Y NACIÓ EN BELÉN DE JUDÁ
Así estaba escrito y así sucedió, no podría ser de otra manera. Cuando el profeta Miqueas escribió “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”, no estaba expresando su opinión personal, estaba siendo vocero del Señor para hacer saber al pueblo judío (y a la futura cristiandad), el sitio exacto donde nacería el Mesías que reconciliaría a la humanidad caída con Dios el Padre.
La Biblia es la forma escogida por Dios para hablar a los hombres, para revelarse a los seres humanos, para hacerles saber su voluntad, dicho en otras palabras: para mostrarles el camino de la salvación eterna, camino que es Yeshua ha Mashiach (Jesús el Mesías), ya que justamente él es el centro del mensaje y centro de la fe para judíos y cristianos.
Lamentablemente gran parte de los creyentes (judíos y cristianos) desconocen en realidad el mensaje divino, se conforman con algunos conceptos heredados por la familia o la tradición, y carecen, en la mayoría de los casos, del interés por conocerlo ¿Qué concepto puede tener de Dios alguien que nunca ha leído la Biblia, texto único mediante el cual el Creador se revela a los seres humanos tal y como Él es, con todos sus atributos y expresando su amor y planes?
El mundo espiritual en la fe judeocristiana es un mundo de certezas, no de dudas ni de especulaciones. Cuando Dios le dijo a Adán y Eva, que si comían del árbol, del único que no les permitió comer, y que en caso de hacerlo morirían, murieron. Cuando le dijo a Noé qué construyera una gran Arca porque iba a enjuiciar a la humanidad de la época a causa de su incredulidad y vida licenciosa lo hizo.
Y así como sus juicios y advertencias siempre se han cumplido cabalmente (y se seguirán cumpliendo); cuando ha anunciado también sus bendiciones para su pueblo (integrado por judíos y cristianos) de igual forma y de manera puntual se han cumplido.
Cuando anunció que el futuro Mesías y salvador de la humanidad nacería en Belén de Judá, así sucedió, que nacería en el seno de una judía virgen y piadosa, también, que intentarían matar al niño y que sus padres huirían a Egipto igual, que retornarían y radicarían en Galilea, que iniciado su ministerio mesiánico sería acompañado de muchos milagros y que sería rechazado por el liderazgo religioso, como también fue profetizado que será enjuiciado injustamente, que padecería y sería menospreciado, todo eso, y decenas de profecías más se cumplieron cabal y puntualmente en la persona de YESHUA (JESÚS) en su primera venida o etapa.
El profeta Isaías en el famoso capítulo 53, describe con lujo de detalles la pasión y muerte del Mesías redentor. Un texto desconocido por la mayoría de las corrientes judías (excepto la mesiánica), y que lamentablemente es desconocido también por la mayoría de los cristianos, que podrán conocer los hechos históricos de la pasión, pero desconocen los por qué y los para qué de su muerte.
Los profetas Isaías y Daniel vaticinaron la muerte del Mesías, una muerte que conlleva el centro del mensaje divino, pues de no haber muerto el Mesías, NADIE, ABSOLUTAMENTE NADIE se hubiera salvado de la muerte o condenación eterna. En Él, el nuevo pacto anunciado por el profeta Jeremías siete siglos atrás, se cumplió a favor y para salvación de Israel y de la futura cristiandad, ofreciéndose Yeshua como cordero inocente y sin mancha en la Pascua del año 33 pagando con su sangre inocente los pecados de toda la humanidad, lo cual no significa que toda la humanidad se va a salvar, sino que su sacrificio fue suficiente para redimirnos. Fe y obediencia son necesarios e inseparables.
Para bendición de todos los creyentes (y esperanza para los que andan en la búsqueda espiritual) Yeshua demostró ser el Mesías al resucitar a los tres días con poder y gloria, como primicia de la futura resurrección de todos los creyentes de todos los tiempos para gozar del reino eterno del Mesías Rey (Yeshua).
Y así como dio su vida para reconciliar a la humanidad en Jerusalén, está escrito también, que en esa misma ciudad será su retorno glorioso y en esa ciudad gobernará a todos los pueblos y naciones de la Tierra, aunque antes ocurrirá el llamado rapto o arrebato del pueblo de Dios (para que pueda poner orden en este mundo descreído, violento, y en caos, baste decir que una tercera parte de la humanidad morirá). Habrá quien crea que esto es fantasía. No, todo lo escrito en la Biblia ha sido, es, y será absolutamente verdad. Pero como ya se dijo, hay un gran desconocimiento de la fe judeocristiana, mismo que puede ser eliminado abriendo el corazón y la vista para leer el manual del Creador, es decir, la Biblia. Un libro de verdades y certezas eternas. Reciba estimado lector un sincero saludo y mis mejores deseos para usted y su familia. FELIZ NAVIDAD y FELIZ JANUCÁ.
¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!
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