Opinión

Millones de mexicanos que votaron por López Obrador no se imaginaron jamás a lo que se exponían y exponían al país. Igual sucedió con aquellos periodistas que consideraron que ya había cambiado. Las Sagradas Escrituras lo advierten desde hace 2700 años: “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?” (Jer 13:23). A los primeros les faltó información, a los segundos discernimiento: díganlo si no todos aquellos colegas (hombres y mujeres) que en su campaña le apoyaron y hoy son objeto de sus iras y ofensas continuas.

Considerar que un hombre que jamás ha trabajado en nada, que se desconoce de qué ha vivido tantos años (viajando sin parar con un séquito de gorrones), fósil universitario, anarquista consumado y enemigo eterno del trabajo y de los que trabajan para vivir mejor, podría ser un buen presidente de la República, era (y es), un perfecto desatino.

El quid de semejante desgracia es que llegó a la presidencia y desde el primer día mostró lo que nos esperaba. Habiéndose declarado ‘cristiano’ durante su campaña, el día de la toma de protesta salió de Palacio Nacional y en un acto de impiedad y paganismo se arrodilló ante brujos, derribando con su acción cualquier duda al respecto. Valga recordar que la hechicería y toda especie de ocultismo es abominable ante los ojos de Dios (Deut 18:10-12). Así que su cristianismo resultó tan falso como su apoyo a la democracia, la unidad y la vida republicana.

Lo suyo ha sido la división, la ofensa, el encono, el ataque continuo contra los que trabajan y producen empleos y riqueza, contra todo aquel que se oponga a su desmesura y acciones, la mayoría dañinas para los mexicanos, de hecho un robo a su futuro.

Y es que, si bien recibió un país con altos índices de criminalidad —sus antecesores no quisieron hacer uso de la fuerza para no pasar por ‘represores’— lo cierto es que el tabasqueño de inmediato mostró simpatía y acercamiento con las hordas de criminales que azotan al país, con o sin organizar, ofreciéndoles de inmediato abrazos y, en el peor de los casos “acusarles con sus mamacitas” (burla imperdonable e inadmisible para un titular del Poder Ejecutivo).

     En lo que va de su terrible desgobierno 110,000 personas han sido asesinadas, 49,581 desaparecidas (muchas de las cuales son asesinadas al negarse a participar en las bandas criminales, mientras que miles de mujeres son convertidas en esclavas sexuales en México y fuera del país ¿puede entenderse que en el siglo que habla a “derechos humanos” a todas horas hasta el hartazgo el gobierno permita y tolere semejante ruindad?

Pero qué se podía esperar de un ‘presidente que amista con la mamá del chapo Guzmán, que libera del Ejército a su nieto (ya estando detenido), siendo pedido por las autoridades de Estados Unidos por ser el principal introductor de ese veneno llamado fentanilo que todos los días ocasiona muertes y deja a las víctimas en situación de piltrafa humana.

Comerciantes y empresarios —de todos los tamaños— en un tiempo demasiado corto, a lo largo y ancho del territorio nacional, en ciudades y pueblos, fueron entregados en manos de la cada vez mayor fauna delincuencial. Una fauna de hienas sin entrañas multiplicadas por la complacencia e indiferencia del gobierno de la 4-T, un gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador al que no le importa un comino la vida, sufrimiento y patrimonio de sus gobernados. A él no le importa nada. Su vida se limita a madrugar para no hacer nada: a limitarse a gozar de su enorme Palacio y disfrutar de su show mañanero atiborrado de paleros que le aplauden sus desaciertos, ataques y desfiguros cotidianos, mientras los mexicanos viven en un infierno.

La reciente denuncia periodística de las extorsiones A TODO EL SECTOR DE SERVICIOS Y TURISMO EN QUINTANA ROO era para que cualquier gobierno hubiese caído a causa de su incompetencia (¿o complicidad?):

 

“Quien se dedica al comercio, no se salva. Todos pagan cuota al crimen organizado. La mayoría son coaccionados para pagar entre 10 mil y hasta 100 mil pesos al mes, mediante amenazas de ejecución o la quema del negocio. Según datos de Cámaras de Comercio, sólo en Cancún existen unos 3 mil negocios, entre bares y restaurantes.

“A un empresario italiano, en la zona hotelera, le cobran 2 mil 800 euros al mes, unos 60 mil pesos, en promedio”, estimó un líder restaurantero. “Pero una discoteca paga como 100 mil pesos. Los delincuentes encuentran en la extorsión una ganancia que va de los 90 a los 150 millones al mes”.

Incluso, reveló que la extorsión también implica la venta de drogas en el negocio. Los empresarios indicaron que existen acuerdos entre los grupos criminales para repartirse los negocios. “Cuando se incumple el acuerdo es cuando vienen los asesinatos”, dijo el gerente de un bar” (Diario Reforma, 29/Ene/2022).

 

     El estado de derecho es letra muerta y la culpa es el presidente y su gabinete. Han entregado al país en manos de los delincuentes convirtiéndole en un infierno para más de 100 millones de mexicanos, quienes además de pagar impuestos a los tres niveles de gobierno, ahora tienen que PAGAR EL IMPUESTO DE GUERRA A LAS BANDAS DE FASCINEROSOS sin que López Obrador mueva un solo dedo.

Así que mientras que para los mexicanos que trabajan y mantienen de pie al país, éste se ha convertido en un infierno; para las bandas de asesinos y delincuentes de todo tipo México se ha convertido en un paraíso ¿Cómo va a perseguir y hacer valer la ley quien siempre vivió fuera de la misma, cuya visión del estado de derecho es nula?

Este viernes pasado (4/Feb/2022) los vándalos de la escuela de guerrilla urbana de Ayotzinapa (malamente llamada Normal), al no permitirles la autoridad tomar una caseta de cobro en la Autopista del Sol (como lo han hecho todos los años anteriores), lanzaron un tráiler a gran velocidad contra la caseta, el cual se estrelló contra una caseta de servicios turísticos. Y no solo eso, en su ACTO DE TERRORISMO, que lo es, hirieron a 14 elementos de la Guardia Nacional a los que apedrearon y lanzaron cohetones. ¿Y los otros poderes? ¿Y la prensa nacional y local? ¿Y los empresarios? ¿Y las universidades públicas y privadas y sus estudiantes? ¿Y los intelectuales? ¿Seguirán guardando silencio sin exigir a López Obrador que obedezca y haga obedecer la ley? Porque la verdad sea dicha, del infierno provocado y alentado por la 4-T la mayoría de los mexicanos estamos hartos.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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Acomodaticio y hábil manipulador de las ambiciones ajenas en beneficio de la suya… Uno de los más curiosos rasgos de su personalidad cambiante, era que buscaba afanoso la presidencia de la república…  Aspiraba siempre al elogio y a la honra que traen consigo las posiciones de privilegio, pero sin la responsabilidad y obligaciones que estas implican… Como político, puede afirmarse, careció de ideales y principios. Con una ligereza… se adaptaba y adoptaba a todos por igual, aun a los contradictorios entre sí, sin importarle el qué dirán, si cualquiera de ellos se acomodaba a sus intereses, a su ambición de destacar y de ser el primero de los mexicanos…

     Un hombre así, tan lleno de defectos, pero a la vez con un carisma inigualado, no podía haber llegado tan lejos de no haber sido por sus propios contemporáneos…  pensaron en él como el salvador de la patria… y a pesar de sus estrepitosos fracasos y errores… logró sobrevivir y colocarse de nuevo… Era un hombre excepcional, dotado de un talento natural para representar comedias (mañaneras), un actor sobresaliente, todo un personaje…

Sin mayores ideales y sin importarle mucho el qué dirán, haciéndole caso más bien a su propia ambición, puesto que jamás se detuvo a considerar la justicia y la legitimidad aceptó transformarse (brincando de un grupo a otro)… (López) descubrió otra de sus grandes habilidades: su vocación demagógica que utilizara en todos los momentos de su vida…

Experto ya en resentimientos, no le costó ningún trabajo desobedecer la primera orden que recibió (lo cual le trajo consecuencias)…  se sentía postergado, olvidado, él, que se consideraba superior a todos los demás…  se dedicó a intrigar, iniciando las maromas políticas.

Los grupos liberales… no aceptan el resultado de la elección… todo les resulta fácil cuando encuentran un caudillo dispuesto a encabezar la revuelta, quien además tiene un rencor personal (contra el presidente)… el motín lo encabeza (López) con una proclama, muy a su estilo, donde con grandilocuencia dice: (que) morirá antes que ser indiferente a tales desgracias, a tan grandes males en su patria… casi derrotado, se convierte de pronto de vencido en vencedor, pues la revuelta que él había comenzado resulta ser la triunfadora… (López) goza de gran prestigio. Ya aprendió a anticiparse a los movimientos políticos y comienza a convertirse en un maestro de la intriga…

Los confiados liberales cayeron en el engaño supremo (de López): creyendo que éste cumpliría el pacto, no se percataron que él solo los utilizó para sus fines, que no eran otros que sacudirse la tutela de los masones y gobernar después, aclamado por el pueblo, como “el protector de la libertad de la patria…” Mientras tanto, fingía a las mil maravillas y desempeñaba su papel a la perfección: se dio la impresión… de que no le interesaba gobernar, que solo le importaban las fiestas, el besamanos, sentirse dueño de la situación, pero no las responsabilidades propias del gobernante…

Ocupó su tiempo no en trabajar sino en escribir un manifiesto para justificar su conducta… Encontró la fórmula ideal para salvar su responsabilidad: culpó del fracaso a todos los que pudo… Pronto comenzaron las medidas represivas. A los pocos días de la toma de posesión… casi acabó con la prensa libre. Se imponían gravísimas penas pecuniarias a los escritores, a los que se podía acusar de subversión, sedición, inmoralidad, injuria y calumnia si se atrevían a criticar a la dictadura… una dictadura a secas, sin ningún fin ni programa, sometida a las veleidades y megalomanía (de López)…

     Una parodia de elecciones confirmó (a López) en la presidencia, pues se convocó a un plebiscito por el cual los ciudadanos debían votar si “el actual presidente de la república ha de continuar…”

Más criminal por lo que ha dejado de hacer y por lo que ha dejado de hacer a otros, que por lo que él mismo ha hecho, no ha sabido ser déspota y no ha podido ser hombre grande; para lo primero le han sobrado debilidades, para lo segundo le han faltado virtudes; será un hombre célebre, pero no será un hombre ilustre…”

(López) no era más que “disimulo, perfidia, astucia, perspicacia, todo al servicio de la vanidad y la ambición… nuestro mayor comediante… le agradaban los festejos de la toma de posesión… de considerarse el hombre más importante. Pasadas las ceremonias, abandonaba la presidencia y corría a dedicarse a su vida privada… pues no soportaba la metódica y rutinaria actividad, tan llena de responsabilidades, que tiene un primer mandatario. Y como era precisamente el hombre de las circunstancias, estaba en todas partes, peleando o lanzando proclamas con su peculiar estilo tan demagógico…

Si a alguien debe acusarse de todo lo que hizo y de los males que causó… (es) a quienes lo llamaron y buscaban con verdaderas ansias para que los gobernara. Ellos tuvieron la culpa… los políticos de todos los partidos, sabían perfectamente como era…

¿Qué tal la descripción del famoso López? Acertada, ¿verdad? ¿O no estamos hablando de la misma persona? Lo cierto es que no se trata de ninguna biografía futurista, por supuesto que no. Todos los fragmentos leídos hasta el párrafo anterior (excepto los paréntesis) corresponden a una excelente biografía de López, pero no del que usted está pensando, sino de Antonio López de Santa Anna. Una biografía escrita, y escrita muy bien por José Manuel Villalpando (Planeta DeAgostini, México 2003).

Aunque viéndola bien, y aunque no sean parientes, los genes del llamado “seductor de la Patria” parecen haber dejado huella en el actual inquilino de Palacio Nacional, pero como advierte el título del presente artículo, “ESTE ES LÓPEZ”, sí, pero López de Santa Anna, pues como escribí en el epílogo de uno de mis libros (y con esto nos despedimos por hoy): “En apenas doce años la República quedó postrada y sus instituciones vulneradas y sin fuerza, merced a las traición de muchos y de su hijastra la ambición desmedida. Esta estremecedora situación nos recuerda a los ciudadanos conscientes y comprometidos con México (lastimados de padecer semejante desgracia), que el espíritu de Santa Anna está entre nosotros, y vive en el corazón de todos los traidores” (MÉXICO:¿ESTADO FALLIDO O PAÍS TRAICIONADO?, Vol. 2, págs.. 395-396, México 2013). O usted estimado lector ¿qué opina?

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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El actual ataque contra la Orquesta Higinio Ruvalcaba de la Universidad de Guadalajara parece no tener sentido alguno, como si se tratara del simple capricho de un funcionario menor y no de las políticas públicas de una casa de estudios caracterizada por su gusto y apoyo a las artes y la cultura.

En un momento político tan delicado, incluso para la propia U de G, con frentes abiertos con los gobiernos federal y estatal, el cometer una acción deleznable y condenable desde el ángulo que se le quiera ver, exhibe despropósito, indolencia e incapacidad política, impropia ciertamente de un ente público cuidadoso de las formas y del fondo.

Pretender desechar a músicos de excelencia, entre ellos a los Maestros fundadores de la Orquesta, Vladimir Milchtein y Konstantin Ziumbilov así como una pléyade de virtuosos preparados o pulidos bajo su enseñanza y batuta, no es asunto menor. Es asunto nacido en la ignorancia cultural bajo el empuje manifiesto de la soberbia producida por el poder, algún poder.

Menospreciar la experiencia y la capacidad de los viejos y adultos preparados por ellos durante años en el arte de combinar los sonidos con el tiempo denota varias cosas: de entrada, la falta de respeto para las personas mayores, falta que los jóvenes ya no miran como tal, seguida de la falta de respeto a autoridades musicales por algún burócrata con cierto poder que desconoce el precio pagado para llegar al virtuosismo, así como el despotismo, la payés que desconoce en absoluto el alto valor de la cultura y el beneficio intangible que proporciona a la sociedad, valores que por lo general solo se alcanzan con los años, con muchos años en el oficio.

Quien haya dado semejante orden (de pretender desaparecer la actual Orquesta para formar una de jóvenes), en otro tiempo y situación, hubiese privado a la humanidad de varios genios de la música, entre otros, a Georg Händel, quien a los 52 años sufre un ataque de apoplejía y es considerado un hombre muerto (no se diga para la música) al paralizarse la parte derecha de su cuerpo.

     El Dr. Jenkins, su médico, lazó esta sentencia: “Quizá logremos conservar al hombre. Al músico lo hemos perdido; el ataque interesó hasta el cerebro”.

Sin embargo, eran tiempos en que las sociedades creían en Dios y le tomaban en serio, tan en serio, que Händel, y como escribe San Pablo, tomando fuerzas de la debilidad, desecha la sentencia de los médicos y pide ser llevado al Balneario termal de Aquisgrán, en su natal Alemania, donde por varias semanas y con el cuerpo paralizado clama a Dios por su salud.

La primera semana en las aguas termales y ante el terror de los médicos a causa del arrojo de su paciente, ya puede arrastrarse, a la segunda, ya mueve el brazo y así continuó. El último día en esa ciudad, ya pudiendo controlar su cuerpo, entra a la iglesia local para dar gracias a Dios. Inesperadamente y para sorpresa de todos, se sienta en el banquillo del órgano y toca las teclas con la mano izquierda, luego, en un acto de fe, ensaya con la derecha (que había estado cerrada y entumecida) hasta comenzar a adorar a Dios con su música de tal forma que uno de sus mejores biógrafos narra el milagroso momento:

 

—“Abajo escuchaban las monjas y beatas. Jamás habían oído tocar a un mortal de esa manera. Y Händel, con la cabeza humildemente inclinaba, tocaba y tocaba. Había recobrado el lenguaje con que hablaba a Dios y a los hombres y a la eternidad. Podía de nuevo hacer música, de nuevo podía trabajar” (Stefan Zweig: Momentos Estelares de la Humanidad, Ed. Optima, pág. 15).

 

Como ya se aprecia, y la historia universal lo tiene registrado, la fe de aquel gigante de estatura y de la música, no solo fue escuchado por Dios, sino que además de concederle el milagro de sanarlo, a manera de gracia extra le concede escribir y ejecutar su obra maestra «El Mesías».

La música, como el resto de las artes, requiere de apoyo, de respeto, paciencia y comprensión para obtener sus valiosos frutos. Las decisiones políticas deben ser ajenas a este mundo regido por otras constantes muy distintas. Las hojas de los políticos son en blanco y se puede escribir cualquier cosa. Las hojas de los músicos son pautadas y su lenguaje es distinto y sólo los que lo hablan y entienden pueden ejecutarlo con sus instrumentos, pues solo ellos dan alegrías a los sentidos del hombre. Ante esta realidad, los políticos deben aprender y respetar un mundo que les es ajeno. Si se quiere una Orquesta Juvenil, adelante, que designe la Universidad un director y líder que comience a trabajar con esa visión con otro grupo.

Pero de ninguna manera se justifica que para pretender una cosa se destruya una Orquesta que ha costado tantos años y esfuerzo para concretarla. La dignidad, capacidad y talento de tantas personas, entre ellas las de los experimentados maestros Vladimir Milchtein y Konstantin Ziumbilov tiene que ser valorada y respetada. No son como las computadoras viejas que van a la basura. Son hombres y mujeres con talentos excepcionales que hay que cuidar, proteger, disfrutar y, por supuesto, respetar como personas.

Es de esperar que nuestra Casa de Estudios, tan visionaria en los temas culturales, tome cartas en el asunto e impida que se consume semejante daño. El talento musical de las personas (y de las artes en general) no se contabiliza en las nóminas como los bienes muebles, son intangibles de un alto valor que hacen que la vida en una sociedad tenga disfrutes y eleve el espíritu colectivo por encima de la salvajéz de la multitud dominada por el primitivismo, por la inconsciencia y adormecimiento producidos por la violencia y el materialismo desbordado que nos acechan. Nuestra querida U de G no puede permitir semejante ataque contra la dignidad y la cultura. La sabiduría y la mesura tendrán que intervenir a tiempo para impedir un daño que lastimaría a tantas personas de bien y que traería una mancha innecesaria al rostro de una Casa cuya universalidad se expresa en su logo ¡Piensa y Trabaja!

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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La mayor parte de los que votaron por López Obrador para que llegara a la presidencia, no vieron el perfil ni el historial del entonces candidato, solo escucharon sus machaconas promesas de que acabaría con la corrupción; promesa que lejos de cumplirse nos encontramos en una de las etapas de corrupción más grandes en la historia de México.

    Lo cierto es que el tabasqueño no era ni nunca será el líder que México necesita (con urgencia), sus limitaciones intelectuales, su pobre formación política (que muchos la confunden con su activismo anarquista), así como su carencia absoluta de escrúpulos y proclividad manifiesta a mentir y dar rienda suelta a su egoísmo recalcitrante, le muestran tal como es: un indigente moral e intelectual incapaz de resolver los grandes problemas nacionales; como incapaz también de iniciar retos que nos saquen del pantano de sangre, violencia, enfermedad y pobreza en el que nos estamos hundiendo como país.

En tan solo tres años ha destruido logros que nos llevaron como país más de medio siglo y que para reparar los daños nos llevará décadas. Su odio contra el orden establecido es algo inherente a él, toda vez que su limitada y enfermiza cosmovisión se reduce a su pequeño mundito, que no es otro, que ser feliz él y ser el centro de las miradas y las acciones. Sus llamadas mañaneras lo corroboran a diario.

En una de sus grandes obras, el escritor inglés Charles Dickens advierte a través del segundo fantasma que se aparece al malvado personaje central, la terrible presencia de dos grandes males sociales: «¡la ignorancia y la indigencia!» (ambas resultado de la pobreza):

 

“¡Ah hombre! Mira esto. ¡Fíjate, fíjate en esto! —exclamó el fantasma. —Eran un niño y una niña. Amarillos, flacos, raídos, ceñudos y hoscos, aunque  abatidos al mismo tiempo en su humildad…

—Espíritu ¿son tuyos? —es lo único que pudo decir Scrooge. —Son del hombre —dijo el espíritu… —Este niño es la ignorancia. Esta niña es la indigencia. Guárdate de los dos y de todos los de su especie; pero más que nadie, guárdate de este niño, porque en su frente lleva escrita su sentencia… ¡Niégalo! … ¡Calumnia a los que te lo digan! ¡Acéptalo para tus fines perversos, y empeóralo más todavía! ¡Y luego, atente a los resultados!” (Cuento de Navidad).

 

¿Qué ha hecho Andrés Manuel López Obrador como presidente? Destruir y atacar las instituciones, todo aquello que le representa a su mente caótica y nociva el verdadero bienestar social. Por poner un ejemplo, su llamado “Banco del Bienestar” no es otra cosa que una farsa pública organizada desde Palacio Nacional aparentando ser un Banco, lo que en realidad es una mesa para dar limosnas a los votantes cautivos (a causa de la necesidad económica), pero que nos ha costado miles de millones en uno de los actos de corrupción e incompetencia más escandalosos de todos los tiempos (agravado por una prensa que mayoritariamente ha guardado silencio ante semejante atraco y dispendio).

El tabasqueño prometió que para 2020 habría 3,000 sucursales del referido Banco ya funcionando, cuando lo cierto es que solo ha construido 20, más 250 que ya estaban construidas y funcionando que eran del Bansefi, las demás, las demás solo son palabras sin sustento del presidente, algunas acaso, apenas son locales huecos sin equipos ni nada que los habilite como Bancos. De hecho, ni siquiera cuentan con un sistema de software, baste recordar los fraudes al respecto por cientos de millones de pesos y comentados ampliamente en los medios.

En síntesis, un acto de mega corrupción y fracaso a todas luces, dando espacio a una frase de Carlos Loret de Mola que describe perfectamente lo ocurrido: «¡50 mil millones de pesos asignados a un banco que solo existe en la prolífica imaginación del Presidente!» (El Universal, 5/Ene/2022).

El problema de fondo con el actual presidente es su capacidad de daño y destrucción contra las cosas buenas y funcionales de los activos nacionales. Además de su indiferencia hacia las enfermedades y dolor del pueblo, es decir, de todos los mexicanos; su odio contra la educación, las universidades, la ciencia y la investigación, la creación de riqueza (por tanto de empleos y bienestar social), así como su animadversión contra los que desean mejorar sus condiciones de vida.

La reciente decisión de Citibank de vender Banamex, por mucho que se le disfrace, hace pensar en una recuperación de inversión antes de que se ponga en riesgo el capital, que si se toma en cuenta la cancelación del NAIM para dar paso a esa vacilada llamada aeropuerto Felipe Angeles, a la cancelación de la cervecera en Mexicali, de las Plantas generadoras de electricidad limpia (para usar el sucio y contaminante combustóleo), los bloqueos a las vías de ferrocarril para que no pasen los suministros a las grandes empresas (y con ello interrumpir la producción), sin olvidar sus ataques continuos a las Universidades, Instituciones académicas, a los intelectuales, medios y periodistas críticos y demás: y tendremos como resultado la cancelación de nuevos proyectos de inversión (extranjeros y nacionales), así como el aumento creciente de la pobreza y la indigencia en México. Ambas plagas producto directo de la ignorancia, incapacidad y mala fe.

Cuando López Obrador llegó a la presidencia dijo con claridad lo que pensaba, aunque la mayoría no puso atención a sus palabras. En su falaz postura de austeridad y humildad, pidió a los mexicanos desde el lujoso Palacio Nacional a no tener aspiraciones, a vivir de manera miserable (y a la manera de Fidel Castro, Chávez, Maduro et al, es decir, vivir solo ellos con lujos y riquezas): “No consumir de manera enfermiza. Si ya tenemos zapatos ¿Para qué más? Si ya se tiene la ropa indispensable, sólo eso” (11/Mayo/2020) ¿Si ya tienen unos calzones, para qué más?

Como se aprecia, el tabasqueño no atendió la advertencia de Dickens, aceptando para sus ambiciones y fines perversos la ignorancia y la pobreza (como lo han hecho los populistas latinoamericanos), SIN ATENERSE A LOS RESULTADOS. Resultados galopantes y crecientes de pobreza, indigencia, homicidios y violencia sin fin que sumen día con día a México en la inestabilidad e incertidumbre. “…guárdate de este niño (LA IGNORANCIA), porque en su frente lleva escrita su sentencia… ¡Niégalo! … ¡Calumnia a los que te lo digan! ¡Acéptalo para tus fines perversos, y empeóralo más todavía! ¡Y luego, atente a los resultados!”

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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