Opinión

El pueblo mexicano ha sufrido y soportado impotente durante varios sexenios el saqueo impune tanto de los recursos naturales como de los dineros públicos, sobre todo en el foxiato y el calderonismo. En su demencial ambición funcionarios y burócratas se desobligaron a tal punto de sus deberes, que las instituciones públicas se colapsaron, en especial los cuerpos de seguridad, permitiendo que la fauna delincuencial creciera como plaga apocalíptica.

En tanto que varios millones de ingenuos ciudadanos votaron en el 2000 por el hombre más inculto y mentiroso que ha llegado a la presidencia de México, el empresario en quiebra Vicente Fox (cuyo destartalado rancho no lo quiso el Banco por una deuda de 3 millones de pesos) una vez el poder enseñó el cobre, pues lo primero que hizo fue recibir en San Cristóbal al presidente George Bush ¡Claro, para recibirlo lo remodeló invirtiéndole una millonada del presupuesto y creciéndolo en cientos de hectáreas a lo largo del sexenio!

Generoso con los dineros del pueblo, el grandulón en lugar de gobernar una nación sumida en un mar de problemas (aunque habrá de admitirse que no tenía la menor idea de cómo hacerlo, de hecho ese fue su gran pecado, ¡atreverse a lanzar como candidato!) se limitó a ver como acomodaba y enriquecía a los suyos; desde sus familiares hasta los hijos adoptivos de la nación, creciendo la lista con la parentela de Marta, su segunda esposa, en la que quedaron incluidos los hermanitos Bibriesca Sahagún, por tanto, Oceanografía.

Ya nadie habla de los mega tranzas del gobierno foxista. La compra de toallas de $4,000 mil pesos apenas fue un anticipo de la banda de saqueadores que había llegado al poder. Ante la falta de espacio, se recuerda el saqueo de CORREOS DE MEXICO. Cientos de millones de pesos se dilapidaron, llevándose autos y dinero, además de pretender desaparecer la institución para dejar el campo libre a las empresas de mensajería privadas.

El calderonato también hizo lo propio, aunque con mayor sigilo, sumiendo al país en una espiral de violencia jamás vista en tiempos de paz. Ya hablaremos en otra ocasión.

La cuestión es que ante el mal ejemplo los demás partidos en el gobierno (salvo contadas excepciones) hicieron lo mismo. El colapso de la Linea 12 del Metro de la capital exhibe la corrupción generalizada de una nueva clase política, si es que se le puede calificar como tal, cuyo blasón se identifica por la ambición e incapacidad. No se puede entender cómo es que la propia empresa constructora vigilara la obra, cuando existe una dependencia cuya función es precisamente esa ¿Nadie se fijó en los rieles defectuosos ni que las ruedas de los trenes no eran las adecuadas, o los contratistas están evadiendo su error inadmisible que costará cientos de millones al erario? (los daños a los usuarios, la productividad y la economía capitalina son incalculables). Ebrard pagó a unas horas de la inauguración de esta línea 119 millones a un consorcio alemán para que certificara la obra.

En Michoacán, Estado flagelado por la delincuencia y agravado por la descomposición social que aprendió mañas y desvalores en esos años de desgobierno: durante los sexenios de Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy cuya incapacidad es manifiesta, la deuda pública creció hasta los $38,000 mil millones de pesos (superior a la de Coahuila). Es decir, la mayor de todo el país. Una cosa es arengar con la izquierda, pero los millones que derrocharon (y llevaron) lo hicieron con la derecha ¿Alguien ha investigado a estos gobernadores y sus equipos? En artículo anterior señalamos que en amplias zonas de Michoacán ni siquiera había archivos y no existían averiguaciones. Queda claro que por estar llenando las alforjas se olvidaron de resolver los problemas sociales y cubrir sus necesidades, ya que de impartir justicia y procurar la seguridad de la población sabemos perfectamente lo que sucedió.

Jalisco no se puede admirar de nada. Emilio González Márquez se gastó $74,000’000,000 millones de pesos de manera discrecional y hasta ahora el gobierno de Aristóteles Sandoval ha guardado total silencio, mientras que cualquier ciudadano por un adeudo de $1,000 pesos al gobierno es asustado, embargado y obligado a pagar. Dos varas para medir y un estado de derecho que en Jalisco se limita al discurso público.

La Villa Panamericana construida durante el gobierno de “Emilio” es un monumento a la corrupción, el derroche y la nula de entrega de cuentas. Hasta los recursos enviados para los damnificados por el huracán Jova en la costa de Jalisco, Emilio los desvió para los juegos dejando a campesinos y sector turístico costero en la miseria y desamparo. Incluso se atrevió a pedir prestados $885 millones para los damnificados, ayuda que por supuesto jamás les llegó (La Jornada, 18/Oct/2011).

El gobierno municipal del panista Macedonio Tamez donó al empresario Jorge Vergara (al construir el Estadio Chivas) las nueve hectáreas que estaba obligado por ley a entregar al municipio. Saque el lector sus cuentas: 90 mil metros cuando menos a $4,000 el metro cuadrado son una fortuna en un país con tantas necesidades ¿Se las regaló nomás por nomás? Ahora, si se las regaló ¿tenía el presidente municipal semejante atribución?

Hemos vivido en un pantano nauseabundo de corrupción del cual la mayoría de los mexicanos estamos cansados, su pestilencia nos asfixia. El Congreso de Jalisco es otra cloaca, una tras otra legislación (desde que llegó “el cambio” en el Estado) se han dedicado al saqueo tomando la creación y adecuación de leyes como mero pretexto, aumentando la burocracia hasta lo irracional, como irracionales han sido sus sueldos, bonos, prestaciones, ayudas, compras de edificios, etcétera

El cinismo del Auditor Alonso Godoy no tiene comparación ni antecedente en Jalisco. En otras épocas, cuando había gobernadores y la ley tenía valor, este individuo hubiera sido sometido hace varios años y obligado a rendir cuentas. Su desprecio por la legalidad y los ciudadanos agraviados es una bofetada al actual gobierno (al menos cuando se habla de estado de derecho).

Así que las raterías desbordabas hasta el infinito durante el saqueo en el DOCENATO PANISTA (que utilizaron el endeudamiento hasta dejar el país en bancarrota) y continuadas por gobiernos estatales y municipales, son a final de cuentas la causa de tanta impunidad, violencia y corrupción. Ahora bien, hay muchos funcionarios, burócratas y socios en el sector privado que no quieren darse cuenta que ya hay gobierno en México. Que el gobierno federal ha empezado a eliminar la fauna, a poner orden y limpiar la casa ¿Ya era tiempo, no cree usted? El que tenga oídos para oír que oiga.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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Durante casi tres sexenios las riendas de México estuvieron en las manos equivocadas. A partir del gobierno de Ernesto Zedillo el estado de derecho en nuestro país comenzó a debilitarse. De hecho los asesinatos del cardenal Posadas, Luis Donaldo Colosio y Ruiz Massieu durante el salinato, dejaron ver que el orden y la legalidad se habían resquebrajado, que hechos y eventos violentos no vistos desde la época de la Revolución aparecían a manera de presagio anunciando el inicio de una nueva era y la llegada de una nueva clase política, de aprendices de brujos cuyos trucos fallidos traerían sobre México lustros de dolor, pobreza y violencia extrema.
     De Zedillo escribiría en uno de mis libros: “urgidos los mexicanos por un amanecer cálido y soleado… Zedillo nos trae de repente un frío atardecer con nublados que impedían otear hacia delante, resultando al principio casi imposible distinguir el plan de sus patrones, que entre su mucha perversidad, intentan con manifiesto descaro el desmantelamiento total de nuestro país; tanto de la República y sus instituciones, como de la planta productiva nacional” (Análisis y Propuesta, 20 Años de Periodismo Libre, pág. 69)

De Fox señalaba: “Gigante en estatura física, en estatura moral y política fue un enano, genio gris de la simulación y la farsa, torpe destructor de las instituciones y poseedor deleznable de la moral del Tartufo, socio en andadas de Gil Blas e imitador único de Don Catrín; aunque sin las desventuras de este último” (El Hombre que Nunca debió ser Presidente, pág. 11)

Aunque de Calderón mi diagnostico tampoco se apartaría de la realidad: “Amadeo de Saboya fue sincero consigo mismo y con su gente, abdicando a un cargo para el que no tenía la inteligencia y estatura necesarias. Felipe Calderón no lo ha sido. Su engaño y aferramiento al poder han hecho enorme daño a la Patria y sus instituciones… ocioso resulta decir que la población vive aterrorizada intentando hacer su vida ‘normal’… La crueldad de la fauna delincuencial ha subido de tono hasta llegar a límites que ni las bestias salvajes cometerían” (Análisis y Propuesta, 20 Años de Periodismo Libre, págs. 193-194)

Durante los últimos años del desgobierno de Felipe Calderón realicé una recopilación diaria de los principales diarios del país acerca de los crímenes. El resultado es que durante ese sexenio hubo 120 mil homicidios, casi todos impunes, como impunes quedaron los incendios de negocios (cometidos por los delincuentes), las extorsiones, despojos y demás expresiones salvajes y depredadoras de la delincuencia, con o sin organización.

La cuestión es que durante estos sexenios, pero marcadamente en el foxiato y en el calderonismo, las legiones de bucaneros que llegaron al poder en su hambre insaciable de riquezas se abalanzaron sobre los dineros públicos, amafiándose en incontables casos con particulares para el despojo; pero como los ingresos no les fueran suficientes, recurrieron al endeudamiento público dejando a México esclavizado por sabe Dios cuantas generaciones.

En esa orgía de avaricia en la que el dios Mammón se convirtió en su centro de culto, el estado de derecho desapareció y la legalidad cedió el campo a la señora impunidad. Meretriz vulgar, ausente de todo recato y dignidad, al punto que los patos le tiraban a las escopetas, convirtiendo al país en feudo de delincuentes de toda ralea (al amparo y cuidado del poder público); mientras que el ciudadano observante de la ley entró en un túnel oscuro donde el secuestro, despojo, extorsión o crimen le amenazaban a cada paso todos los días. La protección del estado mexicano se convirtió en privilegio de unos cuantos, de gobernantes y ricachones favoritos del régimen. Los demás… los demás pasamos al abandono y desprecio gubernamental.

OCEANOGRAFIA POR FIN ES SOMETIDA AL IMPERIO DE LA LEY

     Así que los ciudadanos nos congratulamos con la decisión del gobierno federal de meter en orden esa empresa dedicada al saqueo de los recursos y dineros nacionales. Durante los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón esta pseudo empresa, que en realidad era simple escenografía para aparentar legalidad, se dedicó al saqueo multimillonario de la Nación (con la complacencia y aprobación gubernamental) en la que los entenados de Fox, los hermanos Bibriesca Sahagún estaban metidos hasta el cuello. Escritoras valientes como Olga Wornat y Anabel Hernández, así como la revista Proceso y otras publicaciones señalaron largas listas de ilícitos cometidos por Oceanografía sin que los gobiernos en turno movieran un solo dedo.

Contratos amafiados, fraudes, renta de barcos a precios estratosféricos y las formas más burdas y sofisticadas que el ciudadano se pueda imaginar estuvieron presentes en los ilícitos cometidos por esta banda depredadora que operó al amparo oficial. Así que en buena la hora que el Imperio de la ley está siendo restablecido en México.

LAS MINAS EN MICHOACAN

Más de 119 mil toneladas de mineral fueron aseguradas por el gobierno federal ya que iban a ser sacados del país en un negocio sucio, perjudicial y denigrante para la soberanía nacional, como se estuvieron sacando durante casi todo el anterior sexenio ¿Y Calderón no lo sabía? El país ya no se gobernaba con la Constitución y los Códigos Estatales, sino por la ambición de las bandas que oficiales o no, caminaban de la mano con un estado tan ambicioso como ornamental, manteniendo a la población en calidad de rehén.

Cuesta trabajo imaginar los millones de toneladas de mineral que eran sacados mensualmente de manera ilícita por los empresarios chinos y sus socios (criminales) mexicanos con la complacencia de los “gobiernos” del cambio, vaciando el subsuelo dominados por una grotesca ambición demencial y ecológicamente suicida. Bienvenido pues el retorno al orden y la legalidad en México, ¡ya era tiempo!

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

e-mail: mahergo50@hotmail.com

 

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Ríos de tinta y horas y horas de imagen han corrido y gastado a nivel mundial por la detención de Joaquín Guzmán Loera (a) “el chapo”. Gobiernos y medios le han acusado básicamente de las mismas cosas, en tanto que analistas o dizque se han dado vuelo, al punto que la fantasía ha corrido de la mano de la pedantería y la frivolidad, describiendo al detenido como criminal, genio, bueno, malvado, multimillonario, incluso hasta de “don Juan” le han calificado (con dinero todos los seres humanos mejoran su fisonomía).

Los delitos por los cuales se le han fincado procesos son casi los mismos: delincuencia organizada y portación de armas de uso exclusivo del ejército. Como mera observación no se ha escuchado que le finquen los asesinatos de los cientos o miles de personas que se asegura han muerto por su causa (en el calderonato los asesinatos sumaron 120,000 ¿cuántos y cuáles le son imputables?). Como tampoco del tráfico y venta de miles de toneladas de drogas, según se ha afirmado por medios y gobiernos, que realizó durante más de dos décadas.

Sin embargo hay otra lista interminable de daños ocasionados y delitos cometidos por este individuo que nadie ha mencionado. Tal vez el deterioro y decadencia social que hemos estado padeciendo de unas décadas a la fecha ha nublado la vista colectiva. Nadie habla ya de cosas y daños antaño visibles para todos.

Es tal la contaminación de inmoralidad en la sociedad, que el miércoles pasado (26/Feb/2014) algunas decenas de personas en Culiacán se manifestaron pidiendo la liberación del “chapo”, presentando a sus ojos a este archidelincuente como si fuera víctima del estado mexicano. En su extremo absurdo presentaban a este individuo como promotor de empleos ¡Ver para creer!

Lo que no ven estos marchantes inmorales, que a simple vista portan una cabeza, pero totalmente distorsionada de la realidad y carente de principios y sentido común: es que tras de sí este hombre al que presentan como su “héroe”, ha dejado por décadas una estela de muerte y dolor.

La lista de daños y delitos cometidos por el “chapo” (y sus empleados) es interminable e imposible de enjuiciar jurídicamente por cuanto parte de aspectos y situaciones tanto personales y familiares como de intangibles ¿Cómo acusar al chapo de los llantos de dolor de cientos de miles de madres al ver llegar a sus hijos drogados o de plano perdidos por ese veneno maldito? ¿Cómo clasificar como delito los miles de matrimonios destruidos a causa de la droga vendida por su cofradía de malvados, de esposos que destrozaron su proyecto de vida, echando por tierra los sueños de ellos y ellas? ¿Cómo calificar y cuantificar el daño causado a las legiones de huérfanos cuyo padre (o madre) fueron víctimas del chapo, sea mediante el consumo o en las vendettas entre mafiosos en las que por lo general muere mucha gente inocente?

¿Le cargarán al “chapo” los miles de millones que el gobierno mexicano ha destinado para combatirle a él y a los otros gavilleros? Porque de no ser por él, sus compinches y sus enemigos de otras gavillas, esas fortunas se destinarían para hospitales, escuelas, universidades, carreteras, guarderías, etcétera. Nadie señala que los dineros de los mexicanos en los últimos años se han desviado para combatir (durante el foxiato y el calderonato de manera inútil) a estas plagas sociales que tanto daño y sangre han costado, pero sobre todo, acabado con cientos de miles sino es que con millones de familias.

Así que vale recordar el llamado “salmo del drogadicto” escrito por una joven de 20 años que lo dejó durante una crisis en una caseta telefónica de Paris en los años ’70 (una parodia del salmo 23); texto que nos concede una idea del tormento interior que padecen los adictos a ese veneno llamado droga:

 “La heroína es mi pastor, jamás alcanzaré la satisfacción.

   En las alcantarillas me hará caer, y junto a aguas putrefactas me conducirá;

  Destruirá mi alma, me guiará por sendas de perversión a causa de sus efectos.

  Sí, andaré por el valle de la miseria, y temeré todos los males, porque tú heroína estarás conmigo;

  Tu aguja y tu cápsula tratarán vanamente de consolarme, despojarás la mesa delante de mí, en presencia de mis familiares;

  De mi cabeza sacarás la razón, y mi copa rebosará amargura.

  Ciertamente, la pasión de las drogas me atormentará todos los días de mi vida.

  Y en la casa de los condenados moraré por largos días”.

Y aunque las leyes de los hombres no pueden enjuiciar por estos daños y delitos a Joaquín Guzmán Loera, la justicia del Dios Todopoderoso no la podrá evadir como lo hizo del penal de Puente Grande, pues no ha nacido ni nacerá el hombre que escape de esa justicia santa y perfecta.

OTRO ACIERTO DEL GOBIERNO FEDERAL

Se dice que las comparaciones son odiosas, pero si comparamos la sigilosa búsqueda y captura del llamado “chapo” por el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, con los resultados obtenidos durante los gobiernos de Fox y Calderón, no queda más que reconocer el trabajo de inteligencia y efectividad del actual régimen. Una captura impecable y sin disparar un solo tiro. Esperemos que esa misma mano logre corregir los renglones torcidos de Calderón en Michoacán (y eso que es su tierra natal).

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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Muchos de nuestros gobernantes son narcisistas por formación e inclinación. Por los daños y efectos sociales permanentes que ocasionan, se pueden considerar una pandemia con peores efectos que la Influenza H1N1. Habrá quien les considere epidemia (y reducirles a un problema doméstico) pero analizando la clase política mundial lo más prudente es que se clasifique como pandemia.
     De acuerdo al criterio del sociólogo Gilles Lipovetsky cada generación se identifica con una figura mitológica o legendaria (Edipo, Prometeo, Fausto, Sísifo, etc.) y la actual tiene la suya: “Hoy Narciso es el símbolo de nuestro tiempo… el narcisismo contemporáneo aparece masivamente en una apatía frívola, a pesar de las realidades catastróficas ampliamente exhibidas y comentadas por los mass media…  Para que el desierto social resulte viable, el Yo debe convertirse en la preocupación central..  El narcicismo.. socializa desocializando, pone a los individuos de acuerdo con un sistema social pulverizado, mientras glorifica el reino de la expansión del Ego puro”(La era del vacío, Edit. Anagrama). ¿Qué somos los ciudadanos para la mayoría de los gobernantes? ¡Nada, puros problemas y quejas!

En lo personal me agrada de sobremanera la descripción que el Dr. Antonio Cruz de la Universidad de Barcelona hace del narcisista: “El individuo narcisista es el que paulatinamente se va desligando de la sociedad en la que vive por medio de fantasías personales de grandeza. Pasa tanto tiempo reconociendo sus valores y virtudes que no le queda nada para pensar en los demás o en el resto del mundo. A la vez que idealiza su persona, menosprecia a los que le rodean. Los otros sólo cuentan si le son útiles. Si le admiran o le alaban. Su necesidad de ser amado hace que la mayoría de las relaciones con los demás sean interesadas. Utiliza a los amigos sin ningún tipo de consideración. Cuando ya no le siguen el juego los abandona sin remordimiento. El narcisista se caracteriza por su superficialidad. Mucha palabrería y poca sustancia. Gran apariencia externa pero, por dentro, el vacío más desolador” (Posmodernidad, Editorial Clíe).

Así que tomando en cuenta las definiciones anteriores, México se encuentra a merced de legiones de “Narcisos” que encaramados en el poder público, gracias en buena medida a un sector de la prensa acomodaticia y corrupta que se presta para hacerlos subir, como también a los partidos políticos que les abren la puerta concediéndoles el amparo de su franquicia. Franquicias que por cierto nos costarán este año 3,925 millones a los mexicanos (El Economista, 20/Feb/2014).

Ahora bien, acercando la lente al Estado de Jalisco, los ciudadanos tenemos dos casos de narcisismo agravado: el uno en el poder ejecutivo, y el otro en la presidencia municipal de Puerto Vallarta (la figura del “alcalde” no existe jurídicamente en México).

Entendidos de que el “Narciso” vive para sí mismo, que el prójimo (en este caso el ciudadano) no existe, o si existe queda apenas para cruzar la papeleta electoral que le ha de llevar al sitio que su acariciado ego le empuja, las necesidades del otro no son entendidas, mucho menos resueltas. Ya lo dijo su ignorante “gurú con botas, “que las ideologías se acabaron” (aunque en el caso particular de Fox, un grave déficit de neuronas le mantiene incapacitado para ordenar unas cuantas ideas, mucho menos para entender una ideología) ¿Cómo es que este ególatra parlanchín engatuzó a tantos?

Entrando en materia, la presente semana un diario local de la ciudad de Guadalajara publicó una nota por demás grave, no solamente para Jalisco sino para México como destino turístico, y los gobiernos locales cerraron su boca acomodándose como bueno próceres en su pedestal de indiferencia. Aquí la nota:

-“Pagan empresarios derecho de piso. Extorsionan en Vallarta. Merma inseguridad al sector turístico. Puerto Vallarta.- Dos millones de pesos ha pagado a secuestradores y todavía estos lo extorsionan con una cuota mensual… Son situaciones que ahuyentan a los empresarios. Uno ya vive inseguro. Aun después de esto te piden cuota mensual, para dejarte trabajar; dueños de negocios pequeños ya no quieren ponerse porque les piden 30 mil, 40 mil pesos… Después de esto piden que les demos 200 mil mensuales para dejarnos trabajar, y no se vale; aquí todos vivimos del turismo, y esto lo está matando” (Mural, 18/Feb/2014).

Enhorabuena que todavía existan medios en México que cumplen con su función social. El periodismo no nació para hacer eco de chismes y notas intrascendentes, como tampoco para ser simple comparsa del estado (lo cual casi siempre va acompañado de corrupción). En una acertada crítica a la prensa italiana de la cual es parte, Umberto Eco escribe y amonesta, con inclusión a los políticos, para que se abandone esa posición ególatra que bien podemos considerar un gravísimo cáncer social con visos de pandemia:“Con todo, hay millones y millones de personas que nos deben importar a nosotros, y de las que la prensa debe hablar más… porque de su crecimiento y de sus crisis depende el futuro de nuestra sociedad. Esta es una invitación, tanto para la prensa como para el mundo político, a que miren más al mundo, y a que se miren menos en el espejo” (Cinco escritos morales, Random House Mondadori).

El gobierno de Jalisco y el municipal de Puerto Vallarta deben bajarse de su torre de marfil, dejar de pensar en las próximas elecciones y abocarse de inmediato a parar las extorsiones. Un país urgido de empleos, entregado a la fauna criminal por 12 años de ineptidud y saqueo impune, no admite de manera alguna a gobernantes desentendidos de sus deberes. Puerto Vallarta como otros centros turísticos prioritarios del país deben permanecer limpios de toda plaga delincuencial, ya que además de ser su deber, son imagen nacional y fuente natural de divisas, por tanto de empleos y bienestar social ¿Hay gobierno en Puerto Vallarta? Los hechos lo confirmarán o lo desmentirán.

     Correos recibidos: de la Presidencia de la República, también del respetado periodista Conrado Trapero Rivas, quien manifiesta estar de acuerdo totalmente con el artículo de la semana anterior (un saludo afectuoso).

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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