El tiempo corre y los políticos mexicanos cada vez son más torpes, corruptos e incapaces de resolver nada. Ante los muchos hechos las excusas salen sobrando, sin que importe en absoluto la franquicia partidista a la que pertenezcan los aludidos. Lo que le han estado haciendo al Lago de Chapala en los últimos lustros no tiene nombre, aunque sí consecuencias y muchas de ellas graves. Se ha creado una costosísima burocracia federal, estatal y municipal para resguardar supuestamente “la ecología” y hete aquí lector que ninguna sirve para maldita la cosa. Simples agrupaciones partidistas y de amigos para llevarse el botín, perdón, la nómina y aparentar hacer algo útil.
l tiempo corre y los políticos mexicanos cada vez son más torpes, corruptos e incapaces de resolver nada. Ante los muchos hechos las excusas salen sobrando, sin que importe en absoluto la franquicia partidista a la que pertenezcan los aludidos. Lo que le han estado haciendo al Lago de Chapala en los últimos lustros no tiene nombre, aunque sí consecuencias y muchas de ellas graves. Se ha creado una costosísima burocracia federal, estatal y municipal para resguardar supuestamente “la ecología” y hete aquí lector que ninguna sirve para maldita la cosa. Simples agrupaciones partidistas y de amigos para llevarse el botín, perdón, la nómina y aparentar hacer algo útil.
Respecto al cuidado del lago, torpeza e incapacidad han sido la constante en los gobiernos federales y estatales. La presidencia de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, como en Jalisco la gubernatura de Alberto Cárdenas, Francisco Ramírez Acuña, Emilio González Márquez y el actual Aristóteles Sandoval (los de Guanajuato han sido tan torpes y grises que ni sus nombres son dignos de mencionar) han hecho por Chapala lo que los mexicanos hemos hecho por preservar la ecología de la Luna ¡nada!
Lo único que en realidad han querido hacer es extinguirlo, unos por envidia, otros por corrupción, aunque los más por torpeza e incapacidad, ignorando o pasando por alto que el Lago de Chapala, el más grande de México, es un enorme vaso regulador que no solamente influye directamente en el clima nacional, pues su labor benéfica permite los equilibrios naturales desde el Estado de México (por medio del río Lerma) hasta su desembocadura en el Estado de Nayarit (río Santiago), además de incontables beneficios económicos (en agricultura, turismo, artesanias, etc.).
El odio promovido contra Jalisco y el Lago por algunos políticos y empresarios de Guanajuato no es cosa nueva (a los alteños les han ofendido siempre diciéndoles “lomilargos”), aunque a partir de los años ’60 le agregaron a su torpeza que Chapala nomás sirve para que los “jalisquillos” vayan a esquiar; perversidad que muchos ingenuos se han tragado, cuando la intención es retener el agua del Lerma en las presas guanajuatenses, aunque en su envidia y egoísmo se seque Chapala, cosa que por momentos casi han logrado.
Durante el pésimo gobierno de Alberto Cárdenas, el “gober” quería secar una parte de Chapala para aprovechar las tierras; torpeza que los ambiciosos tomaron como disparo de salida poniendo alambradas alrededor de todo el lago que año con año bajaba de nivel y amenazaba con secarse del todo (con lo que la ciudad de Guadalajara y muchas otras de la ribera hubieran desparecido por la falta de agua). Vive Dios sin embargo que antes de que lo secaran mandó tal cantidad de lluvia que el gobierno de Guanajuato se vio obligado a abrir las compuertas de las presas (sobre todo la Solís, la más grande e importante) de lo contrario se hubieran ahogado.
No se debe olvidar que las presas son embalses artificiales y si los que las manejan son simples políticos o amigos de, se corre el peligro de terribles inundaciones, como sucedió en Tabasco de manera recurrente durante el gobierno de Calderón (robándose además los dineros del Fonden destinados para remediar los desastres; pregunte usted a Granier).
Pues bien, el gobierno y mucha gente de Guanajuato sigue empecinada en su envidia y torpeza de quedarse con las aguas del Lerma y no dejar que lleguen a Chapala, importándoles nada que haya convenios y cuotas federales que ninguna autoridad cumple ni tampoco hace cumplir ¿El gobernador de Guanajuato o los agricultores son los dueños del río Lerma? ¿La CNA sirve para alguna otra cosa que no sea llevarse un presupuesto multimillonario? ¿Los gobernadores de Jalisco, incluyendo al actual, han exigido el paso del agua para Chapala conforme a las cuotas obligadas? Queda en evidencia que corrupción, torpeza e incapacidad han marcado sus gestiones. La demagogia tiene costos y Chapala los ha estado pagando.
Veamos, el 17 de agosto, la CNA por presión de los agricultores de Guanajuato (distritos de riego 085 y 011) cerró totalmente el paso de las aguas de la presa Solís al lago de Chapala (Proceso, 20/Ago/2013). Esta semana las presas de Guanajuato, sobre todo la Solís están llenas y ni aún así realizan el necesario y obligado trasvase ¿Y el gobierno federal, y la CNA, y la SEMARNAT, y el gobernador de Jalisco? Ni se ven ni se oyen, dijera Salinas, ya que preguntar por el gobernador guanajuatense es como pretender que los maistros de la CNTE o el Peje se pongan a trabajar ¡Cosa imposible!
Lo dicho: con envidia, corrupción, torpeza e incapacidad ya llenaron el Lago de Chapala, como antes lo hacían con discursos. Qué pena y qué doloroso resulta tener gobiernos de semejante incapacidad, enanismo intelectual y moral.
¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!
e-mail: mahergo50@hotmail.com