Opinión

Si parece pato, camina como pato y hace cuá-cuá, es pato. Desde que apareció de la nada en la vida pública nacional todo mundo se preguntaba de dónde había salido este sujeto. Desde siempre el PRI había cuidado las formas y por lo general llegaban a la presidencia de ese partido solo personas con una trayectoria política reconocida y una fama nacional. Este no fue el caso.

     De la noche a la mañana y poco después de terminar su mandato, Peña Nieto rompiendo todas las formas y sometiendo a su partido, (como lo hizo durante todo su sexenio) asegura el nombramiento de presidente del PRI a Alejandro Moreno. Un perfecto desconocido a nivel nacional, de presencia poco agradable, y maneras ajenas a los hombres con visión de estado.

      Su sola presencia expresaba trampa, no inspiraba confianza. Claro, pudo ser una mera impresión como sucede muchas veces, impresión que se podía remontar y mejorar con el paso del tiempo con los dichos y hechos de la persona. Dichos y hechos que lejos de mejorar su imagen aumentaron la desconfianza ante el sureño.

     Lo primero que se supo acerca del nuevo ‘presidente’ del PRI es que salió de su Estado (Campeche) en medio de un escándalo por una enorme  residencia que se construyó. Hecho que aunado a la promoción de su persona por el ex presidente Peña Nieto a la presidencia de su partido; de que el tal “Alito” es de Campeche (es decir, vecino de López Obrador); todo hizo pensar que AMLO le pidió a Peña Nieto que le pusiera al frente del PRI a este desconocido sureño (al que podía chantajear con toda libertad por el tema de la residencia; chantaje para el que está usando a la dizque gobernadora de Campeche; una mujer que ha vivido toda su vida de nuestros impuestos, y muy bien, VIA PRI, pero que ha convertido el uso del poder público en vulgar burlesque del más bajo nivel, con luces, variedad, chismes y toda la cosa, pero sin gobernar en absoluto ¿cómo? No saben).

    Lo primero que se notó con la llegada de este sureño desconocido (“alito”), es que todos los priístas conocidos nacionalmente dejaron de verse y mencionarse, provocando de inmediato la sospecha de que habían sido marginados y el tal “alito” colocado a la fuerza por alianza política (el mandatario tabasqueño necesitaba en el PRI un pelele a su modo; así, como sabe él arreglar sus cosas). Alianza que a poco más de tres años, salta a la vista CON DESCARO, CINISMO Y EVIDENTE PUTREFACCION MORAL (del gobierno de AMLO y del propio “alito”, si bien su paje de armas Rubén Moreira ha mostrado ser parte de esta nauseabunda ‘negociación’ política. Mejor dicho: TRANSA MAFIOSA, en la que el pretexto ha sido la presencia del Ejercito para dizque pacificar el país (cosa que no han hecho en absoluto en todos estos años).

    Semejante traición a sus aliados, partido, votantes y a México, no puede quedar así. Lo menos que debe hacer de inmediato el PRI es echar fuera de la presidencia a este deleznable individuo capaz de vender todo con tal de salvar su pellejo. La posición que tomaron la mayoría de los senadores del PRI de remover a Alejandro Moreno del PRI es la correcta y ésta debe ser a manera de ya. Su traición fue inesperada; la respuesta del PRI debe ser igual y tajante.

    México está en gravísimo riesgo de caer en una dictadura ya iniciada por López Obrador; proyecto que la alianza partidista PRI-PAN-PRD le había atorado y obstaculizado en sus perversos y retorcidos planes (siempre intentando engañar a los mexicanos, que es para lo único que parece servir este hombre que tampoco debió llegar a la Presidencia de México) de ahí que AMLO requería de eliminar estos obstáculos. Para ahorrar espacio y palabras, el tabasqueño, mañoso y perverso como siempre ha sido, decidió amenazar y chantajear al campechano, que, sin rubor y harto cinismo, además de ceder, fue capaz, y delante de TODOS LOS MEXICANOS, de traicionar a México, al PRI, a sus votantes, y a los partidos con los que tenía alianza (PAN-PRD), nada más POR SALVAR SU PELLEJO CORRUPTO. No se necesitan más explicaciones.

     Alejandro “alito” Moreno traicionó sobre todo a los votantes fieles a ese partido; a esos millones de mexicanos que se identificaron siempre con los postulados de la Revolución Mexicana (no la cubana); que pasaron por alto y por décadas la corrupción de muchos, a sabiendas que la inclinación ladrona de esos muchos, no era superior ni dominaba el todo de la visión y programas de la República. Lamentablemente “Alito” pisoteó todo y traicionó todo. Su personalidad ególatra y malvada no podía hacer el bien, es ajeno a su naturaleza corrupta.

Ya se dijo al inicio, si parece pato, camina como pato y hace cuá-cuá, es pato. Nunca debió llegar a la presidencia del PRI. Como tampoco, y debido a los sucesos aquí señalados y por todos conocidos, no debe permanecer un minuto más al frente de ese Partido. México necesita CON URGENCIA de la unidad de todos los Partidos Políticos, que por primera vez, y ante el peligro que corre el país, se unan y antepongan el bien de la Nación que el de sus intereses personales y de grupo. Pues como dijo Don Vicente Guerrero ¡La Patria es primero!

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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Para desgracia de México y de los mexicanos las mentiras de López Obrador están hundiendo al país de manera muy rápida, el daño en muchos sentidos es irreparable, y en otros, llevaría décadas en revertirse; lo peor de todo es que la mayoría ni siquiera sabe lo que sucede. De hecho, hay algunos millones de ciudadanos que por necesidad económica o por ceguera voluntaria no desean enterarse.

     Una de estas mentiras, que aunque las repita todos los días nunca serán verdad y siempre serán mentiras, es que la paraestatal Pemex es una tabla de salvación para el país y que está aportando ingresos. Ambas cosas son falsas. Pemex es una empresa quebrada y sin futuro, y los supuestos ingresos son mero maquillaje de cifras para engañar desinformados. Otra mentira más del mitómano que habita ilegalmente Palacio Nacional.

    PEMEX ha sido desde el gobierno de López Portillo un barril sin fondo, un pesadísimo lastre para el país. Tres cosas son la causa principal, aunque en el actual desgobierno de López Obrador se ha agregado una cuarta: 1) La paraestatal se convirtió en la caja chica del gobierno, 2) Los gobiernos en turno y los funcionarios de PEMEX se apropiaron de la empresa como si fuera de ellos, 3) Los trabajadores (de confianza o sindicalizados), han saqueado la empresa hasta hartarse, aunque no tienen llenadera. Siempre han vivido como una casta con sueldos y prestaciones muy superiores a las de todos los mexicanos, incluso superiores a las de sus semejantes en Europa, con la farsa de “las conquistas laborales” cuando en el fondo HA SIDO SU AMBICIÓN, PUES SON Y HAN SIDO LOS ÚNICOS DUEÑOS DE PEMEX. A los mexicanos solo les han vendido la mentira que el petróleo es de todos. FALSO.

    En cuanto a la cuarta, el robo de combustibles (gasolinas, diesel y gas) en el actual sexenio ha llegado a límites verdaderamente escandalosos, aunque el tabasqueño mienta con cinismo y trate de engañarnos a todos. Tan solo por dar un par de cifras: el daño económico por este robo a PEMEX en el primer semestre del año 2021 fue de $1,623 millones de pesos, mientras que en el primer semestre del presente (2022) el robo aumentó a $8,633 millones de pesos de pérdidas (Infobae, 2/Sep/2022), considerando que se ha vuelto un delito muy lucrativo debido a las alzas del petróleo.

    El robo es de 6,500 barriles de combustibles por día, robo que López Obrador pretende ocultar con sus cotidianas mentiras, teniendo el descaro y cinismo de asegurar que este robo “ya bajó”, cuando lo que no baja es su proclividad enfermiza a mentir. Robo que se estimula por dos grandes motivos: los abrazos del ‘presidente’ a los delincuentes, y el alza mundial de energéticos debido a la invasión rusa a Ucrania.

    De manera que si pensábamos que Vicente Fox había sido el titular del Ejecutivo más mentiroso (decirles “presidente” a él y a López Obrador suena imposible, su ignorancia e incapacidad para el cargo impiden que se les considere como tales) la verdad es que López la ha superado.

    En mi libro “EL HOMBRE QUE NUNCA DEBIÓ SER PRESIDENTE” (2007), señalaba entre las muchas barbaridades y trapacerías cometidas por el hombre de las botas, el daño que hizo a la paraestatal, es decir, a México:

 

“Y en cuanto a Pemex las cosas están peor. En el año 2000 la paraestatal debía 413 mil millones y en este momento su deuda ha crecido hasta el billón 114 mil 200 millones de pesos. Dicho por la nueva bancada de senadores, Pemex debe 10 mil millones más de lo que vale (La Crónica, 26/Ago/2006) (pág. 136).

 

    Pues bien, se pensó que habíamos tocado fondo, que la política de estado había retornado. Lamentablemente no fue así. Llegó el mentiroso tabasqueño, quien ha enredado a millones con sus fantasías y disparates en la toma de decisiones públicas; sus falacias, además de ocasionar terribles daños con consecuencias a corto, mediano, y largo plazo, presentan ante sus incautas víctimas un país que solo existe en su mente corrupta y corazón enfermo de maldad. Nada más. La realidad es que México se está hundiendo en muchos sentidos a pasos agigantados y este mitómano se levanta solamente para engañar a sus adeptos y hacerles creer que todo está bien.

     En cuanto a PEMEX se habrá de señalar que su estado actual es de quiebra, sus pasivos superan a sus activos. Su deuda actual, a junio de 2002 era del orden de los $108,093 millones de dólares, es decir, 2.6 billones de pesos (El Universal2/Ago/2022). Y mientras que todo apunta al uso de nuevas tecnologías y fuentes de energías no fósiles, el tabasqueño da la espalda a la ciencia y su mente enferma le apuesta a lo obsoleto, a derrochar los recursos de la Nación en caprichos y tonterías absurdas.

     En construir una refinería que no se requiere y cuyos costos estratosféricos solo justifican dos cosas: la corrupción del actual gobierno y su alianza con los trabajadores petroleros. Baste señalar que en la reciente firma del Contrato Colectivo de Trabajo este gremio además de un aumento del 4% directo al salario, logró 62 alzas en prestaciones (viáticos, becas, apoyos médicos, fiestas, préstamos incluso para familiares directos, etc.).

    Todo, a pesar de que son quizá los trabajadores más improductivos del ramo a nivel mundial, ya que mientras un trabajador promedio de la empresa Exxon-Mobil produce 51 barriles de petróleo, uno de Pemex apenas 14. Claro, todo se maneja y funciona con criterios políticos, no de una empresa que debiera producir dinero para los mexicanos, pero que solo les produce deudas y problemas.

     En síntesis: Pemex es un simple negocio para los gobernantes en turno y los trabajadores petroleros. Punto. Para México es un lastre y no se justifica en absoluto el derroche criminal que está haciendo AMLO en la refinería Dos Bocas y en mantener los lujos y excesos del sindicato y trabajadores de confianza, cuyos ingresos y prestaciones son y siempre han sido un exceso y afrenta para todos los mexicanos. Además de que tiene 3 o 4 veces más del personal que se requiere; que el sindicato (STPRM) y demás trabajadores están sobre pagados; que sus ingresos y abultadísimas ‘prestaciones’, son y han sido, un simple chantaje para extorsionar al presidente en turno (siempre con la amenaza de paralizar el país, como si Pemex fuera de ellos), que, aunque no en el papel, en la práctica sí lo es. Los mexicanos somos apenas dueños de una ilusión. Lo dicho: PEMEX, un lastre para México.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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Aunque la grave situación en la que se encuentra México requiere de mantener la opinión pública enterada y advertida de lo que sucede, hay situaciones en otros países que reclaman también ser comentados. Tal es el caso de Nicaragua, país secuestrado y castigado por el tirano Daniel Ortega, un ex guerrillero del FSLN que, a la manera de Fidel Castro, dejó de lado las banderas de su ‘revolución’ para convertirse en lo que siempre ha sido. Un dictador peor que Anastasio Somoza a quien combatieron hasta derrocarlo.

La cuestión, y economizando espacio y tiempo, es que, con el paso de los años, Ortega, como lo han hecho Chávez, Maduro, López Obrador y los hermanos Castro (no los buenos, los cantantes; sino los perversos, los dictadores y opresores del pueblo cubano): una vez en el poder se pierden en su disfrute. Sale el verdadero monstruo que habitaba en su yo escondido, en su ego mega acariciado y ambicioso. Hombres perversos que creen que el mundo, en particular sus países, están para aguantarles y enseñorearse de ellos.

En el caso de Ortega, llega a la presidencia de Nicaragua en el año 2006, reelecto en 2011 y en noviembre de 2016 para un tercer período. La cuestión es que el repudio social ya era tal, que hay un abstencionismo electoral del 70%; repudio no tomado en cuenta por el tirano, ya que en el 2021 se elige por cuarta vez por medio de unas elecciones fraudulentas, en las que no tuvo empacho en meter a la cárcel a todos sus oponentes y utilizar al órgano electoral a su antojo manipulando totalmente los resultados (cosa que quiere hacer en México López Obrador, por eso quiere apoderarse del INE).

Pero no contaba el tirano con el valor de algunos obispos y sacerdotes católicos, que en congruencia con el Evangelio han estado mostrando al pueblo nicaragüense las mentiras y delitos públicos del tirano Daniel Ortega, quien enloquecido ya por el poder se ha dedicado a perseguirlos, hostigarlos y tratar de acabar con ellos y esclavizar a todo su pueblo.

En un pasado más o menos reciente, los populistas latinoamericanos como Daniel Ortega (y López Obrador), han sido tan astutos que han utilizado incluso la llamada “teología de la liberación” para engañar a sus adeptos y fanáticos seguidores, como también a ingenuos simpatizantes de origen cristiano (católicos o protestantes) presentándoles retórica marxista con la envoltura del Evangelio judeocristiano.

La cuestión de fondo es que sus planes populistas nada tienen que ver con el cristianismo. De hecho ha sucedido que al ser rechazados por los creyentes y exhibidos por sus líderes (sacerdotes o pastores), los tiranos la han emprendido contra ellos, mostrando su verdadero rostro de maldad.

Durante mis años en la Maestría en Teología, presenté varios ensayos, mismos que al terminar les concedí forma de libro. El cuarto de estos ensayos se titula «Cristianismo y Justicia Social», un trabajo en el que se muestran las formas válidas desde la fe mediante las cuáles podemos ayudar a nuestros semejantes:

“Tres nombres sobresalen en la llamada teología de la liberación en América Latina, pensadores que aparentando o presentando un interés genuino por los más pobres, lo cierto es que su compromiso se inclinaba en mayor medida con la doctrina marxista que con la doctrina de Jesucristo, pues por muy legítimos que puedan ser nuestros planteamientos y reclamos a favor del prójimo, no podemos suplantar (o desdeñar) lo que enseña y determina la voluntad Divina en las Escrituras. Nos referimos a Rubem Alves, José Míguez Bonino y Gustavo Gutiérrez, los dos primeros protestantes, el tercero sacerdote católico…”

En el año 1964 el brasileño Rubem Alves escribe un artículo en el que presenta públicamente su propuesta de la “teología de la liberación” a través de 6 puntos. Puntos que en mi ensayo analizo rigurosamente desde la Teología bíblica para luego señalar:

“Básicamente estos puntos se mantienen todavía como dogmas de la teología de la liberación en su forma más radical. Teología que en muchos sentidos se puede considerar reprobada en cuanto a la ortodoxia de la fe, desde el momento mismo que niega a Dios revelado en las Escrituras (lo cual convertiría la fe judeocristiana en una simple filosofía religiosa más y sin certeza alguna que ofrecer al individuo). Aunque a la vez su postura teológica revolucionaria les convierte en apóstatas pragmáticos…” (¿Todavía podemos confiar en Dios?, México 2008, págs. 112-113).

Estar persiguiendo a los líderes de la Iglesia católica en Nicaragua deja al descubierto a un anticristo menor en la persona de Daniel Ortega. La diócesis de Estelí, al norte del país centroamericano, señaló en carta pública que: “Están persiguiendo a la Iglesia por su misión profética, porque es la única que es capaz de denunciar sus constantes violaciones a los derechos humanos, olvidándose de que cuando persiguen a la Iglesia, en la persona de sus servidores los obispos, los sacerdotes, los laicos, es a Cristo mismo a quien persiguen”.

Dicha carta fue publicada y divulgada después del arresto del obispo de la diócesis de Matagalpa, Rolando Alvarez detenido junto con cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un laico. Aunque otros tres párrocos ya habían sido detenidos por el dictador poco antes, quien en su desfachatez se atrevió a acusarles de realizar “actividades desestabilizadoras y provocadoras”. La Biblia habla de un anticristo mayor y de varios menores, y queda claro que Daniel Ortega se encuentra entre los segundos.

PRISIÓN POLÍTICA E ILEGAL

     La prisión decretada contra Jesús Murillo Karam deja ver varias cosas. La primera de ellas, a un líder enloquecido y lleno de soberbia capaz de violentar el estado de derecho, de anteponer sus odios a lo que marca la ley y dejar en la cárcel a un hombre sin existir causa penal verdadera. Punto. La segunda, en despreciar abiertamente al poder judicial, al que además de avasallar, le trata como ganapán o mozo de cordel, rompiendo de manera brutal y tiránica con el equilibrio de los poderes republicanos.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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No, no piense usted estimado lector que tienen algún parecido el notable escritor francés y Andrés Manuel López Obrador. Por supuesto que no. Como dijera la entonces presidenta del PRI a un presidente del PAN (ahora senador por MORENA) a causa de las habladurías de su homólogo de enfrente: “¡Hay niveles!”. Igual entre el francés y el de Macuspana: ¡Hay niveles!.

El título del presente artículo obedece entonces a la conocida obra del francés «LOS MISERABLES». Título que se puede repetir y aplicar sin problema alguno al proyecto si es que se le puede nombrar así a la ambición personal del enfermo que cobra como presidenteo programa cuya intención perversa y malvada es llevar a los mexicanos a la pobreza, a destruir los medios de producción, a romper nuestros lazos comerciales y políticos con las democracias del mundo, y tomar el poder de manera vitalicia las huestes de vándalos encabezadas por el líder de Macuspana. Es decir: López Obrador.

Por increíble que nos pudiera parecer, la realidad es que el tabasqueño pretende y con una rapidez que nada tiene que ver con su pazguato hablar acabar con la República, destruir Instituciones y estructura económica que nos llevaron dos siglos en construir; que costaron vidas, trabajo, ahorros y grandes esfuerzos a varias generaciones. En su mente y corazón enfermos solo existe la visión de acabar con todo lo existente, para iniciar el reino de los miserables. Un reino en el que por supuesto él es la figura principal.

     Contra todo lo que una mente sensata pudiera aceptar y entender, AMLO ha mostrado su intención de cancelar el TLCAN, lo cual implicaría la debacle inmediata de la economía mexicana, y por consecuencia, el cierre de Estados Unidos a las remesas. Actos que nos enviarían a la fila de los países pobres en tobogán ¿De dónde sacar para dar de comer, vivir, educar, curar y vacacionar a 130 millones de personas?

     Sin embargo el tabasqueño ha estado jugando con fuego abusando de la ignorancia e indiferencia de decenas de millones de mexicanos. Por esta razón se atrevido a ofender al gobierno vecino del norte, boicoteándole la Reunión de Países Latinoamericanos en la ciudad de Los ángeles (aunque mostró su cobardía en La Casa Blanca con su pose desgarbada y pusilánime, ni qué decir de su conducta ajena a todo jefe de estado; estadista, es mucho pedir).

     Desde la cancelación del NAIM, de la Planta cervecera en Mexicali, así como su continua hostilidad contra los empresarios extranjeros y nacionales, sus amenazas y ofensas diarias en su show mañanero contra todos los que trabajan y se esfuerzan por crear riqueza (es decir, empresas y comercios de todo tamaño), su actitud  y palabras han mostrado nula certeza jurídica a los inversores, a los dueños del capital foráneo y local, quienes han huido o abstenido de hacerlo, privando a los mexicanos de nuevas fuentes de trabajo y acceso a mejores empleos. ¿Quién invertiría sin tener certeza legal y además quedar expuesto a la enorme y engreída fauna delincuencial, como también expuesto a pagar el impuesto de los delincuentes?

     Eso por un lado, por otro, todos los días, todas las mañanas y como disco de repetición, escuchar en Palacio Nacional al “humilde” inquilino que lo habita ofenderles, calificarles de “adversarios, conservadores, arrogantes, mañosos, deshonestos, minoría rapaz”, etcétera, espantaría por cierto al más optimista. Queda claro que si no han cerrado y se han ido casi todos, es porque se están esperando al cambio de gobierno en el 2024(cambio que AMLO teme y por eso está acelerando sus acciones destructoras contra el País, sus Instituciones y el sector productivo).

     Y para que no le queden dudas a nadie, esta semana removió a Delfina Gómez de la SEP, una maestra corrupta, indigna, ignorantona e incompetente para semejante responsabilidad (tomando en cuenta que de la educación de los pueblos depende en muy alta medida su futuro y bienestar), quedó como su relevo a otra peor, cuyo único mérito es ser fiel al mesías tropical (como le calificara Krauze) quien con esto pagó su cuota política con los maistros vándalos de la CNTE, de los cuales Leticia Ramírez, la nueva secretaria, ha sido líder (pues López ocupa a estos guerrilleros revoltosos para lo que se avecina).

    De entrada, se ha hecho público que dentro de los planes de desmantelamiento del país, está adoctrinar a los niños y jóvenes con la “ideología” del actual régimen, que no es otra cosa que un lavado chafa, pero muy chafa de cerebros para que aguanten la pobreza franciscana, para que AMLO y su flota, perdón, equipo, vivan como reyes y puedan mandar a sus hijos y a su gente a estudiar y disfrutar en el extranjero. ¡A sí, las pobrezas no son para todos! ¡HÁGASE LA VOLUNTAD DE DIOS EN LOS BUEYES DE MI COMPADRE!

     A tal grado de bajeza y corrientura ha llegado López y su gente, que el vándalo que tiene a cargo de la impresión de los libros de texto (Max Arriaga) se atrevió a decir que “leer por goce, es un acto de consumo capitalista” (El Universal, 29/Jul/2021). ¡Quieren un país de burros e ignorantes, pues!

    Se trata de un programa de adoctrinamiento social, de arrancar de la mente de los mexicanos las aspiraciones y deseos de progreso. A eso de debe que desde el principio les dijo que “para que querían dos pares de zapatos”, que se contentaran con unos. Por eso está dale y duro con la pobreza franciscana, y para bajarles más las defensas y no disciernan lo que está sucediendo, les generalizó las dádivas de dinero para comprar sus conciencias y tenerlos contentos. De ahí que el führer de Macuspana con cinismo declarara que con las clases medias no se puede porque son “aspiracionistas”.

     Y en un adoctrinamiento ramplón, propio de tontos (o de ciudadanos indiferentes) ha manejado un maniqueísmo continuo en el que los ricos son malos y los pobres son buenos. Un Pedro Infante, pero de Macuspana, queriendo hacer pobres a todos los mexicanos (LO BUENO ES QUE LA MAYORÍA DE LOS MEXICANOS NO QUEREMOS SER POBRES, AL CONTRARIO, DESEAMOS MEJORAR).

     En este mundo al revés de López Obrador, los delincuentes son buenos, son seres humanos, hay que abrazarlos. En cambio a los que producen fuentes de empleos, impuestos y riqueza para el país hay que atacarlos, ofenderlos, dejar que les cobren piso (otro impuesto), en indefensión ante la fauna criminal; los balazos son para ellos y para todos los mexicanos pacíficos y trabajadores. Para AMLO todo está en paz y en gobernabilidad,

     Como decíamos al inicio, AMLO nos quiere endilgar como Nación la obra de LOS MISERABLES para que la vivamos todos, excepto, claro está, Él y su corte de vándalos y vividores al estilo de Cuba y Venezuela. NI LO ACEPTAMOS, NI LO PERMITIREMOS JAMÁS. México es un país de leyes e instituciones, de hombres y mujeres con dignidad y merecedores de respeto para nuestros gobiernos.

 

DETENCIÓN POLÍTICA E ILEGAL

 

     La detención ilegal de Jesús Murillo Karam es a todas luces una decisión política. La prensa no puede ni debe quedarse callada ante semejante abuso de poder, de pretender crear un “crimen de estado” (todo para acomodar la ideología del actual desgobierno). Nadie en su sano juicio pensaría, y mucho menos admitiría, que el entonces Presidente Peña Nieto “planeara cómo asesinar y desaparecer a estos vándalos-delincuentes (que lo eran). Tenía muchos defectos y resultó salpicado en actos graves de corrupción, pero no es ningún asesino.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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