Opinión

Andrés Manuel López Obrador no solamente ha traicionado a la Patria, para desgracia nuestra, a su gravísimo delito le ha agregado una maldad jamás vista en el gobierno de México, propia de individuos crueles y sin entrañas. Respecto al delito de traición tipificado por la Constitución, quedó cometido y demostrado al anunciar su deseo de modificar la Carta Magna, bajo una máscara falsa, tratando de engañar a los ciudadanos cuando sus intenciones son totalmente otras.

Antes, sin embargo, se debe señalar su notoria falta de inteligencia, aunque sobrado de mañas y astucia. Y es que, el dictador al verse descubierto por la prensa en su intención de acabar con la educación privada en México mediante un plan universal de adoctrinamiento, plan elaborado nada menos que por el venezolano Sady Arturo Loaiza Escalona (que incrustó como funcionario en la S.E.P. con el nombramiento de Director de Desarrollo e Innovación de Materiales Educativos) y otra banda de extranjeros perniciosos enviados por su amigo y cómplice Nicolás Maduro para pretender una dictadura semejante a la de aquel país; lo único que se le ocurrió al reprobado presidente, fue anunciar su intención de modificar el art. 33 de la Constitución para que los extranjeros puedan criticar las leyes y el gobierno de México sin ser expulsados.

¿En verdad nos cree tan estúpidos a los mexicanos? ¿No considera siquiera que más de 50 millones de mexicanos están atentos a sus dichos y hechos? Su cinismo además de inadmisible es escalofriante.

Ha traído carretadas de cubanos, venezolanos y cuanto anarquista extranjero ha querido (por consecuencia violentos y destructores como él) para desestabilizar nuestro país y ahora pretende darles carta abierta para que despotriquen y dañen México sin consecuencia legal alguna.

Es demasiado el mal que ha hecho. No hay día que no se le escuche decir en su púlpito matutino alguna maldad o daño contra México, sus instituciones, leyes, economía, educación, seguridad, democracia y cuanto patrimonio hemos adquirido y construido en dos siglos, pero sobre todo, contra periodistas e intelectuales que se atreven a señalar sus delitos y desvaríos. Su maldad e inclinación destructora no tienen límites, agregando a ellas la división social para evadir siempre la consecuencia de sus loqueras y desatinos destructores.

Todavía no estaba en la presidencia y destruyó el NAIM, ocasionando con su acto de soberbia (al estilo Nerón) pérdidas al instante por 331 mil 996 millones de pesos según el registro de ASF (más los daños a la estabilidad política y económica que no han parado). Una decisión que además de ilegítima, es delictiva por cuanto todavía no era presidente, delito agravado si se consideran las muchas necesidades de nuestro país.

Luego vino la destrucción de las estancias infantiles, del sistema de adquisición de medicinas y equipos para el sector salud, de la ciencia y la tecnología, de cuanto fideicomiso encontró y pudo hacerse de ese dinero, de la Policía Federal, de la Fiscalía Federal, del Sector educativo, de las Aduanas, Aeropuertos, Puertos, y un largo y doloroso etcétera, aunque en este momento la democracia está siendo defendida por el pueblo de México ante el embate furioso del dictador. El rastro de este monstruo depredador es único en la historia de México.

La sentencia divina no falla «por sus frutos los conoceréis», y los frutos podridos de este hombre permiten a cualquiera seguir su huella. No es comprensible tanto mal y todos los días venidos de una sola persona a la que algunos millones de fanáticos y otros de ingenuos crédulos lo llevaron al poder, pues como escribe Pablo Hiriart en magnífico libro titulado “El Destructor”, viendo el huevo de la serpiente la incubaron (cuando muchos otros millones siempre nos opusimos al tabasqueño).

Y por si le faltara algo a este hombre malvado e indigno de ocupar la presidencia, una furia desmedida y sin freno le ha dominado de un tiempo a la fecha, como un vil energúmeno, día tras día declara y promueve linchamientos morales y mediáticos en contra de toda aquella persona, grupo o institución que se atreva a criticarlo. Durante más de tres años periodistas y escritores como Carlos Loret de Mola, Raymundo Riva Palacio, Héctor Aguilar Camin, Enrique Krauze, Ciro Gómez Leyva, y muchos, pero muchos más son objeto de sus ataques y furias.

Bueno, ni las mujeres han escapado a sus iras demenciales. Dos de ellas que le apoyaron con todo para que llegara a la presidencia, me refiero a Denisse Dresser y Carmen Aristegui, ahora son objeto continuo de sus ataques y linchamientos, exponiéndolas a daños de todo tipo (a su fiel Elena Poniatowska simplemente la aventó al cuarto de los tiliches viejos).

Antes de concluir, no podemos cerrar este artículo sin antes señalar, que como no pudo colocar a la plagiaria de tesis Yazmin Esquivel como ministra presidente de la SCJN, desde entonces ha emprendido un linchamiento diario en contra de la actual presidenta, la Magistrada Norma Piña, exponiéndola a agresiones, que ya las tuvo, por lo pronto en las redes sociales y con una extranjera que la fue a amenazar y ofender esta semana (con un rifle de asalto de utilería ) a la puerta de la mismísima Corte, pero que le hace blanco ante la visión de sus fanáticos y enfebrecidos seguidores de la secta MORENA.

Sus linchamientos desde su púlpito en Palacio Nacional sí son peligrosos. Lo sucedido al colega Ciro Gómez Leyva en diciembre pasado es prueba fehaciente de ello. Agresión a la que el que cobra como presidente (sin serlo de verdad) todavía sumó la ofensa de calificarla como de “autoatentado”. Los hombres de poder en México, sin distinción de credo, filiación política, intelectual y posición económica, deben unirse y promover la destitución de este hombre enfermo y pernicioso. Si hay en MORENA alguna persona con capacidad y formación que pueda sustituir un interinato que lo haga, y si no, hacer todo lo conducente ante las instancias que nuestra Constitución y leyes establecen para que este traidor, destructor y linchador, sea removido de tan importantísima responsabilidad. México no es Macuspana.

¡Hasta el próximo sábado s Dios nos permite!

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Las concentraciones y manifestaciones de mexicanos el pasado domingo 26 de febrero en la capital, así como a lo largo y ancho del país en más de 100 ciudades, además de mostrar la indignación colectiva y el legítimo deseo de defender nuestra democracia, el INE, y la vida republicana, de paso dejaron salir a un monstruo que vive ilegítimamente en Palacio Nacional; indigno en el sentido literal de la palabra para ocupar la presidencia, pues, aunque haya ganado las elecciones, los sufragios no le conceden de manera alguna actuar como energúmeno; mucho menos ofender desde el cargo a quienes no se someten a sus caprichos dictatoriales.

Las elecciones de 2018, tampoco le permiten manejar el País como si fuera de su propiedad y los recursos nacionales a su disparatado, derrochador  y anárquico gusto. El monstruo visto al siguiente día de las manifestaciones multitudinarias (lunes 27) exhibió a un individuo perdido por la ira, ofendiendo de manera burda y vulgar a todos los ciudadanos que salimos a decirle, que además de tenernos hartos con su mal gobierno, estamos en total desacuerdo con su intento de destruir al INE para perpetuarse él y su pandilla en el poder. Ni el derecho, ni la legalidad, ni la justicia, le asisten.

El verdadero pueblo bueno, fue el que salió haciendo uso legítimo del artículo 9º constitucional. Fueron manifestaciones de ciudadanos que acudieron de manera voluntaria, en forma pacífica, no se rompió el orden, no que quebraron vidrios, ni hubo destrozo alguno. Todo se desarrolló en absoluto respeto y civilidad. ¿Será ‘pueblo bueno’ el que sólo sale para violar la Constitución, romper vidrios, destruir paradas de autobuses, aparadores de tiendas, mobiliario urbano, pintarrajear y dañar monumentos y obras históricas, golpear policías, etcétera?  Ha llegado el momento de decir a las cosas por su nombre.

     El tabasqueño ha roto toda legalidad y rebasado las líneas de la paciencia y la prudencia. Su boca hiriente, ajena a la de un verdadero presidente, deja salir todos los días un repertorio de ofensas y acusaciones falsas contra todos aquellos que considera sus enemigos o adversarios, exhibiendo de paso su inmadurez personal y carencia de formación para semejante responsabilidad.

 

    López Obrador es tan primitivo que se deja dominar por sus instintos. Ante la enorme respuesta de los ciudadanos a lo largo y ancho del país (y en varias ciudades del extranjero) que salieron a las calles a defender la democracia, lo primero que se le ocurrió al dictador, es amenazar a los mexicanos con organizar él una marcha —de acarreados y pagados con los dineros públicos— que demuestre quien es el rey, no solo del cash, sino también de las marchas. Cerrando con ello sus ojos y oídos al clamor y reclamos de los mexicanos, de ciudadanos que él no respeta y quiere que se comporten como súbditos o esclavos, pisoteando su dignidad, así como la vida republicana, al igual que la Constitución y leyes que de ella emanan, las que protestó el 1º de diciembre de 2018 cumplir y hacer cumplir.

Los ciudadanos mexicanos ya hablaron, ya fijaron su postura, queda entonces a la Suprema Corte de Justicia de la Nación echar abajo ese mamotreto llamado “Plan B”, que no es otra cosa, que un ataque directo contra la democracia y vida republicana con el intento de formalizar una dictadura (al estilo Cuba, Venezuela y Nicaragua). El revoltoso, el agitador de siempre, el que nunca ha trabajado en nada, el problemático y destruidor no aceptará jamás que se ha equivocado. Sin embargo, y como se aprecia en las fotos que se anexan (de México y Guadalajara), LAS MANIFESTACIONES YA REPROBARON AL DICTADOR.

 

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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La democracia es un bien común por el cual se debe luchar siempre. Es conocida la frase sarcástica de Winston Churchill comparándola con los otros sistemas: “la democracia es el peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás que se han inventado”. Nomás de pensar en los estados totalitarios, en dictadores (de izquierda o derecha, para el caso es lo mismo) que se creen y actúan como dueños de las vidas de los ciudadanos y los recursos nacionales, la democracia se convierte en una necesidad. En un valor común por el cual hay que luchar y defender siempre.

Las terribles condiciones que guarda nuestro país, los 144 mil asesinados y alrededor de 50 mil desaparecidos en el actual sexenio; personas cuyas vidas eran valiosas como la de cualquier otra y que debieron ser protegidas por el estado mexicano, que tienen una familia que quedó devastada y sin justicia, o que se mantiene en total angustia al no saber de ellos y no contar con un gobierno que les busque; son finalmente el rostro de un mal gobierno que no solo ha resultado el peor quizá de la historia posterior a la Revolución, sino que además, suma a su incapacidad y maldad ligas con los gobiernos de otros países, cuyos dictadores son mancha y calamidad para la humanidad, así como enemigos declarados de la democracia.

Individuos perversos en la mayoría de los casos que llegaron al poder a través de las urnas aprovechándose de la bondad y apertura de la democracia (como es el caso de Ortega en Nicaragua; por señalar alguno), para luego destruir ese camino institucional de libertad para sus pueblos, convirtiéndoles en viles dictaduras. Países en los que el pueblo se convierte de ciudadano en esclavo, mientras que los gobernantes viven como reyes oprimiendo con dureza a los ingenuos que creyeron en sus falsas promesas.

Y es que, no hay dictador que no sea mentiroso. Conocen los sueños y las ilusiones de las personas (para no decir las masas) y en base a estos les mienten con descaro y cinismo absoluto prometiéndoles cosas que jamás cumplirán. Por señalar dos casos: los alemanes creyeron en todas las mentiras que aquel hombrecillo extraño llamado Adolfo Hitler les ofrecía, quien conociendo la crisis económica que se padecía, habló bonito a sus incautos y futuros votantes hasta lograr subir al poder y aferrarse a él.

Su amigo, el fascista Benito Mussolini hizo cosa semejante con los italianos, y entre ambos, no solo metieron en angustias a sus respectivos pueblos, pues como todos sabemos, su maldad sumió en cruenta guerra a toda Europa, parte de Africa y parte de Asia, provocando más de 60 millones de muertes. Las mentiras matan, y como escribiera Ikram Antaki, “los mentirosos matan”, y sí, matan de diversas formas. Matan los sueños, matan las esperanzas, matan el estado de derecho, matan la libertad… ¡MATAN LA DEMOCRACIA!

En México el mentiroso que ocupa la presidencia no solo ha permitido que ya casi 150 mil personas hayan sido asesinadas con toda impunidad. A su maldad le ha agregado la entrega de amplias zonas del país e incluso Estados completos a las bandas de delincuentes, sin que el Ejército ni la Guardia nacional intervengan, dejándoles hacer todo cuanto quieran y dejando a la población en total indefensión y absoluta angustia.

La lista de acciones y omisiones ya es demasiado larga, lista a la que han agregado el intento de ACABAR CON LA DEMOCRACIA EN MÉXICO e instaurar una dictadura con máscara de democracia.

En este momento carecemos de un Congreso en México que nos represente a los ciudadanos; lo que sí tenemos, es un grupo de empleados al servicio y órdenes de López Obrador, quien día con día ha ido dejando la investidura presidencial, para transformarse en el horrendo dictador que muchos advertíamos.

Y como buen dictador, usa día con día su afinado aparato propagandístico surtiendo de mentiras a un pueblo ingenuo como el nuestro, falseando y deformando la realidad, presentando la imagen de un país que solo existe en su mente enferma y perversa.

En referencia al INE, al impedirle los senadores de otros partidos cambios en la Constitución para transformarlo en una farsa o comparsa que le organice elecciones a modo donde él y sus vándalos ganen siempre, sacó de su averno personal un PLAN B, que no es otra cosa que la destrucción del INE y convertirlo en un patiño, en un ente simulador.

      Así que, MÉXICO ESTÁ EN VILO, como en la famosa obra de Don Luis González y González, y quienes tenemos el deber de defenderlo somos los mexicanos. Nuestra democracia nos ha costado muchos años de dolor, de procesos, de dinero, de tantas cosas y de generaciones que finalmente la pudimos concretar y pulir. No debemos permitir por nosotros, nuestros hijos y nietos, que ambiciosos de poder y sin escrúpulos la destruyan. Usando los medios que la misma democracia nos concede, salgamos este domingo 26 de febrero, a las 11:00 a.m. en todas las ciudades y pueblos donde habrá reuniones públicas para hacer valer nuestra Constitución, nuestra democracia, y por tanto, al INE.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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Al diablo con las instituciones!, sentenció de manera pública el entonces candidato eterno a la presidencia. Sentencia que una vez alcanzado el poder ha cumplido al pie de la letra. No hay día que él y su corte no violen la ley de una u otra forma. Como buenos anarquistas son alérgicos al orden y la legalidad.

     Aunque habrá de decirse son de doble moral; o como dijera su líder ¡hipócritas! Sí, por que cuando la ley les conviene o protege a ellos, se convierten en furibundos defensores de la misma, y cuando no, son sus peores enemigos. Les estorba.

     El caso de la ministra usurpadora, sí, usurpadora, pues con una tesis plagiada se convirtió de facto en eso. Su posición anormal y viciada le impide de hecho y derecho continuar en el cargo. Sin embargo, es tal el descaro de la tal Yazmín Esquivel con el abierto apoyo de su jefe el ‘presidente’ que esta semana fue capaz de promover un amparo contra la UNAM. Acción improcedente e ilegítima de origen por cuanto la juez que le concedió la suspensión provisional es su subordinada, asunto al que se le puede agregar conflicto de intereses.

     Eso por un lado. Por otro, la Suprema Corte no tiene facultades para meterse en la vida y soluciones internas de la UNAM puesto que se trata de un ente o institución autónoma en sus decisiones y un amparo violaría la vida interna de la casa de estudios. El gobierno, para lo único que puede meterse en las universidades, es a la revisión del presupuesto, de que se ejercite tal y como quedó asignado. Fuera de ahí, no puede hacerlo, ni el presidente, ni la SCJN, ni el Congreso.

     La tramposa ministra, esposa del constructor favorito de AMLO, al que se le atribuye que le calentó la cabeza para que cancelara la construcción del NAIM (avanzada ya en más de un 30%) para, claro está, proponerle construir otro en Santa Lucía; asunto del que tendrán ambos que rendir cuentas ante la ley por semejante derroche y destrucción de recursos públicos; pidió cínicamente en su amparo que la UNAM no opinara sobre su caso. Es decir, a su ilegalidad, le sumó la violación al derecho constitucional de la libre expresión. 

     Cabe pues el viejo dicho de que “tal palo tal astilla” o como dice otro “Dios hace la yunta y sola se junta”. Pero así son López Obrador y toda su corte de la 4.T, «mañosos y acomodaticios», buscan el apoyo de la ley sólo para salirse con la suya o cuando esta las beneficia, nada más. Todos lo vimos y corroboramos en las elecciones del año 2018, cómo aprovecharon la eficiencia e imparcialidad del INE para llegar a la presidencia y con ello al poder, y ahora, que consideran que en unas elecciones imparciales como las que organiza y asegura el INE perderían la presidencia, le quieren destrozar y crear un mamotreto que solo tenga del INE el nombre o la apariencia del mismo.

     Pero cuando no les guste lo que dice o advierte la ley, también tienen otros datos y otros dichos: ¡Y NO ME VENGAN CON ESA DE QUE LA LEY ES LA LEY! Dijo AMLO desde Palacio. Y por si no le resultara suficiente al dictador de Macuspana tanto cinismo e ilegalidad, tanto agravio contra el estado de derecho y las instituciones públicas, buscó desde el inicio por medio de alianzas, llenar su Arca con toda clase de especímenes alérgicos al orden y la legalidad, de  tal forma que pobló el Congreso mexicano (en ambas Cámaras) de individuos, tanto hombres como mujeres, no de representantes de los ciudadanos y de sus intereses que es su posición constitucional— sino de lambiscones e incondicionales que trabajan para darle gusto a su jefe. Nada más.

     El pueblo mexicano, fuera de algunos diputados y senadores de diversos partidos que han mostrado dignidad y compostura republicana, carece de representación en el Congreso. No tiene quien les defienda de los abusos del tirano, de sus desmesuras, impreparación, derroches y violaciones cotidianas a la ley. De la Constitución hacia abajo pocas leyes han quedado que no hayan sido violadas por López y la 4-T. Ciertamente ya pasaron a la historia, pero no como lo pretendía el ensoberbecido tabasqueño.

     Tratando de cerrar este artículo; y mientras poco más de una tercera parte del país ya está en manos de los delincuentes sin que el presidente y su corte de inútiles vasallos hagan cosa alguna para detener semejante desgracia (en medio de un mar de sangre, dolor y despojo), López Obrador como sabe hacerlo, ha dedicado las últimas semanas de su ociosa vida, a distraer la atención pública con el juicio de Genaro García Luna.

     En lugar de gobernar, cosa que desconoce en absoluto cómo hacer (pero tampoco quiere, pues hubiera podido allegarse gente capaz), destina sus únicas dos horas de acción al día para hablar del juicio en Nueva York del ex secretario de seguridad durante el gobierno de Felipe Calderón. Lo que sucede en el país no le importa un comino. Claro, excepto que sus protegidos no sean tocados por la ley. Por eso es que todos los días ayuda, defiende y asesora a su delfina Claudia Sheinbaum y a la otra delfina (prófuga de la justicia), así como a la magistrada usurpadora y a cualquier otro de la 4-T que enfrente problemas con la justicia.

     Volviendo al asunto de Nueva York, no contaba López Obrador que el abogado de García Luna citaría unas declaraciones del archi criminal utilizado como testigo estrella en contra del ex secretario de seguridad mexicana, quien había testificado en 2013 en otro juicio, que le había entregado a la gente de López Obrador 7 millones de dólares para una campaña.

     Al saberse descubierto ¿o manchado su blanquísimo plumaje? El tabasqueño amenazó desde Palacio Nacional demandar al abogado de Genaro García Luna, al que calificó de falsario y chueco, aunque en cambio, al criminal apodado el “rey Zambada”, dijo que era más derecho que los abogados de García Luna (así es él de respetuoso con los criminales; el chapo, para él, es el Sr. Guzmán Loera). En fin, podríamos llenar cuartillas y cuartillas con violaciones del presidente y de su séquito de la 4-T a la Constitución y cuanta ley existe en México. Pero el tiempo se les acorta y serán presentados delante de la ley a su debido tiempo, aunque no les guste la legalidad. Nos vemos en las manifestaciones del próximo domingo 26 de febrero. ¡No permitamos que se siga violando la ley y deteriorándose nuestra vida democrática y el estado de derecho!

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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