El presente siglo muestra a diario su agotamiento social, la inclinación humana a la auto destrucción, la ausencia de ideologías y la abundancia de imitadores y farsantes. La CNTE entra en esta clasificación, forma fila entre aquellos que calificara el filósofo José Ingenieros de mediocres: —“Su vida es perpetua complicidad con la ajena. Son hueste mercenaria…Atraviesan el mundo cuidando su sombra e ignorando su personalidad… No existen solos. Su amorfa estructura los obliga a borrarse, en una raza, en un pueblo, en un partido, en una secta, en una bandería; siempre a embadurnarse de otros. Apuntalan todas las doctrinas y prejuicios… Son refractarios a todo gesto digno; le son hostiles… Viven de los demás” (El hombre mediocre, cap. IV).
Además de no ser un verdadero sindicato, sino una organización mafiosa y delincuencial, los maistros que la integran son lo peor que se ha visto en México en el campo educativo; una horda de ignorantes y violentos que además de denigrar tan honrosa profesión, muestran a diario que su verdadera vocación es la anarquía, el desmadre, el daño al país, al orden y la estabilidad.
Son como las sectas religiosas, que incapaces de entender las verdades y doctrinas teológicas, atacan las instituciones sin miramiento alguno. Así los maistros de la CNTE, la ideología marxista no la han entendido jamás, sus hechos y barbaridades que cometen dan testimonio de sus limitaciones, dicho sea de paso, incitadas por una ambición desmedida y un resentimiento social generado por añejas envidias no superadas.
Ninguna persona de bien cometería las reprobables acciones de estos vándalos que al escudo de un membrete y una profesión que no conocen y usurpan; ocasionando terribles daños al país y a las nuevas generaciones que caen en sus garras. Se necesita odiar mucho a la niñez y al país para atreverse a hacer todo lo que ellos hacen. Un país se construye trabajando, no destruyendo.
Lamentablemente los gobiernos, desde que estos falsos guerrilleros aparecieron, sin excepción se han hecho ciegos y sordos, permitiendo cadenas de delitos que en cualquier país donde impere la ley, tiempo ha que los hubiesen sometido y encarcelado. De nadie es un secreto que participaron a favor de la campaña de AMLO, de ahí que su aparición con sus métodos terroristas y delictivos haga que muchos mexicanos se pregunten, si le están cobrando su apoyo de campaña (para extorsionarle mediante sumas multimillonarias), le están tomando la medida o rompieron su alianza.
Queda claro que los métodos de la Coordinadora —que no es ni nacional ni tampoco está integrada por educadores— son métodos fusilados de las tácticas guerrilleras de los años ’60 y ’70. Claro, sin una ideología de trasfondo, sino motivados por un mero asunto mercantilista embadurnado de tintes anarquistas. Como es su esencia.
Para entender mejor lo que sucede, en los años ’60 se publicó un libro considerado esencial para quienes deseaban ser guerrilleros. Entre las tácticas y consejos aparece el siguiente: —“El guerrillero es un insurgente político… su actividad militar es vital, pero subordinada a su misión política. Su levantamiento tiene un solo propósito: derrocar al gobierno y destruir el sistema político o social existente, o quizá, el sistema económico” (Robert Taber: ‘La guerra de la pulga’, Edit. Era, México 1967, pág. 150).
El guerrillero modelo, al menos con el que se identificaba la juventud en generaciones pasadas, escribió al respecto: —“Uno de los puntos más débiles del enemigo es el transporte por carretera y ferrocarril. Es prácticamente imposible vigilar metro a metro un transporte, un camino, un ferrocarril. En cualquier lugar se puede poner una carga considerable de explosivo que inutilice la vía, o también explote en el momento de pasar un vehículo provocando, además de la inutilización de las mismas, una considerable pérdida en vidas y material al enemigo” (Ernesto Che Guevara: Obra revolucionaria, Edit. Era, México 1969, pág. 37).
Pero eso era ayer, cuando los guerrilleros sabían que se enfrentaban a gobiernos de verdad en los que la ley se hacía cumplir, y ellos, basados en su ideología, creían que era el camino para un cambio de régimen y sistema estando dispuestos a pagar el precio, incluso con su propia vida.
Hoy no es así, para nada ¿Qué caso tiene arriesgarla, si con poner unas sillas, unas mesas y unos manteados junto a las vías del tren para que no pase, son capaces de detener o paralizar en buena medida la producción y economía nacional? Si con eso es suficiente para tener de rodillas a gobiernos de utilería que han caído en el delito de perjurio (¡TODOS!) ya que habiendo protestado cumplir y hacer cumplir la ley, en la práctica no se atrevan tocar ni con el pétalo de una rosa a estas bandas de falsos maestros y falsos guerrilleros.
Y es que, aunque suelten sus cantaletas contra el imperialismo y el capitalismo, no son más que bandas delincuenciales que le hallaron el modo a los gobiernos del siglo XXI para extorsionarlos una y otra vez. No les gusta el trabajo, menos el esfuerzo, de preparación mejor ni hablemos. Son vándalos que se escudan en un sindicalismo marrullero y delincuencial para extorsionar, para llevarse los dineros del pueblo de manera fácil y sin consecuencia alguna (porque el dinero no es del gobierno).
De hecho, las bandas de narcotraficantes y de ladrones de combustible tienen más riesgos que los maistros de la CNTE, quienes saben, la experiencia así les ha demostrado, que no hay gobierno alguno que se atreva a tocarlos. La fuerza del estado está reservada para el ciudadano que tuvo la desgracia de chocar, de meterle un balazo al delincuente que le robó o dañó a su familia, para el que no pudo pagar el bimestre del IMSS o la multa que el inspector abusivo y prepotente le levantó injustamente
Apenas el jueves 31 de enero los lideres de esta banda decidieron, luego de una suma exorbitante de extorsión, liberar las vías del tren en Michoacán, sin embargo, solo un tramo, lo cual es un vil engaño, pues el gravísimo problema nacional sirvió apenas para recorrer el pie del cuello. Tan solo de daños ocasionados por la CNTE a las empresas afectadas se contabilizaron varias decenas de miles de millones de pesos (en Jalisco al jueves 31 de enero se habían perdido $3,400 millones, Mural 1/Feb/2019), dinero que el gobierno no va a cubrir y los maistros extorsionadores menos.
Entre las gravedades de toda esta desgracia; en primer orden asoma la nula aplicación de la ley; en segundo, la indolencia gubernamental (en todos los órdenes y niveles) para buscar soluciones inmediatas a tan graves problemas; y en tercero, aunque la lista es larga, la actitud oficial que a diario regala dinero o promete regalar a quienes no trabajan, mientras que a quienes lo hacen y producen empleos, ni los cuida, ni los ayuda, ni los protege ¿De dónde cree el gobierno que sale el dinero para mantener el estado mexicano? De la pseudo guerrilla de la CNTE, por supuesto que no.
¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!
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