La clase política mexicana se aleja cada vez más de la verdad y de la realidad, de la legalidad y de los ciudadanos, sumiéndose en un pantano de impunidad, corrupción y falacias creado justamente por ellos mismos. En lugar detenerse, de revisar su alocada carrera de omisiones, incapacidad y desviaciones, se lanzan lodo unos a otros ante la mirada de irritados ciudadanos, hartos de tanto cinismo e irresponsabilidad.
Como si se tratase de figuras bajadas del cielo, limpias de todo pecado en el ejercicio del poder público, son capaces de señalar en otros la mínima sospecha de corrupción. Hace unos días los mexicanos que gustan de mantenerse enterados de lo que ocurre realmente en el país (y no solo de las tretas y maldades de los golpistas y socios en andadas) nos quedamos pasmados ante la declaración del vice-coordinador de los panistas en el Congreso federal (Marcelo Torres): “Luis Videgaray, debe aclarar como adquirió su casa en Malinalco, Estado de México, pues es insuficiente lo que ha explicado hasta este momento” (Mural, 14/Dic/2014).
Está en su derecho a decirlo. La cuestión es que se olvida ¿o son amnésicos todos en el PAN? que los panistas nos deben a los mexicanos muchas aclaraciones y rendiciones de cuentas, que la situación del país en mayor medida es a causa de ellos. Pero, ¿qué le parece si enlistamos algunas?, no todas, no cabrían en un libro:
-Primera: ¿Cómo le hizo Vicente Fox para crecer su destartalado rancho en San Francisco del Rincón? El Banco no lo quiso como pago por un adeudo de poco más de 2 millones de pesos por considerar que no los valía, pero que para septiembre de 2007 lo había crecido a tal extremo –durante su desgobierno- que se hablaba ya de más de 3,000 hectáreas, aumentando su valor en cientos de millones (sin contar el llamado «Centro Fox»). En mi libro “El hombre que nunca debió de ser presidente” lo señalé (2007), como también en el libro “Análisis y Propuesta, 20 años de Periodismo Libre” (2009). Sin embargo el silencio y la impunidad ante semejantes ilícitos ha sido total ¿Dónde está la voz del diputado Marcelo Torres?:
-¿De dónde sacó dinero Fox para meter como socio/directivo de la Empresa Estrella Blanca a su hijo adoptivo Vicente, si antes de la presidencia no tenía ni siquiera para pagar los gastos elementales de su casa? (según dicho de su fiel escudero Lino Korrodi). Claro, no se lo dijo a los ciudadanos, como tampoco confesó que ayudó a la empresa camionera pagando con dinero del Fobaproa nada menos que 1,489 millones de pesos que Estrella Blanca adeudaba (Anabel Hernández y Areli Quintero, La Familia Presidencial, Grijalbo, pág. 187 )
-¿De dónde salió la riqueza de los hermanos Bibriesca (involucrados encontratos con Oceanografía y en Bienes Raíces producto de remates realizados por el gobierno federal) cuando Manuel, antes de que Fox llegara a la presidencia, se dedicaba a comprar en el basurero municipal botellas de plástico para el reciclaje? (y ahora se ostenta como millonario).
-¿De dónde sacó Felipe Calderón para crecer la casa familiar de Privada de Cóndor 231 en la colonia las Aguilas? Según se describe en conocido libro, la entrada original de la casa quedó de simple fachada pues de tener 174 metros cuadrados, apenas llegaron al poder se hicieron de una serie de casas y predios alrededor y en la parte trasera: “En marzo de 2010, el periodista Daniel Lizárraga documentó que los 174 metros cuadrados de la residencia inicial se habían multiplicado a 1,940 metros cuadrados, y que no era una casa, sino un gran terreno y un edificio… Vista desde afuera, la casa de los Calderón Zavala no ha cambiado desde 2003, pero puertas adentro se descubrieron nueva propiedades: una alberca, una cabaña, un amplio jardín y la nueva casa, marcada con el número 9. Además, cuentan con un edificio de tres pisos en el número 227 de la misma calle de Cóndor, asentado en un terreno de 1,532 metros cuadrados” (Francisco Cruz Jiménez, Las concesiones del poder, Planeta, págs. 48 y 50).
-¿De dónde sacó Calderón para comprar y crecer con varias hectáreas el rancho de Ayapango, Estado de México?: “Felipe de Jesús y Margarita Esther compraron cuatro terrenos a precio de entre 3 y 10 pesos por metro cuadrado, para construir su casita de descanso… Según la información del Registro Público de la Propiedad en Chalco, Margarita adquirió tres predios y Felipe uno, que en total suman poco más de cuatro hectáreas” –además de otros predios también anexados- (Ibid, pág. 191). Perdón, ¿dónde venden predios a 3 y 10 pesos metros cuadrados? Hasta en eso son corruptos.
-Incluso, en la falsa izquierda la corrupción ha sido incluso televisada (Bejarano, Imaz, etc.) lo que implica a toda la clase política. López Obrador nunca ha trabajado en nada y tiene años viajando (y con séquito de gorrones) ¿De dónde saca el dinero? Y aunque ha negado ser el dueño de una mansión en el Fraccionamiento La Toscana, valuado en $20 millones de pesos, de todas formas su tren de vida requiere de sumas millonarias que él sin trabajar no puede acreditar. De ser cualquier otro ciudadano el SAT ya lo hubiese hecho trizas. Pero, no, es el “Peje”.
Como se aprecia, para señalar la paja en el ojo ajeno se requiere de sacar la viga del propio. La clase política mexicana no quiere entender ni enterarse de la realidad que guarda el país. No es tiempo para embarrarse de lodo unos a otros. Ese show lo tenemos visto desde hace muchos años y ya habrá tiempo para poner orden. Antes sin embargo se requiere que los más despiertos hagan lo propio con sus compañeros y se unan –sin distinción del partido al que se pertenezca- para sacar a México adelante. La caída de los precios del petróleo, la inseguridad, los guerrilleros zánganos del sur (amafiados con los narcos), así como un sinfín de problemas que nos agobian, urgen a los gobernantes por soluciones reales que nos eviten ir al precipicio.
Basta de declaraciones, de discursos estamos empachados hasta el siglo venidero. México requiere de acciones y resolver problemas. Urge poner orden en las finanzas públicas, de ajustar sueldos de funcionarios y burócratas a la realidad nacional (incluidos los de las descentralizadas CFE, Pemex y demás). De poner un alto a los violentos, a las manifestaciones de falsos guerrilleros urbanos que cobran en el cajero automático (como “maistros”), que Hacienda y las dependencias gubernamentales no ahorquen a los causantes, ni vean en todos ellos a delincuentes fiscales. En Jalisco de media tabla hacia abajo, claman con desesperación por la devolución del IVA mientras el SAT ignora la emergencia (trepado indolente en su torre de soberbia).
Héroes silenciosos han sido los causantes fiscales quienes con su trabajo y esfuerzo han mantenido la planta productiva en este país. Lo que menos necesitan en este momento es el acoso de legiones de inspectores de todo tipo y nivel (ni qué decir de auditorías), sino la comprensión, estímulo y protección del estado (cansados de tanta carga tributaria, de asaltos, extorsiones y demás). México requiere en calidad de ya un gobierno que le atienda y proteja, incluso de dependencias que en lugar de ver su gorda quincena (pagada con el sudor de los que pagan impuestos) vean y entiendan la inconformidad creciente de un pueblo largamente agraviado. Que los gobernantes dejen su amnesia y guerras de lodo y se aboquen a resolver los innumerables problemas que nos aquejan. ¡Feliz Navidad para todos los lectores!
¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!
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