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QUE NO SE OLVIDE EL HOLOCAUSTO
El pasado día 27 de enero, se conmemoró el «DÍA INTERNACIONAL EN MEMORIA DE LAS VÍCTIMAS DEL HOLOCAUSTO, ya que, el 27 de enero, pero de 1945, los sobrevivientes de los campos de concentración de Auschwitz y Birkenau fueron liberados por el ejército ruso. Apenas un puñado de judíos famélicos, enfermos, hambrientos y tiritando de frío, recibieron a sus asombrados libertadores que no podían dar crédito a semejante cuadro de horror, pues como titulara uno de sus libros el italiano y también sobreviviente Primo Levi: “SI ESTO ES UN HOMBRE”.
¿Se podía considerar hombres a aquellos cuasi cadáveres vivientes cuyos huesos se podían contar y cuyos rostros eran muestra del dolor y la maldad humana cometidos en su contra? Hombres, mujeres, y algunos cuantos niños recibieron a los rusos como personas buenas, de hecho, varios de los sobrevivientes franceses dejaron testimonio en algunas cartas enviadas a sus familias, que los soldados rusos los trataron muy bien.
No se entendían, el idioma fue una gran barrera en la comunicación, pues, aunque a los campos fueron llevados judíos de todos los países de Europa, la mayor parte de los sobrevivientes no hablaba ruso y aquello fue un impedimento importante para atender su salud, alimentación y proceso de repatriación a sus países de origen.
SEIS MILLONES DE JUDÍOS, sí, repito, SEIS MILLONES DE JUDÍOS FUERON ASESINADOS en los campos de exterminio por los alemanes nazis (hubo un sector de alemanes que se opusieron a los nazis y no pocos de ellos fueron convertidos en presos políticos o también asesinados). El problema eran los dirigentes políticos encabezados por Adolfo Hitler y su banda de criminales, así como la doctrina ideológica mediante la cual hipnotizaron y atrajeron a la mayor parte de su pueblo arrastrándole a la mayor guerra de la historia y cometer colectivamente los crímenes más horrendos de todos los tiempos.
Entre otros, y como ya se dijo, el asesinato frío y premeditado de SEIS MILLONES DE CIVILES, de víctimas inocentes, de niños, hombres y mujeres, ancianos, jóvenes y adultos, que sin haber cometido falta ni delito alguno, y por el solo hecho de ser judíos, fueron llevados a los distintos campos de extermino para ser asesinados de manera masiva.
Y cuando se dice masiva, es que dedicaron tiempo para crear métodos que les llevara el menor tiempo posible en asesinarlos y deshacerse de los cuerpos. Al inicio cavaban grandes fosas y luego los mataban a tiros, pero como aquello les llevara tiempo en deshacerse de los cuerpos fueron refinando sus métodos demoniacos hasta inventar los hornos crematorios, que día y noche funcionaban asesinando sin piedad a los inocentes que antes los hacían desvestirse para hacerles creer que iban a tomar una ducha, cuando lo cierto es que la famosa ducha era el expulsor del gas mortífero. Luego los cuerpos eran llevados al horno crematorio (ahora pagan para que los quemen y se deshagan de sus parientes) y así se deshicieron de seis millones de personas. De inocentes que jamás cometieron delito alguno y que jamás debieron siquiera ser detenidos, mucho menos llevados desde todos los países de Europa hasta los campos en Polonia (principalmente) para ser asesinados.
Al llegar los trenes a la estación de Auschwitz, había una selección: los hombres fuertes eran separados para trabajos forzados, en tanto que la mayoría de mujeres y niños, así como la totalidad de los ancianos eran llevados de inmediato a la muerte, desvistiendo y robando todos sus bienes e introduciéndoles a un salón parecido a un baño público en el que las regaderas en realidad eran expulsoras de gas venenoso y mortífero. Se trataba de acabar con un pueblo, que, aunque las razones humanas son de origen racista, la razón fundamental es de origen espiritual, lo cual se explica desde ese terreno (el ángel caído queriendo destruir a la familia humana del Mesías Salvador).
Haciendo un paralelismo; aunque en menor proporción, algo semejante ha estado sucediendo en el México de la 4-T. Las bandas de asesinos, tan amadas y protegidas por el Führer de Macuspana y su gente, han hecho algo semejante. Han levantado durante estos años a lo largo y ancho del país a decenas de miles de jóvenes a una leva o reclutamiento forzoso para sus huestes asesinas. Los que logran convencer (o aceptan para sobrevivir) se suman a sus milicias criminales; los que se niegan son asesinados de inmediato, para luego deshacerse de sus cuerpos, ya sea destruyéndoles con ácido, cortándoles en trozos para dificultar la identificación, o enterrándoles en fosas clandestinas localizadas a los largo y ancho del país.
Como se ve, tan asesinos los nazis como los chapitos, chapos, mayos, menchos y demás fauna criminal que tanto daño han hecho a los mexicanos y ocasionado al país. Y así como los nazis se hicieron del poder en las elecciones de Alemania en 1933; así también el Führer de Tabasco y sus huestes se hicieron del poder en el 2018, sumiendo al país en una vorágine de terror que crece con la anuencia y pasividad del estado. Lo que es peor: con la aceptación manifiesta de un sector de la población y la defensa agresiva y descarada de legisladores y funcionarios emanados de MORENA.
Y cuando se trata de regímenes totalitarios da lo mismo que se digan de izquierda o derecha. La maldad y los resultados son prácticamente los mismos, ya que al arribar al poder este tipo de bandas por lo general se hacen acompañar de la escoria de la sociedad, los que se encargan de aplaudir al Führer en turno, de golpear, gritar, manifestarse, hacer el trabajo sucio.
Viene a mi memoria el testimonio de un niño judío alemán, de clase media, quien al escribir sus memorias en la vejez, narra su experiencia al salir de su primer día de clases en la escuela primaria en la ciudad de Colonia:
—“…cuando salimos de clases.. nos atacó una pandilla de la Juventudes Hitlerianas. Era una turba grande y estrepitosa que esperaba afuera, sobre la banqueta; chicos y chicas no mayores que nosotros. Estaban orgullos de sí mismos, vestidos con sus uniformes guindas (perdón; nazis) tipo scouts.
Estábamos aterrados. Algunos de mis compañeros lloraban. Todos éramos niños pequeños, como de 6 años, y después de un angustioso primer día de escuela, nos estaban atacando una muchedumbre nazi que nos gritaba sin ninguna razón… Recuerdo que levanté la mirada y vi un mar de uniformes y rostros encolerizados. Nos gritaban y se burlaban de nosotros. Eran niños furiosos con sus pañoletas nazis, todas atadas con anillos que tenían esvásticas al frente. Los chicos traían dagas en sus cinturones. Sólo eran niños entre 10 y 14 años, pero cada uno ya tenía su pequeño cuchillo nazi. Detrás de ellos podíamos ver, de pie con los brazos cruzados, a los organizadores nazis y a los orgullosos padres de los integrantes de las Juventudes Hitlerianas…
Esa mañana había acudido a la escuela lleno de emoción y expectativas, ansioso de cómo me iría en clase. Cuando al fin llegué a casa esa tarde, el mundo ya era un sitio mucho más oscuro y peligroso. Mi vida jamás volvería a ser igual…” (Henry Oster, El niño del establo de Auschwitz)
Actualmente sucede lo mismo: el mundo es un sitio más oscuro y peligroso. Abundan los líderes matones, dementes, engreídos, racistas y peligrosos: Abundan los Trump, Putin, Kim Jong-un, aunque también los Maduro, Díaz Canel, Ortega y López Obrador, por mencionar solo algunos, la lista es larga. Así que en la medida de nuestras posibilidades como seres humanos y como ciudadanos de un país, debemos mantener la Memoria del Holocausto para que no se repita. Abundan los líderes políticos locos y engreídos, como también sociedades cada vez más indefensas (acompañadas de multitudes hedonistas e indiferentes).
¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!
Email: mahergo1950@gmail.com