El actual gobierno de Guadalajara, que está siendo gobernado por quien apenas hace un lustro lo hacía en el municipio de Tlajomulco ¿qué extraño, no cree usted? Bueno, ni tan extraño, nuestra nueva clase política un mes están en un partido, al siguiente en otro, y el que sigue en otro, total, la democracia huehuenche da para eso y más. Ni qué decir de las autoridades electorales, que además de laxas y costosas permiten cuanta farsa e irregularidad nos podamos imaginar.
Es obvio que la llamada gran prensa les ayuda a realizar todas esas movidas ajenas y contrarias a la verdadera democracia, pues como escribió Francois de Chateaubriand acerca de la ambición de los simuladores y mediocres. De los que solo buscan las apariencias: “De qué poco dependen los imperios! Una real ordenanza y seis ministros sin genio o sin virtud bastan para hacer del país más tranquilo y floreciente el más turbulento y desgraciado” (Memorias, Volumen III, pág. 1854).
Antes pues de señalar el origen del presente comentario, cabe recordar que el actual comité “político” que gobierna Guadalajara, sí, comité, porque si se tratara de un gobierno en forma las acciones, la visión, y el trato para los ciudadanos fuera otro. Pero como se trata de jóvenes formados en la grilla estudiantil (asesorados por algunos ya viejos, pero de idéntico origen) sus acciones y vocabularios reflejan su cosmovisión.
En su famélica visión de estado, confunden la grilla con las acciones políticas, y las ocurrencias con planes a futuro. Así que obsesionados con ganar el gobierno de Jalisco en el 2018, han implementado una serie de acciones a cual más de onerosas como inútiles, frágiles por el lado que se les quiera analizar.
Han gastado cientos o miles de millones en estaciones para bicicletas (con un costoso equipamiento en cada estación), bicicletas, ciclovías, balizamiento para rutas, etcétera. En su ocurrencia y fantasía creen que todos los tapatíos andaremos en un futuro cercano, y gracias a su enorme ‘inteligencia’, en bicicleta. Que dejaremos los autos para seguir a tan brillantes líderes que inventaron el agua tibia y el hilo negro ¿Qué Guadalajara no era la burla de los defeños en los años cincuenta y sesenta por ser un pueblo bicicletero?
Claro que para ser más congruentes les faltó negar este año (2017) la licencia a las agencias de autos nuevos y usados, pues con eso culminarían su idea grandota, aunque de paso quizá acabarían con la economía ¿O será que en bicicleta se puede transportar todo y todos con la misma rapidez? Seguro sí, nuestros nuevos próceres son demasiado listos, de hecho se pasan del común denominador.
Pues sucede que a su gusto por gastar el actual Ayuntamiento enormes cantidades para mejorar nuestra ciudad capital, ahora le han agregado un nuevo derroche, aunque nuestros próceres lo consideren una inversión, ni siquiera gasto.
Se trata de un Convenio celebrado la semana última de junio (2017) con una oficina de la ONU que se encargará de hacer “un estudio sobre las causas de la violencia en nuestro municipio”, estudio que costará nada menos que $150,000 dólares ($ 2 millones 700 mil pesos, calculados a $18X1).
¿Qué no aseguraban en su campaña política que ellos conocían Guadalajara y que ellos iban a componer y resolver todo? Pues por lo que acaban de hacer ―y por muchas otras cosas― todo indica que no es así, vaya, ni siquiera conocen los problemas fundamentales, por lo que van a pagar a una oficina de la ONU que no conoce nuestra ciudad una gran suma. Si esto no es derroche no sé cómo llamarlo.
Los ciudadanos deben saber acerca de la clase de gobiernos que le presiden, en qué gastan sus dineros y para qué, que en este caso en particular, su misma decisión les abofetea en el rostro exhibiendo su incapacidad. Y es que si no saben lo que sucede en la ciudad y porqué sucede, mejor que se dediquen al negocio de las bicicletas (que parece que es lo suyo) o a cosas para las que tengan talento, porque Guadalajara requiere de gobernantes más capaces, menos dispendiosos, más sabios y con mirada a largo plazo pues es para muchos de nosotros la ciudad en la que nacimos, hemos vivido y que queremos dejar en mejores condiciones para las nuevas generaciones.
Nuestros abuelos y padres nos entregaron una bella ciudad. Hoy, y me da pena y dolor decirlo, pero Guadalajara es una ciudad sucia, fea, conflictiva, promiscua (en muchos sentidos) y violenta como pocas. Narcotraficantes, asesinos y ladrones de todo tipo la tienen aterrorizada. No podemos aceptar gobiernos que desconozcan la realidad y requieran que vengan a decirles de fuera (mediante altísimo pago) lo que sucede y lo que se tiene que hacer.
Las Sagradas Escrituras marcan el camino a seguir a todo gobierno y sin importar la geografía ni la época: “Porque con justicia será afirmado el trono” (Prov 16:12) ¡Más claro no se puede!. Pero mientras permanezca el reino de la impunidad, aun cuando derrochen en inútiles “estudios” nuestra sociedad continuará hundiéndose.
¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!
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