Opinión

Esta semana dejaremos la política y los políticos para dar lugar a otro tipo de reflexiones más trascendentes y profundas, propias de la fe judeocristiana. Una fe que nominalmente es profesada por más de 2 mil millones de personas, pero que en realidad el porcentaje de verdaderos creyentes nada tiene que ver con estadísticas tan alegres.

       Lamentablemente es infinitamente mayor el número de creyentes que desconoce a fondo la vida y obra de Jesucristo, que los que la conocen. Estamos hablando de cientos de millones de cristianos que en estos días recordarán o festejarán la “semana santa”. Término que poco o nada tiene que ver con los hechos bíblicos ocurridos durante los últimos días en la vida del rabí de la Galilea; lo que refleja de alguna forma el descuido magisterial de la Iglesia, entendida ésta por todas las corrientes que la integran.

Realmente lo que se conmemora de acuerdo a la Biblia es la última Pascua celebrada por Yeshua (Jesús) en Jerusalén, que como rabino y judío practicante, pero sobre todo como Mesías redentor le era necesario celebrar en esa ciudad (a la que retornará algún día de manera gloriosa), pues a través de ella revelaría verdades espirituales eternas por medio de las cuales judíos y cristianos a partir de entonces entendemos y comprendemos nuestra fe.

Durante el último Seder de Pesaj, Jesús dirige sin necesidad de Hagadá alguna el orden de la fiesta. Las matzot o panes sin levadura estuvieron presentes, como igual levantó el kidush o copa. Y antes de continuar con nuestra narrativa, es necesario aclarar a los amables lectores que siguen esta columna para que no sean engañados con tonterías esotéricas como el mentado “santo grial”. Jesús ni traía ni tenía dinero, aún cuando es (no era, es) el dueño de todo cuanto existe: como pobre usó o debió usar una copa de madera, pues lo que dijo y celebró era lo valioso, no el objeto.

Tampoco celebró la Pascua en un gran comedor con vitrales renacentistas como lo pintó Leonardo da Vinci. Semejante anacronismo histórico solo ha servido para desviar todavía más las confusas mentes de unos y la fe poco instruida de otros. Jesús la celebró a la manera judía de la época, es decir, recostados en el suelo con una mesa no mayor de 20-30 centímetros de alto. Algunos cojines o almohadillas eran parte del acomodo, por lo que recostados en el suelo la cabeza de Juan quedó junto al hombro de Jesús.

El Señor les dijo de manera solemne a sus apóstoles, que eran 12 porque 12 son las tribus de Israel que gobernarán durante el reinado eterno y universal del Mesías Rey: “¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios” (Luc 22:15-16) ¿Por qué? Porque había un mensaje y tiempo profético que estaba siendo cumplido en su persona. Tal y como lo había anunciado Jeremías, el Mesías luego de hacer la famosa oración en hebreo «Baruch ata Adonai Eloheinu Melej haolam borei pri jagafen» agrega y advierte: «Bebed de ella todos; porque esta es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre» (Mat 26:27-29).

En virtud pues de que los pactos de Israel en el pasado no habían sido cumplidos a causa de nuestra incapacidad como seres humanos caídos, Dios mismo se había hecho Hombre, cumpliendo totalmente con la Ley mosaica y los textos proféticos, anunciando en ese momento el cumplimiento de un nuevo pacto a precio de su propia sangre. Sangre inocente que a la manera de los corderos sin mancha sacrificados en la primera pascua durante el éxodo o salida de Egipto trece siglos atrás (que protegieron la vida de las familias hebreas de la muerte de los primogénitos) se derramó en la cruz del Calvario para redención de todos los hombres. Mejor dicho, de los que creerían y confiarían en Él.

Todo creyente judío o cristiano debe entender la imposibilidad de salvarse por sus buenas obras. Semejante tarea es tan absurda e inútil como querer alcanzar el sol a brincos. La Escritura dice “porque por gracia sois salvados por medio de la fe, no por obras para que nadie se gloríe” (Efe 2:8-9).

Precisamente para eso vino el Mesías, para salvarnos, pues su retorno glorioso será como lo ha esperado gran parte de las corrientes judías ¡como Rey poderoso! Retorno en el que los gobiernos impíos de la Tierra rechinarán los dientes y se opondrán, pero será inútil. Antes sin embargo le era necesario redimirnos, es decir, reconciliarnos con Dios el Padre, perdonar y borrar todas nuestras maldades para tener acceso al reino de los cielos, pues no podemos olvidar que Dios es justo y como tal no puede admitir la impunidad. Si entendemos estas verdades divinas ¿quién podría salvarse por méritos propios?

Por eso es que Jesús dijo repetidamente durante su ministerio «de cierto de cierto os digo, el que cree en mi tiene vida eterna»(Juan 6:47). La redención del hombre transita obligadamente por el camino de la fe, una fe que es capaz de reconocer su condición pecaminosa y caída delante de un Dios justo y santo, para luego arrepentirse de todo corazón y aferrarse al amor del Señor y sus palabras. No hay mejor pascua que esta.

Somos una especie de mendigos espirituales cuya vida depende de la generosidad y gracia del Dios bueno y misericordioso, que haciéndose hombre en la Persona de Jesús él mismo nos salvó y por medio de su Espíritu se revela a nosotros para que lo conozcamos.

La Pascua pues no se trata de rezos ni de ritos, mucho menos de no “comer carne” los viernes y la semana “santa” irse a vacacionar (paganamente) a la playa. Su significado es por demás trascendente, como desconocido. Qué lamentable que suceda así en muchos casos, pero qué bueno que haya todavía corazones inquietos y en la búsqueda de Dios. El Señor se encargará de saciarlos.

Para quienes les interese abundar en el tema, el próximo sábado 19 de abril he sido invitado a Radio Metrópoli de Guadalajara 11.50 a.m. (Notisistema) a las 12:00 a.m. en el programa La Hora del Juglar (posteriormente se puede escuchar la repetición enhttp://notisistema.com ).

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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Uno de los principales diarios de circulación que hay en Jalisco, publicó el lunes (31/mar/2014) que Octavio Paz había sido olvidado en Guadalajara, incluso daba a entender la nota que era menospreciado, aun cuando su abuelo Irineo Paz era paisano nuestro. Semejante afirmación resulta en buena medida falsa y atrevida.

Quizá los malos sueldos en los diarios hacen que sus notas se mantengan fuera de la realidad. Un reflejo de que quienes cubren esa área carecen del perfil, solidez y conocimientos necesarios, además de que la cultura no siempre es valorada por los dueños y directores de periódicos, muchos de los cuales norman sus empresas por la caja registradora.

A final de cuentas son los lectores los que dicen qué escritor vale y les gusta (cosa que no siempre es coincidente, pues se puede valer y no gustar y viceversa). Octavio Paz es y ha sido un escritor consentido y admirado en Jalisco. Me consta. En los agitados días de 1968, cuando su servidor era estudiante de primer año de leyes; a los que nos gustaba leer, porque también habrá de decirse que es inmensamente mayor el número de universitarios alérgicos a la lectura, que los que la tenemos como enorme placer y riqueza, Paz era uno de los favoritos y continúa siéndolo.

Así que lo que digan en los periódicos o no, no cambia en absoluto la realidad ni la calidad literaria de nuestro Premio Nobel (1990). Sus ideas claras y precisas, su conocimiento universal, pero sobre todo su capacidad de análisis, de introspección y discernimiento del cosmos, le permitieron legar a la humanidad una obra rica, abundante y trascendente.

Un hombre inteligente, libre e independiente como él no es común entre las veleidosas deidades del Parnaso mexicano. Siendo de izquierda tuvo las agallas y el valor para señalar los excesos e incongruencias de la Unión Soviética y sus satélites, lo que le valió la excomunión de los rábanos criollos y de la camarilla de exquisitos que ha vivido usufructuando “el pensamiento” mexicano (como si realmente lo representaran o fuera su patrimonio exclusivo). Octavio Paz los fustigaba con dureza sin rodeos ni contemplamientos, por eso le odiaban y criticaban sin descanso.

El poeta y ensayista reflexionaba y maduraba sus ideas para luego exponerlas sin temor a los convencionalismos o a las camarillas de vividores del presupuesto cultural. Tenía un espíritu libre y vivía con esa libertad, que otros de manera modesta también lo hacemos, pero con la misma intensidad, pues es tesoro que vale al usarse y no depende de la fama ni de los gobiernos en turno.

En lo personal disfruto y he disfrutado desde los años ’60 la literatura de Octavio Paz. Incluso lo cito con frecuencia en mis obras pues no es común encontrar una mina tan rica en ideas y desarrollo intelectual. Al efecto y para mostrar el error de los que dicen que nuestro querido poeta es poco menos que olvidado en Guadalajara, reproduzco algunos fragmentos de tres de mis libros:

―Con relación al gobierno de Don Miguel de la Madrid, Paz no tenía prejuicios para reconocer los aciertos de su gobierno, aun cuando los demagogos y los que viven de las “becas” literarias y culturales jamás lo harían: “…El presidente Miguel de la Madrid recibió un país arruinado, su labor consistió esencialmente en impedir el desplome total, imponer un límite al gasto público, sanear las finanzas y, en fin, comenzar por los cimientos   …La política sobria y prudente de Miguel de la Madrid no se limitó a la esfera de la economía y la administración pública; si aplazó la reforma política, su estilo civilizado y sereno de gobernar fue un saludable cambio en nuestra tradición, en la que abundan las violencias de hecho y los excesos verbales” (tomado de Pequeña Crónica de Grandes Días y citado en mi libro Medio Siglo, Vivencias y Testimonios, 1990, pág. 163).

―Paz no rehuía la respuesta que le podía comprometer, aun a sabiendas que podría traerle críticas adversas. En otro de mis libros, que por cierto lleva el nombre de la presente columna, escribo: “…En alguna ocasión se le preguntó a Octavio Paz que cual era la gran herejía del siglo XX. Nuestro premio nobel de literatura con su voz clara y tono cálido respondió al instante: «Haber sustituido a Dios por la historia»” (tomado de Pequeña Crónica de Grandes Días y citado en mi libro Análisis y Propuesta, 20 Años de Periodismo Libre, 2008, pág. 287).

―Poseía la capacidad y valor para reconocer aciertos y señalar errores de los gobernantes sin temor al ostracismo oficial. De Lázaro Cárdenas dijo: “Yo fui testigo del cardenismo, lo viví… Creo que la política del general Cárdenas en muchos aspectos fue admirable…  Pero la política de Cárdenas en materia cultural padeció de graves limitaciones. No tuvo simpatía por la Universidad ni por los aspectos superiores de la cultura, quiero decir, por la ciencia y el saber desinteresados y por el arte y la literatura libres. Sus gusto artísticos –o los de sus colaboradores cercanos- tendían al didactismo seudorevolucionario y al nacionalismo” (El Laberinto de la Soledad, Posdata, Vuelta a El Laberinto de la Soledad, citado en mi libro México: ¿Estado Fallido o País Traicionado? Volumen Dos, 2013, págs. 161-162).

En lo personal me queda claro que para los gobiernos panistas Octavio Paz era un desconocido, como lo eran los demás escritores mexicanos y extranjeros, ya que salvo honrosas excepciones (como el fallecido Carlos Castillo Peraza), los blanquiazaules lejos del catecismo es improbable que hayan leído cosa alguna. Así que no era la misma situación con los “intelectuales” mexicanos, de los cuales Paz señalaba con frecuencia e ironía: “Estos letrados son imaginativos y contemplativos; también, por fatalidad astral, pendencieros y quisquillosos. Cuando no están ocupados en algunas de sus interminables guerras civiles, se apasionan por los fenómenos más sutiles y por las realidades apenas perceptibles” (Sueño en Libertad, 2001, pág. 322).

A Octavio Paz le ha sucedido como a otro de los grandes escritores, tan libre y brillante como él ¡Francois de Chateaubriand!. Un noble francés que para la nobleza era un revolucionario y para los revolucionarios era un simple burgués, un enemigo a vencer. Lo bueno e inmutable para estos grandes hombres como Octavio Paz, es que los gobiernos y los “intelectuales” pasan, pero su pensamiento y su obra trascienden en el tiempo, pues no necesitan el aval ni de unos ni de otros. Ese es el salario real de los verdaderos hombres libres.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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Desde que Ernesto Zedillo llegó al poder, pero sobre todo durante los desgobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, la cuenca Lerma-Chapala dejó de ser una fuente hidráulica de vital importancia (compartida por varios Estados), para convertirse en feudo y “patrimonio” de los guanajuatenses; con todos los problemas y consecuencias de grave y diversa índole que semejante insensatez ha provocado.

De Fox no podía esperarse otra cosa, desde que era candidato en esta columna se señaló que el hombre no estaba bien de la cabeza, recibiendo como respuesta de panistas y seguidores fanáticos todo tipo de ofensa y amenazas. Incluso graves. Así sucede con los que piensan que la democracia es solamente cuando los resultados les favorecen y lo que en este espacio se pretendía es que los votantes observaran que un chiflado pretendía la Presidencia (los costos y consecuencias de su atrevimiento se sufrirán por décadas).

Volviendo a nuestro tema semanal, habremos de recordar que al reinicio de esta columna (sábado 27/Abril/2013); censurada años atrás (21/Julio/2007) en conocido diario de Guadalajara durante el gobierno de Emilio González Márquez, se tomó como tema EL LAGO DE CHAPALA: fuente vital de abastecimiento de agua para la zona metropolitana de Guadalajara, como también para otras ciudades y poblaciones en el Estado de México, Querétaro, Guanajuato, Michoacán y finalmente Jalisco, pero que los últimos tres gobiernos federales mostraron total indiferencia ante este grave problema.

Para empezar, habrá de decirse que sin la llegada de las aguas del río Lerma el Lago de Chapala moriría irremediablemente en menos de una década y más de cuatro millones de habitantes de la zona metropolitana de Guadalajara dependen de este lago. En junio de 1988 desde esta columna ya se advertía ¡SI CHAPALA SE MUERE, GUADALAJARA TAMBIÉN!

Y es que como todos sabemos la mayoría de los políticos son tan miopes, tan ególatras y ajenos a la realidad que su ambición desbordada los pierde. Así que en buena la hora que la cordura y el deseo de gobernar han retornado a Palacio Nacional. En el poco tiempo que el Presidente Enrique Peña Nieto lleva al frente del Poder Ejecutivo, además de enfrentar las resistencias de un sector de la prensa (que solo sabe criticar y poco analizar con sensatez y objetividad lo que sucede) ha tenido que superar día con día la apatía social como también desbaratar con acciones de gobierno la cizaña sembrada por sus enemigos y detractores políticos; de legiones de exfuncionarios, favoritos, o de simples saqueadores que ante la llegada del orden y el trabajo como hienas aúllan ante la presa perdida (botín).

Uno de estos aciertos que pocos medios nacionales publicaron o pasaron al aire, es la declaración del Presidente Peña Nieto en Comondú en Baja California Sur al inaugurar la presa “Alberto Alvarado”; luego de inaugurar otra en el norte de la Península, “Las Auras”, en Tecate. Por fin, y luego de casi dos décadas de silencio federal, el Presidente habló del problema del agua que nos aqueja y amenaza a los Estados usuarios del Lerma (claro, con excepción de Guanajuato).

Peña Nieto anunció la firma de un decreto mediante el cual se regulariza el uso del agua en la Cuenca Lerma-Chapala. Al efecto se ha de señalar que por años el Estado de Guanajuato ha usado y abusado de las aguas del rio Lerma, impidiendo que los usuarios de Michoacán y Jalisco, pero sobre todo este último reciban las cuotas asignadas, condenando al Lago de Chapala a una agonía tormentosa en la que no ha habido gobierno en ningún nivel que haga algo efectivo ni ponga orden, pasando por alto que el lago además de dar a beber y conceder sus aguas para uso domestico a millones, es el gran vaso regulador y climático del centro del país.

Eso por un lado, por otro, el Lago es un impulsor natural de la economía regional que lo mismo permite el desarrollo en la agricultura, como el turismo (restaurantes, hoteles, etcétera), las artesanías y otros ramos. Cientos de miles de mexicanos alrededor del lago viven directamente de sus beneficios económicos. De no cuidar Chapala además de la catástrofe ecológica y de quedar Guadalajara sin agua, los habitantes de la zona ribereña se tendrían que sumar a las listas de pobres de SEDESOL.

Así que como decía Francois de Chateubriand “nunca está permitido decir que todo está perdido cuando nada se ha intentado”.La Comisión Nacional de Agua debe erradicar en la Cuenca del Lerma esos métodos arcaicos de inundar los campos para que produzca (como se usa en Guanajuato). En un panel acerca de este problema en el que participé hace más de una década con otros periodistas y exfuncionarios conocedores del tema en Canal 4 de Guadalajara, se denunció que en toda la cuenca solo se consume en los hogares menos del 8 por ciento de agua del Lerma, mientras que en el campo no se utiliza, ¡se derrocha irresponsablemente casi todo el resto!

Lamentablemente el problema se agravó durante los gobiernos de Fox y Calderón al permitir que las armadoras de autos se establecieran en Guanajuato, simplemente porque el paso del ferrocarril a la frontera les facilita su operación. Como es sabido esta industria utiliza enormes volúmenes de agua, por lo que el traicionero exgobernador de Jalisco Emilio González Márquez se acomodó con los panistas de Guanajuato, no para reclamar las aguas no entregadas del Lerma, sino para comprometer las aguas del Río Verde (en los Altos de Jalisco) las cuales quieren desviar de su curso para llevarlas a la ciudad de León; barbaridad que condenaría en pocos años a la extinción de este río. Así que en buena la hora que la Presidencia de la República decidió poner orden en la cuenca. Esperaremos los resultados a favor de todos los usuarios y no solo de los guanajuatenses, y por supuesto, la preservación del Lago de Chapala.

GRACIAS POR LAS MUESTRAS DE AFECTO

     A nombre propio y de mi familia agradezco las muestras de afecto y amistad por la muerte de mi nieto Isaí Guzmán Hernández (20 años) ocurrida el viernes 21 de marzo en el Estado de Colima. El amor y la estimación se sienten más allá de las formulas convencionales. En verdad, muchas gracias a todos y gracias por sus oraciones, en especial a los cientos de jóvenes que le acompañaron tanto en el hospital como en el funeral.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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Hay grupos políticos y estudiantiles, sindicatos y mafias pseudo magisteriales (CNTE) que dicen “luchar” por el bienestar de México, sin embargo sus hechos demuestran exactamente lo contrario. Un repudio manifiesto por el orden y las instituciones, un rencor no disimulado contra la sociedad. En sus actos anárquicos cargados cada vez de mayor violencia exhiben sin recato ni rubor su insatisfacción interior, que aunque la maticen y asocien con “causas sociales”, lo cierto es que su compromiso social es inexistente. Sus hechos lo demuestran. Están llenos de odio y resentimientos.

Un país es como una familia, se construye y sostiene trabajando en unidad y estos vándalos, que cada vez se cuelgan solitos el letrero de delincuentes, por lo general son alérgicos al trabajo. Saben destruir, pero no saben construir (por eso destruyen, porque desconocen el valor de las cosas y el esfuerzo que cuesta hacerlas).

Cada vez son más violentos, cínicos y atrevidos. Los mexicanos que trabajamos para sacar adelante el país y a nuestras familias les vimos este miércoles (19/mar/14) destruyendo parcialmente un centro comercial en Oaxaca, que dicho sea de paso, se ha convertido en el paraíso de estos vividores con el amparo y beneplácito de un gobernador inútil: ¡el señor Gabino Cué!, hombre ególatra que no descansó hasta llegar al poder ejecutivo estatal, simplemente para mostrar su incapacidad. El jueves secuestraron camiones y bloquearon la Central Camionera local, perjudicando gravemente a viajeros y empresas.

Apelan a los derechos humanos y no respetan los de los demás. Exigen obras, beneficios y participaciones federales y no pagan impuestos ¿Cómo, si no trabajan?, si bien la mayoría de estos zánganos cobra como maestro, sindicalista, asesor, o en cualquiera de las variantes encontradas por estos parásitos sociales que no producen nada excepto problemas.

Condenan y se desgañitan contra la represión, cuando han sido ellos los que reprimen a los policías (que los últimos gobiernos los han exhibido como tontos y seres de utilería, despojándoles de toda dignidad) y amedrentan a la sociedad. ¿Qué ciudadano se atrevería a confrontar a estos vándalos criminales luego de observar como quemaron al trabajador de una gasolinera en Guerrero y quedaron impunes?

¿Quién se atrevería a reclamar su salvajismo si los últimos gobiernos se han mostrado temerosos? ¿Acaso un ciudadano digno y pacífico se atrevería a hacerlo sin arriesgar su vida? Soberbios e intolerantes no soportan el criterio ajeno, carecen de la capacidad de diálogo. Pedir argumentos y debate dentro de un marco de orden y respeto es experiencia ajena para estos grupos pues son del linaje de los Chávez y los Maduro. De los que se dicen de “izquierda” pero tan solo los sostiene su odio y resentimientos (y ambición no disimulada por los dineros públicos).

Mientras que cualquier joven egresado de la universidad, llámese ingeniero, médico, abogado, dentista, etcétera tiene que abrirse campo en la vida a través del esfuerzo, conocimiento y deseos de trabajar; los vándalos que dizque se “forman” en las Normales rurales exigen plazas automáticas ¿Automáticas? ¿Así es la vida de sencilla? Por lo que se aprecia la materia principal es “guerrilla urbana” pues saben inmediatamente como fabricar barricadas, secuestrar autobuses, pintarrajear consignas, lanzar bombas molotov ¿Qué podrán enseñar a los niños estos salvajes que no sea el cobre y su miserable cosmovisión?

En mis tiempos, cuando era joven, ser guerrillero se jugaba el pellejo. Algunos de mis amigos de la universidad perdieron la vida y otros pasaron largas temporadas en la cárcel, pero ellos creían en sus ideales comunistas y estaban dispuestos a jugársela. Estos vándalos no. Su ideología se limita a destruir, a llevar su “lucha” para adueñarse del presupuesto y de lograrlo (con o sin el Peje), tomarnos a los ciudadanos de simples rehenes por dictadores de una opereta de la peor ralea. Venezuela es el prototipo.

Es tiempo que los mexicanos revisemos el contrato social, que en nuestro caso se llama Constitución Política y asumir cada quien sus responsabilidades. El gobierno en sus tres niveles debe entender que la ley está para cumplirse y que quien la viole y rompa el orden social sea sometido. Eso no es represión, se llama estado de derecho.

En mi tesis profesional escribí hace ya cuatro décadas la urgente necesidad de reglamentar marchas y manifestaciones. En lo personal veía que de no hacerse, este derecho amparado en el artículo noveno constitucional se convertiría en un grave problema social. No hubo respuesta.

Las marchas y manifestaciones deben ser el último eslabón en las necesidades y el reclamo social. Después de haber agotado todos los canales, de luchar contra la sordera o indiferencia gubernamental entonces, y solo entonces, recurrir a este derecho tan indispensable. Lamentablemente dejaron que se convirtiera en el arma predilecta de chantaje de los vividores del sindicalismo y la política de la peor ralea. En la capital del país calles como el eje Paseo de la Reforma, Juárez, Madero son ahora el manifestódromo oficial, destruyendo la economía de los negocios y comercios de la zona (entre otras muchas cosas).

La sociedad en su conjunto deberá, si es que queremos realmente retornar al sendero de la paz y la concordia social, reconocer sus deberes. Entender la comunidad mexicana como un enorme panal donde cada quien asume sus responsabilidades y ejecuta sus labores. Fray Servando Teresa de Mier, el abuelo de la Independencia, señaló en una de sus encendidas arengas (1813) un texto del cual tomamos un fragmento que nos debe llevar a una reflexión de unidad nacional y con esto concluimos:

-“No demos lugar a que nuestros descendientes arrastrándose algún día cargados de cadenas sobre nuestros sepulcros, maldigan nuestras cenizas con justas imprecaciones por nuestra pusilanimidad, imprudencia y divisiones ambiciosas o pueriles ¡Viva la Independencia! ¡Viva la libertad! ¡Viva la república…!”

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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