ESTRELLAS, ESTRELLITAS, Y ESTRELLAS FUGACES
Queda claro que la prudencia y la humildad no son parte de la estructura moral en la mayoría de los integrantes del próximo gobierno federal. Ni qué decir de la sabiduría y el respeto al otro. El ansia de poder y de ejercerlo anticipadamente les han exhibido, un día sí y otro también. <
Incapaces de respetar al prójimo —lo que evidencia un carácter malformado y un estar impuestos a salirse con la suya a como dé lugar—, han faltado al respeto al Presidente en funciones, así como a buena parte de los integrantes de su gabinete. AMLO y su gente les han ofendido públicamente, pasando por alto la dignidad del otro y romper todas las formas y protocolos, hablando como si ya estuvieran en funciones cuando lo cierto es que en este momento no son absolutamente nada. Punto. Solo ganadores de una elección para un período que todavía no comienza.
Todos los días los mexicanos desayunamos y cenamos un abundante menú de declaraciones de esta troupe integrada mayormente por populistas y no pocos anarquistas que ayudaron a que su líder ganara las elecciones, pero que ahora cobran impacientes la factura.
Ciertamente hay entre este numeroso grupo algunas personas con capacidad y conocimientos para ejercer cargos públicos en el futuro gabinete. Son los menos. Los más son grillos, anarquistas, revoltosos y una gama sin fin de adictos a su líder, qué aun careciendo de dotes proféticos, se puede vaticinar que son incapaces para puestos de responsabilidad social y tarde o temprano muchos de ellos sucumbirán ante la ambición o el fracaso rotundo. Usted lo verá.
En este firmamento artificial fulguran algunas estrellas que anuncian ser fugaces, ya sea por su edad, impreparación, incapacidad, etcétera, aunque otros anuncian su perdición anticipada debido a su ego sin límites. Y es que, aunque su líder atrajo a su radiante sol toda clase de satélites políticos para que gravitaran en su órbita, queda de manifiesto que cuando estas “luminarias” engreídas y locuaces pretendan dar más luz que la que realmente tienen, serán sacadas de la escena política y vueltos a la oscuridad política de la que nunca debieron salir.
Un caso emblemático y chocante (preocupante, además) es de la ministra jubilada Olga Sánchez Cordero, cuyo protagonismo supera o cuando menos iguala al de López Obrador, lo que es peor, todavía no es nada y ya muestra rasgos de un totalitarismo que produce escalofríos. Como preocupante es que se la haya propuesto para Secretaría de Gobernación careciendo de manera total del perfil que se requiere. La señora es burócrata del poder judicial federal, nada más.
Se le considera ‘liberal’ aunque no en el sentido político histórico sino más bien libertino al estilo siglo XXI. Su odio contra la familia tradicional no tiene parangón, habíamos tenido en sentido inverso, conservadores radicales como sucedió en el gobierno de Vicente Fox y otros casos que la historia nacional nos recuerda, pero ninguno en el que se diera semejante odio o inquina contra la primera institución sobre la faz de la Tierra ¡LA FAMILIA!
Quién sabe qué traumas o formación tenga esta mujer, pero en declaraciones recientes la emprendió contra la familia tradicional prometiendo acabar con el patriarcado, para establecer, según su visión, una célula democrática donde los hijos tengan voz y voto.
No me imagino a chamaco alguno decidiendo democráticamente ir por las tortillas, a la tienda a traer la leche, a recoger su cuarto sin que se lo tengan que ordenar. Que desde los dos años en adelante ya pueda decidir en reunión familiar lo que se tiene qué hacer y dar su voto para que el gobierno familiar se reparta entre los chamacos y los papás ¿En verdad se puede establecer semejante mafufada? Si el Creador de todo cuanto existe —incluyendo esta institución— dejó reglas muy claras y precisas de los roles en la familia, mismas que están plasmadas en su Palabra y por miles de años han funcionado, ahora esta señora quiere establecer su novedoso plan ¿Está bien de la cabeza o su planteamiento es producto de un corazón entenebrecido? (cuestión que el presidente electo tendrá que resolver, y pronto).
Lo que sí nos queda muy claro a los ciudadanos enterados es que su concepto de justicia está totalmente torcido. Quien se atreve a cobrar mensualmente como “ministra” de la Suprema Corte de Justicia de la Nación alrededor de $ 600,000.00 (seiscientos mil pesos mensuales) y jubilarse en diciembre del 2015 con una pensión mensual de $ 258,000 (doscientos cincuenta y ocho mil pesos), más gastos de representación y 5 asistentes con sueldos promedio de 40 mil pesos, con semejante atraco al erario, es obvio que posee una mente corrompida y su concepto de justicia está torcido; y el periodismo de verdad, requiere que se les llame a las cosas por su nombre. Nada de eufemismos ni evasivas para no comprometerse con la verdad, que dicho sea de paso es premisa fundamental en el oficio.
Eso de decir que todos los priístas son “corruptos” es tan falso como que todos los de MORENA son probos y decentes, cuando es un hecho que hay legiones de pillos, delincuentes y bribones que se subieron al carro del ahora triunfador. ¿Cómo aceptar la conducta de la ex ministra que jamás tuvo empacho (como ninguno de sus compañeros de la SCJN) para cometer semejante atraco a los dineros públicos y sumarse a un proyecto de gobierno cuya bandera es contra la corrupción y promotor supuesto de la austeridad?
Se les olvida decir que entre los priístas quedó el ejemplo del también ministro de la Corte, Jorge Carpizo Mc Gregor, quién por considerarla excesiva y contraria a las condiciones del país, rechazó su pensión y jamás aceptó un solo centavo. Si eso no es congruencia no sé cómo llamarlo.
Muchas, demasiadas, dudas produjo la declaración de la señora Cordero ¿En su visión ‘democrática’ de familia incluye también a los de casa, o como el Presidente Juárez: “para los amigos justicia y gracia y para los enemigos justicia a secas”? Porque entre los suyos abundan los casos de supermachos y desobligados, un caso, Martí Batres, quien ha sido demandado por su ex esposa a causa de no cubrir la pensión alimentaria para su hija ¿o en la visión democrática corderista que los hijos se las averigüen como puedan?
Como se aprecia, en el universo del López Obradorismo pululan toda clase de astros, unas cuántas estrellas con luz propia, el resto, estrellitas forjadas en el protagonismo y mega egolatrías, así como una cauda de estrellas fugaces que quién sabe si lleguen siquiera al 1º de diciembre de 2018, pues su luz comienza a apagarse y ni siquiera han llegado al punto deseado ¿O usted qué considera estimado lector?
¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!
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