tabasqueño, jamás ha sido de izquierda. El es un psicópata, y como tal, tiene hambre y sed de poder irrefrenables, de ser reconocido en todo y por todos, ser el centro de los reflectores.

    Su gobierno ha sido el peor en la historia de México, sobre todo si se considera las condiciones en que recibió el poder ejecutivo, cómo lo recibió y qué ha hecho con tantos recursos a su disposición, como también qué ha hecho con las instituciones públicas, el orden constitucional, la gobernabilidad, la unidad de los mexicanos y un sinfín de factores y elementos que deben considerarse para señalar su estrepitoso fracaso.

     El problema, y no menor, es que la mayoría de los mexicanos han querido permanecer ajenos a lo que sucede, exponiendo al país a la instauración de una dictadura. Impuestos a dejar que los gobiernos anteriores hicieran cuanto quisieran (bueno, regular, o malo), llegó el autócrata y lo consideraron uno más, sin mirar siquiera sus muestras evidentes de querer someter al país a una dictadura populista al estilo Cuba y Venezuela. La actitud de esta parte de los mexicanos ha sido casi suicida. No parece importarles nada lo que haga o diga este hombre malvado y mentiroso hasta lo irracional.

    Limitado de inteligencia, ajeno a lo bueno, a trabajar y esforzarse por un país mejor, su inclinación natural a la maldad le ha empujado únicamente a destruir y engañar. Las Sagradas Escrituras (Biblia) establecen que el diablo vino «a robar, matar y destruir» y por sus hechos, López Obrador y su gente han mostrado su afinidad con esta conducta.

    Motivado por la astucia (que no es inteligencia), se ha dedicado a engañar incautos, ya sea regalando dinero de los contribuyentes (necesario en hospitales, seguridad, educación, carreteras, etcétera) para cooptarlos; ya criticando y condenando acciones legítimas de gobierno (mintiendo descaradamente y engañando a cierto sector desinformado de la población haciéndoles ver una realidad falsa, a su conveniencia y propósitos malévolos).

    Siempre teniendo otra intención distinta (oculta) a la expresada a sus seguidores para justificar sus dañinas y destructoras acciones. La lista es larga. Sin embargo, nos limitaremos a dos por demás actuales que requieren la atención de todos los ciudadanos y poner un alto.

     La primera es su ataque anti republicano, malvado e ilegítimo, contra el PODER JUDICIAL. Nuestra República para mantenerse como tal requiere de la división sana y respetuosa de los tres poderes que le integran. Desgraciadamente la insania mental del inquilino de AMLO, así como sus obsesiones destructivas, han desatado una guerra sin cuartel contra este poder, al que primero quiso dominar al modo del caballo de Troya teniendo al entonces presidente de la Corte bajo su control, que ayudado por dos ministras afines a su gobierno, intentaron hacerse de él. La jugada no les resultó. El resto de los ministros actuó de manera constitucional e institucional, nombrando como nueva presidenta a una ministra que ha resultado una verdadera republicana (Norma Piña Hernández).

     La cuestión es que el antiguo fósil y porro de la UNAM, al no salirse con la suya, recurrió a sus viejos métodos, llevando pandilleros afuera de la Suprema Corte para ofenderla, agredir y tratar de intimidarla. No lo logró.

     Pero como todo psicópata (jamás logran aceptar y mucho menos asimilar un fracaso o una derrota) ha emprendido una larga, costosa y destructiva campaña contra el PODER JUDICIAL, indispensable en toda democracia, todo con la intención de hacerse de ese poder, y con ello, eliminar cualquier contrapeso u oposición, allanándosele el paso a la DICTADURA que le trae más loco que de costumbre.

    Durante meses ha gastado millones del  erario en medios de todo tipo y en redes sociales para difamar al PODER JUDICIAL, empezando con la Ministra Presidente, y continuando con Ministros, Magistrados y Jueces, a los que casi a diario difama para enseguida promover una REFORMA JUDICIAL con la intención de destruir nuestro sistema actual de impartición de justicia, ofreciendo una bufonada impráctica y absurda en la que chamacos recién salidos de la facultad impartirían “justicia” luego de ganar una elección ¿En verdad? Se requiere estar mal de la cabeza o ser una persona ignorante en el estricto sentido de la palabra para aceptar semejante disparate.

    El otro ataque tiene que ver con las recientes elecciones del 2 de junio pasadoElecciones en las que MORENA y sus aliados obtuvieron el 54 por ciento de los votos. El problema, y grave en gran manera, es que habiendo ganado la oposición el 35 por ciento de los votos, el presidente y su “mafia del poder” pretenden obtener por la fuerza el 74 por ciento de la curules en el Congreso. Es decir el control absoluto ¡una representación que la ley ni las elecciones les conceden.

    En otras palabras: desean FORZADA Y DESCARADAMENTE LA INSTAURACIÓN DE UNA DICTADURA, ya que al controlar totalmente el Congreso, el Dictador o a quien él pusiera en la silla, podrían hacer cuanto quisieran a su antojo, modificando la Constitución a su deseo y desapareciendo todo poder o institución que les estorbe. México es todavía una democracia, amenazada ciertamente, pero una democracia, y los sufragios emitidos por los ciudadanos deben respetarse y entregar los escaños de acuerdo al número y deseo de los sufragantes, pero no a los del tabasqueño y su empleada en el INE.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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