¡EL MENSAJE DE LA PASCUA!

Pocos sucesos en la historia humana son tan desconocidos para las sociedades judeocristianas como la Pascua. La palabra por supuesto es de todos conocida, en México incluso se le dedica una semana completa; aunque se le relacione más con un período vacacional, que con el suceso histórico-religioso en el que el destino mismo de la humanidad se decidió delante de Dios.

La primera Pascua se celebró durante la noche previa a la salida de Egipto hace 33 siglos. Dios le dijo a su pueblo a través de Moisés que cada familia sacrificara un cordero sin defecto y con su sangre rociaran los dinteles de la puerta de cada casa de los hebreos (que siglos después serían nombrados judíos).

El pueblo había entrado cuatro siglos atrás como huésped de honor gracias a los servicios prestados al reino de Egipto por José; el joven hebreo cuyos sabios consejos y excelente administración de los recursos permitieron que la nación no solo sobreviviera a siete años de escases y pobreza, sino que incluso fuese capaz de vender alimentos a los pueblos vecinos azotados por aquella gran hambruna.

Egipto en la Biblia simboliza la mundanalidad y la esclavitud del pecado, por tanto no podía mantener su gratitud hacia los hebreos, así que desconociendo el bien recibido de ellos, les oprime hasta someterles a dura esclavitud. Así es el mundo. Olvida siempre lo que el pueblo de Dios ―integrado por judíos y cristianos rendidos al Señor― ha hecho y aportado a la humanidad: valores espirituales, bendiciones, creaciones literarias, pictóricas, inventos, avances médicos, vacunas, pero sobre todo, vivir y compartir el mensaje eterno y salvífico del Dios que se revela al hombre rebelde y caído.

Así que como los egipcios de entonces, el mundo esclaviza a los hijos de Dios, ya sea por medio de la drogadicción, alcoholismo, pasiones desbordadas, amor al dinero, materia y placeres, descreimiento, violencia, y todas aquellas cosas que afligen al ser humano.Las cadenas y los grilletes no requieren ser de hierro para aprisionar. No hay peor miseria y esclavitud que la espiritual, encontrarse ajeno y distante de Dios.

Durante el éxodo, el Faraón lejos de doblegarse ante las plagas enviadas por Dios contra los egipcios que afligían a su pueblo, endurece su corazón. Algo parecido sucede en la actualidad. Los faraones posmodernos oprimen y esclavizan al pueblo de Dios de diversas maneras, pero como entonces, lejos de arrepentirse (a sabiendas que las plagas que azotan al mundo ya son muchas y de enormes consecuencias) siguen endureciendo sus corazones.

Como entonces ordenan la muerte de los niños (antes de que siquiera nazcan), autorizan uniones pseudo matrimoniales contra natura (por menos fueron destruidas Sodoma y Gomorra), autorizan la mariguana (y prohíben el tabaco), escandalizan a los niños de diversas maneras (y de múltiples formas),  prohíben la lectura de la Biblia en las escuelas (mientras que abren las puertas al islam y promueven todo tipo de lecturas nocivas para los infantes), abren el turismo a los spring breakers solo por razones económicas (y critican con dureza toda expresión espiritual ligada a la Biblia con términos peyorativos e hirientes) oprimen con dureza al causante que trabaja y sostiene el país con sus impuestos (mientras que funcionarios, burócratas, sindicatos, maistros zánganos y demás viven como reyes a costillas del sudor de la frente de otros). A la lista le puede usted sumar los ejemplos que recuerde.

En la primera Pascua el pueblo comió cordero asado y matzá (pan sin levadura), la sangre del cordero sustituto sirvió para que la muerte no llegara a la casa de los hebreos, pero sí murieron todos los primogénitos de los egipcios incluyendo al príncipe. Después de esta última plaga (la décima), el Faraón deja por fin salir al pueblo para que retorne a Israel, su tierra, la Tierra de la promesa.

Hace veinte siglos YESHUA, descendiente directo del rey David, de la tribu de Judá, se hizo presente en el río Jordán. Al verle Juan el bautista anuncia a la multitud “¡ESTE ES EL CORDERO DE DIOS QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO!”. Y así fue: en un solo acto en la cruz del Calvario, luego de anunciar por tres años las Buenas Nuevas de salvación a su pueblo (y dejar constancia escrita para todos los pueblos y naciones de la Tierra), se entrega voluntariamente como víctima inocente y sustitutoria para traernos liberación, para romper nuestras cadenas de pecado y reconciliarnos con Dios el Padre en un solo acto. La sangre de los corderos de la primera Pascua era una manera didáctica y efectiva para que llegado el momento judíos y cristianos reconociésemos a nuestro libertador. A nuestro amado Mesías.

En su último Seder de Pesaj, YESHUA (nombre hebreo de Jesús), comió cordero asado y bendijo en hebreo la copa “baruch ata Adonai eloheinu Melej ha olam borei pri jagafen”. También partió la matzá, anunciando el cumplimiento profético a punto de consumarse con su propia sangre. Sangre inocente y redentora mediante la cual la Pascua cobra razón y sentido por cuanto el hombre pecador es reconciliado eternamente con Dios, claro, cuando hay fe y deseo sincero de abrir el corazón al Rey de reyes y Señor de señores:

”Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre” (Mat 26:27-29

No se bebe su sangre, se acepta como precio de redención. ¿Saben los millones de divertidos vacacionistas de ese pacto de gracia y salvación? ¿Conocen realmente el significado de la fiesta de Pascua, o la confunden con las vacaciones o con un trocito de ostia? La última Pascua de Jesús en la que él mismo se convierte en el cordero cuya sangre trajo liberación de la esclavitud (del pecado) y entrada a su reino eterno, como bien sabemos, es poco conocida. Quizá sea tiempo que como en la salida de Egipto su pueblo clame a Dios por liberación de tanto Faraón que le esclaviza ¿o qué cree usted estimado lector?.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

E-mail: mahergo50@hotmail.com 

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