Opinión

Los mexicanos no debemos permitir que Andrés Manuel López Obrador, continúe al frente del poder ejecutivo, ya que él mismo ha mostrado con su inacción, incapacidad, e incluso confesado públicamente, su deseo de NO CUMPLIR NI HACER CUMPLIR LA LEY, contraviniendo con ello lo mandatado en la Constitución.

     Hace unos días en uno de sus shows mañaneros, entretenimiento pseudo político que solo sirve para que López Obrador satisfaga su mórbido deseo de ser visto e idolatrado, y como consecuencia de haber sido confrontado por el periodista tapatío radicado en Estados Unidos (Jorge Ramos) quien trabaja para una televisora de aquel país, entre otras cosas, le refregó en su cara la sangre derramada a diario en México (un promedio de 100 homicidios por día) y el fracaso estrepitoso de su absurda política de “abrazos, no balazos”. Sin argumentos que pudieran evitar el ser llevado al paredón de la incapacidad y la historia, el populista se atrevió a declarar:

 

-“No estoy de acuerdo con la vía violenta, soy pacifista; que, aunque se burlen, tengo una razón de fondo, aunque se burlen, voy a seguir diciendo: Abrazos, no balazos. La paz es fruto de la justicia”.

 

    Increíble en verdad que haya llegado a tanto cinismo. Esta declaración en automático debe ser tomada por el Congreso para iniciar el proceso de destitución. A confesión de parte relevo de pruebas, reza la máxima jurídica, ya que el que cobra como presidente, al no querer ejercer tan honroso cargo (con sus enormes responsabilidades, entre ellas la de cumplir y hacer cumplir la ley; deber fundamental para poner orden en un país y meter en cintura a los delincuentes, que en el caso de México se han multiplicado más que las fieras del Serengueti) ha caído en rebelión y desacato a sus deberes constitucionales.

     Es del dominio público que AMLO fue pésimo estudiante de la UNAM, un fósil en el estricto sentido de la palabra, no obstante, no se considera, ni siquiera a manera de broma, que desconozca que entre los deberes para ser Presidente de la República estaba la seguridad nacional, es decir, hacer valer el estado de derecho. La carta magna ordena al respecto:

 

Artículo 87.- El presidente, al tomar posesión de su cargo, protestará ante el Congreso de la Unión… la siguiente protesta: «Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanan, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido…».

 

     Su protesta fue falsa, vana, inútil, pues ni ha guardado u obedecido la Constitución y las leyes penales que de ella emanan, ni tampoco ha hecho que las multiplicadas bandas delincuenciales lo hagan, permitiendo con su incapacidad y cobardía que el país se hunda y quede en manos de los criminales.

     Que no venga a los mexicanos con el cuento de que es ‘pacifista’ si desde que apareció en la escena pública ha sido un agitador violento ¿Ya se le olvidó la toma de 51 pozos petroleros en Tabasco los cuales amenazaba con incendiar? ¿Ya se le olvidó la toma violenta de Paseo de la Reforma en 2006 y los daños multimillonarios que ocasionó a los hoteles y negocios de la zona (todos del ramo turístico), así como el daño causado a los automovilistas y el transporte público? Valga decir que tan solo en la primera quincena de su plantón los daños fueron superiores a los 3 mil millones de pesos y 809 empleos perdidos (El Financiero, 30/Jul/2018). ¿Ya se le olvidó su actitud siempre beligerante, opuesta al orden legal establecido? ¿El feroz tigre se convirtió en la madre Teresa?

    Su postura de pacifista es ridícula y absurda. Cualquier ciudadano, el más pobre e iletrado sabe que es deber de un Presidente de la República poner orden y hacer valer la ley. Tan solo por no dejar, en sus memorias, el primer presidente de Checoslovaquia, Václav Havel, escribió: “cuando accedí a ser candidato,también acepté las diversas obligaciones que se derivaban de ello” (Sea Breve, Por favor, Pensamientos y Recuerdos, pág. 115).

     López Obrador sabía perfectamente esto, así como todos los demás deberes que le esperaban en caso de ganar las elecciones. Por doce años estuvo tras ese sueño, sueño doloso y enfermizo que está cancerando nuestra Patria y que nada tiene que ver con ideologías, sino con su persona, inacciones, incapacidad y actitud. En su corazón ególatra hasta el infinito luchó por un cargo de gran honor para el que no debió hacerlo jamás; una responsabilidad gigantesca para su espíritu enano y nula capacidad.

     El artículo 89 constitucional, dice que entre sus obligaciones está “…ejecutar las leyes que expida el Congreso de la Unión, proveyendo en la esfera administrativa a su exacta observancia”. NO LO QUIERE HACER, ASÍ LO ACABA DE DECLARAR, por tanto, está en desacato constitucional y su protesta para el cargo de Presidente se ha convertido en rebelión y perjurio.

    Su rebelión a ejercer los deberes presidenciales le ha llevado a declarar cosas impensables, que de paso le hunden y confrontan ante la ley, pidiendo a gritos su destitución:

 

“¡No, yo soy Peña, ni soy Felipe Calderón, no soy partidario de ‘mátalos en caliente’, no soy partidario de masacres, no soy partidario de torturas… somos distintos!”.

 

     Ningún presidente de corazón y mente sanos (sin importar el partido político de origen) sería partidario de masacres. Así que el presidente López Obrador queda en evidencia al mostrar otra cosa con su conducta, con su inacción, es obvio que no quiere tocar a los delincuentes, lo que lleva a millones de ciudadanos a preguntarse ¿qué pactos hizo con las bandas delincuenciales que no las quiere tocar y prefiere que asesinen con absoluta impunidad a los mexicanos, que les secuestren, extorsionen, roben, asalten, violen, etcétera?En apenas dos años y medio de su mal gobierno, casi 88 mil personas han sido asesinadas y más de 38 mil desaparecidas, siendo la impunidad el sello de su mandato, mandato que no quiere obedecer ¿o tampoco entiende el término mandatario?, mismo que dice: “el mandatario queda obligado a cumplir con su mandato, y responde de los daños y perjuicios que, de no ejecutarlo, se ocasionen al mandante”. El país está sumido en un mar de sangre y terror, la economía cayéndose a pedazos y la salud del pueblo es un caos, con poco menos de medio millón de muertos a causa de la pandemia de coronavirus y con una tercera ola que está empezando y una vacunación empantanada. Por todo lo anteriormente dicho: ¡Fuera por incapacidad y cobardía!

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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Advierte el viejo refrán que “que en la tierra de los ciegos el tuerto es rey”,sentencia que para desgracia del México actual se ha convertido en una dolorosa realidad, un reino de apariencias que nada es de lo que parece ser, una falsa democracia bajo la bota de un populista, una vulgar mediocracia sin dignidad ni aspiraciones como escribiera el filósofo José Ingenieros:

 

“Políticos sin vergüenza hubo en todos los tiempos y bajo todos los regímenes; pero encuentran mejor clima en las burguesías sin ideales. Donde todos pueden hablar, callan los ilustrados; los enriquecidos prefieren escuchar a los más viles embaidores. Cuando el ignorante se cree igualado al estudioso, el bribón al apóstol, el boquirroto al elocuente y el burdégano al digno, la escala del mérito desaparece en una oprobiosa nivelación de villanía” (José Ingenieros, El Hombre Mediocre, cap VII).

 

    Los que somos de otras generaciones, que sabemos que el destino de los pueblos se forja en el día a día, pero que siempre lleva a mejor puerto cuando se elige a los mejores para dirigir la sociedad, cuando se premia el mérito, la inteligencia y la capacidad, vemos con gran dolor como nuestro país de ha ido degradando en su mundo político hasta quedar en manos de bandas de mediocres y de simples forajidos. Las consecuencias saltan a la vista y anuncian una debacle de no detener esta avalancha.

     En apenas un par de décadas los ambiciosos e impreparados (como el actual presidente y sus huestes), dominados por un deseo enfermizo y malsano de poder lograron a manera de bucaneros hacerse del mismo.Astutos como todo hombre de corazón malo y cobardes como los de su clase, no llegaron al poder mediante las armas, según la ideología que dicen tener (lo cual es absolutamente falso, como casi todo en ellos), sino que aprovecharon las bondades de la democracia para engañar en todos los órdenes a los votantes, iniciando con ello el camino hacia una dictadura populista de la peor ralea.

      Hastiados de los políticos tradicionales, que de la ideología y principios de sus partidos solo tomaron el nombre de la franquicia, gran parte del pueblo, es decir, los mexicanos, sin analizar siquiera a los candidatos (su vida, experiencia política, profesión, capacidades e historial) que les ofrecían un país de sueño, en julio de 2018, despreciaron al PRI y PAN y eligieron al peor de todos y quizá de los últimos cien años ¡Andrés Manuel López Obrador y su MORENA!

      Un hombre falaz, astuto y acomodaticio, que nunca ha trabajado (el oficio de ‘prócer’ no existe en la LFT) y a quien Enrique Krauze calificara acertadamente como “el mesías tropical”. Un populista incapaz de gobernar, que utiliza su valiosísimo tiempo en un simple show mañanero para auto elogiarse, ofender y atacar a los periodistas e intelectuales mientras el país se hunde.Carente de la inteligencia para resolver los muchos problemas nacionales que dicho sea de paso crecen y se acumulan—, se ha dedicado a construir un trío de obras innecesarias y altamente costosas para aparentar con el relumbrón que está haciendo algo. Igual lo hizo cuando fue presidente municipal del Distrito Federal: remodeló Paseo de la Reforma y los segundos pisos y párele de contar.

     Para desgracia de los mexicanos aunque millones no lo vean porque el dictador ha comprado su dignidad con limosnas (de dinero venido de los mexicanos que se esfuerzan, trabajan y pagan impuestos) y otros que realmente necesitan de esa ayuda para subsistir el país se está deteriorando casi en todos los órdenes a pasos agigantados. La paz social no se ha roto simplemente porque la mayoría de los ciudadanos han soportado estoicamente la maldad y efectos de una delincuencia criminal desbordada a la cual el presidente ha colmado de abrazos y de elogios por ‘portarse bien’. Los mexicanos han protegido sus familias y patrimonios y el presidente solo ha tenido cuidado para vándalos y criminales.

     Baste señalar que hasta esta semana en los dos años y siete meses de su mal gobierno 88,493 mexicanos han sido asesinados. La lista de los otros delitos es interminable, pero el tabasqueño lo desmiente con un cinismo propio de los de su clase. Apenas esta semana una consultora señaló que en su show mañanero ha dicho nada menos que 51,181 afirmaciones falsas o engañosas (Consultora Política SPIN, 1/Jul/2021).

    A propósito de clases, su ataque despiadado contra las clases medias, aquellas que sostienen en todos los ámbitos los países, el orden, la producción y los equilibrios sociales, no tiene antecedente en nuestra historia. Su odio manifiesto y su inquina contra sus aspiraciones de mejorar sus condiciones de vida ha sido uno de sus ataque más mezquinos e inmorales. Lamentablemente la mayoría de los atacados han guardado un silencio no justificado.

     La falta de valor y compromiso de muchos, así como su indiferencia por la conducción y protección del país que les vio nacer, sea la causa. A esto se refería el citado filósofo Ingenieros: “Cuando las miserias morales asolan a un país, culpa es de todos los que por falta de cultura y de ideal no han sabido amarlo como patria; de todos los que vivieron de ella sin trabajar para ella”.

    Al mexicano promedio no le importa gran cosa lo que hagan los políticos, su cosmovisión se reduce a la formación de su capital personal y protección de los suyos; posición egoísta que ha permitido y producido esta ceguera colectiva en la que los tuertos han llegado a reyes. Desde la presidencia de la República, la mayoría de los gobiernos de los Estados, al igual que presidencias municipales y esa caterva integrada mayormente por facinerosos malamente llamada “Congreso” están pobladas por tuertos. Por invidentes inmorales y mega ambiciosos que apenas ven lo suyo y los de sus grupos o bandas.

     México carece en este momento de división de poderes. No hay un Legislativo que represente al pueblo, sino cofrades de ambiciosos y tuertos incapaces de ver por los gobernados y sus necesidades. Un Judicial que perdió hace mucho tiempo su razón de existir convirtiéndose en otra cofradía de tuertos ambiciosos, dispuestos apenas a cobrar sus jugosos sueldos y prestaciones (con las honrosas excepciones, que las hay, me consta) y olvidándose absolutamente de impartir justicia. Promotores entusiastas de la impunidad y sordos y ciegos a los reclamos de justicia de millones de mexicanos.

     Finalmente, y ante la tiranía del espacio, diremos que la mediocracia que dizque nos gobierna, ha sido incapaz de leer y mucho menos de entender los resultados de las pasadas elecciones, creyeron que ganó MC cuando los perdedores fueron AMLO y MORENA votando la sociedad en masa por el mejor posicionado (para que el presidente perdiera la Cámara y el mayor número de cargos públicos) pero no por MC ni sus candidatos. Lo dicho: ¡Tierra de tuertos reinando en un país de ciegos!

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

Email: mahergo1950@gmail.com

 

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Nos estamos hundiendo, el estado de derecho es una palabra hueca, vivimos en un régimen de terror con un presidente ornamental ajeno e indiferente a la suerte de los mexicanos. Un hombre cuya única meta es el poder y ganar elecciones para mantenerse en él. Nada más.

Una de las razones por las que muchos mexicanos votaron por él es que prometió acabar con la inseguridad (de otra manera no lo hubieran favorecido). La cuestión es que SÍ LES CUMPLIÓ, pero no a los votantes, SINO A LOS CRIMINALES, para ellos terminó la inseguridad, IMPUNIDAD TOTAL Y ABRAZOS, para los ciudadanos solo muerte, terror y balazos.

Las recientes elecciones del 6 de junio le exhibieron de cuerpo entero, comicios en los que las bandas de narcotraficantes marcaron el rumbo y colocaron a sus peones en el tablero político nacional, claro, con la anuencia y complicidad tácita del presidente.

    La intromisión de las bandas criminales en el proceso electoral fue tan descarado (y grave) que las Naciones Unidas a través de Michelle Bachelet, su Alta Comisionada, señalaron: “México celebró las elecciones más importantes de su historia… me alarmó el alto nivel de violencia política… al menos 91 políticos y miembros de partidos entre ellos 36 candidatos electorales, fueron asesinados”, para luego advertir al gobierno mexicano: “Es fundamental asegurar la rendición de cuentas por esos actos y garantizar su no repetición”.

En Europa las voces de alarma al respecto y las críticas no se han hecho esperar tampoco, sin que López Obrador de señal alguna de estar enterado, de enderezar su torcido rumbo.

. Cuando menos media docena de gobernadores(as) electos son señalados de haber sido propuestos y colocados por los narcos De hecho todo el corredor del Pacífico, desde las Californias hasta Guerrero, será ahora territorio controlado por los asesinos y envenenadores del pueblo; ya quedó en manos y poder de los facinerosos a través de sus prestanombres políticos de Morena.

Más del noventa por ciento de los asesinados, secuestrados o intimidados durante el proceso electoral, eran de los otros partidos. Casos tan sonados como el de la candidata Zudikey Rodríguez en Valle de Bravo. E.M., de la coalición PRI-PAN-PRD quien fue secuestrada públicamente por una banda criminal, quedaron impunes (le ‘perdonaron’ vida, pero advertida de que no continuara en la contienda; cosa que sucedió y ganó la candidata de Morena). ¿Para el actual gobierno el método de la violencia, las balas y las armas es más fuerte que las ideas y propuestas, sus argumentos se limitan al derramamiento de sangre?

Doloroso y muy lamentable ha resultado la ausencia de ética del tabasqueño, una y otra vez, todos los días miente con un descaro pasmoso. Cínicamente ha declarado que en su mandato no ha habido matanzas cuando en realidad han superado a otros sexenios. La matanza de 19 civiles inocentes en Reynosa el sábado 19 del presente mes de junio.

Sin embargo la lista de matanzas es larga. Se le refresca la memoria al gobierno con algunas: MInatitlán, Ver, son asesinadas 13 personas (13/Abr/2019), Uruapan, Mich., aparecen 19 asesinados (8/Ago/2019), Coatzacoalcos, Ver., matan a 29 (28/Ago/2019), Bavispe, Son., asesinan a 13 mujeres y niños de una familia (4/Nov/2019), Chilapa, Gro., 10 músicos son asesinados (17/Ene/2020), Irapuato, Gto., 26 personas son asesinadas (23/May/2020), Culiacán, Sin., 16 son acribillados (24/Jun/2020), San Mateo del Mar, Oax., 17 personas son asesinadas (30/Jun/2020), Cuernavaca, Mor., asesinan a 8 más (1/Sep/2020), Tonalá, Jal., asesinan a 11 albañiles (7/Feb/2021), Salvatierra, Gto., asesinan a 7 más (21/Jun/2021), Fresnillo, Zac., otras 7 son asesinadas (23/Jun/2021).

Día tras día un centenar de mexicanos son asesinados, otros secuestrados y miles más son asaltados, robados, extorsionados, golpeados, mujeres asesinadas, violadas, vendidas como esclavas a los traficantes de mujeres, y el presidente sin inmutarse. Todas las mañanas se le mira con su sonrisa sardónica en su ególatra show, sonrisa que solo pierde cuando lo hacen enojar los que no le aplauden sus disparates y ocurrencias, cuando no votan por Morena, los que no piensan como él, que son las dos terceras partes de los mexicanos.

Su menosprecio e indiferencia al dolor ajeno es única, propia de individuos sin entrañas. Al preguntársele sobre los muertos y heridos de la caída de la línea 12 (construida por Marcelo Ebrard), del porqué no se había parado en el lugar ni visitado a las víctimas, con ira manifiesta y cara desencajada dijo “¡AL CARAJO!, ese no es mi estilo, no me gusta la hipocresía”. Ciertamente ese no es su estilo, el amor y la misericordia por sus gobernados no son lo suyo. Lo único suyo es el poder y ganar elecciones. Es todo.

Mientras tanto el país se sume en el pantano de la violencia, las bandas delincuenciales y aun la delincuencia común han tomado el control. Todo indica que la estrategia es que se pudran las instituciones para que no tener que rendir cuentas ni equilibrios de poder. El fin de semana que se inicia (viernes 25 de junio) varios asesinatos han ocurrido en Cancún a plena luz del día en plena zona hotelera. Es tal la seguridad que tienen los criminales de no ser molestados por el gobierno, que ya no hay horas ni lugares que no puedan asaltar o tomar con absoluta impunidad.

El Ejército, la Marina y la Guardia Nacional se han convertido, mejor dicho, les ha convertido López Obrador, en un costoso y amargo adorno, amargo por cuanto tienen el poder para aniquilar en un dos por tres a las bandas criminales y no lo hacen. Queda claro que no se los permiten hacer. Soltar a Ovidio Guzmán (a) “el chapito” en Culiacán es señal de la impostura política del actual. De la negligencia criminal del presidente.

El 1º de diciembre de 2018 protestó cumplir y hacer cumplir la ley. No lo ha hecho en absoluto. México es un enorme panteón con fosas clandestinas por todo el territorio nacional que ya parece queso gruyere, con 87,271 asesinados en lo que va de su mal gobierno y más de 38,000 desaparecidos. Los mexicanos que trabajan, el verdadero pueblo, el que mantiene de pie este país, el que paga impuestos y sostiene a un gobierno inútil en muchos, pero muchos sentidos, puede y exige al presidente Andrés Manuel López Obrador (en base a la Constitución) que cumpla y haga cumplir la ley, o que renuncie. El plazo y la paciencia han sido ya suficientes, nada de consultas ni distractores. Que restablezca el estado de derecho, o que se vaya.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

Email: mahergo1950@gmail.com

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El grado de putrefacción y cinismo del actual gobierno federal no tiene antecedentes, al menos desde López de Santa Anna a la fecha. La actitud anti democrática, acomodaticia y marrullera del presidente y del partido de su propiedad (Morena) es condenable absolutamente. A sus añejos métodos de querer ganar a toda costa y en caso de perder mentir y hacerse a la víctima, le ha agregado el apoyo de las bandas delincuenciales, principalmente del narcotráfico. Las recientes elecciones intermedias así lo señalan.

     Su inesperado triunfo en once gubernaturas (inesperado hasta para él y sus huestes) es el mayor acto antidemocrático y abusivo desde el porfiriato. A tanto cinismo y tanto aparentar lo que no se es, habrá que sumarse el uso de la fuerza, asesinatos, secuestros y todo tipo de intimidaciones para lograr sus condenables e ilegítimos triunfos. Ganaron las armas, la violencia, el asesinato de más de 80 candidatos, las amenazas e intimidación contra los candidatos de los otros partidos, principalmente del PRI, PAN, PRD y algunos de MC. Perdió la democracia y el estado de derecho, perdió México.

     Candidatos abominados por la gente trabajadora y de bien en sus Estados (donde les conocen su historial, mañas y delitos), sin más méritos que el apoyo de López Obrador y el dinero para comprar conciencias y votos (de ninis, ancianos y demás beneficiados), de pronto, por la magia del presidente y las armas de las bandas delincuenciales que azotan el país de norte a sur y de oriente a poniente con toda impunidad se convirtieron ilegítimamente en ‘gobernadores’.

      Queda claro que jamás serán gobernadores, no los eligieron los ciudadanos de sus Estados. Cobrarán como tales, se harán pasar como tales, pero jamás lo serán, ya que además de democráticamente impresentables, son ilegítimos. Son sátrapas producto de un régimen dictatorial que habiendo obtenido legítimamente el triunfo (2018) prefirió el camino de la ilegalidad y el autoritarismo, concediéndoles inmerecidamente un alto cargo electoral a través del poder de las armas de los delincuentes.

     Pero ni siquiera disimularon, todo el corredor del Océano Pacífico, donde las bandas del narcotráfico han asentado sus reales, lo tomaron a la maladisimulando las elecciones para querer legitimar algo que jamás podrá ser legítimo.

     Desde el violento y minúsculo Estado de Colima, hasta las dos Californias, Norte y Sur, pasando por Nayarit, Sinaloa y Sonora se apropiaron de todo, bueno, hasta San Luis Potosí tomaron, aunque para esta marrullería usaron la franquicia del Partido Verde, una franquicia electorera que se prostituye al mejor postor.

     En el caso de San Luis Potosí el presidente y sus huestes llegaron a tanta desvergüenza y deshonor que postularon a un tal Ricardo Gallardo, que estando abajo en las encuestas, con señalamientos sociales como mafioso y con acusaciones de la AFI en su contra, a la hora del conteo de votos inesperadamente ganó ¡Vaya suerte de gandul! ¿Y la legalidad, y el estado de derecho, y la honorabilidad del INE, y el respeto por el pueblo y la democracia?

    De acuerdo a publicaciones del periódico Excelsior en 2015, este individuo fue consignado al penal federal de Hermosillo, Sonora, acusado de delincuencia organizada y lavado de dinero, toda vez que desvió del erario del municipio que era presidente, nada menos que 200 millones de pesos (7/Ene/2015). Además de que su fama pública, término establecido en los Códigos estatales, no es buena. Al contrario, se le relaciona con mafiosos.

    En Sinaloa, tierra del chapo y demás mega delincuentes, Morena lanzó como gobernador a un tal Rubén Rocha Moya, a quien según una cadena de diarios nacional “el Centro Nacional de Inteligencia vincula con el Cártel del Pacífico de Joaquín ‘El chapo’ Guzmán y ‘El Mayo’ Zambada” (Milenio, 18/Jun/2021). Según las preferencias de los electores el candidato propuesto por la Alianza PRI, PAN, PRD, el Sr. Mario Zamora Gastelum era puntero. Pero, algo pasó en Sinaloa (tierra donde el gobierno federal es capaz de liberar a Ovidio Guzmán), imagínese usted, pues al final de la contienda ganó el tal Rocha Moya.

     Es tal el desaseo y ausencia total de escrúpulos, que aun el hermano de la actual Secretaria de Economía, Manuel Clouthier, escribió en su cuenta de Twitter lo que sucede en esa zona del País ‘ganada’ por Morena el 6 de junio pasado: “Te has preguntado ¿Por qué Morena ganó todo el Noroeste que incluye la costa del Pacífico? Muy claro, es su pacto con el cártel liderado por Ismael el Mayo Zambada y Los Chapitos, hijos de Joaquín el Chapo Guzmán”.

     ¿Y qué decir del tristemente célebre Alfonso Durazo? A pesar de su fracaso estrepitoso en la Secretaría de Seguridad, pues los únicos seguros en el país fueron los delincuentes (gozaron de absoluta impunidad); extrañamente López Obrador lo premió enviándole como candidato a Sonora, claro, había que consolidar todo el corredor del Pacífico. No importa que se le exhibiera días antes su abultada fortuna inmobiliaria calculada conservadoramente en $350 millones de pesos (de los cuales hace dos décadas no tenía ninguno). Para eso querían el poder los que no mienten, los que no roban, los que no traicionan. Aseguran ellos.

    En Guerrero como ya se sabe, Salgado Macedonio se salió con la suya, que si bien por un error administrativo de su parte no pudo estar en la boleta, faltaba más, puso a su hija, todo con la venia y el apoyo incondicional del señor de Macuspana. Qué importa que Félix Salgado esté acusado de ser quien abrió las puertas de par en par al narcotráfico en Acapulco cuando fue presidente municipal. Qué importa que el esposo y el suegro de su hija Evelyn tengan fama de delincuentes en el puerto, ligados al Cártel de los Beltrán Leyva.

    En recientes declaraciones de Jesús Zambrano, líder del PRD y auténtico hombre de izquierda, denunció al gobierno por las atrocidades cometidas en las recientes elecciones, situación que además de conocida públicamente debe ser enmendada y quitar del poder a los usurpadores: “(Jesús Zambrano) aseguró que ‘el narco operó para Morena, trabajó para que Morena ganara’… las pruebas están en las denuncias hechas en Michoacán, San Luis Potosí y Sinaloa; en el levantamiento de personas, entre ellos representantes de casillas de la oposición y los robos de casillas el día de la elección con metralleta en mano… Es una narcodemocracia hacia la que vamos transitando” (El Universal, 18/Jun/2021).

     Las elecciones en Colima y Michoacán carecieron también de la legitimidad necesaria pues no bastan las apariencias. La forma es fondo. Y la fuerza de las armas, los asesinatos, las amenazas y la intimidación jamás legitimarán a bucaneros y sátrapas de autócrata alguno.

      Lo dicho, casi once Estados de México se verán mancillados por un número igual de gobernadores impresentables e ilegítimos, lo que nos convertiría de facto en un narco estado. México no desea ni merece tanta ruindad, hemos sufrido demasiado en los últimos decenios como para todavía tener que soportar a gobiernos emanados del mal y la injusticia. Los otros poderes tienen la palabra.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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